Martes 10 de Octubre
Hay una cosa que me gusta hacer al ir a ver una película al Cine: no saber, en la medida de lo posible, de qué trata lo que voy a ver. Esto me ha dado muy buenos resultados en ocasiones y, por otro lado, también ha resultado una frustración sonora en otros casos. La primera de las dos películas que he visto hoy tenía un vago dibujo del perfil de la historia: Clara, una enfermera solitaria, es contratada por Ana, una mujer misteriosa, que necesita una niñera para su hijo no nacido. Ambas desarrollarán un fuerte vínculo hasta que una noche fatídica todo cambia radicalmente.
La película en cuestión es As boas maneiras (Las buenas maneras) una coproducción franco-brasileña con dirección y guión de Marco Dutra y Juliana Rojas. La duración es larga: 135 minutos, es decir, dos horas y cuarto, donde no sobra nada porque casi podríamos hablar de dos películas juntas, una, esa de la que te he hecho la sinopsis que conocía y la segunda, de la que no te voy a contar nada porque prefiero guardar el factor sorpresa. Es una película hecha con poco dinero pero llena de ganas, de ideas y de imaginación. Muy recomendable.
La segunda película es, desgraciadamente, una alambicada paja mental. Black Hollow Cage es una película española, escrita y dirigida por Sadrac González-Perellón que me ha recordado a aquellas películas imposibles de digerir que veíamos en los Cine-Clubs a principios de la década de los 70 y de las que salíamos como alma que lleva al Diablo. Está catalogada genéricamente como película de Ciencia-Ficción (¿?), Terror (¿?), Thriller (¿?)... De verdad, ¿tanto dinero para ésto? ¿Tanta producción, tanto apoyo para un resultado así? Desesperadamente vacía.
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