miércoles, 27 de mayo de 2020

Cíclope 3.0 - 26-05-20




Familia de oyentes sintonizando Radio Tomares, ansiosos por escuchar Cíclope 3.0


Edición de Cíclope 3.0 del martes 26 de mayo de este año en curso.  Un placer poder ofrecerte el programa con contenido nuevo que espero podamos mantener sin recurrir a la repetición de programas ya emitidos porque realizar espacios diferentes, actualizados, significa que las circunstancias se han relajado un poco y la actividad puede reorganizarse.  Insisto: las circunstancias se han relajado un poco, no que se haya terminado las consecuencias de la pandemia del COVID-19.  Que se acabe es otra historia.  Y mientras tanto, mientras el Tiempo nos promete una vacuna con la que defendernos,  la Música sigue siendo una forma de inversión bastante fructífera.  Así que, sin más, el Cíclope comienza a enredar buenas vibraciones y escoge para el principio el sonido de una banda llamada Tuatara.



Tuatara es un colectivo de músicos con sede en Seattle.  Fundada en 1996 por músicos con cierta trayectoria profesional como Barrett Martin, de Screaming Trees, Justin Harwood de Luna, Peter Buck de R.E.M. y Skerik, comienzan como cuarteto elaborando música instrumental.  De cuatro miembros la banda se amplía a diez, incluyen colaboraciones de vocalistas reconocidos como Mark Eitzel, voz de grupos como American Music Club.
Mezclando el Jazz y la Música Étnica, conocidos por interpretas composiciones de perfil cinematográfico, desde 1997 al año 2016 llevan 8 álbumes grabados.  Peter Buck, uno de los motores que puso en marcha este proyecto, se encarga de la guitarra bajo de cuatro y seis cuerdas, dejando a un lado la guitarra eléctrica, la Rickenbacker, cuyo sonido característico formó parte del tapiz sonoro de la banda donde creció musicalmente: R.E.M.








Peter Buck con su 
Rickenbacker en ristre
















R.E.M.
 en sus años gloriosos (Buck a la izquierda)









Reckoning de 1984, el segundo LP que lanzaba R.E.M. y del que el Cíclope extrae un tema recordando el sonido de las guitarras del grupo.












Peter Buck no solo tocaría la guitarra junto a Stipe y compañía en R.E.M., también usaría la mandolina en aquella canción memorable: Losing My Religion.
Y además ha colaborado con Robyn Hitchcock,  con su amigo y colega en Tuatara Barrett Martin, y con muchos más, además de tener discografia en solitario.






El Cíclope lanza un boomerang y volvemos al principio con Tuatara para recuperar un corte más de su álbum del año 2002 titulado Cinemathique, una de las composiciones donde interviene el saxofonista Skerik.




Skerik
Su nombre real es Eric Walton y es un saxofonista original de Seattle, Washington.  Toca el saxo tenor y barítono, en ocasiones electrificados, y es pionero en un estilo de interpretación que se ha denominado saxofónica.  Es miembro fundador de un montón de proyectos como Critters BugginGarage a Trois o Skerik's Syncopated Taint Septet.
Popularmente se le conoce por el apodo de Skerik, pero tiene otros a cual más curioso como por ejemplo Bubba Rabozo, El Guzano (con Z) o, el mejor de todos, Nalgas Sin Carne (tal cual, en español).
Soplando en el saxo tiene momentos tórridos como el que extrae el Cíclope del disco del año 2002, una composición titulada Action Thriller.






De Washington, de la ciudad de Seattle, a otro punto en el mapa de los Estados unidos, en concreto a la ciudad de Austin, en Texas, para rodearnos de las vibraciones de otra banda numerosa por la cantidad de componentes que la conforman, los curiosos e interesantes Brownout.




Brownout


¿Qué ocurre cuando un grupo de músicos comparten cervezas y audiciones de discos de Rock, Rock Duro, Blues, Jazz, Rhythm & Blues, Funk... y lo esponjan todo?  El resultado puede ser lo que hace esta macrobanda llamada Brownout.
Dan sus primeros pasos con el siglo XXI, cuando se hacían llamar The Blimp y trabajaban esquemas de música funk allá en su Austin natal.  Fueron antecedente de otro grupo también funkero conocido como Grupo Fantasma, así en español.



Grupo Fantasma


Los guitarristas de este proyecto, Adrián Quesada y Beto Martínez, reúnen a su alrededor a otros músicos que habían pasado tanto por The Blimp como por Grupo Fantasma: un guitarra bajo, Greg González, el trompetista Gilbert Elorreaga, el saxofonista Josh Levy, el trombonista Leo Gauna, el bateria Johnny López y el conguero Matthew "Sweet Lou" Holmes.  Buscan la inspiración en música elaborada por otros como Santana, Earth, Wind & Fire y P-Funk, y con todo el bagaje que acumulan y sin abandonar el proyecto Grupo Fantasma, le dan forma a otro que funcionará de forma paralela, Brownout, con la sana intención de pasárselo bien haciendo versiones de sus artistas más admirados como por ejemplo Black Sabbath.  No es lo único que han hecho porque antes de que apareciese Brownout Presents Brown Sabbath en el año 2014, el grupo había firmado entre 2007 y 2012 tres álbumes.  Lo que sucede es que tratar las composiciones de Tony Iommi de la forma en que lo hacen llama poderosamente la atención porque en verdad nadie las ha hecho sonar así.



La idea de grabar ese homenaje a sus admirados Black Sabbath surge de sus actuaciones en vivo en clubs y locales donde, cada semana, intentan ofrecerle algo nuevo a la audiencia.  Ahí, en vivo, están las improvisaciones sobre temas originales de otros músicos y grupos.  Después llegaría el grabar en los estudios eso mismo que habían interpretado en sus actuaciones en directo.



Para este disco los miembros de la banda hacen una selección de los tres primeros LPs de los Sabbath a razón de 3 temas de Black Sabbath de 1970, 3 de Paranoid de 1970 y 1 de Master of Reality de 1971.  Los originales de las versiones que realizan son reconocibles, aunque varíen la duración como sucede con los 4 minutos 34 segundos de Planet Caravan que Brownout convierten en 7 minutos con 10 segundos.  Para la segunda entrega del homenaje a Sabbath, Brownout Presents Brown Sabbath Vol. II, recuperarán no sólo los tres primeros LPs, sino también los trabajos de 1972 hasta 1975.
Aprovechando la decoración atmosférica que deja la Caravana de Planetas versión Brownout, nos quedamos ahora flotando entre instrumentos de teclados, electrónica al servicio de historias góticas con Clan of Xymox.




Clan of Xymox
Vistos así tal como aparecen en la foto de la derecha, se podría pensar que se trata de un grupo neopsicodélico, por sus atuendos, sus peinados...  y sin embargo de psicodélicos no tenían ni tienen nada, de neos tampoco.  En poco tiempo se convirtieron en pioneros de la música electrónica oscura, lo que con el paso del tiempo se englobó bajo la etiqueta Darkwave.  El proyecto comenzó a gestarse en 1983 en Nijmegen, Holanda, por Ronny Moorings, voz y guitarra, y Anka Wolbert, bajo y voz.



Moorings y Wolbert
Originalmente se llamaron Xymox, a secas.  Un año después, se mudan a Amsterdam, lanzando el LP Subsequent Pleasures, un disco cuya edición estubo limitada a 500 copias.  Su nombre comienza a tener eco y se convierten en los teloneros de Dead Can Dance en Inglaterra.  Llaman atención del sello 4AD que se entusiasma  con el sonido del grupo y decide incluirlos en su catálogo.  En 1985, Xymox alarga su nombre a Clan of Xymox y graban un álbum homónimo.  En 1986 aparecería Medusa, el segundo álbum aparecido en la 4AD y disco que consolida la fama de la banda ampliada a trío e inmediatamente a cuarteto.




Medusa
 con la portada original del equipo de diseño 23 Envelopes, habituales del sello 4AD


Tras este álbum vendrían los cambios de casas discográficas, otra vez los cambios de nombre (de Clan of Xymox a Xymox de nuevo.  Y así hasta nuestros días, hasta este año 2020 cuando Ronny Moorings y compañía publican nuevo trabajo, un EP titulado Lovers ocupado por 5 temas 4 de los cuales son remezclas de la composición que le da título al trabajo.






   





      













She, también en formato EP, apareció en febrero de este 2020, antes que Lovers que lo hizo en abril.  En el caso del EP She repiten el mismo esquema de edición: cinco temas de los que cuatro son diferentes mezclas del tema que le da título al Extended Play.  







En la recta final del programa nos quedamos rodeados de sonidos electrónicos, ahora con un dúo que responde al nombre de North Atlantic Drift.




North Atlantic Drift






Serenos, tranquilos, utilizando las posibilidades de los teclados y las guitarras eléctricas, North Atlantic Drift está formado por Brad Deschamps y Mike Abercrombie.  Son de Toronto, Ontario, Canadá y llevan en activo desde el año 2012.  En su lista de grabaciones tienen 7 álbumes.  El que hoy traemos al programa es el último trabajo aparecido este año en curso.


El punto y final de la edición de hoy tiene perfil cinematográfico.  



3022 es un largometraje realizado en 2019 por el director norteamericano John Suits con guión de Ryan Binaco.  La película nos cuenta la historia de un grupo de astronautas que, tras pasar un gran tiempo en el espacio, regresan a la Tierra y se encuentran que está al borde de la extinción.
La banda sonora de la película es original de Jimmy LaValleLaValle ha sonado en alguna ocasión por aquí por Cíclope 3.0
Él es original de la localidad de San Diego, California.  Fue el motor de un quinteto llamado Tristeza que se dedicaron fundamentalmente a la música instrumental.  Un año después de haber reunido ese combo de nombre español, LaValle idea un nuevo proyecto, The Album Leaf, que comienza como un proyecto en solitario: él consigo mismo y nadie más.  Inspirado por varios géneros de música, desde lo más académico y clásico hasta el jazz y el rock, LaValle construyó sus propias canciones de una manera ecléctica, utilizando de todo, desde ruido ambiental hasta grabaciones de campo y transmisiones de radio.  Durante un tiempo los dos proyectos existieron a a la misma vez, comienzan a grabar el mismo año, 1999, lo que ocurre es que Tristeza llegaron hasta el año 2010 y The Album Leaf continuó.  O continuaron, porque LaValle no conseguía cubrir todos los instrumentos y sacar de su cabeza todo los matices de un proceso creativo que le pedía a voces la colaboración de otros músicos y así se rodea de tres multinstrumentistas que se meten en los estudios de grabación para sacar su primer larga duración.  Cuando graban su tercer álbum y comienza la promoción se encuentran con un regalo inesperado del Destino: para promocionarlo actúan como teloneros en la primera gira estadounidense de los islandeses Sigur Rós.  Buen rollo entre los miembros de las dos bandas, conversaciones y propuestas interesantes de futuro de las que salen una visita a Islandia y una visita a los estudios de grabación de Sigur Rós, que supuso no sólo utilizar las instalaciones sino también el enriquecimiento de las composiciones que estaban en elaboración porque miembros de Sigur Rós participarían del proceso de creación del cuarto trabajo de la banda.




The Album Leaf
 (Jimmy LaValle esquina inferior derecha)


Desde hace tiempo, LaValle está centrado en la realización de bandas sonoras originales de películas, como es el caso que hoy nos ocupa, el score original de la cinta 3022, con el grupo reducido a él mismo.  Claro que se le une algún colaborador, en este caso colaboradora, la violonchelista Clarice Jensen, directora artística de ACME, siglas que se corresponden con The American Contemporary Music Ensemble.  Jensen ha colaborado en grabaciones de músicos como Jóhann Jóhannsson o Max Richter.




Clarice Jensen


Volvemos la semana que viene con más material estereofónico a la sintonía de Radio Tomares.  Mientras tanto, cuídate, que nos haces mucha falta.


Enlace:

https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-26-05-20







miércoles, 20 de mayo de 2020

Cíclope 3.0 - 19-05-20 - Especial Death Cab For Cutie




Death Cab For Cutie


Cíclope 3.0 del martes 19 de mayo de este año 2020.  En la edición de hoy recuperamos otro programa ya emitido.  Fue el 24 de febrero del año 2015 cuando el Cíclope, que hacía una semana que había cumplido un año en antena en la sintonia de Radio Tomares, le dedicó los sesenta minutos del espacio a realizar un Especial dedicado a la música de la banda conocida por el extraño nombre de Death Cab For Cutie.



Ben Gibbard
Benjamin Gibbard, nacido en 1977 en Bremerton Washington, estudió ingeniería en la Western Washington University y dividió su tiempo entre la escuela y la música.  Por aquellos años capitaneaba una banda local de Power Pop, Pinwheel, que tal como surgió desapareció, por generación espontánea.  Era el verano del año 1997 y Gibbard comenzó a grabar en solitario material con idea de recogerlo en un álbum.  En una de las actuaciones que dieron Pinwheel un consumado DJ y productor, Chris Walla, se quedó impresionado por la forma de hacer música que tenía Gibbard.  Asistió a las sesiones de grabación de Ben, le prestó una ayuda encomiable al tener profundos conocimientos de cómo mezclar y cómo hacer que todo aquel estudio casero sonara de forma impecable.  El resultado final fue un cassette de ocho canciones titulado You Can Play These Songs With Chords firmado por Death Cab For Cutie.




Cassette You Can Play These Songs With Chords - 1997
  

Sin dejar Washington como punto de fuga para sus actividades musicales, Gibbard se traslada a la ciudad universitaria de Bellingham, en Washington, junto a la bahía.  Un día, escuchando una emisora de radio del campus universitario, recibe una sorpresa: lo que suena en ese momento es una de las canciones del cassette grabado por él y Chris Walla.  Inmediatamente se pone en contacto con la emisora.  Entrevista por teléfono y repercusión en la existencia del cassette, que es buscado como oro en paño por los seguidores del rock independiente.  Esto le impulsa a abandonar el proyecto en solitario y convertir a Death Cab For Cutie en un grupo.  Buscó a otros músicos en su círculo de amigos para convencerlos de formar parte de la banda, con la esperanza de tocar las nuevas canciones que había escrito en vivo.  El que entra primero sería Chris Walla, que se encargará de la guitarra, órgano, piano eléctrico y otros instrumentos; en la guitarra bajo Nick Harmer, compañero de cuarto de Gibbard en la universidad y por último el batería Nathan Good.
Esta sería la formación primitiva que cambiaría tan solo en el músico que toca la batería, puesto que se iría ocupando dependiendo de las características de las canciones y otras turbulencias del día a día.  Esos cuatro miembros de la banda grabarían Something About Airplanes, el primer larga duración que aparecía en 1998/1999 con producción de Chris Walla.

El disco recogía una combinación de canciones sensibles, melodías memorables cantadas con el tono rico y melancólico de la voz del líder del grupo, Gibbard.
Dos sellos discográficos independientes rivalizaron por publicar el disco, lo cual dio muestras del interés que despertó esa colección de canciones dinámicas, melódicas, levantadas con una instrumentación y armonías vocales sólidas, que prometían una consistencia que, si no se torcían las cosas, llegaría a más.  La calidad de la música era prometedora y atraía a los oyentes.
Comienzan a sucederse las actuaciones en vivo y en casi todas hay una pregunta que es común a quien los presentara: ¿qué significa Death Cab For Cutie?  Al parecer era algo que llegó a desesperar a Gibbard, el cual el día que un presentador comenzó especificando el origen del nombre de la banda lanzó un estentóreo ¡Aleluya!, porque al fin alguien que se había encargado de informarse antes de entrevistarlos o, sencillamente, presentarlos ante una audiencia.
La edición en vinilo de Something About Airplanes fue sencilla, un LP.  Pero la versión en CD es doble, con un segundo disco, Live at The Crocodile Cafe, grabado como su nombre indica, en vivo, en lo que fue el primer concierto de la banda en Seattle.
El extraño nombre del grupo surge del título de una canción de la banda británica de rock-satírico Bonzo Dog Doo-Dah Band que en el año 1967 lanzaban un álbum titulado Gorilla que incluía una canción de título intraducible: Death Cab For Cutie.  Por cierto, la canción se interpreta en la película de The Beatles Magical Mystery Tour en la secuencia de un strip-tease.
  



Bonzo Dog Doo-Dah Band

Volviendo a la discografía de DCFC, inmediatamente después del álbum de presentación, Something About Airplanes, en el año 2000, publicaban un EP de cinco canciones titulado Forbidden Love, que ha sonado al principio de este Especial (el segundo tema)





De las 5 canciones alguna sería recuperada en álbumes posteriores y una de ellas, en concreto Photobooth, formaría parte de la banda sonora del videojuego para consola Project Gotham Racing 3.




En el año 2000, DCFC lanzaban su segundo larga duración, We Have the Facts and We're Voting Yes, de nuevo con la producción de Chris Walla que se encarga además de la guitarra eléctrica, piano eléctrico, y algún instrumento más.  La batería es ocupada en alguna ocasión por Nathan Good, que no está en todas las canciones que forman el disco.  Lo sustituye Gibbard, que también toca la percusión, los teclados, el órgano y, por supuesto, canta.  Nick Harmer continúa en la guitarra bajo.



  
Reducidos a trío, ocasionalmente, DCFC siguen en una línea ascendente mostrando lo mejor de Ben Gibbard como compositor, jugando tanto el campo de lo atmosférico, la serenidad, como su opuesto, la potencia del volumen y la fuerza cuando las melodías se vuelven más intensas.



The Photo Album - 2001

The Photo Album sería el tercer disco de DCFC como banda, cuarto si contamos aquel primer cassette cuando el proyecto estaba gestándose entre las manos de su motor, Ben Gibbard.
La popularidad del grupo crecía en proporción a su madurez.  Las diez pistas del disco son del calibre más elevado.  Cambio en la batería, de la que se encarga Michael Schorr.  Producción, como viene siendo habitual, Chris Walla, que trabaja codo con codo con Gibbard para componer e interpretar un puñado de buenas canciones con bases rítmicas creativas, y con un trabajo conjunto de ambos a las guitarras que dotan de tonos coloridos y climáticos a cada una de las composiciones.  Algo que adquiere relevancia son las notables habilidades de Gibbard como escritor y cantante.


El año 2003 es, para Ben Gibbard, un año próspero.  Se publica un trabajo titulado Give Up firmado por el dúo The Postal Service, que no son otros que Gibbard y el músico estadounidense Jimmy Tamborello, que jugó un papel importante en la unión del rock independiente con el techno experimental en norteamérica.















  








Jimmy Tamborello





















El otro aspecto de la prosperidad creativa del año 2003 para Gibbard sería la aparición de un nuevo álbum  de DCFC titulado 
Transatlanticism.
Sigue el trío habitual formado por Nick Harmer en la guitarra bajo, Chris Walla en la guitarra y encargado de grabar y producir el álbum y por supuesto Ben Gibbard, centrado en las labores de guitarrista y vocalista, así como en los textos de las canciones.  Tan solo hay una variante y es la batería, de la que se encarga un profesor de la Seattle Drum School, Jason McGerr.




Jason McGerr


DCFC evolucionan hacia un horizonte donde todos los miembros de la banda aportan algo.  La música, en muchos casos, se escribe entre todos, lo que amplía sustancialmente la paleta de colores con la que trabaja el grupo.  Transatlanticism es un disco con canciones espléndidas.  Algunas de ellas serían utilizadas en una de las mejores series de Televisión que existe, A dos metros bajo tierra, emitida, quiero recordar a principios de este siglo, entre los años 2001 y 2005.



   

Transatlanticism, publicado en el mes de octubre del año 2003, es de todos los discos del grupo aparecidos hasta el momento el más centrado, el más maduro de su catálogo.  Es la madurez del grupo como músicos y compositores, la secuencia brillante de los temas lo que hace que el disco suene de una forma tan cohesiva.



Año 2005, el año en el que ve la luz Plans, el disco por el que DCFC recibirán el Premio Grammy al Mejor Álbum de Música Alternativa.  Ya habían estado nominados anteriormente pero fue en esta ocasión con este trabajo cuando consiguieron ser reconocidos.  La llave se encuentra en una de las canciones del disco, la titulada Soul Meets Body, una auténtica perla de la Música Pop.  La producción de Walla lleva el sonido del grupo en una dirección diferente a la anterior sin comprometer muchas de las cosas que hicieron que el grupo sonara de una forma tan brillante como lo había hecho hasta el momento.  Hay de todo en este álbum: un abanico de canciones que van desde el perfil melancólico, el romántico y desesperado o el que deja libre el corazón con energía desenfrenada y pasión.   El disco es un paso adelante en el universo de Gibbard y compañía, que parece consolidar la formación que se mantiene idéntica a la del trabajo anterior: Ben Gibbard, Chris Walla, Nick Harmer y Jason McGerr.




De izquierda a derecha Harmer, Gibbard, Walla y McGerr


Sin remedio nos situamos en la recta final del programa.  Queda mucho material y, por lo menos, que suene algo de los trabajos individuales de Gibbard y de Walla.




Chris Walla
Christopher Walla, productor consumado, multiinstrumentista y ex DJ, nació en 1975 y creció en los suburbios de Seattle, una ciudad cuya rica escena musical lo inspiró a seguir trabajando como productor.  Mientras asistía a un concierto local, conoció al futuro compañero de la banda DCFC, Ben Gibbard, quien tocaba la guitarra en el grupo Pinwheel.  Conectaron, se entendieron y el primer paso fue la ayuda que Walla le brindó a Gibbard para grabar aquel cassette de ocho canciones titulado You Can Play These Songs with Chords.  Después ya conoces la historia: se suman otros dos músicos (guitarra bajo y batería) y Death Cab For Cutie oficialmente echó raíces.
Walla también tenía un proyecto solitario entre manos llamado Martin Youth Auxiliary.  Con ese nombre publicó en 1999 un cassette homónimo en Elsinor Records, un sello discográfico independiente con sede en Washington.  Pero no continuó por esa senda porque el trabajo en DCFC fue en constante aumento, y sus proyectos en solitario pasaron a un segundo plano mientras se concentraba en la banda.  La creatividad que volcaba en el grupo se veía recompensada satisfactoriamente.  
Con sus contribuciones instrumentales y habilidades de producción, Walla se encontró con una creciente demanda de su experiencia musical.  Se encargó de producir los discos de otros grupos y músicos, abrió una web, The Hall of Justice, donde organizó todos sus trabajos de ingeniería de sonido, colaboró en la composición de bandas sonoras y en algunas compilaciones de música electrónica variadas.  Porque Walla toca todos los campos de expresión de la música: desde el Pop a lo Electrónico Experimental.  Uno de sus últimos trabajos en solitario, del año 2015, es el álbum Tape Loops, cinco composiciones de ambiente similar a las obras de Brian  Eno.  Lo que recuperamos de él es un fragmento del disco del año 2007 titulado Field Manual donde se acompaña de su colega Jason McGerr, batería de DCFC



Field Manual ofrece la misma marca de Indie Pop reflexivo y de medio tiempo que había elaborado con DCFC. Las letras, de mentalidad política, tratan temas sobre senadores corruptos, sostenibilidad y soldados estadounidenses.  Él mismo toca la mayoría de los instrumentos, dejando la batería en manos de su antiguo colega en DCFC Jason McGerr.  
En septiembre de 2014,  tras un concierto de Death Cab For CutieWalla comunicó que abandonaba el seno de la banda para volver a sus trabajos en solitario que no implican solamente grabar discos sino producir a otros grupos y solistas, testar aparatos nuevos para elaborar música electrónica...  Sin embargo en el año 2015 aparece en los créditos del disco Kintsugi de DCFC aunque ya no produce el sonido del grupo y tan sólo aparece como coautor de algunas canciones.  Lleva tiempo trabajando como compositor de bandas sonoras de películas y documentales.


Cerramos el programa con el alma mater de la banda, Benjamin Gibbard.




Ben Gibbard
De su biografía ya hemos hablado más arriba.  Sus trabajos y colaboraciones al margen de DCFC comienzan con el proyecto The Postal Service junto a Jimmy Tamborello en el año 2003.  Junto a David Bazan estuvo realizando una gira con la banda de Bazan, Pedro the Lion, tocando en directo la guitarra bajo.  En el año 2008 elabora a medias con Steve Fisk, figura de culto en el mundo del rock, una banda sonora, la perteneciente a la película documental Kurt Cobain About A Son, dirigida por AJ Schnack en 2007.  De nuevo intervino en la composición de otra banda sonora, One Fast Move Or I'm Gone: Music From Kerouac's Big Sur, cinta dirigida por Curt Worden en 2008.  En esta ocasión trabajó a medias con el guitarrista y teclista Jay Farrar, alma de Son Volt y co-fundador de la banda Uncle Tupelo junto a Jeff Tweedy de Wilco.  
En solitario, firmando con su nombre y apellido, lo primero que publicará será Former Lives en el año 2012.



Este álbum reúne 12 canciones escritas durante un período de ocho años lo cual implica que el estilo sea variado dada lo espaciado de la escritura.  El resultado final es diferente al que se puede esperar.  Quiero decir que este no es un disco de Death Cab For Cutie por lo que admiradores de la banda no van a encontrar aquí continuación de lo ya hecho hasta el momento.  Es una obra personal, con canciones que reciben colaboraciones brillantes como la de la voz de Aimee Mann, canciones de buena factura por parte de un compositor que busca diversificarse.  Las composiciones tienen el perfil del rock independiente, de base, y por mucho que se esfuercen por abrirse a estilos dispares, todas terminan tomando el mismo tono general.


Como señalo al comienzo de esta entrada en el blog, el Especial Death Cab For Cutie se emitió el 24 de febrero del año 2015.  Después de esa fecha, la banda siguió publicando trabajos nuevos, lo que nos conmina a realizar otro Especial o dedicarle el Especial Discografía de los primeros martes de cada mes un día de estos.


Ben Gibbard ha realizado actuaciones en vivo desde su casa, on line, con motivo de la pandemia del COVID-19.  Por si quieres echarle un vistazo y escucharle, aquí te dejo el enlace:


https://www.kexp.org/read/2020/3/17/death-cab-cuties-ben-gibbard-announces-daily-livestream-concerts-his-home-studio/?fbclid=IwAR12ORRqOeeCMO7SA0WJOuPsH4WmtjmSfU295d5Phe-iPLWopCRlENQXhc4


Este es el último programa repetido porque la semana que viene volvemos pero con contenido nuevo.  Mientras tanto, cuídate mucho, que te necesitamos a ese otro lado del aparato receptor digital, analógico o como sea.

Espero que si no lo conocías te haya gustado el programa.  Y si ya lo habías escuchado, que la audición te haya sido grata.

Enlace:

https://radiotomares.wordpress.com/2015/02/26/ciclope-3-0-24-02-15/







jueves, 14 de mayo de 2020

Cíclope 3.0 - 12-05-20 - Especial Luces y Sombras del Amor




El beso protegido, manifestación de amor en tiempo de pandemia




Cíclope 3.0 del martes 12 de mayo de 2020.  En ésta edición recuperamos un programa ya emitido el 20 de enero del año 2015.  Entonces y ahora volvemos a hacernos eco de uno de los sentimientos universales por antonomasia: el Amor.  Como todo el mundo sabe, Amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres.  Sin embargo, las emociones asociadas a él pueden ser extremadamente poderosas y diferentes, según las personas, llegando con frecuencia a ser irresistibles.  El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas, en nuestro caso, en la Música, sea cual sea el campo estético dentro de ella.  Este programa, cuando se emitió, llevó un subtítulo: Luces y Sombras del Amor.  Al recuperarlo ni se nos ha ocurrido cambiar dicha etiqueta, en todo caso le añadimos el término Especial.  Así que hoy, en Cíclope 3.0, Especial Luces y Sombras del Amor.  Comenzamos y lo hacemos con una declaración de principios: Una canción para los amantes.



Richard Ashcroft estuvo al frente de una de las bandas con mejores vibraciones que aparecieron en la década final del siglo XX, The Verve.  A lo largo de los años 90 fueron sembrado un terreno que posteriormente Ashcroft, en solitario, se encargaría de recolectar para volver a poner la semilla de sus arrebatadas canciones y ampliar las hectáreas musicales donde el Amor sería protagonista indiscutible.  Su aparición al margen de The Verve roza los últimos trabajos de la banda, aparecidos entre 1997 y 2008.  Con su nombre y apellido firmando los trabajos, comenzó en el año 2000, inaugurando el nuevo siglo, con un álbum espléndido que incluye esta A Song for the Lovers con la que hemos comenzado: entramado orquestal para una composición sublime.




Primer disco de Ashcroft en solitario, año 2000


En la década de los 80, la sombra de los arrebatos de amor y la grandilocuencia del sentimiento era larga, amplia.  Nombres como The Righteous Brothers y su carismática versión de Melodía desencadenada en 1965, The Walker Brothers con la presencia de Scott Walker y aquella grandísima canción The Sun Ain't Gonna Shine Anymore, flotaron durante años e inspirarían momentos brillantes como los que dieron The Icicle Works, profundamente influidos por aquellos casi himnos de la grandeza del amor.  Love is a Wonderful Colour, una afirmación feliz y grandilocuente, fue su éxito por antonomasia.  Incluyeron la canción en su primer trabajo, el que bautizaron con el nombre del grupo, y el tema dio la vuelta al mundo, auspiciado por esos triunfos del amor que lo redime todo.




The Icicle Works



The Icicle Works
 - 1984




























El amor exaltado desde la cumbre de un montaña orquestal, el amor a golpe de guitarrazos y baterías endemoniadas, el amor al piano y un flautín...como se quiera, y la visión del amor desde un punto oblicuo, diferente y sin embargo no tan distinto de como ha sido tratado por grandes artistas, músicos, poetas...  Un poeta músico, un músico poeta, existencialista, esquivo y sin embargo tan cercano, tan cierto.  Tenía una belleza especial y un talento vibrante: Ian Curtis.




Ian Curtis
(1956-1980)


Joy Division fue un camino distinto, diferente a todo lo que había y hubo después.  Su alma mater, su motor, Ian Curtis, conocido por el apodo Warsaw, le cantó al amor y lo hizo sin concesiones, agazapado en el lado oscuro, de pie soportando estoicamente las heridas que produce más tarde o más temprano.  Tras el enamoramiento el amor volverá a mostrarse como ha sido siempre en realidad: una utopía a alcanzar.  Y el amor nos desgarrará, otra vez.



Love Will Tear Us Apart fue y es un Maxi-Single tremendo.  Con el paso de los años y tras distintas remasterizaciones, se incluyó en los CDs de los álbumes de Joy Division.  Mientras el grupo existió no formó parte de ninguno de sus LPs.  La canción lo tiene todo: un entramado instrumental soberbio sobre el que se desliza la voz dolida de Curtis.  La portada, como en tantas ocasiones, se ilustraba con imaginería de grupos escultóricos que decoran tumbas y panteones.  Sería excesivamente gratuito tildarlo de siniestro, macabro.  A quien levante esos esquemas que tienen que ver con la interpretación de símbolos de la maquinaria hermenéutica, lo mejor que se puede hacer es invitarle a una cerveza y una vez que se la has pagado no seguir en su compañía sino utilizar un argumento como: ¡Huy!  Perdona, me he dejado la lavadora puesta.  ¡Nos vemos!; o también: ¡Ay!  Disculpa, se me ha descompuesto el vientre.  Y salir corriendo.  No hay más.
Sí había otras portadas para el Maxi-Single que contenía esta canción, como por ejemplo esta:




Soberbia ilustración 


Sobre Joy Division y su líder hay un par de películas que merecen la pena y que te recomiendo si no las has visto.  Una es un Documental, Joy Division, realizada por Grant Gee en el año 2007, con guión de John Savage.  La otra es una película dirigida por Anton Corbijn, también del año 2007, con guión de Matt Greenhalgh, basado en el libro Touching from a Distance.  El libro es el único relato biográfico en profundidad del legendario cantante principal de Joy Division, escrito por su viuda Deborah Curtis.  Incluye un prólogo de Jon Savage, escritor y periodista musical, más conocido por haber escrito la historia de The Sex Pistols y de la Música Punk.  La obra de Deborah Curtis además incluye una introducción de Steven Morris, batería de Joy Division.



   





































Saltamos en el Tiempo, hacia atrás.  De una figura carismática como es Ian Curtis a otra que no lo es menos: Jim Morrison.






Otra forma de belleza física y psíquica, Morrison en 1967 firmaba con los tres miembros restantes de The Doors el segundo álbum de la banda: Strange Days.  Parecía que después de aquel primer LP aparecido el 4 de enero del mismo año, no podrían alcanzar las cotas que habían alcanzado con temas como The End y las demás canciones.  Sin embargo el segundo disco presentó una nómina de canciones a cuál mejor.  Todas hablan de amor, es cierto, pero hay una cuyo contenido es particularmente atractivo: no ensayemos el amor nunca, como dijo el gran Luis Cernuda, o hagámoslo pero sin buscar la perpetuidad.  Ámame dos veces y después marchate es lo que canta Morrison en Love Me Two Times, incluido en ese excelente Strange Days.  Otra forma de entender el Amor.




Strange Days
- 1967





























The Doors






























Avanzamos unos cuantos años, hasta 1970, cuando Led Zeppelin publican su tercer LP bautizado sencillamente como Led Zeppelin III, un álbum que ha sonado no hace mucho aquí en Cíclope 3.0 precisamente con el mismo tema que recuperamos hoy con ocasión de las Luces y Sombras del Amor.  El tema en cuestión, con estructura de Blues, es el famoso Blues del Grito como lo conocíamos popularmente, por los agudos que caracterizan la voz de Robert Plant en el tema en cuestión: Since I've Been Loving You.




Led Zeppelin




Si no recuerdo mal ya he comentado que la carpeta original de este LP era doble: la parte frontal, donde se aprecian unos círculos, estaban troquelados.  Si te fijas en la imagen, a la derecha en el centro, hay una media luna que permitía hacer girar una lámina interior que cambiaba las ilustraciones que se veían a través de los círculos.  Estos juegos fue algo que el Zeppelin repitieron años después con aquella magnífica cubierta del álbum Physical Graffiti, donde las ventanas del edificio se podían cambiar utilizando las subcarpetas interiores.  Brillante portada aquella del extraordinario álbum doble de 1975.Volviendo al III, el interior de la portada original también estaba profusamente ilustrado como se puede apreciar en la foto siguiente.






Cambiamos de registro, de estilo y formas recuperando a un veterano guitarrista de Jazz, de origen francés, que un día cambió momentáneamente su guitarra eléctrica por un violonchelo y su jazz de fusión por estructuras más academicistas y erigió un auténtico monumento al amor, sin palabras, y lo tituló Mon amour, mon amour...  Él es Jean-Pierre Alarcen.






En 1978 publicaba un álbum bautizado con su nombre y apellido donde incluía esa hermosa composición Mon amour, mon amour... donde tocaba el violonchelo en un tema cuyos arreglos de cuerdas y dirección de orquesta recaían en las manos de su paisano Claude Arini, teclista y compositor.  Posteriormente Alarcen trabajaría la estructura clásica de Sonata en tres movimientos para componer Tableay Nº 1, en 1978, que a pesar de sus formas academicistas resultaba ser música de Jazz de Fusión, resultando al final lo que hoy en día se denomina Rock Progresivo.  Ha pertenecido a diferentes bandas (Eden Rose, Le Système Crapoutchik, Tartempion, Les Guitares du Dimanche...) y lo importante, sigue activo.




Jean-Pierre Alarcen
sobre el año 1978
































Jean-Pierre Alarcen
 en los años actuales




















Del Amor celebrado sin palabras al Amor cantado con una voz quebrada, vencida por las historias sentimentales rotas que dejan el interior como una playa a la que llegan los restos del naufragio emocional.  Ese es el perfil que tiene la canción Take Me in Your Arms compuesta y cantada por Annabel Lamb.




Annabel Lamb
Cantante y compositora británica, nacida en Surrey en 1955, Lamb se dio a conocer en el año 1983 con una versión del tema Riders on the Storm de The Doors.  La canción se publicó en formato de Single y se remezcló en Maxi-Single con no sé cuántas ediciones distintas (RadioMix, DanceMix, SlowMix, HotMix...).  El tema de The Doors aparecía abriendo el LP Once Bitten que vio la luz en el año 1983, en el que colaboró, en esta versión en concreto, Ray Manzarek, el organista/pianista de Doors.



De los diez cortes del álbum ocho son originales de ella, otro está compuesto a medias con Mark Damron miembro de la banda The Resistance, y el que hace número diez es la versión de Jinetes en la Tormenta.
El plantel de colaboradores no fue muy amplio pero los que estaban tenían luz propia: en el piano, en el tema compuesto a medias con DamronSteve Hogarth, teclista de, entre otros grupos, Marillion.  La canción Heartland cuenta con la guitarra de su novio, nada más y nada menos que el malogrado Adrian Borland (1957-1999),





motor de la banda The Sound y quien, cosa curiosa, también compuso un tema titulado así, Heartland, incluido en el primer álbum que grabó con su grupo, el LP titulado Jeopardy, en 1980, pero que no tiene nada que ver con el de su novia.    










Take Me in Your Arms tiene un sonido de teclados envolvente, atmosférico.  La voz de Lamb corona una actitud de brazos caídos, de luchadora que busca el reposo.  En la canción desempeña un papel importantísimo el sonido de la trompeta de este hombre de la fotografía a la izquierda, el veterano trompetista de Jazz Jim Dvorák, original de Brooklyn, New York.








Voces de mujer cantando a las Luces y Sombras del Amor.  Desde la búsqueda de la otra persona a la carrera desbocada por separarse.  Desde anhelar su presencia a querer olvidar el nombre, como dice nuestra próxima invitada, Carmen Linares.



Recuerdo, hace algunos años, una actuación de Carmen Linares en el Auditorio de la localidad sevillana de Dos Hermanas.  Fue en un Festival Flamenco en el que la cantaora interpretó una seguiriya que, cuando acabó, me dejó la duda de seguir escuchando o levantarme y dejarlo hasta otra ocasión.  Y no fue porque no me hubiera gustado, sino por todo lo contrario: fue tan intensa, tan perfecta la interpretación que hizo del palo de la seguiriya que me dejó ensimismado con el cante que había escuchado.  Seguí sentado, pero Carmen Linares me había dejado una huella tan sensitiva que no hice otra cosa que vagabundear con el oído por aquí y por allá.
Esta mujer, cuyo nombre real es Carmen Pacheco Rodríguez, nació en Linares, Jaén, y se puso el nombre de su localidad de cuna como apellido artístico.  Hija de un buen guitarrista aficionado de flamenco, Antonio Pacheco, está entroncada con una generación del Cante Jondo en la que están nombres de grandes como Enrique Morente, Camarón, Paco de Lucía, Pepe Habichuela, José Mercé y Tomatito.
Carmen, en el año 2002, publicaba un disco con la colaboración del trío del guitarrista gaditano Gerardo Núñez, caleidoscopio de la música que ha trabajado con varias estéticas de la música y con diversos músicos, compositores e intérpretes.  De esa colaboración surgió Un ramito de locura, un disco espléndido por todas las cosas buenas y nuevas que la sabiduría de Núñez aporta cuando trabaja con otros artistas y estos se dejan fluir, como es el caso de Linares.



Este disco es un jardín donde florecen las especies más variadas y diferentes, conviviendo y creciendo en perfecta conjunción: hay un texto de Jorge Luis Borges alrededor del que se levanta una milonga.  Están los palos que Carmen domina como la Soleá, la Seguiriya...pero en conjunción con las ideas musicales de Gerardo Núñez que dan un resultado final amplio, de caminos que se abren y enriquecen.




Gerardo Núñez

Hay un corte que llama particularmente la atención y es el tema Quiero tu nombre olvidar, una composición original de Carmen Santonja (1934-2000) y Gloria Van Aerssen (1932-2015), más conocidas como Vainica Doble.  El año de la muerte de Carmen Santonja, se publicaba el disco En Familia donde el dúo firmaba esa canción que Linares reinterpreta con estructura de Bulerías y dedica además a Santonja.




Vainica Doble
(Carmen y Gloria)
   
This Mortal Coil, esa especie de laboratorio musical escocés del sello discográfico independiente 4AD creado por Ivo Watts-Russell, ha pasado en muchas ocasiones por aquí por Cíclope 3.0 y hoy vuelve para ilustrar el tema del Amor con una de sus versiones tan particulares, la que realizaron en 1986 en el álbum Filigree & Shadow del tema Come Here My Love, original de Van Morrison.  En la versión que hicieron la voz es de Jeanette Dwyer y los teclados de un ex-Cocteau Twins, Simon Raymonde.



   



Década de los años 80 del siglo pasado.  Años de revolución cultural, de nuevos movimientos en la música...  Es habitual que en esos caudales de nombres surgidos en una época más o menos larga, muchos se queden olvidados porque los vericuetos del camino son abundantes y, a veces, intrincados.  Frente a la ruidosa postura Punk, a principios de los 80, surgieron una serie de grupos y solistas que preferían hacer música de una forma más callada, sin alharacas, con un perfil melódico introspectivo.  El mundo del Pop y el Rock compartieron con el mundo academicista el término minimalismo, que no es otra cosa que la tendencia a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes una pieza, ya sea pintura, escultura, música...  En el panorama de la música independiente de los 80 muchos y muchas fueron los que recurrieron a ese formato de ascetismo, sobre todo y principalmente, en el plano de los instrumentos utilizados.  Un ejemplo es el caso del trío galés Young Marble Giants, formado por la vocalista Alison Statton y los hermanos Moxham, Philip y Stuart.  Instrumentación reducída al mínimo: guitarra eléctrica y guitarra bajo, arropando la voz de Statton.  Los hermanos Moxham, ingenios seminales, formarían posteriormente otro proyecto, The Gist, que a pesar de seguir en una línea de minimalismo ampliaban la paleta de colores con otros instrumentos (caja de ritmo, una segunda guitarra...pero poco más).  En 1982 la banda formada por los dos hermanos Moxham lanzaban un LP, Embrace the Herd que incluía un tema que encaja perfectamente con la temática que trae hoy el Cíclope.  El tema en cuestión tiene mucho que ver con las Luces y Sombras del Amor porque se titula Amor a primera vista, la estructura que se desmonta y que se vuelve a levantar de forma exuberante y apasionada: lo que se conoce como enamoramiento.  Los Moxham supieron retratarlo muy bien.






     






Philip Moxham




Stuart Moxham





























Estamos tomando la recta final del programa y entre lo que nos queda por escuchar se encuentra una banda británica, en realidad un dúo que comenzó siendo trío, o cuarteto, que en vivo se amplía a quinteto, o sexteto si hace falta.  Me refiero al proyecto conocido como Placebo.



El alma de Placebo es el hombre de la foto a la derecha, Brian Molko, responsable de la música, de los textos de las canciones alimentadas por letras que se retroalimentan de estados angustiosos.  
A Molko siempre le ha interesado lo ambiguo, lo andrógino.  Habitualmente aparece transformado físicamente pero no de manera completa, no es un travestismo al cien por cien, deja puntos abiertos.
De Placebo suena un corte de su segundo disco, el que le da título al trabajo: Without You I'm Nothing.  Una queja, un duelo, un sentimiento arrebolado de pasión porque sin esa persona, no soy nada.
El álbum, aparecido en 1998, no llegó a contar con la versión del tema en cuestión que traemos al programa, una versión cantada a dúo entre Molko y David Bowie.  Era idéntica a la original, sólo que cantada a medias con el Duque Blanco, interpretando cada uno párrafos del tema y el estribillo interpretado a medias.  A principios de este siglo circuló por la Red esta interesantísima versión, no sé si actualmente aún se puede conseguir, imagino que sí.
























David Bowie
y Brian Molko


Es curioso que siendo el Amor el motor de tantas doctrinas y manifestaciones del Arte, en Música, algo que sea amoroso es sinónimo de romántico y lo romántico se suele identificar con tranquilidad, calma, jamás con un punteo de guitarra eléctrica, o con alguna canción de ritmo sincopado.  En el campo del Romanticismo estuvo el siguiente invitado, Roy Orbison, que supo cantarle con esmero y entrega a la mujer en general y a ninguna en concreto.  Su éxito por antonomasia sería Oh, Pretty Woman allá por 1965.  Del LP titulado así extraemos su sentido It's Over, Se acabó, punto y final en una relación amorosa que se ha ido a pique.




Roy Orbison
(1936-1988)



























Después con el paso de los años se mantendría activo actuando en vivo y colaborando con viejos amigos en proyectos como The Traveling Wilburys.    





The Traveling Wilburys


El broche y final a este Especial Luces y Sombras del Amor lo ponen The Beatles, cuyas canciones giraron siempre alrededor del Amor, punto de fuga y centro de gravedad del universo Beatle.  Sí, es difícil escoger sólo un tema pero me he decidido por una canción incluida en el LP Help!, el disco que recogía en la Cara A la banda sonora de la película del mismo título dirigida por Richard Lester en 1965.  En la Cara B está It's Only Love, una de esas canciones de John Lennon que no necesitaba mucha duración de tiempo (apenas 1 minuto y 56 segundos) para que se quedara en la memoria del corazón.



  



































Con el cuarteto de Liverpool terminamos.  Habrá una segunda entrega dedicada a los avatares del Amor en un futuro no muy lejano.
Cuídate, que ya queda menos para que nos podamos abrazar.

Espero que te guste el programa.


Enlace:

https://radiotomares.wordpress.com/2015/01/28/ciclope-3-0-20-01-15/