lunes, 29 de abril de 2019

Presentación de "La caja de lápices" en Sevilla





El viernes 26 de abril a las 7.15 de la tarde, en Sevilla, en el local de La Carbonería, se presentó la obra La caja de lápices, de la que soy autor.  Editada por Ediciones En Huida, a la que estoy profundamente agradecido, contó con la participación del poeta, traductor y ensayista José Antonio Moreno Jurado.  Fue un honor contar con un padrino así por todo lo que José Antonio supone y significa en la Cultura (con mayúsculas): Premio Adonáis de Poesía en 1973 y Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez en 1985, por citar algunos de los muchos galardones que posee.  A él lo conocía por una foto que había en el local de la librería Padilla cuando estaban en la calle Laraña, antes del hundimiento del techo que motivó el traslado de la librería.  Un día tuve la suerte de coincidir con José Antonio en el local.  Conocía algo de su poesía y sobre todo su labor como traductor de griego.  En aquel entonces leía la Antología de la Poesía Neohelénica (La Generación de 1940) traducida por él, edición con prólogo y notas del autor.  Recuerdo que le dí las gracias por traducir y dar a conocer a poetas como Héctor Kaknavatos, Andonis Dekavales y tantos.  Que si los conocía me preguntó.  No, los conocí gracias a sus espléndidas traducciones.  Desde entonces y hasta hoy, cualquier texto que escribo pasa por sus correcciones y sus sabios consejos para pulir cualquier idea.  He tenido el honor y la suerte de contar con su colaboración para presentar la obra y a continuación reproduzco, con su permiso, las palabras de su discurso de presentación.


"Es posible que no sea demasiado objetivo en la presentación de este libro de mi querido Enrique, La caja de lápices,  por aquello de la amistad.  Es más, sigo viviendo aislado, voluntariamente, de todo acontecimiento literario, libre e independiente de grupos literarios, de entidades, de asociaciones, de manejos universitarios y sólo la amistad podía venir a sacarme, aunque sea un momento, de mi propio estado.  Sin embargo, ahora que tomo conciencia de ello, tal vez sea mejor presentar un libro por amistad que por interés, como sucede con frecuencia en estos avatares.  Y la mejor jurisprudencia me la brindan las Moralia de Plutarco.  Dice en su opúsculo titulado Sobre la abundancia de amigos: ...el amar y ser amado no es posible entre muchos...el alma que ha nacido principalmente para amar, al ser dividida entre muchos, se marchita...todas estas cosas son contrarias a la abundancia de amigos..., para terminar con estas palabras: Pero la amistad busca un carácter estable, sólido y constante en un solo lugar y trato.  Por ello, un amigo fiel es raro y difícil de encontrar.  Este concepto de Plutarco se aviene estupendamente a mi amistad con Enrique, que no es amistad de Facebook.  En efecto, conocí a Enrique hace bastantes años, cuando me pidió que leyera y le diese mi opnión sobre una voluminosa novela que escribió por entonces sobre los personajes de Sansón y Dalila.  Y lo recuerdo bien, aunque no me acuerdo de fechas exactas, porque la lectura de su novela me ocupó más de un mes mientras cuidaba de mi madre en el hospital.
Pero el libro que presentamos hoy posee unas cualidades y unas concepciones que distan bastante de aquel primer libro suyo.  A grandes rasgos y siempre bajo mi propia perspectiva, el libro debería dividirse en dos secciones, indiscutiblemente complementarias, que sitúan al lector en dos determinados, concretos quiero decir, ambientes geográficos.  Y cada uno de estos ambientes posee su propia circunstancia.  Uno, el Japón de la caja de lápices y de sus posibles 120 colores, y otro, este sur de Andalucía que nos es tan conocido y tan familiar.  Entre los dos, existe una diferencia abismal, en cuanto a tonos y realidades.  El primero está dotado de un sentido poético, que emana tanto de la voluntad del autor como del objeto en sí mismo, la búsqueda de lápices de colores y la sorpresa de los elementos poéticos que los mismos colores entrañan.  Incluso adivinamos en la búsqueda de los colores una especie de realismo, no mágico como sucede en la novela sudamericana, sino animista.  Es decir, la búsqueda de colores llenos de vida, colores llenos de espíritu o de alma, que transmiten sentimientos y sensaciones diferentes.  Intentaré aclararlo un poco más.  Quiero decir que el único color que existe en la caja de lápices es el negro, es decir la base de la escritura y el color de los lápices restantes se dará únicamente en virtud de la palabra y por ello la palabra crea en sí misma un color determinado.  Ese es el sentido poético al que me refiero: la metáfora de la palabra que engendra color y, por ello, vida.
El segundo ambiente, nuestro sur, supone un cambio de tono hacia el contacto con la realidad que nos envuelve, hacia la vida común, abigarrada, hacia las situaciones más grotescas, irrisorias, de la ramplona vida de sus personajes, que no confunden la realidad y el deseo como dicen los poetas, sino la realidad y la estupidez.  El deseo de conseguir riqueza y la estupidez que supone la forma de conseguirla.
De hecho, los dos ambientes están marcados por la utilización de dos lenguajes diferentes.  El tono de un lenguaje, en el primer ambiente, el japonés, como digo, comedido, sereno, inquietante, lleno de misterio y a veces de poesía, y el tono coloquial en el segundo ambiente, el tono lingüístico de la vida misma, no sólo en las expresiones y en el lenguaje de los personajes, sino también en el tono de los pasajes descriptivos.  Dos formas de la lengua que ayudan indudablemente tanto al desarrollo de la acción como al seguimiento del propio lector.
A todo lo largo de la novela, el autor, nuestro querido Enrique, se muestra como un narrador omnisciente.  Enrique es Julián Hervás, no porque el autor se identifique con el personaje, sino porque sabe todo lo que sabe su personaje.  Narra lo que ve, no lo que supone.  Sabe todo lo que ocurre.  Tiene en sus manos todos los resortes de los personajes.  No se cierra una puerta y los personajes hacen tras ella cuanto se les ocurra, de manera que los lectores no sepamos lo que hacen a cada instante o lo que hacen dentro.  Esta manera de ser narrador omnisciente le permite tocar en vivo las situaciones, las emociones, los sentimientos y las frustraciones de cada uno de los personajes, de manera que el autor posee siempre la llave de las situaciones.  Y, por ello, la cierra o abre a medida de su propio interés narrativo.
Pero a este empleo de la lengua y a esta perspectiva del narrador, los dos elementos que acabamos de tocar, hay que sumar otro elemento que creo sustancial, incluso esencial en la novela: el carácter irónico, en ocasiones casi sarcástico, de las situaciones que se narran.  Un tono irónico que se nos da en dos direcciones diferentes.  Primero, como ironía del mundo real en que vivimos, como ironía de la mediocridad, como apuntes o notas, si miramos al contrario, es decir, por oposición, para un sentido ético de la existencia.  Segundo, como ironía que conduce a la risa, a la caricatura, al humor, pero nunca al desgarro emocional de los personajes.  Debo confesar cuántas veces reí en la soledad de mi habitación ante las diferentes y numerosas situaciones cómicas de la novela.  En efecto, cuando los pretendidos narcotraficantes arrojan sobre los bañistas de la playa sus narcóticos recién fabricados, para que todos conozcan sus nuevos productos y se aficionen a ellos, y cuando toda la playa se llena de alegría y de colocones, como se dice hoy, no sabía si estaba más allá del surrealismo de Buñuel o más allá del humor de Miguel Miura o Jardiel Poncela.  La escena, para mí, está llena de humor y de ironía.  Pero repito que todas estas situaciones son un reflejo cómico de la realidad y que su empleo por parte de Enrique persigue, entre otros intereses, la caricatura de un mundo que vive entre la pérdida de los valores esenciales y la continua presencia de la estupidez humana.  Sean cuales sean esos valores y sea cual sea esa estupidez.
Por todo lo dicho, los lectores tienen dos formas o dos caminos a los que tienen que enfrentarse en la comprensión de la novela.  Seguir o dejarse arrastrar por los acontecimientos que se narran en cada color, es decir, pasar un momento agradable de risa y de situaciones diferentes o, dándole la vuelta, comprender el sentido de la ironía, de lo ridículo, de lo mediocre, que constituyen sin duda una caricatura de nuestra sociedad actual.  De esa manera, cada color es una historia en sí misma.  Como si, en una orquesta, cada color representase al viento, a la cuerda y a la percusión.  Hasta el momento final en que la orquesta, al llegar al allegro más explosivo, estalla en la unión de todos los instrumentos, es decir, en la mezcla de todos los colores".

José Antonio Moreno Jurado  


Después fue mi turno.  No puedo reproducir aquí todo lo que dije porque las palabras que utilicé fueron producto de la improvisación.  Cierto es que llevaba un guión escrito que apenas utilicé, que en realidad tomé como punto de fuga para algunos aspectos del proceso creativo que, al fin y al cabo, era de lo que podía hablar porque la obra quedó extraordinariamente radiografiada con las palabras que dijo José Antonio.  Así que hablé de mi doble relación con la literatura.  Primero, como lector, porque como bien dice Alberto Manguel cuando le preguntan, antes que escritor soy lector.  Y después de leer viene la función creativa.

Como lector tengo el hábito de lectura tan interiorizado que leo en cualquier lugar, a cualquier hora, en las situaciones más insospechadas: soy capaz de leer en medio de una manada de elefantes barritando.  Como escritor es otra historia: aunque soy disciplinado a la hora de ejercer la actividad creativa me vence un cierto espíritu errático que me lleva  a escribir hoy, mañana, durante uno, dos meses, para caer después en épocas de desanimo, de desapasión, con respecto a la historia que tenga entre manos.  Como si de noviazgos desencantados se tratase, relación con amantes cansinos que, tras un primer e intenso enamoramiento, se vuelven pálidos reflejos de desamor y se van.  Vuelvo a ellos, o no, tal vez son otros amores literarios, otros manuscritos que comienzo para, llegados un punto, ya sea un nudo difícil de resolver o, sencillamente, un límite en el interés, vuelva otra vez el desamor, la falta de interés...  No sé si te habrá pasado, imagino que sí, que la lectura de un libro que has comenzado a leer no te atrapa.  No sé si eres de las personas que abandonan la lectura de esa obra y buscan otras porque hay quien, aún no gustándole, sigue hasta el final.  Soy de los que abandonan un libro si no consigue atraparme y, en ese aspecto, me comporto con amplia generosidad: no llego a la página 20 solamente, avanzo y puedo alcanzar la número 100 de un total de 300.  Pero cuando abandono, cierro y busco otra historia.
Decía el escritor francés Julien Gracq que escribir es una forma de leer.  La primera persona que lee una historia, larga o corta, novela o ensayo, es la persona que escribe, la que se enfrenta al vértigo del papel en blanco que llega a ocupar toda la mesa, o a la página virtual en el ordenador, que parpadea de forma imperceptible y, casi, resta fuerza y voluntad, como si del mineral kryptonita se tratase, influyendo sobre Superman.  A veces se cruzan desiertos creativos y durante años no se saca nada a la luz.  Entre mi primer libro editado, Sansón-El jardín del asfódelo, y éste que tengo ahora entre mis manos, han transcurrido 17 años.  Ese tiempo pasado no significa que no haya hecho nada.  He ensayado historias que no han continuado y han desaparecido en los días sin nombre.  Otras han empezado y se han parado.  Casi llegué a aceptar que la fuente se me había secado y que ya no tenía interés por contar, por hacer algo.  Sin embargo, el tábano de la creatividad seguía aguijoneándome.  El volcán de las ideas, aunque en apariencia inactivo, seguía produciendo ruidos subterráneos: tocaba la lava solidificada y, en efecto, estaba fría.  Pero bajo esa primera capa de roca algo transmitía calor, como si el magma siguiera vivo, borboteando.
A lo largo de estos años pasados algún que otro proyecto (una revista virtual con otras personas, posibles colaboraciones en diferentes campos que no han prosperado) me han tenido en una constante reelaboración de los aspectos más dinámicos de la creatividad.  No es que no haya terminado nada: concluí alguna narración más o menos larga, breve, he escrito algún que otro soliloquio, pero los he ido guardando en un cajón.  Comencé un programa de música en Radio Tomares, Cíclope 3.0, con el que sigo y con el que levanté un dique poderoso para sostener las aguas negras de la esterilidad.  Con el blog Lágrimas de Valium construí la otra pared del dique y, por en medio, me dejaba llevar por el viento, hacia delante.  Quieto no estaba ni lo estaré.  Por diversificarme hasta empecé a estudiar la lengua china que, por puro desanimo prosaico, nada literario, abandoné.  Más productivo me resultó comenzar a estudiar Psicoanálisis, realizando en grupo un estudio pormenorizado y exegético de los textos y obra de Sigmund Freud y Jacques Lacan.  De hecho, leyendo los textos de Lacan donde habla del Inconsciente y cómo está estructurado como un lenguaje, supuso la adquisición de unas herramientas fundamentales para el desarrollo de mi actividad literaria creatívamente hablando.  Fue precisamente en una clase donde se produjo una especie de epifanía que me devolvió un punto de inflexión desde el que recuperé lo que creía agotado, finalizado, marchito: el volcán de las ideas explotó con una lava no abrasiva sino invasoramente (si se me permite la palabra) positiva.  Y todo por una asociación libre de ideas que surgió cuando el profesor explicaba un concepto.  Fue semejante a recuperar la luz eléctrica no sólo en la habitación sino en la vivienda entera.  Es más, no sólo en la vivienda sino en el bloque de pisos.  Y más aún: en la urbanización completa.
Con esa disposición retomé uno de los manuscritos que tenía empezado y que no abandoné en todos esos años pasados, es más, era uno que la última vez que estuve trabajando en la historia que contaba había sido durante el año 2015.  Ese manuscrito era La caja de lápices.  Habitualmente no empiezo a escribir una historia por el comienzo, no necesito la primera frase como pistoletazo de salida sino que arranco desde una o varias circunstancias, centrándome en una sóla, para en un movimiento metonímico hacia delante y hacia atrás ir construyendo con palabras una narración.  Hay cosas del argumento que desconozco, que se me van descubriendo a medida que avanzo escribiendo-leyendo.  Decía el gran escritor irlandés Flann O'Brien que si se tira una piedra no se sabe con antelación dónde caerá.  Esto en La caja de lápices se cumple a rajatabla.  Con la redacción de ésta obra he aprendido lo que el autor argentino Andrés Neuman asegura en uno de sus aforismos

El sentido no precede a la obra: es su conquista

La génesis de ésta narración se remonta al año 2005, cuando paseando con Lola por la playa de Conil, una calurosa mañana del mes de julio de ese año, vi pasar una avioneta con una pancarta en la cola, anunciando no sé qué.  Pensé que podía ser un elemento en una historia en la que el piloto de la avioneta, un poeta, escribía poemas en folios de papel que mandaba plastificar para así poder lanzarlos desde la avioneta en pleno vuelo.  Nunca jamás las ideas desde las que arranco terminan cuajando como guía de una historia, jamás.  Sansón-El jardín del asfódelo era, en principio, una historia de ultratumba protagonizada por una vampira cuyo título era El jardín del asfódelo.  Terminó siendo una semblanza de la vida y muerte de los mitos bíblicos de Sansón y Dalila.
La caja de lápices la escribí definitivamente entre abril de 2017 y enero de 2018.  El punto de fuga de la obra se centra en un personaje, Julián Hervás, Profesor de Educación Física que se enfrenta a su jubilación.  Se desvincula de la actividad docente para encontrarse con algo que el Destino le tiene reservado: la coordinación de la Delegación Española de Atletismo en los próximos Juegos Olímpicos que tendrán lugar en Tokio, Japón.  Visitando la ciudad de Kioto como un turista más, Julián Hervás encuentra en una tienda de objetos peculiares una caja de lápices incoloros excepto uno, de color negro.  Para dotar de tonalidad los lápices tendrá que escribir una historia que nombre los colores y así, en una especie de transustanciación, irán adquiriendo color el resto de lápices.  Es un reto a su creatividad siempre pospuesta, un desafío que adquiere forma en las diferentes narraciones que conforman la obra.
Cerré mi intervención leyendo el contenido del capítulo titulado Negro.  Te dejo que lo descubras cuando leas La caja de lápices que espero disfrutes tanto como yo lo he hecho con su redacción.


Si quieres adquirir el libro a través de la Red puedes hacerlo en éste enlace:

https://www.edicionesenhuida.es/producto/la-caja-de-lapices/



A todos los amigos y amigas que estuvisteis en La Carbonería para la presentación, muchas gracias.  Las fotos las hicieron Lola Pérez, María José Carmona y Antonio Rial.  Gracias a los tres.



Público asistente



José Antonio Moreno Jurado
a la izquierda, servidor a la derecha











  

jueves, 25 de abril de 2019

Cíclope 3.0 - 23-04-19




Cíclope 3.0 del martes 23 de abril de 2019.
Como en otras ocasiones, un sólo disco ocupa ésta edición de Cíclope, un solo disco que da el juego de la cesta de cerezas porque el álbum está realizado por colaboradores que intervienen en diferentes composiciones lo cual permite escuchar la contribución y, si hay tiempo, escuchar qué hace ese músico, esa compositora, en su haber diario.
El disco-columna vertebral del espacio de hoy es el álbum titulado Cold Sky Blue, editado en el año 2016 y firmado a medias por Cross & Quinn.  Dicho así puede dar pie a pensar, lógicamente, que quiénes serán los propietarios/as de esos dos apellidos.  Son propietarios, de género masculino, y se trata de David Cross y Seán Quinn.  Vamos a ir por pasos.


David Cross

David Cross fue uno de los alumnos más aventajados surgidos de la Corte de Robert Fripp o lo que es lo mismo, King Crimson.
En 1973, la banda grababa un álbum que inauguraría una etapa con miembros estables.  El disco en cuestión fue Larks' Tongues In Aspic y los súbditos de la Corte de Fripp eran John Wetton, guitarra bajo y voz, Bill Bruford batería, Jamie Muir percusión y derivados y David Cross, violín, viola y melotrón.


King Crimson
en 1973.  De izquierda a derecha Wetton, Cross, Fripp y Bruford


David Cross
 en los años del Rey Carmesí



























David Cross
 en la actualidad



















Las serpentinas y arabescos que extraía de su viola y violín se interrelacionaban extaordinariamente con la arquitectura sonora del grupo en esa etapa de 1973 a 1974, dos años fructíferos donde participó en el álbum citado y en dos más: Starless and Bible Black y Red, ambos de 1974.
La otra firma del disco Cold Sky Blue es la de Seán Quinn, teclista, compositor, intérprete y productor musical de origen irlandés, integrante de bandas como Electric Penguins, entre otros.


Seán Quinn

El disco está elaborado con la colaboración de una serie de músicos e intérpretes entre los que se cuentan la del guitarrista Seamus Quinn, hermano de Seán, que tiene una influencia clara, transparente y diáfana de Robert Fripp por lo que éste álbum posee un aire un tanto kingcrimsoniano que no desmerece, ni mucho menos.
En la parte vocal hay cuatro intérpretes.  Una es la cantante original de Tampa, Florida, Beth Hirsch, una canta-autora que desgrana un folk sencillo en sus grabaciones en solitario y cuya música he preferido guardar para otra ocasión por motivos de tiempo.  Sin embargo, es diferente lo que hace en éste disco como colaboradora.  Lo mismo sucede con Brendan Staunton, miembro de bandas como Dubh Chapter o Tea House Camp, una de las voces masculinas que aparecen en el disco de Cross & Quinn y del que no escuchamos nada en solitario por motivos de espacio.


Beth Hirsch
















Brendan Staunton






















Otra voz femenina que colabora con estos dos músicos es la de Paula Gilmer.


Paula Gilmer

Paula Gilmer pertenece a la banda original de Dublín Tiny Magnetic Pets (Pequeñas Mascotas Magnéticas), grupo donde ha estado Seán Quinn.  Sacaron su nombre de unos juguetes coleccionables japoneses.  Enamorados del sonido de finales de la década de los 70 y principios de los 80 se confiesan fieles devotos de discos como la Trilogía de Berlín (Low, Heroes, Lodger) de David Bowie, Pleasure Principle de Gary Numan y Computer World de Kraftwerk.  El primer disco que grabaron, Return of The Tiny Magnetic Pets, en 2010, utilizaron las limitaciones del sonido que se daban en los años 70, huyendo de toda tecnología digitalizada, es decir sin ordenadores, tan solo dos moogs, un mellotrón, un órgano eléctrico y guitarras eléctricas.


Tiny Magnetic Pets

En el año 2017 volvían a los estudios de grabación y editaban Deluxe-Debris con la colaboración de un antiguo miembro de Kraftwerk, Wolfgang Flür, que estuvo en la época dorada de la banda de Düsseldorf, entre los años 1973 y 1987.


Wolfgang Flür

Y sin tiempo para mucho más, nos queda espacio para tres temas,  con la voz de otro colaborador de éste disco de Cross & Quinn, la voz de Thomas Truax.


Thomas Truax

Originario de Nueva York, Thomas Truax es compositor, cantante e intérprete.  Su actividad creativa le lleva a inventar instrumentos musicales a cual más extraño, como por ejemplo el que muestra en la fotografía anterior, el Hornicator: partiendo de la bocina de un gramófono, Truax le añade en un extremo un juego de cuerdas, un pito de caña (de los utilizados en los Carnavales de Cádiz) y un micrófono.  
Otro instrumento es la Beatspinner Wheel, que consiste en un sistema de ruedas giratorias, radios metálicos y pequeños platillos que suenan a través de varios micrófonos de contacto.  Su gran tamaño hizo que la Beatspinner Wheel fuera inadecuada para viajar por lo que creó una versión más pequeña llamada Sister Spinter y que utiliza hasta la fecha.


Thomas Truax
 con su invento Sister Spinter, la versión manejable de su Beatspinner Wheel

Pone el cierre interpretando un tema incluido en el disco que hoy nos ha servido de guía y con dos composiciones pertenecientes a uno de sus tres discos, el álbum firmado en el año 2010, Sonic Dreamer.  Le tengo un afecto especial al tema con el que cerramos hoy, original de Truax, y que lleva por título Los caníbales han capturado a nuestra Nicole Kidman.

Espero que te guste el programa.

Enlace:

http://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-23-04-19







sábado, 20 de abril de 2019

La Pecadora





A pesar de lo que la cartelera de la película pueda sugerir y a pesar del subtítulo (María de Magdala), La Pecadora no es una historia bíblica relacionada con la figura de la prostituta arrepentida que sigue los pasos de Jesucristo, aunque la cinta comience ambientada en aquellos tiempos y en el desarrollo de las circunstancias de la historia, los personajes asistan a una representación teatral donde se escenifica parte de la pasión y muerte de Jesús.  La Pecadora es una película con guión y dirección de Ignacio F. Iquino, de 1956, un drama con tintes trágicos protagonizado, en sus principales papeles, por Carmen de Lirio, Rafael Romero Marchent, Manuel Gas, Armando Moreno, Felipe Peña, José Ocón de Eslava y José Sazatornil "Saza".



Ignacio F. Iquino
(1910-1994)

Ignacio F. Iquino (la F. es la abreviación de Ferrés) fue un director de cine, guionista y productor que utilizó varios pseudónimos en sus diferentes actividades relacionadas con la gran pantalla, dependiendo de si ejercía como guionista, como director o co-director...  Así, nos encontramos con nombres como Ignacio Iquino, Iquino, Steve MacCohy, Steve McCohy o John Wood.
Su producción como director es amplia y abarca desde la comedia pasando por el melodrama y el drama que raya la tragedia, como es el caso de la película que hoy ocupa el apartado de Perlas Raras del Cine de este blog.
El reparto está encabezado por Carmen de Lirio, cuyo nombre auténtico era María del Carmen Forns Aznar, nacida en Zaragoza el 31 de octubre del año 1926 y fallecida en Barcelona el 4 de agosto del año 2014.  El apellido artístico de Lirio lo tomó del texto de la copla La Lirio que inmortalizó Concha Piquer.  Fue vedette, actriz y cantante popular en las décadas de los años 50 y 60 en los locales del Paralelo de Barcelona.  Había estudiado corte y confección, fue modelo de pintores y, al finalizar las sesiones de rodaje de películas, actuaba en directo, preocupada por perfeccionar la naturalidad a la hora de interpretar un papel.  Progresivamente fue dejando el Cine para dedicarse al Teatro.  Tuvo problemas con la Censura franquista y, cosa curiosa, fue amante de un ministro de Franco, que le puso un piso en Madrid, en el Paseo de la Castellana.
Volvió al Cine, que en verdad no había abandonado por completo, compaginándolo con el Teatro, y en 1971 realiza una colaboración en la película La casa de las palomas, de Claudio Guerin; en 1974 interviene en Clara es el precio, de Vicente Aranda; 1975 La trastienda de Jorge Grau.  Volvería en 1988 para intervenir en Demasiado viejo para morir joven de Isabel Coixet.  Su última aparición en la gran pantalla fue en 1989 en Verínica L., cinta codirigida por Antoni Padrós y Octavi Martí.



Carmen de Lirio

Dentro del elenco de actores y actrices, un hombre que hace poco nombraba por aparecer en la entrada de Perlas Raras, en concreto en la película El ojo de cristal.  Se trata de José Sazatornil "Saza" que en los créditos de la cinta que nos ocupa hoy aparece con el apodo Saza, solamente.  Intervención breve pero, como era habitual en este actor, dejando huella.  



José Sazatornil "Saza"
(1925-2015)
  

Tal vez este afiche sea más ajustado a lo que la cinta nos cuenta que el otro, el que está como cabecera de la entrada pero que fue el que se usó para publicitar la producción.  ¿Qué nos cuenta La Pecadora?  Lo primero que llama la atención es la cartelera porque predispone a ver una película de romanos.  Lo segundo, que tras los créditos del comienzo nos encontramos con el siguiente mensaje:
Nuestra gratitud al Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Solsona, a las autoridades civiles y eclesiásticas de Cervera y al Patronato de la Pasión por las facilidades prestadas y por su entusiasta colaboración en el rodaje de esta película
Y la música, formada con fragmentos de Bach, de Haendel...  Empieza y lo primero que reciben los espectadores es una imagen de gente vestida a la usanza de los tiempos de Jesucristo.  Es más, asisten a un discurso sobre el adulterio que Jesús condena tanto en forma masculina como femenina.  Una voz en "off" sitúa la acción y centra la actividad en el Castillo de Magdala, famosa prostituta que organizaba comidas y banquetes que terminaban en bacanales.  En su honor, dice la voz en off, terminó arrepintiéndose, pero su ejemplo no fue muy seguido después por otras mujeres.  Los espectadores asisten a un número coreográfico, breve, donde Magdala (Carmen de Lirio) observa a una bailarina que mira con ojos lujuriosos al romano que la acompaña en la celebración.  Él también mira con ojos húmedos a la bailarina.  Se termina el baile.  Magdala llama a la bailarina.  Le afea su conducta licenciosa, a ella y a él.  Plas Plas, la abofetea y manda que le den 40 palos.  No latigazos, no, palos.  A él también le da un par de bofetadas.  Y se pone a bailar de una forma lenta pero sinuosa.  Sin solución de continuidad, Magdala se convierte en Magda, en pleno siglo XX, en los años de la década de los 50, que es cuando se desarrolla la historia.  De nuevo una situación paralela a la escena romana, pero en la vida moderna.  Y así entramos en una historia que narra cómo el Doctor Castro (José Ocón de Eslava), solicitado médico-cirujano, está casado con Magda (Carmen de Lirio), una mujer de vida libertina constantemente rodeada de amigos y amigas a cuál más crápula y tarambana, dispuestos siempre a beber litros de alcohol en ambientes licenciosos y a no perder de vista a la fuente inagotable de la que se surte su desenfreno, la tirana Magda, que marca quién puede disfrutar de su abultada billetera y quién no.  Monedero que se rellena un día sí y otro también con los suministros económicos que le pasa su marido, el doctor Castro, que pretende inutilmente que ella piense, aunque sea por un momento, en el hijo de ambos, que ya no recuerda cómo es el rostro de su madre, preocupadísima por mantener el maquillaje, el peinado y el equilibrio vertical en noches y días de borracheras, desenfreno y libertinaje.  Y llega el momento en el que necesita más dinero para mantener ese tren de vida, pero el doctor Castro le dice que es imposible seguir sufragando tanto frenesí, tanta depravación, que lo siente mucho pero...  No puede terminar la frase.  Ella, desairada, cuelga el teléfono con un mohín de desprecio.  Habla con un amigo suyo, abogado, para saber si como esposa puede intervenir en los bienes gananciales del matrimonio.  A su nombre están inscritos unos terrenos en las afueras de la ciudad, cerca de un pueblo.  Esos terrenos están actualmente ocupados por un grupo de familias pobres que, sin lugar donde poder vivir, le pidieron permiso al Doctor Castro para instalarse en unas chabolas construidas con carácter temporal, hasta que encontraran un sitio donde poder asentarse.  La bondad y generosidad del benefactor les permite levantar un núcleo de barracas que, poco a poco, se van consolidando como casas más sólidas aunque humildes.  Esos terrenos donde se levanta el núcleo de familias pobres pertenecen a Magda, que ni tiene la generosidad ni la misericordia ni el más mínimo miramiento que caracteriza a su esposo.  Y sin más, decide expropiar las tierras que ocupan, por necesidad, esos pobres necesitados.  En una de las familias hay un niño inválido, enfermo, que no puede pasar sin cuidados y atenciones bajo un techo protector.  Ni eso puede apartar de sus intereses a la malvada Magda, preocupada por conseguir dinero de forma inmediata.  Ella está acuartelada en la casa del pueblo, propiedad de su marido.  Estalla una tormenta seguida de un fuerte aguacero.  Los pobres forman una multitud ante la puerta de la casa.  Piden clemencia y como no la obtienen solicitan entrevistarse con la señora, la dueña de las tierras.  Ella acepta recibirlos y se encuentra con una representación de los vecinos desahuciados entre los que está el padre del niño inválido.  Lo lleva en brazos, desmayado por las altas fiebres.  Está enfermo.  Ruega, suplica ayuda a la señora, pero ella, altiva, orgullosa, soberbia, desafiante, levanta la cara y con desprecio zafio afirma:
¡Que se muera!
Una trompetería wagneriana remarca el dramatismo de la escena.  
Como no podía ser menos, el niño muere.  Los terrenos se venden.  Consigue el dinero y la juerga continúa.  Están en los días de la Semana Santa y Magda, acompañada por sus amigachos y amigotas, asisten a una obra de teatro, una representación de los acontecimientos bíblicos narrados en los Evangelios.  Hay algo en el mensaje de Jesús que entra como un rayo en la cabeza de Magda que la hace reflexionar durante días, algo que la empuja a cambiar de actitud en la Vida.  Pero ese posible cambio...  Ya no cuento más, porque si no voy a llegar a la resolución final y eso lo dejo para que disfrutes hasta el último minuto.
La Pecadora y otras Perlas Raras del Cine español las programó la 2 de TVE hace ya cierto tiempo.  A finales de la década de los 80 del siglo pasado (1988/89) y hasta mediada la de los años 90 (1995/98), de lunes a viernes y en horario de madrugada (entre las 2 y las 6 de la mañana), la 2 emitía todas las noches una película de Cine Español de los años 40, 50 y 60.  La hora en la que pasaban las películas era un tanto incierta: programada para las 2.30 empezaba una hora después, incluso hora media.  Eran los tiempos de los vídeos VHS y la posibilidad de programar una grabación remota.  Con la opción de duplicación de velocidad de grabación, una cinta de video de 4 horas la convertías en 8 horas, lo cual  permitía jugar con un margen tanto para comenzar la grabación como para dejarle cola.  Una vez terminaba la película, toda la cola que quedaba por detrás se borraba al poner a grabar una nueva.
La 2 emitió auténticas joyas del Cine Español y siguió haciéndolo hasta hace unos meses.  El espacio Historia de nuestro Cine que se emitía de lunes a viernes a las 10 de la noche recuperaba, los lunes y los martes, películas de los años 30, 40, 50 y principios de los 60; después, miércoles, jueves y viernes pasaban películas más actuales.  Durante bastante tiempo han estado recuperando títulos interesantes de la filmografia nacional, auténticas joyas del Cine hispano.  Sin embargo no han vuelto a emitir nunca La Pecadora.  El programa se ha quedado en la parrilla de programación tan solo los viernes, a ver si es posible que vuelvan a pasarla porque es una auténtica Perla Rara.  
Si tienes oportunidad, no te la pierdas, merece la pena.






jueves, 18 de abril de 2019

Cíclope 3.0 - 16-04-19




El Kilimanjaro, fotografiado desde algún lugar en Africa

Cíclope 3.0, edición del martes 16 de abril de este año en curso.  No es el denominador común en la música que suena en el programa de hoy, pero Africa va a tener un papel importante en el grueso de las composiciones que nos trae el Cíclope.
Comenzamos con Latin Quarter, banda británica formada en 1983 con formato de septeto para, después de una serie de cambios en la formación, quedar como quinteto.  Según los discos, hay músicos colaboradores que amplían la nómina de miembros, pero básicamente quedan como cinco integrantes.



Latin Quarter
 como septeto


La banda se une alrededor de las figuras de Steve Skaith y Richard Wright, guitarras y vocalistas.  



Steve Skaith

















Richard Wright

Por cierto, este Richard Wright no tiene nada que ver con el músico del mismo nombre y que fue teclista de Pink FloydLatin Quarter llegaron a tener más repercusión en el resto de Europa que en Inglaterra donde, debido al contenido político de los textos de sus canciones, fueron censurados.  Tanto Skaith como Wright han pertenecido a la formación política de izquierdas Big Flame y esa militancia les empujó a escribir letras particularmente comprometidas con la realidad social.
El frente vocal tenía otra doble columna vertebral, en este caso femenina: Carol Douet y Yona Dunsford.



A la derecha, Carol Douet es la mujer negra; la blanca es Yona Dunsford

Se separaron en 1990 para volverse a reunir en el año 2011.  De esta banda recuperamos dos canciones: una perteneciente al álbum Swimming Against the Stream, de 1989, re-editado 30 años después, y el tema que los hizo populares, Radio Africa, incluido en su primer trabajo, Modern Times, de 1985.








































La segunda canción de Latin Quarter nos sirve para fijar la atención en el continente africano, en concreto en Sudáfrica, y más en concreto aún, en la ciudad de Johannesburgo, donde nació, en 1940, un músico llamado Manfred Mann, más conocido por las diferentes permutaciones por las que ha pasado su grupo/proyecto, nombres como Manfred Mann Chapter Three, Manfred Mann's Earth Band, Manfred Mann's Plains Music o su nombre y apellido, Manfred Mann.


Manfred Mann

Desde los comienzos allá por la década de los 60 del siglo pasado, desde las versiones de los temas de su admirado Bob Dylan (uno de los primeros éxitos del grupo fue Mighty Quinn), pasando por el Rock de tendencias jazzísticas, Manfred Mann, teclista (piano y sobre todo órgano), de nacionalidad británica, en 1982 reunió una serie de canciones homenaje a su país natal.  Somewhere in Afrika es una oda a su país de origen donde mezcla ritmos africanos con formas del Rock.




Situados en Africa nos quedamos con un músico enamorado del continente y de sus habitantes, defensor y descubridor para muchos oídos de los ritmos y música africana: Peter Gabriel.


Peter Gabriel

Dejó el seno de la banda Génesis allá por 1975/76, después de haber grabado un disco tremendo como fue The Lamb Lies Down On Broadway.  Tras la gira internacional de promoción del álbum, Gabriel inició una carrera en solitario desde 1977 hasta nuestros días aunque, desde hace años, no publica material nuevo grabado en estudio.  Lo último como tal fue el disco Up, editado en el año 2002.  Desde entonces las únicas grabaciones que han aparecido son discos que recogen material grabado en vivo en muchos, muchísimos escenarios diferentes, pero sin ninguna composición original nueva.  Fundador del sello discográfico Real World Records y de los estudios de grabación del mismo nombre, Gabriel ha mantenido siempre una postura activa contra todo lo que ha significado segregación racial en Sudáfrica y Namibia, conocido como apartheid.  Figuras como Nelson Mandela o Steve Biko han sido fundamentales en el pensamiento gabrieliano.  De hecho a Biko le dedicó un tema en el tercer álbum suyo en solitario, el que originalmente se tituló 3 (1980), como bautizó sus cuatro primeros trabajos, tan sólo con el número correspondiente: 1, 2...


3
, rebautizado después como Melt


Stephen Bantu Biko (1946-1977)

El disco, además del homenaje a la figura de Biko, incluía uno de los temas más populares que ha dejado: Games Without Frontiers.



Lo que escuchamos a continuación es una canción que por el uso que hacen de la percusión recuerda un poco esas tamboradas gabrielianas que han ilustrado algunas composiciones de Peter Gabriel.  El tema en cuestión es Disintegration y lo firma una banda que no tiene nada que ver con Africa.  Ellos son Jimmy Eat World, norteamericanos, originales de Arizona, representantes del movimiento conocido como Emo Rock (Emotional Rock) que en el año 2005 lanzaban un Mini-LP titulado Stay On My Side Tonight con material que, por motivos de espacio, no pudo entrar en el álbum Futures, publicado un año antes, en 2004.  Del Mini-LP recuperamos ese tema con percusión tan a lo GabrielDisintegration, que tiene la forma de un arrebato épico que se construye de manera impresionante y termina con las voces cantando repetidamente el título del disco:...Stay on my side tonight...stay on my side tonight...




Jimmy Eat World


















Nos acercamos al final del programa de hoy.  Hemos saltado desde Africa a Arizona, y ahora desde Norteamérica a Europa, a Polonia y a su capital, Varsovia, con Riverside.


Riverside

No es la primera vez que la banda de Mariusz Duda (en la foto, en el centro) suena en Cíclope 3.0, porque es una banda que nos gusta y bastante, y como todas las cosas que merecen la pena pues nos agrada y mucho poder compartirlas.  De cuarteto se han quedado en trío, con un cuarto o quinto miembro itinerante, dependiendo de las necesidades.  El motivo por el que los traemos hoy es porque tienen disco nuevo, aparecido a finales del año pasado, y siguen sonando igual de bien que lo hicieron por primera vez en el año 2003.  Wasteland es el título de este nuevo trabajo.


Cerramos la edición de Cíclope 3.0 de este martes desde Polonia.  Nos trasladamos desde la capital Varsovia a Dabrowa Górnicza con el quinteto de Rock Independiente Curly Heads.


Curly Heads

Se dieron a conocer en el año 2014 con el álbum Ruby Dress Skinny Dog y por el momento es el único disco en su discografia.  Eso sí, uno sólo pero muy enérgico.


Espero que te guste el programa.

Enlace:

http://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-16-04-19








jueves, 11 de abril de 2019

Cíclope 3.0 - 09-04-19




La foto que ilustra el comienzo de ésta entrada en el blog es un reflejo del contenido de la edición de Cíclope 3.0 del martes 9 de abril, donde continente y contenido tienen el mismo denominador común: serenidad, calma.  Hoy, cierta inclinación hacia los no sobresaltos.


For Emma, forever ago - 2008

En el año 2008, aparecía el álbum For Emma, forever ago, firmado por Bon Iver, pseudónimo del compositor, guitarrista y cantante norteamericano Justin Vernon.  El disco comenzó siendo un proyecto marcado por la soledad monacal que permite vivir en una cabaña remota, entre masas de árboles, en Wiscosin, en el año 2007.  Allí, sólo, con una mesa de mezclas, Vernon empezó a trabajar un puñado de canciones que posteriormente formarían parte del disco citado.  El Folk que desarrolla, la voz, los arreglos de las canciones, consiguieron que un sello discográfico tan prestigioso como 4AD se fijara en él y le editaran cuatro EPs a lo largo del año 2008.  El nombre artístico de Bon Iver sale de la expresión francesa Bon Hiver (Buen Invierno), saludo habitual que se utilizaba en la serie de televisión Doctor en Alaska.


Justin Vernon
, alias Bon Iver

Si le seguimos el rastro a Bon Iver nos encontramos con un músico británico que se dio a conocer realizando la mezcla del segundo álbum del proyecto B.I., el titulado Hinnom, TX en el año 2011.  Ese mismo año, 2011, sería el debut musical de ese músico llamado Ed Tullett.


Ed Tullett

Compositor, intérprete y cantante inglés nacido en 1993, Ed Tullett comienza a mostrar su buen hacer musical en el año 2011 con el disco Never Joy.


La característica principal de la música que hace Tullett está en su voz, por la utilización que hace de la técnica del falsete.  Junto a las estructuras de sus composiciones da un resultado francamente hermoso.  Tiene hasta el momento 2 álbumes en el mercado.




Ed Tullett está presente en proyectos de otros músicos como es el caso de Novo Amor, el pseudónimo que utiliza el multinstrumentista, cantante, compositor, diseñador de sonido y productor galés Ali John Meredith-Lacey.


Ali John Meredith-Lacey

El artista aseveró en un tweet que el nombre Novo Amor tiene un origen latino, portugués en concreto, que significa Nuevo Amor, y que lo escogió a raíz de una ruptura sentimental sufrida en el año 2012, cuando descubrió que lo único que lo redimía del dolor era la música, componer y tocar.  Esta pasión, este nuevo amor, le llevó a suscribir dicho nombre.  Por qué en portugués, ni se sabe.  Escogió estructuras folk como arquitectura de sus composiciones y antes de volar en solitario trabajó a medias con Ed Tullett, cercanos en la expresión musical y asombrado Meredith-Lacey de los resultados de la voz en falsete de su colega músico.  Fruto de ese entendimiento fue el disco Heiress del año 2017, probablemente los temas más agitados que escucharemos en esta edición de Cíclope 3.0


Heiress - 2017














Novo Amor
 (Meredith-Lacey y Tullett)

El techo, el cénit de la calma en el programa de hoy lo ponen dos músicos conocidos con el nombre artístico de Lissom.
Lissom es un trabajo colaborativo entre el pianista y compositor francés Julien Marchal y el músico británico Ed Tullett.  En el año 2018 ve la luz un álbum bautizado con el nombre del dúo como resultado de un experimento que tenía como sentido eso precisamente: ser un experimento.  Originalmente la idea era escribir una serie de canciones para piano y voz.  O para voz y piano.  ¿Cuál es la génesis?  Unas composiciones parten de la música del piano, otras de textos escritos e interpretados con la musicalidad de la voz, siempre en falsete.  Marchal en su casa de Burdeos, en Francia, componía una pieza para piano y se la mandaba por correo electrónico a Tullett, en Inglaterra, que se la devolvía cantando un texto escrito por él; a la inversa, Tullett escribía un texto, lo cantiñeaba y se lo enviaba a Marchal para que le pusiera música.  Se encontraron en persona, interpretaron las canciones y surgió la posibilidad de añadirles cuerdas e instrumentación ambiental.  El resultado final es un álbum bautizado con el nombre del proyecto que reúne un crisol de hermosas canciones, letras oscuras y poéticas y un trenzado de florituras instrumentales que hacen del disco un auténtico monumento a la calma y a la serenidad.


Julien Marchal


















Ed Tullett


Lissom - 2018


























Acercándonos a la recta final de ésta edición de Cíclope 3.0 caracterizada por la calma y las voces en falsete, recuperamos a un músico que se sirvió de ésta técnica vocal en todo momento, Jimmy Somerville.


Jimmy Somerville

Dinámico, saltarín y vital, Jimmy Somerville comenzó fundando la banda Bronski Beat en la década de los años 80, firmando canciones de contenido homosexual con mensajes abiertamente políticos y activistas.  Estuvo en el seno de la banda hasta 1985, fecha en la que pasa a formar parte del grupo The Communards.  Posteriormente continuaría su carrera en solitario.  Para el programa de hoy recuperamos su voz, en falsete como no podía ser de otra manera, en una canción aparecida en el MaxiSingle de 1985 que tenía como tema estrella I Feel Love, interpretado a medias con su amigo y colega Marc Almond.  En la cara B del Maxi, dos piezas, una de ellas, la que traemos al programa, es una composición de Somerville cantada a capela por él y titulada Puit D'amour.


Si escuchamos voces en falsete, la de Antony Hegarty, conocido en su día como Antony and The Johnsons y actualmente reconocida como Anohni, no puede faltar.


Antony Hegarty















Anohni



















Desde que surgieron a finales de los años 90, el proyecto Antony and The Johnsons se convirtió en una imagen rutilante de lo mejor que le llegaba al Mundo desde la escena musical neoyorquina.  La voz de su pianista y cantante era admirada por figuras del Cine y de la Música como Dennis Hopper, Kate Bush o Laurie Anderson que dijo de ella que
todas las emociones del planeta se encuentran en su increíble voz
En la recta final, el sonido del primer disco bautizado con el nombre del grupo.


Antony And The Johnsons - 1998

The Johnsons, el grupo de músicos alrededor de la figura de Antony/Anohni, está formado por diferentes instrumentistas.  Uno de esos miembros es Julia Kent, vilonchelo, una mujer de origen canadiense, nacida en Vancouver, en la Columbia Británica, y asentada en la ciudad de New York.  Además de formar parte del combo The Johnsons ha pertenecido a grupos como Rasputina, cuarteto de violonchelos formado por mujeres.  En solitario crea música utilizando fuentes pregrabadas (sonido de violonchelo en bucle, pasajes de música electrónica...) y el violonchelo como columna vertebral de sus composiciones.  Comenzó su producción en el año 2007 y ha ido sumando álbumes a una interesante discografia que recoge sus trabajos para bandas sonoras de películas y de cortometrajes, como por ejemplo Oasis, que ganó el Premio al Mejor Corto en la edición del año 2015 del Festival de Cine Europeo de Sevilla.  Con ella terminamos recuperando un tema del álbum Green and Grey del año 2011 y otro de su última producción, Temporal, editado éste año 2019.


Julia Kent

Espero que te guste el programa.

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