jueves, 19 de noviembre de 2020

Cíclope 3.0 - Especial Peter Green


Peter Green
(1946-2020)


Peter Allen Greenbaum, conocido como Peter Green, nacía en Londres el 29 de octubre de 1946 y fallecía el 25 de julio de 2020 en su ciudad natal a los 73 años de edad.  La edición de Cíclope 3.0 del martes 17 de noviembre de este año en curso está íntegramente dedicada a la figura de este músico que tanto hizo por el Blues.

Nacía en Londres, en el barrio de Bethnal Green de Tower Hamlets.  El responsable de que Peter se aficionase a la música la tuvo su hermano Michael que, cuando contaba su hermano pequeño 10 años, llevó a la casa de sus padres una guitarra española.  Peter, embebido de la música que escuchaba su hermano mayor (Muddy Waters, B.B. King) comenzó a intentar sacar sonidos del instrumento y con fuertes influencias de lo que él escuchaba (The Shadows y sobre todo el sonido de guitarra de Hank Marvin) fue delineando un camino por el que deambularía con una creatividad extraordinaria.



The Shadows
(Hank Marvin segundo por la izquierda)



A los 15 años acortó su nombre al que ya conocemos y tocaba la guitarra bajo en bandas locales donde se fue curtiendo.  Dejó las cuatro cuerdas del bajo y se pasó a las seis de la guitarra eléctrica e inició un perfil personal, una forma de tocar que hizo de él uno de los guitarristas de blues británico más creativos y originales que se han conocido.

Green comienza a hacer sonar su guitarra sobre 1966, cuando entra a formar parte del grupo Peter B's Looners rápidamente rebautizado como Shotgun Express.



Shotgun Express

Shotgun Express (foto de la derecha) fue una banda británica de R&B formada en Londres en mayo de 1966 fundada por Peter Bardens (en la foto con chaqueta a rayas), que sería miembro fundamental de Camel.  El cambio de nombre vino provocado por los cambios en el contenido musical del proyecto  que con el nombre Peter B's Looners realizaban música instrumental y ahora, cambiando de estilo, deciden agregar la figura de un o una vocalista.  De esa forma se asienta una base donde intervinieron voces como la de Rod Stewart (en la foto a la izquierda, agachado), y Beryl Marsden, una vocalista que había desarrollado su actividad como cantante en circuitos de Liverpool.  Pero había más: Bardens (en la foto a la derecha) se encargaba de los teclados; en la guitarra un hombre joven que había demostrado una gran versatilidad con las 6 cuerdas, Peter Green y en la batería Mick Fleetwood.  La banda tocó en clubes de Londres y se centró en tocar clásicos del Soul.

La primera separación de un miembro fue la de Green, que dejó la banda a finales de 1966 para unirse a los Bluesbreakers de John MayallShotgun Express desaparecía del panorama musical a principios de 1967 después de que Stewart tomara la decisión de unirse al Jeff Beck Group en febrero de 1967.  Mick Fleetwood se unió a Green en la banda de John Mayall y comenzó el vuelo del cometa Peter Green, su trayectoria y su cola.



John Mayall



Quien se fijó en la estela   que dejaba el vuelo del     cometa de la guitarra de  Green fue el padre del Blues Británico blanco,  John Mayall, que en 1967 lo buscó para que entrara a formar parte de su banda, The Bluesbreakers.





The Bluesbreakers 
(John Mayall primero por la izquierda,
Eric Clapton primero por la derecha)

The Bluesbreakers, la banda asentada alrededor de la figura de John Mayall, tiene uno de los árboles genealógicos más ricos surgidos en la Historia del Rock.  Algunos músicos que pasaron por el grupo son Mick Taylor, durante un tiempo parte de The Rolling StonesHarvey MandelWalter Trout y Larry Taylor, que formarían parte de Canned Heat...  Una nómina impresionante donde brillaba un elemento fundamental: la guitarra eléctrica de Eric Clapton.
Los diferentes compromisos de Clapton provocaban que se ausentara en ocasiones lo cual motivó la necesidad de buscar a un sustituto temporal.  Peter Green estaba con Peter Bardens en la banda Shotgun Express y ante la llamada de John Mayall participó al mismo tiempo de ambos proyectos, tocando en actuaciones en vivo de The BluesbreakersClapton, junto con otro compañero de los Bluesbreakers, el guitarra bajo Jack Bruce, abandonó el seno de la banda definitivamente para formar junto a Ginger Baker el trío Cream.  Fue entonces cuando Green pasa a formar parte de la nómina de Bluesbreakers como miembro fijo, circunstancia que no gustó a ciertos núcleos fanáticos de la banda.  Mayall lo aseguró en una entrevista:
Sabía que Peter iba a tener que lidiar con las odiosas comparaciones entre él y Clapton porque los seguidores del grupo eran abiertamente hostiles hacia el nuevo guitarrista, gritando en los conciertos que querían que volviese Eric.

Sin embargo el talento y buen hacer de Green se impusieron ante las críticas emocionales y poco a poco su trabajo fue adquiriendo gran repercusión en la escena musical británica.




En 1967 aparecía A Hard Road firmado por John Mayall & The Bluesbreakers, con Green como guitarra y un futuro compañero del proyecto Fleetwood Mac, el guitarra bajo John McVie.  En el álbum, Green además de tocar componía dos temas, uno cantado y el otro instrumental, ambos recogidos en este programa Especial.


Año 1967.  Tras su intervención en álbum A Hard Road y después de tocar en vivo con Mayall en unos cuantos conciertos, Green abandona a The Bluesbreakers para crear un proyecto propio que bautiza con el nombre de Fleetwood Mac.  Parte de los apellidos de dos compañeros de labores musicales, ambos pertenecientes a la escudería dirigida por Mayall: el batería Mick Fleetwood y el guitarra John McVie.  


Dependiendo de si la copia era americana o inglesa, la portada del disco podía cambiar.  En 1968 aparece Fleetwood Mac, también titulado Peter Green's Fleetwood Mac.  La diferencia entre las ediciones norteamericana e inglesa no estaba únicamente en la carpeta, también en el contenido que, aunque la mayoría de composiciones eran las mismas variaban en algún corte.  El disco salía en 1968 y supuso un más que gratificante encuentro con un grupo que practicaba un blues enérgico y brillante apoyado en una doble columna vertebral de guitarras eléctricas, las de Peter Green y las de Jeremy Spencer.



Jeremy Spencer



El primer álbum de Fleetwood Mac aparecía en febrero de 1968, en septiembre del mismo año publicaban Mr. Wonderful, un disco que resultó un tanto decepcionante dada las cotas que marcó el primero.  En este segundo LP recogen un blues casi, se podría decir, rutinario, a pesar de ampliar el espectro sonoro del grupo al incluir una sección de trompas y a la pianista Christine Perfect, la que sería más tarde conocida como Christine McVie.  Probablemente lo mejor del disco esté en composiciones como la que rescata el Cíclope, Love That Burns, con su melodía triste y líneas de trompetas lentas y receptivas.  Curiosamente, Mr. Wonderful no se publicó en los Estados Unidos aunque la mitad de los temas aparecieron en una edición norteamericana con el título English Rose, que se remató con algunos temas inéditos y alguna pista nueva.



Mr. Wonderful
, carpeta completa, desplegada



Mr. Wonderful fue un disco de ida y vuelta porque si en Estados Unidos se llamó English Rose, con ese título se publicaría también en Europa, en 1969, solo que con canciones diferentes y con unos créditos reforzados con otro miembro importante: Danny Kirwanque se sumaría con su guitarra eléctrica al binomio Green/Spencer.



Danny Kirwan
(1950-2018)










En el umbral del otoño de 1969, finalizando el mes de septiembre, vio la luz Then Play On, probablemente el disco más rico en ideas y matices que grabó Fleetwood Mac.  Asentado como quinteto con Kirwan tocando la guitarra, componiendo y cantando, Then Play On fue la consagración definitiva de la banda.  El álbum reunía todo de lo que eran capaces Green y compañía y guardaba, y guarda, momentos estelares como es la canción Oh Well.




La década de los años 70 se inaugura para Peter Green con malas perspectivas.  Tras una gira por Centroeuropa, después de un concierto en Alemania, en Munich, Green y Danny Kirwan se dan un homenaje consumiendo una considerable dosis de LSD.  No habría pasado nada si se hubiera quedado ahí, pero continuó haciendo uso del alucinógeno y la vida comenzó a complicarse.  Su forma de componer se volvió oscura, con textos melancólicos e introvertidos.  Faltaba a los ensayos porque se encontraba sentado en el séptimo anillo de Saturno, sobrevolando Moscú...las ingestiones de LSD eran continuas, superponiendo los efectos y saliéndose de órbita, perdiendo el norte.  Comenzó a vestir de forma un tanto rara, con túnicas, collares con símbolos religiosos, crucifijos...  Si se hubiera quedado todo en una simple conversión paulina no habría sido tan llamativo el cambio, pero es que además cambió su forma de ver la economía: quería donar todas las ganancias que recibía el grupo por su trabajo a asociaciones de caridad y organizaciones bienhechoras.  Quería vivir con lo justo y necesario porque ganar miles de libras esterlinas no tenía sentido para alguien que trabajaba sólo para mantenerse y tener tanto dinero no le hacía feliz.  Querer vivir con lo mínimo necesario no es malo, lo malo es que exigía que los demás hicieran lo mismo.  Las circunstancias se fueron sumando para delimitar el camino de salida y en 1970 Peter Green dejó Fleetwood Mac.  Se llegó a rumorear que no fue él el que abandonó Fleetwood Mac sino que sus problemas psicológicos determinaron su expulsión.


En 1970, el mismo año en el que deja de pertenecer a Fleetwood Mac, Green publica un primer disco en solitario, un álbum muy triste porque suena a ensayo, a demo sin acabar.  

Son composiciones incompletas, a las que les falta algo, tanto es así que me he permitido no incluir ningún corte de este disco en el programa para que haya más espacio para otros que merecen la pena.  Es un triste reflejo de la realidad: el consumo de LSD que hizo Green fue desmedido.  Intratable como persona, no admitía crítica ni consejo alguno y en esas, se desencadenó una crisis psicótica que desembocó en esquizofrenia.

Internado en diferentes hospitales llegan los años intermedios de la década de los 70, cuando un triste suceso provoca que se vuelva a hablar de él pero no por su música sino por una noticia: la amenaza, rifle en mano, a Clifford Davis, manager de Fleetwood Mac, que fue a visitarlo a su casa para entregarle un cheque correspondiente a sus derechos de autor.  Green afirmó que ese dinero pertenecía a Satanás y que no quería saber nada.  Tras una nueva estancia en un hospital psiquiátrico, el músico, visiblemente recuperado, se integra a la vida social, trabajando en el servicio de limpieza de un hospital.  Pasando la mopa en un pasillo fue reconocido por un paciente, responsable de una casa discográfica.  Dio la voz de alarma: Peter Green trabajaba limpiando suelos.  Con mucho tacto se pusieron al habla con el músico y este recuperó el interés por seguir tocando y componiendo.  Se le ofreció la posibilidad de grabar y en 1979 volvía a la carga con un álbum con el sello Peter GreenIn the Skies.

Casi una década después de una vida con emociones semejantes al sube y baja de una montaña rusa, Green volvía a tejer unas melodías características de su impronta personal.  In the Skies reúne nueve canciones cinco de las cuales son composiciones instrumentales.  Cuando canta lo hace con una serenidad que muestra el balance que aparentemente ha logrado.  Snowy White, guitarrista de sesión que había trabajado con Pink Floyd y fue miembro de Thin Lizzy, aparece en los créditos donde también están Reg Isidore (1949-2009) batería de Robin Trower que comparte baquetas con Godfrey McLean, antiguo percusionista de Brian Auger's Oblivion Express.  Su viejo amigo Peter Bardens se sentó a los teclados.  Un par de temas para recordar ese álbum que tanto interés despertó entre sus seguidores.



Camel
- Peter Bardens (1944-2009) con camiseta de rayas


Cuando parecía que la vida de Green había conseguido un equilibrio, entrada la década de los 80 y tras un intento de proyecto musical de corta vida (la banda Katmandu que grabó tan solo un disco en 1984), Peter Green vuelve a desconectarse de la música.  Sin delirios y consciente del trastorno esquizofrénico que padece se retira a vivir solo, en Richmond, donde lucha contra su dolencia.
Anteriormente había pasado largas estancias en hospitales psiquiátricos y a principios de los años 90 su familia le convence para que abandone la vida de ermitaño que lleva.  Entregan varios informes de su caso a la Oficina de Tutela Pública, organismo creado para salvaguardar la salud y los intereses financieros de los enfermos mentales que acepta la solicitud.  A mediados de la década de los 90 Peter Green, visiblemente cambiado, funda un nuevo proyecto, un grupo llamado Peter Green Splinter Group que desarrolló una actividad continuada entre 1995 y 2004.






Peter Green Splinter Group (Peter tercero por la izquierda)



Esta nueva banda contó con colaboraciones temporales como la del batería Cozy Powell o el guitarra bajo Neil Murray pero el esqueleto que lo formaba estaba compuesto por su amigo el guitarrista Nigel Watson, Peter Stroud en la guitarra bajo, Roger Cotton en los teclados y el batería Larry Tolfree.  Grabaron siete álbumes de los que recuperamos dos: Peter Green Splinter Group de 1997 y Reaching The Cold 100 del año 2003.





 
  





























La infelicidad perseguía a Green y cuando todo parecía haber tomado un camino equilibrado, en el año 2004 toma una decisión de ruptura: abruptamente y sin previo aviso opta por dejar ese último proyecto que había ideado.  Escoge Suecia como lugar de residencia y Peter Green Splinter Group deja de existir.
No dejaría de tocar, esporádicamente, en diferentes Festivales y eventos, incluso en el año 2009, en febrero, anunció una gira bajo el nombre Peter Green and Friends donde se reunió de viejos amigos y conocidos para interpretar éxitos de su carrera musical.  Aunque la gira tuvo presentaciones en Europa y Australia no duró mucho.  A mediados del año 2010 Green aparecía por última vez en directo y después no se supo mucho más de él.
Moría el 25 de julio de este año 2020, en paz, mientras dormía.  Nos queda su música recogida en un montón de discos que se pueden escuchar una y otra vez porque su legado no se agota.  El Cíclope ha repasado parte de su discografia y espero que te haya gustado el programa.

Enlace:






miércoles, 11 de noviembre de 2020

Cíclope 3.0 - 10-11-20



El Cíclope con un extraño aparato que le ayuda a escudriñar con su poderoso ojo el rastro de sonidos estereofónicos de larga duración




Cíclope 3.0 del martes 10 de noviembre.

¿Cómo se escoge la música con la que comenzar el programa?  Ojeando discos, pasando las carpetas, mirando aquí y allá, y mientras tanto suena algo y ese tema da pie para iniciar un recorrido que, como es habitual, pasa a través del Prisma del Tiempo.  Ese es el caso en el arranque del espacio de hoy: música elaborada a principios de los 80 con una banda excepcional, The Sound.



The Sound
(Adrian Borland segundo por la izquierda)



The Sound fue el proyecto que cristalizó el talento artístico de Adrian Borland (1957-1999), compositor, guitarrista y cantante londinense que capitaneó la banda formada en 1979.  Publicaron por primera vez en 1980, inaugurando la década de los 80 con un sonido y un espectro musical que oscilaba entre Joy Division y Echo & The Bunnymen, y dejaron un buen puñado de discos que no tenían, ni tienen, desperdicio, sobre todo por las composiciones de Borland.


Jeopardy fue el álbum debut del grupo en 1980.  Le siguió From the Lions Mouth en 1981, probablemente el mejor disco que firmó el grupo.

La carpeta muestra una pintura del Profeta Daniel del Antigüo Testamento cuando, encarcelado en Babilonia, fue arrojado a las fieras para ser devorado.  La familia de felinos que se tenían que encargar de la condena se negaron a darle ni siquiera un zarpazo.  Ya fuese porque los animales estaban aturdidos y confusos tras escuchar, sin remedio, aquellos largos monólogos apocalípticos del Profeta (observa la cara del tercer león por la izquierda), o porque sencillamente fueron iluminados para abstenerse de clavarle el diente a una carne posiblemente contaminada de delirio, el caso es que Daniel salió intacto del foso asegurando que había sido voluntad y designio divino que los leones no le devorasen.  Bueno ¿y qué tiene que ver todo esto con The Sound?  Nada, sencillamente es la imagen que ilustra su segundo LP, un disco cuya cara A no tenía desperdicio: 5 temas a cuál más bueno.  La cara B tampoco tiene desperdicio como por ejemplo el tema que abre el programa de hoy, Possession, la lucha entre un demonio que intenta mostrar su rostro y un dios que intenta poner en su lugar a quien cuenta la historia del texto de la canción.



Interior de la carpeta From the Lions Mouth




El 5 de enero del año 2016 la edición de Cíclope 3.0 estuvo dedicada íntegramente a esta interesante banda británica.  Repasamos su discografía a lo largo de los sesenta minutos del programa y, obviamente, algún que otro tema quedó fuera como fue el caso de este que recuperamos ahora, Silent Air, Aire silencioso, una canción  en la que Borland comienza diciendo:

Trueno en el aire antes de una tormenta que estalla.  Ira en mi corazón.  Un dedo en mis labios.  Me mostraste ese silencio que acecha este mundo atribulado.  Me mostraste ese silencio que puede hablar más fuerte que las palabras.

En Cíclope 3.0 nos hacemos eco, ahora, de ese aire silencioso y nos quedamos con música sin palabras, instrumentales firmados por una banda que ya ha pasado por el programa y no hace mucho.  Me estoy refiriendo a The Pirate Ship Quintet.


El programa del martes 13 de octubre tuvo como denominador común el conflicto bélico.  Ese día terminamos con esta banda pero la estrategia del Tiempo nos venció antes de poder acabar de escuchar el tema que el Cíclope había escogido, una canción larga que hoy volvemos a seleccionar para que puedas apreciar mejor qué es lo que hacen en música este grupo que se formó en el año 2004, en Bristol, Inglaterra, cuando se llamaban Pirate Ship y en el proyecto militaban hasta ocho miembros.  Desde el comienzo han ensayado la misma estructura de composiciones instrumentales en la línea de bandas como Mogwai, conectando guitarras eléctricas, teclados, batería, bajo y trompeta.  De sexteto pasaron a quinteto y se rebautizaron como The Pirate Ship Quintet con una dotación instrumental formada por dos guitarras eléctricas, una guitarra bajo, un batería y un violonchelista de reputado curriculum: venía de formar parte de la Orquesta Sinfónica de Bournemouth y de la Orquesta Sinfónica de Londres.


Bajo el nuevo nombre entran en los estudios de grabación y publican un EP de debut en el año 2006 con título homónimo al nombre de la banda.  De este EP de presentación el Cíclope extrae un tema, para continuar con aquella composición que no sonaba al completo el día que formaron parte del programa sobre lo bélico.


Emitter, del año 2019, es lo último, por el momento, de esta interesante banda.  Se publicó primero a través de la web del grupo para después formar parte del mercado habitual.  Para la ocasión tuvieron la colaboración de un saxofonista que suena en el tema que le da título al disco, una larga composición de doce minutos donde The Pirate Ship Quintet dan de sí lo mejor que saben hacer: instrumentales elocuentes que comienzan a ascender poco a poco hasta llegar a una meseta de paroxismo donde se mantienen para ir descendiendo hasta cerrar.

Sin abandonar las estructuras del Post-Rock pero añadiéndole palabra nos quedamos ahora con el cuarteto de origen sueco que responde al nombre de Jeniferever.



Jeniferever

Entre Jennifer y Forever forman el nombre de la banda los cuatro miembros originales de la ciudad de Uppsala, Suecia.


Se reúnen en 1996 y hasta la fecha han publicado cuatro discos entre 2003 y 2011.
El primero que reseña el Cíclope es uno aparecido en el año 2009 con el título Spring Tides.
La portada que se ve a la izquierda es posterior a la edición original del álbum porque la primitiva era desconcertante: un librito de papel, sin encuadernar, impreso en cartulina, decorada con la reproducción de un mapa de estrellas, sin lista de canciones, sin créditos, como si el propósito de la banda fuese convencerte del significado de la música antes de que la escuches.  Y cuando te adentras en la audición del disco lo que encuentras es una sorpresa: el sonido de Jeniferever es grande, a veces caótico, al borde de la grandilocuencia.  Las diferentes canciones muestran lo espectacularmente hermosa que puede ser la música de este colectivo cuando el grupo controla su tendencia al exceso sonoro.

Dos años después del anterior disco, en el año 2011, publicaban Silesia.
El voivodato de Silesia es uno de los 16 voivodatos de la República de Polonia.  Su capital es Katowice y a pesar de lo raro que te pueda sonar es un área importante para practicar la pesca.  Imagínate lo importante que es que en Internet está constantemente actualizada la información meteorológica para que cualquiera que esté interesado en ir a pescar por aquella zona de Polonia sepa con qué tiempo se va a encontrar.  Silesia es, también, el nombre de una parada de metro en Berlín.  ¿A qué hace referencia el nombre del disco de Jeniferever?  A juzgar por la ilustración de la portada parece que a lo que se refieren es a ese voivodato polaco.  Lo importante es que el cuarteto demuestra que conoce la atmósfera críptica en un contexto de Rock.  Un tema más de este proyecto sueco y nos vamos rápido, que el Tiempo se nos agota.  
Para acabar el programa de hoy volvemos a recuperar la música sin palabras, música instrumental, ahora a cargo de Iroha.




Iroha es un trío original de Birmingham, Inglaterra, que llevan tres discos grabados en su haber: 2010, 2011 y 2012.  Su sonido está basado en las guitarras eléctricas y la estética de las ilustraciones de las carpetas de sus discos recuerdan a la de Joy Division.



Born from the Heart of a Dying Star 
 - 2013























From Steeple to Steeple
 - 2014



























Iroha
- Shepherds and Angels - 2012


Con un tema del disco del año 2012, Pastores y Ángeles, nos despedimos hasta la semana que viene.


Espero que te guste el programa.


Enlace:






miércoles, 4 de noviembre de 2020

Cíclope 3.0 - 03-11-20 - Especial John Cale # 9





John Cale



Cíclope 3.0 del martes 3 de noviembre.  Primer Cíclope del mes y como bien sabes los primeros martes están dedicados al Especial Discografía.  En el espacio de hoy novena entrega del Especial John Cale.
En la edición anterior del Especial, la del martes 6 de octubre, terminábamos con la banda sonora original de Cale para la película Antártida del año 1995.  A finales de la década de los 90, en 1996, vuelve a entrar en los estudios de grabación para elaborar un nuevo trabajo.  Después, entre 1997 y 2000, su producción se centra en la composición de scores originales para la gran pantalla.  En los años 2003 y 2005 vuelve a publicar material discográfico nuevo.  En esta ocasión, en esta entrega número 9 del Especial John Cale, nos vamos a centrar en esos últimos álbumes, los que aparecieron entre finales del siglo XX y principios del XXI, dejando para el Especial John Cale # 10 y final lo que son las bandas sonoras y algún material recopilatorio grabado en vivo.  No hago esa separación porque la música para cine que compone el galés sea inferior a su producción general, sino porque no quería que los tres discos que hoy van a sonar se quedaran cortos en la última parte del Especial y no sonaran como lo van a hacer, no al completo pero al menos reseñando unos cuantos temas de cada uno.
Así que, sin más, entramos en materia musical.



Walking on Locust
 - 1996


La portada del disco es tal cual aparece en la foto anterior, una instantánea desenfocada del rostro de Cale que publicaba nuevo álbum con material nuevo en más de una década.  Aunque es su álbum más accesible desde aquel París 1919, como dice el refrán, "Nunca llueve a gusto de todos", y puede ser que el trabajo necesite unas cuantas audiciones para captar lo que lleva dentro, especialmente para aquellos incondicionales del galés que prefieren un registro más ruidoso por parte de nuestro hombre.
Walking on Locust (Caminando sobre langostas) está producido por Cale y cuenta con una nómina de colaboradores variopinta e interesante, como es habitual en las producciones caleianas.






David Byrne
 toca la guitarra eléctrica en un tema original suyo, Crazy Egypt, que su amigo versionea en este álbum.









Maureen Tucker, la que fue batería de la Velvet Underground, vuelve a poner sus baquetas al servicio del galés.




Tucker
y Cale compartiendo ternura



Cuando se trata de arreglos de cuerda, el violinista David Soldier y su formación, Soldier String Quartet, se encargan del asunto.  Soldier ya había trabajado anteriormente con Cale por lo que la relación profesional tenía antecedentes.  En este álbum además se amplía la paleta de colores de sonidos y se llegan a utilizar unas castañuelas para recrear ritmos hispanos y latinos.  Es un álbum abierto a diferentes horizontes incluido el emocional ya que hay un homenaje al que fue compañero de Cale en la Velvet, el guitarrista Sterling Morrison que fallecía un año antes, en 1995, y al que recuerda en un tema titulado Some Friends.



Sterling Morrison
(1942-1995)


El resultado final de Walking on Locust recuerda un poco los álbumes de Cale de principios de la década de los 70.  Aludir a París 1919 entre otros aspectos es por la utilización de los arreglos de cuerdas realizados por Soldier aunque distintos a la grandilocuencia orquestal de esa catedral de la decadencia que fue París etcétera.
A título anecdótico, las primeras copias del disco aparecieron firmadas por el mismísimo John Cale que entraba en el siglo XXI firmando un álbum titulado HoboSapiens.


HoboSapiens aparecía el 18 de noviembre del año 2003 y presentaba al iconoclasta galés en su forma más enérgica, innovadora, elegante.
De entrada llama la atención que utiliza samples como base de todas sus composiciones, ayudándose con la colaboración de músicos para completar sus ideas, ideas que estaban firmemente establecidas melódica, lírica y textualmente.


Los créditos incluyen a guitarristas como el que aparece en la foto de la izquierda, Joe Gore, un músico que ha trabajado con Tom Waits PJ Harvey.
 


  

Jeff Eyrich
 se encarga de la guitarra bajo




En la batería, entre otros músicos, está Marco Giovino.





Brian Eno está presente aunque no interviene directamente.  Sus hijas Irial Darla son parte de las voces que hacen coro e incluyen risas en una canción.  Además aparece en los créditos un coro de voces italianas y un cuarteto vocal llamado A Tonal Choir (Un coro tonal).
A lo largo de las 12 canciones que forman HoboSapiens la perspectiva que ofrece Cale sobre su creatividad es brillante, todo entretejido con estructuras Post-Rock y Pop de perfil moderno, con ángulos y multidimensionalidad que colaboran a elaborar artefactos culturales interesantes porque demuestran que el músico galés sigue vivo y activo.







Las dos imágenes anteriores son del interior de la carpeta de HoboSapiens



Con dos años de diferencia, en 2005, Cale realiza una nueva entrega.  Después de un exilio autoimpuesto de casi diez años del Pop y del Rock, volvía con HoboSapiens.  El periodo relativamente corto entre ese disco y el que veía la luz en 2005, Black Acetate, crea ciertas reticencias: o se trata de una repetición o es el presagio de un renacimiento en toda regla.  Por suerte sería la segunda opción.  Cale  entra en el andamiaje y tornillería de este álbum de una forma diferente, distinta a como ha hecho hasta el momento.  


Trabaja a medias con un multinstrumentista norteamericano, Herb Graham Jr. (foto de la izquierda), productor, compositor, con la batería como instrumento de base.  Contribuye en todas las canciones y parece ser tan fundamental en los resultados finales como el mismo Cale.  Ambos producen el disco y se rodean de invitados que se acercan para agregar texturas aunque, de base, este es un álbum de dos personas: Cale y Graham Jr. pero, ojo, no es un trabajo del orden John Cale/Lou Reed (Songs for Drella) o John Cale/Brian Eno (Wrong Way Up), es una producción entre el galés y el músico norteamericano que hace las veces de coordinador/multinstrumentista, al igual que hace Cale, tocando varios instrumentos además de cantar y componer, como es habitual.
La lista de músicos colaboradores es amplia, con nombres relacionados con el área de músicos de sesión.





 




David Levita guitarra eléctrica y guitarra acústica









Mark Deffenbaugh
 guitarra, banjo, armónica








John Krovoza violonchelo









Michael Jerome
batería











Dustin Boyer guitarra eléctrica













Cuando se publica Black Acetate Cale había cumplido 63 años y su voz, oscura y distintiva, sigue siendo fuerte y clara, sonando en perfecta conjunción con todo el material.  Sigue siendo imprevisible, sorprendiendo siempre.  Cuando crees que lo has descubierto todo en él se escapa y aparece donde menos te lo esperas, deconstruyendo una melodía con perfiles vanguardistas o levantando una arquitectura de líneas claras y potentes como sucede en una de las canciones de este disco, la titulada Wasteland, uno de esos temas caleianos que se te cuelan en el alma y te atrapan.
Black Acetate es un lanzamiento valiente, impredecible e iconoclasta, que demuestra que John Cale es uno de los músicos más creativos y convincentes del panorama de la Música.
El mes que viene, en diciembre, terminaremos con el Especial John Cale.


Espero que te guste el programa.


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