viernes, 24 de diciembre de 2021

Cíclope 3.0 -21-12-21

 


Delegación de oyentes lejanos de Cíclope 3.0 reunidos para despedir el programa hasta el año que viene


Cíclope 3.0 del martes 21 de diciembre de este año 2021.  Como entramos en época vacacional (las Navidades), el Cíclope se toma un descanso y realiza el último espacio de este año que está a pocos días de terminar y lo hace reuniendo un puñado de canciones que comienzan con una receta o sugerencia amorosa: 25 Tipos de Amor.  El catálogo lo firma una banda británica llamada The Blue Aeroplanes.



The Blue Aeroplanes es un grupo de Bristol, Inglaterra, con un estilo ecléctico capitaneado por la sensibilidad de composición del líder del grupo, Gerard Langley (segundo por la izquierda, el de las gafas negras).  Comenzaron con el inicio de la década de los años 80 del siglo pasado y siguen en activo hasta nuestros días.  El núcleo original de la banda incluía al hermano de Langley, John a la batería, Nick Jacobs a la guitarra y al multinstrumentista Dave Chapman.  Sin embargo, el personal que no sea Gerard Langley ha variado, y tanto en las grabaciones como en las actuaciones en vivo siempre ha ido aumentado o disminuyendo por un gran elenco de acompañantes semi-regulares.  




De ellos el Cíclope recupera un álbum del año 2011 titulado Anti-Gravity con dos muestras de su forma de hacer música.





Del eclecticismo de Gerard Langley y compañía a otro hombre que concilia diferentes formas y estilos de la música: Lloyd Cole.


A través de su aclamado trabajo al frente de The Commotions y sus esfuerzos en solitario más eclécticos, Lloyd Cole, nacido en 1961 en Buxton, Inglaterra, se estableció como uno de los compositores más elocuentes y agudos de la era Post-Punk.  Como compositor, el estilo lírico literario y bastante británico de Cole está unido a una alta sensibilidad melódica.  Musicalmente, el sonido de sus composiciones ha evolucionado constantemente desde que hizo su debut con su grupo, The Commotions, en 1984, pasando por el Rock, el Pop, refinando géneros y sub-géneros, hasta el equilibrio entre tendencias, combinando la exuberancia de una orquestación con esquemas básicos de banda de Rock.  Al mismo tiempo, Cole comenzó a crear un cuerpo de trabajo instrumental inspirado en la música electrónica, fusionando su estilo lírico con el entusiasmo por los sonidos electrónicos.  Nos quedamos con dos muestras de su forma de hacer música, un tema del álbum Standards del año 2013 (curioso, porque a pesar del título no hay ningún tema standard de ningún estilo) y otro donde hace la incursión en el mundo dela electrónica rodeándose de sintetizadores, Plastic Wood, del año 2001.





Cuando las guitarras eléctricas, acústicas, guitarras españolas, forman trenzas con la electrónica de los teclados se dan proyectos como Talking Dolphins.



Talking Dolphins sonó hace unos meses por aquí por Cíclope 3.0 con motivo de la edición de cuatro canciones aparecidas entre el 22 de marzo y el 7 de julio de este año 2021.  Es el proyecto del compositor, guitarrista y cantante Miguel Ángel Redondo, que se encarga de todos los instrumentos (guitarras y teclados) además de cantar.  La primera vez que escuchamos a Talking Dolphins nos quedamos con 3 de las 4 composiciones, en concreto las que están cantadas en inglés y prometí que la próxima vez que trajéramos al programa a estos Delfines escucharíamos una vez más alguno de esos tres temas y el cantado en español, en concreto recuperamos Lost in a Dream, uno de los temas aparecido en el mes de marzo, y Una vez más, la canción serena cantada en español.
A la espera de poder programar más composiciones de Talking Dolphins continuamos ahora con teclados y guitarras enlazados en esta ocasión por el dúo de Nashville, Tennessee, conocido con el nombre de Hammock.

Marc Byrd, teclas, y Andrew Rhompson, guitarras, 
izquierda y derecha, llevan tiempo practicando el viaje interior por dentro de la música.  Se estrenaban en el año 2005.  Han colaborado con Jónsi & Alex, cantante y diseñador respectivamente de las carpetas de los álbumes de Sigur Rós, cuando este dúo comenzó a actuar en vivo, llevándolos como teloneros por las actuaciones en territorio norteamericano.

Esta foto, que recoge un día en la actividad musical del dúo Hammock, no se ha vuelto a dar desde los primeros meses del año 2020, cuando se declaró la pandemia de la COVID-19.  A lo largo de los meses del ínclito año, se mantuvieron aislados, cada uno en un punto lejano uno del otro, y Byrd y Thompson siguieron trabajando cada uno en sus casas, contactando a través de las diferentes opciones que les ofrecen el trabajo on line.  Fruto de ese trabajo en la distancia es el álbum Elsewhere publicado el 5 de noviembre de este 2021.  La producción ha corrido a cargo de los dos miembros de Hammock y el trabajo tiene además la colaboración del violonchelo de Matt Slocum y el piano de Matt Kidd, ambos pertenecientes al ámbito de la música instrumental.

A la izquierda portada de Elsewhere, el nuevo trabajo del dúo Hammock que sigue buscando la belleza, el silencio contemplativo, creando música para los caminos emocionales menos transitados, obras conmovedoras de un ambiente Post-Rock reluciente, llenas de esperanza y nostalgia melancólica.
En la recta final del espacio de hoy el Cíclope vuelve, como en otras ocasiones, a utilizar la metáfora de la canasta de cerezas: tomas una y salen ensartadas unas cuantas más.  Si tomamos la labor de Hammock como músicos colaboradores en otros proyectos nos encontramos, por ejemplo, con The Summer Kills


 
The Summer Kills es un trío formado por el dúo Hammock (Marc Byrd en el centro y Andrew Thompson a la derecha) más el compositor, intérpretee y cantante Matthew Ryan (el de la izquierda).  Sólo han grabado un álbum por el momento, Last Night We Became Swans, publicado en el año 2018.

 
Es otra forma de interpretar el onirismo ensoñador que caracteriza al dúo de Thompson y Byrd como demuestra el tema que escoge el Cíclope.
Y para terminar, como estamos con el cesto de las cerezas, enganchado al álbum anterior ese músico, cantante y compositor estadounidense llamado Matthew Ryan


nacido en Chester, Pensilvania e inspirado por artistas como
U2, The Replacements y Leonard Cohen.
De su producción el Cíclope escoge el álbum del año 2011 titulado I Recall Standing As Though Nothing Could Fall y un tema que sirve para cerrar este Cíclope 3.0, último del año 2021.
Volvemos el próximo año, 2022, en concreto el martes día 11.  Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.

Espero que te guste el programa.

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jueves, 16 de diciembre de 2021

Cíclope 3.0 - 14-12-21 - Especial Charlie Watts # 2

 


Charlie Watts
(1941-2021)


Cíclope 3.0 del martes 14 de diciembre de este año 2021 que tiene activada la cuenta atrás para terminar y dejar que entre un año nuevo.

La edición de Cíclope 3.0 está dedicada al segundo y último Especial Charlie Watts.  En noviembre, el martes 23 y no el día 11, como digo erróneamente en la palabra del programa, el Cíclope le dedicó un primer Especial donde recogía su producción fuera de su labor con The Rolling Stones, un trabajo centrado en su gran pasión dentro de la música: el Jazz.  En aquella ocasión pudimos escuchar trabajos firmados con el nombre de The Charlie Watts Orchestra y The Charlie Watts Quintet, el combo que se mantuvo más tiempo alrededor de la figura de Watts, la formación que reunía a David Green en el contrabajo, al saxofón alto Peter King, piano Brian Lemon, trompeta Gerard Presencer y en la batería Charlie Watts.  En 1993 graban Warm & Tender, un álbum de composiciones cantadas estandars del Jazz con la voz de Bernard Fowler, vocalista que ya había intervenido en la grabación del álbum A Tribute to Charlie Parker with Strings de 1992, con el que terminábamos el Especial anterior.  Hay otra colaboración y es la de la London Metropolitan Orchestra.  En la portada del disco, un primer plano de Seraphina Watts, hija de Charlie Watts y Shirley Ann Shepherd, la mujer a la que conoció en 1964 en la Escuela de Arte y con quien estuvo casado, 57 años, hasta su muerte.



Warm & Tender
- 1993










Shirley
y Charlie sobre 1964




El matrimonio en tiempos más actuales









Padre e hija


Tres años después de Warm & Tender, en 1996, aparecía Long Ago and Far Away.  De nuevo números de Jazz estandars cantados por Bernard Fowler, y de nuevo la colaboración de la London Metropolitan Orchestra más la de un músico portugués originario de Madeira, Luis Jardim, compositor, productor, arreglista y multinstrumentista (guitarra bajo, guitarras eléctrica y acústica, batería, percusión)...precisamente como percusionista interviene en este álbum.




En 1997, The Rolling Stones publicaban Bridges to Babylon, un álbum en el que intervenían una serie de músicos colaboradores, entre ellos, Jim Keltner.  

Keltner es un músico de sesión que alcanzó el estrellato a principios de la década de los 70, en medio de la explosión del trabajo de grabación de los ex miembros de los Beatles, junto con Leon Russell, Klaus Voorman, Billy Preston, por nombrar solo algunos.  Su nombre se asoció estrechamente con ese primer destello de creatividad post-Beatles de John Lennon, George Harrison y Ringo Starr.  Pero ya era uno de los baterias más ocupados que trabajaban en Los Ángeles, y su forma de tocar en ese momento y desde entonces, se escuchó en algunos de los discos más populares de la época, trabajos firmados desde Eric Clapton a Carly Simon a Barbra StreisandJim Keltner nació en Tulsa, Oklahoma, en 1942.  Desde el comienzo, siendo niño, mostró interés por la música y especialmente por el Jazz.  Inicialmente es lo que le inspira, lo que desarrolla en los primeros años de juventud, pero la popularidad del Jazz estaba en retirada cuando él alcanza la mayoría de edad a finales de los 50 y principios de los 60, y fue la explosión del Pop-Rock a mediados de los 60 lo que le llevó a meterse en la industria fonográfica en Los Ángeles.
Con el paso de los años no desapareció su amor y pasión por el Jazz y cuando encontró un alma gemela en Charlie Watts aquello fue un rompimiento de gloria.  

Contactaron más estrechamente a través de la colaboración que Keltner realizó con los Rolling Stones en el álbum indicado de 1997.  Tres años después aparecía una muestra del proyecto que unía a los dos baterías: Charlie Watts/Jim Keltner Project.  En el año 2000 aparecía un doble álbum bautizado con el nombre del binomio y donde ambos tocan todo: las baterías, la percusión y la utilización de cualquier elemento electrónico a través de los cuales pasan percusión, batería...  El disco, íntegramente instrumental, recoge 9 composiciones que tienen nombre y apellido porque cada una está dedicada a un batería del Jazz: Shelly Manne, Art Blakey, Elvin Jones, Max Roach, Roy Haynes, Kenny Clarke, Billy Higgins, Airto Moreira y Tony Williams.  No se trata de copiar el estilo de cada uno de ellos, se trata de homenajearlos capturando el feeling con el que tocaban.

Los 9 cortes bautizados con nombre de baterías del Jazz ocupan el primero de los dos discos del álbum doble.  El segundo disco lo ocupan remezclas de algunos de los temas.

En pleno siglo XXI, Watts reformaría la formación de quinteto que hasta el momento le había acompañado durante más tiempo.  De Quintet pasó a Tentet, formación de 10 (ten) músicos.

Con el nombre Charlie Watts and The Tentet 
aparece en el año 2004 el disco Watts at Scott's, grabado en directo, en vivo, entre los días 12, 13 y 14 de junio de 2001 en la sala Ronnie Scott de Londres.  Watts reunió a algunos de los mejores músicos del Reino Unido para este Tentet incluidos los cuatro músicos que junto a él formaron el Quinteto, es decir, el saxofonista alto y soprano Peter King, el trompetista y fliscornista Gerard Presencer, el pianista Brian Lemon y el bajista Dave Green.  A ellos se les sumaron cinco músicos más para realizar sesiones de Jazz, líricas y animadas, e interpretaciones de composiciones familiares de Duke Ellington, Thelonious Monk, Billy Strayhorn y Miles Davis, junto con originales igualmente impresionantes de varios miembros del Tentet.
Los temas que recupera el Cíclope son originales del trompetista Gerard Presencer y otro de Billy Strayhorn.
La portada del disco está ilustrada con una foto de la batería de Watts, fiel a la marca norteamericana Gretsch.
De Londres, de la sala Ronnie Scott, a otra sala también clásica en acoger sesiones jazzísticas, la Duc Des Lombards en París.

En el año 2010, a lo largo del mes de septiembre de ese año, Watts estuvo tocando en París en la sala señalada y lo hizo con la formación The A, B, C & D of Boogie Woogie.  El proyecto se formó alrededor del año 2009 y el nombre, las letras A, B, C y D, se corresponden con las iniciales del nombre de cada uno de los miembros de la banda, es decir


La A se corresponde con 
Axel Zwingenberger, pianista alemán.





La B con Ben Waters, piano también.




La C es de Charlie Watts




  
 

Y por último la D se corresponde con Dave Green, contrabajo




Y llegamos al final del programa con un trabajo, el último que llegó a grabar Charlie Watts, titulado Charlie Watts Meets the Danish Radio Big Band.




El disco recoge la actuación en directo realizada en el Danish Radio Concert Hall de Copenhague en octubre de 2010 donde Charlie Watts se unió a The Danish Radio Big Band, una de las mejores formaciones en su género de Europa, más la colaboración de dos de los miembros habituales del Quinteto que hasta la fecha le había acompañado, en este caso fueron el contrabajista Dave Green y el trompetista Gerard Presencer.  El álbum lo conforman siete composiciones: dos originales de Watts, tres versiones de los Rolling Stones y dos temas standars del Jazz.  Las versiones de las canciones de los Rolling no son versiones fáciles, en plan Smooth Jazz, están arregladas por el ingenio del trompetista Gerard Presencer, que se ha encargado de hacer ese trabajo de arreglista y director musical con resultados sobresalientes en todas las composiciones.  El Cíclope, para cerrar este Especial Charlie Watts # 2 escoge, del álbum, dos temas rollingstonianos, (I can't Get No) Satisfaction, aquí titulada (Satis) Faction y Paint It Black.
De Charlie Watts nos queda su música, su pasión por el Jazz, su buen hacer como batería.  Valga este homenaje para recordarle y saber que se pueden recuperar sus grabaciones para escucharlas una vez más y todas la que hagan falta.

Espero que te guste el programa.

Enlace: 




viernes, 10 de diciembre de 2021

Cíclope 3.0 - 07-12-21 - Especial Dead Can Dance # 4

 


Lisa Gerrard
y Brendan Perry

Esta edición de Cíclope 3.0 del martes 7 de diciembre de 20 está dedicada a la cuarta entrega del Especial Dead Can Dance, construido fundamentalmente sobre el álbum de 1993 titulado Into the Labyrinth.




Este fue su primer álbum realizado sólo por los dos miembros fundadores del proyecto, Brendan Perry y Lisa Gerrard, sin la ayuda de músicos invitados. Gerrard y Perry vivían separados, él en Irlanda y ella en Australia.  Para completar el trabajo Gerrard viajó al estudio de Perry, Quivvy Church, en el condado de Cavan, en Irlanda, y juntos trabajaron durante tres meses.  La producción corrió a cargo de Perry.

Lanzado el 14 de septiembre de 1993, Into The Labyrinth marcó un cambio con respecto a los álbumes anteriores de la banda ya que a partir de este disco las influencias de la música étnica pasarían a un primer plano, dejando atrás la recreación de épocas como la Edad Media y el Renacimiento.  Además fue el disco que le abrió las puertas del mercado en Estados Unidos, el primero con un lanzamiento cuidado que devolvió con creces lo que la industria fonográfica norteamericana invirtió en el grupo.

El título, Dentro del Laberinto, alude a la leyenda clásica de la mitología griega sobre Teseo entrando en el Laberinto del Minotauro.  Si bien no es necesariamente un álbum conceptual, esta idea agrega algo de cohesión a la génesis con la que fue gestado el álbum.  Esto es algo que se refleja en varios títulos de composición: Ariadne (la legendaria Ariadna dándole su clave a Teseo); Hacia el interior (interior del Laberinto, el Minotauro en el centro); La estratagema de la araña (esperando en el centro de su telaraña como el Minotauro esperando en el centro del Laberinto y Emmeleia (la danza griega de la tragedia).

De las 11 composiciones que forman el disco, el Cíclope extrae 8 entre las que están Yulunga (Danza espiritual).  En Australia, la cuna de Lisa Gerrard, yulunga significa danza, danza espiritual, significante aparentemente relacionado con el verbo yulugi que expresa  el acto de bailar, de tocar un instrumento como praxis de la danza.  Pertenece al idioma Gamilaraay de los aborígenes Kamilaroi.  Yulunga también se puede considerar una variante de Julunggul, la diosa de la Serpiente Arco Iris de la mitología aborigen australiana.  Sea como sea es importante la carga étnica porque, como he reseñado al comienzo de esta entrada del blog, el cambio en las metas de Dead Can Dance a través de este álbum son específicamente de carácter folklóricos, buscando el rastro de huellas étnicas, del origen de ciertas construcciones y esquemas musicales.  

Todas las composiciones del disco pertenecen a DCD, excepto el tema The Wind that Shakes the Barley (El viento que sacude la cebada), una balada tradicional irlandesa de finales del siglo XVIII de la que Lisa Gerrard quería grabar su propia versión, melancólica y serena, y que ella interpreta sola, con su voz.

Hay prestamos literarios de textos pertenecientes a otros autores como es el caso de fragmentos, líneas de algunos poemas de Ian Curtis, motor y alma de Joy Division.  En concreto son frases de canciones de JD como por ejemplo The Eternal, y de Love Will Tear Us Apart y Twenty Four Hours.  En ambos casos son temas que no escuchamos en este Especial pero son hechos de los que quería dejar constancia.

Para cerrar el apartado de contribuciones/prestamos literarios, How Fortunate the Man with None, cantada por Perry y compuesta principalmente por él, tiene un texto en el que aparecen cuatro estrofas  del poema de Bertolt Brecht de 1928 Die Ballade von den Prominenten (La balada de las celebridades).

La antigua Grecia y su teatro aparece en la composición Emmeleia, que en griego significa gracia o armonización y que era el nombre de la danza grave en el teatro.  La letra, el texto, deriva de la glosolalia habitual de Lisa Gerrard.  Pero la composición está interpretada a medias con Brendan Perry, cantada a capella por ambos, luego Lisa tuvo que escribir una versión fonética para que su compañero pudiera cantarla.  El resultado final es que la canción suena con un lenguaje estructurado aunque su origen esté en ese caleidoscopio vocal que caracteriza a Gerrard.  Un caso paralelo es es de Elizabeth Fraser de Cocteau Twins, las dos únicas personas que saben hacer uso de la glosolalia.  Que yo sepa.

Este Especial Dead Can Dance Número 4 se cierra con un tema no incluido originalmente en el disco publicado  en 1993 Into the Labyrinth, no al menos en la primera edición del CD.  El tema en cuestión es Spirit.


Tanto esa canción, Spirit como otra titulada Bird aparecieron por primera vez en el álbum A Passage in Time de 1991, un disco antología de la música de DCD publicado, en principio, en Norteamérica el 20 de octubre de 1991 y dirigido a una audiencia que no conociera la música que hacía la banda.  Más o menos para preparar el terreno, el mercado americano.  El álbum, después, se remasterizó y se publicó internacionalmente en 1998.   La recopilación se tituló como la canción A Passage in Time, que apareció inicialmente en el álbum debut homónimo del grupo en 1984, pero no se incluyó en la antología.  Como sugiere el título, este álbum fue un pasaje en el tiempo para permitir a la audiencia estadounidense ponerse al día con los álbumes anteriores de la banda, a través de canciones seleccionadas, canciones pertenecientes a los trabajos más recientes: Spleen and Ideal de 1985, Within the Realm of a Dying Sun de 1987, The Serpent's Egg de 1988 y Aion de 1990.  Aparecían además esos dos temas inéditos, Bird y Spirit, que se agregarían más tarde a la edición especial en vinilo doble de Into the Labyrinth de 1993.

Por último reseñar que la edición española de Into the Labyrinth cuenta con un encarte interior que incluye la traducción de los textos de las canciones, todo un detalle.

Espero que te guste el programa.


Enlace:

https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-07-12-21




jueves, 2 de diciembre de 2021

Cíclope 3.0 - 30-11-21


Robert and Shana Parkeharrison
 - Suspended Field

 

Cíclope 3.0 del martes 30 de noviembre de 2021, un año que se encamina hacia su fin y antes de dejarnos se lleva a figuras de las diferentes ramas del Arte. Hoy comenzamos con un músico fallecido el pasado mes de octubre, en concreto el día 5: Patrick Huntrods, conocido por el apodo artístico de Pat Fish


Fish fue el motor, el alma máter de la banda británica The Jazz Butcher, activa desde principios de la década de los años 80 hasta entrado este siglo XXI y actualmente, como es obvio al desaparecer su fundador, disuelta.
Patrick Huntrods / Pat Fish nació en Londres pero se mudó temprano a Northampton.  Tras la preparación necesaria pasa por la Universidad de Oxford donde se gradúa en Historia de la Literatura.  La vida académica en Oxford le resulta poco inspiradora y comienza a buscar una vía de expresión a través de la música, vía que se abre en una multiplicidad de grupos: Nightshift, The Institution… nombres cambiantes, metamorfosis que no definen nada concreto sino todo lo contrario, inquietud, una búsqueda de algo que aún no ha encontrado.  Los músicos con los que se reúne son amigos con los que comparten no sólo la pasión por la música sino la búsqueda de una forma de expresión, de un estilo.  En Oxford conoció a Rolo McGinty, más tarde guitarra y voz de The Woodentops; contacta con Jonathan Stephenson y se le une Peter Millson, alias Max Eider, guitarrista.  Se hacían llamar The Sonic Tonix pero lo abrevian a The Tonix, editan un single en el sello Cherry Red y desaparecen.

Pat Fish en los comienzos
de The Jazz Butcher

El personaje del Carnicero del Jazz, Jazz Butcher, se lo inventa Pat Fish en 1981, después de la grabación del single de The Tonix.  Actúan en directo por primera vez el 20 de febrero de 1982.  El Carnicero de entonces incluía a Pat Fish, Rolo McGinty, Jonathan Stephenson, Alice Thompson, que sería teclista de The Woodentops y Owen Jones, batería y uno de los miembros más estables en el seno de la banda.  Max Eider, que había estado en The Tonix, se une a Jazz Butcher en el mes de junio y desde entonces sería una pieza fundamental en el sonido de la banda.
A The Jazz Butcher le dedicaremos el espacio Especial Discografía que, a partir del año que viene, será doble, porque ocupará dos ediciones de Cíclope 3.0: el primer martes de cada mes y el último.  Por eso nos extenderemos más cuando llegue la ocasión.  Por ahora recuperamos dos cortes de dos álbumes de su discografía, uno es Sister Death, que no tiene nada que ver con el carácter de las aventuras de cómics del personaje del mismo nombre sino que el tema se inspira en las últimas palabras de San Francisco de Asís pronunciadas en su lecho de muerte: Bienvenida, Hermana Muerte.  El tema se incluye en el álbum de 1990 Cult of the Basement.  


La otra canción, breve, cantada en francés, pertenece al primer álbum de la banda, In Bath of Bacon, y lleva por título La Mer.



De una canción en lengua francesa a una cantada en español.  Le seguimos el rastro francófono para dar con un compositor español influido por Georges Brassens y Leonard Cohen, un hombre nacido en Madrid en 1944 y fallecido en Zahara de los Atunes en 2015, un hombre llamado Javier Krahe.

Comenzó a estudiar Ciencias Económicas pero los abandonó para dedicarse al Cine como ayudante de dirección.  En París conocería al amor de su vida, Annick, con la que viaja hasta el país cuna de ella, Canadá.  Allí es donde Brassens y Cohen le despiertan su propia voz interior y comienza a escribir textos de canciones sin música.  Quien se encargaría de trenzar las palabras con la música sería su hermano Jorge.  Y así, interpretando otros sus composiciones (Rosa León, por ejemplo), comienza Javier a deslizarse por los vericuetos de los juegos de palabras, de los retruécanos y los calambures.
 
De la discografía de Krahe he escogido un corte del disco Sacrificio de Dama del año 1993, el tema titulado La Yeti (Primera Parte), porque me parece que ilustra perfectamente el universo kraheniano.
Y porque es un puente perfecto para acceder al próximo músico que suena hoy en Cíclope 3.0: Martín León Soto, conocido artísticamente como MALESO.



El proyecto MALESO comenzó en el año 2009 y fue desenrollando la serpentina de la imaginación a lo largo de diez LPs.  MALESO/Martín León Soto, no es un cantautor al uso, lo que habitualmente y, algunas veces de forma cansina, se llama cantautor: músico / poeta que denuncia realidades sociales de desigualdad cantadas con poca instrumentación, casi siempre una digitación de notas escuetas con la guitarra española, y poca, poquísima musicalidad.  MALESO es la realidad de un músico que se ha ido quedando reducido a un componente rodeado de más músicos.  No es un grupo, no es una banda conceptualmente hablando, pero suena como tal, porque Martín no toca él solo, se rodea de otros artífices e intérpretes.  Si ha sonado Javier Krahe es porque va a sonar MALESO, y para preparar su presencia tenía que arreglar el orden de las canciones para que sonara, por derecho propio, este ¡Oh, menaje! (A Javier Krahe)

¡Oh, menaje! (A Javier Krahe)
 iba incluida en el LP Canción Ligera del año 2016.  La música de MALESO no es un reflejo especular de KraheMartín le admira, pero no es un cantautor al uso porque no solo escribe letras con temática social, de amplia cobertura...Martín tiene una carga literaria profunda, cuenta historias que se acercan a un relato al que le pone música, o más bien trenza la literatura de un relato con la partitura de la música.  No me creo ni nunca me creeré esa música compuesta para adornar un poema, un texto.  La musicalidad de MALESO va en paralelo al contenido literario y sí, sus discos se pueden poner en la misma balda que los de Krahe y otros músicos, pero guarda una identidad propia.

El año 2020, de recuerdo tenebroso e infame por la declaración de la
Pandemia de la COVID-19, tuvo en muchos aspectos su lado luminoso.  Para MALESO  significó la aparición de un nuevo disco, Casémonos, un trabajo que se grababa entre 2018 y 2019 y que aparecía con una magnífica portada original de Marcos Gamero.  Y precisamente sería el año pasado, 2020, el año de la Pandemia, el año donde imperaron situaciones negativas, cuando se produjeron nacimientos de proyectos llenos de Vida como es el caso de la aparición del sello discográfico sevillano Felices Años 20Paco Cruces, Paco Trilita, llevaba tiempo gestando la idea y gestionando todo el papeleo que conlleva abrir las puertas de una idea así.  Por fin, Felices Años 20 se hizo realidad a finales del año 2020 y publicaría el primer trabajo que abriría el catálogo del sello, un doble LP titulado Fracasos que no me explico firmado por MALESO.


 
Con el diseño de portada original de Miguel Brieva, la portada del disco es triple


Exterior de la carpeta desplegada



Interior 


Un vinilo blanco, el otro, negro


Las tres canciones que suenan en el programa y 31 más, forman el listado de Fracasos que no me explico, canciones que ya existían en los discos de MALESO autogestionados por Martín, y que hace un año vio la luz con un formato verdaderamente atractivo, realizado con un buen gusto impresionante.  No exagero si digo que ya no se hacen discos así y a un precio tan asequible.  Te dejo el enlace por si quieres contactar con Felices Años 20 XXI



Y cuando se cumple un año, fecha más o menos, Felices Años 20 vuelve con su catálogo para incluir un nuevo título, en este caso firmado por un hombre legendario: Benito Peinado, rebautizado como Bendito Venganza, presenta Las pistas perdidas de Dulce Venganza.




Lo último que se supo de Dulce Venganza, lo último que se conoció de sus grabaciones en estudio fue allá por 1991 cuando se publicó Vida & Color.  Dos años después, en 1993, José María Sagrista grababa y mezclaba en los Estudios Central de Sevilla un álbum que quedó registrado en un máster original… máster que se perdió y del que no se ha sabido nada hasta la década de los años 20 de este siglo XXI, y que es el núcleo de ese segundo trabajo publicado por Felices Años 20 con el título Las pistas perdidas de Dulce Venganza.
El disco no es una antología de viejos éxitos de Dulce Venganza, es un disco con 10 canciones nuevas, grabadas hace casi 30 años, vueltas a masterizar con algún instrumento añadido, pero canciones originales, no publicadas hasta el momento.  Las letras se deben a Benito Peinado Parra, en la música tiene un 50% de responsabilidad, el otro 50 % recae fundamentalmente sobre Juanjo Pizarro, q.e.p.d., guitarra, poderosa guitarra que es la columna vertebral de cada una de las canciones del álbum.  En los créditos están músicos como Paco Cabello Pacoco, guitarra bajo, fundamental en tantas bandas del Pop y del Rock de Sevilla como por ejemplo He.li.o; Juan Acuña Juanvi, teclados y programaciones; Goyo, batería de Los Bombones y All la Glory, percusión adicional; Bendito Venganza voz principal, con el apoyo en los coros de José María Sagrista y Juanjo Pizarro.  Escuchamos en el programa de hoy cuatro temas de este nuevo trabajo de Dulce Venganza que tiene un envoltorio como muy pocos discos llegan a tener, sobre todo, en pleno siglo XXI.
No lo he dicho hasta el momento pero se trata de un LP / CD / Novela.  La presentación del producto te llega con una carpeta de formato triple que guarda, en un lado el LP y en el otro, la novela.  El CD está camuflado entre los collages del interior de la portada.


Los collages son originales de Benito; Paco Trilita se encarga de dar un orden caótico al desorden lógico del tapiz de fotos, dibujos, grabados...en el centro, debidamente acoplado a la carpeta, el CD.







Cuando sacas el LP de su funda protectora de papel te quedas perplejo: un picture disc, un disco pintado por ambas caras con motivos distintos unos de otros. 

Y en la otra apertura de la carpeta, donde iría un segundo LP si el disco fuese doble, ahí te encuentras con la novela Las cosas nunca son como uno quiere que sean, editada por Felices Años 20, es decir, además de sello discográfico, en su segundo año de vida amplían las actividades y los horizontes convirtiéndose también en editorial.






Creo que no queda más por reseñar, así que lo único que me queda es esperar que te guste el programa.

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