miércoles, 27 de abril de 2022

Cíclope 3.0 - 26-04-22 - Especial The Jazz Butcher # 4

 


The Jazz Butcher
 (Pat Fish primero por la derecha)


Cíclope 3.0 del martes 26 de abril de 2022.

Cuarta entrega del Especial The Jazz Butcher que en esta edición se ocupa de tres álbumes aparecidos entre 1989 y 1991.

Comenzamos con una composición de 1990  para acceder al universo de Pat Fish y así entramos en el disco con el que la banda cierra la década de los años 80, Big Planet Scary Planet.




Con la publicación de Fishcotheque en 1988, Jazz Butcher cambiaba de sello discográfico y aparecía bajo el arco gravitatorio de Alan McGee a través de Creation Records.  Un año después repetían bajo los auspicios de ese mismo músico y editaban Big Planet Scary Planet, un álbum brillante, con canciones de Pop/Rock melódicas, agitadas, plenas de emoción.  La producción corrió a cargo de un viejo conocido de la banda, John A. Rivers, que ya había trabajado con el grupo desde el plano de la producción en álbumes como A Scandal in Bohemia (1984), Sex and Travel (1985) y Distressed Gentlefolk (1986).  Pat Fish no se mostró conforme con los resultados finales de la producción de Rivers, aseguró que no le gustaba el sonido final logrado, y sin embargo para esta ocasión Rivers, que realizó su trabajo con el ingeniero de sonido Francisco Cabeza, figura habitual asociada a los trabajos del productor británico, consiguió un sonido unitario, congruente, para todas las composiciones que forman el disco, canciones variadas interpretadas por una formación que repetía la presencia de algunos miembros que venían del álbum anterior como Kizzy O'Callaghan, guitarra eléctrica o Alex Green, saxofón.  Los puestos de batería y guitarra bajo están ocupados por nuevos miembros o músicos que habían intervenido de forma secundaria en el álbum Fishcotheque como es el caso de Laurence O'Keefe, guitarra bajo ocasional entonces (tocaba el bajo en un par de canciones) y miembro titular de su instrumento para el trabajo de 1989, trabajo en el que Paul Mulreany se encargó de la batería.


Después de lanzar una gran cantidad de material de calidad en los años 80, Jazz Butcher comenzó la  década de los 90 con Cult of the Basement, un sólido lote de canciones originales con estructuras Pop, Jazz y Cabaret.  El buen resultado se debe a la contribución de músicos habituales en las últimas formaciones del grupo como el saxofonista Alex Green, el guitarrista Kizzy O'Callaghan, el batería Paul Mulreany y el bajista Laurence O'Keefe.  Entre los elementos nuevos en la banda está el multinstrumentista Alex Lee, un hombre que tocó la guitarra y los teclados con bandas como Suede, Placebo y Blue Aeroplanes.  Con Jazz Butcher se centra en su labor como guitarrista.  La producción estuvo en manos de Martin Stebbing, más conocido por el alias artístico The Reverend Botus Whiteblood Fleming.

Cult of the Basement, de 1990, fue el último disco que contó con la colaboración de la guitarra y el ingenio de Kizzy O'Callaghan, el hombre que sustituyó y de forma brillante la ausencia de Max Eider, guitarra de confianza de Fish.  Desde que O'Callaghan entró a formar parte de Jazz Butcher en el álbum Fishcotheque de 1988, el sonido, el perfil de la banda, se enriqueció.  De hecho, los dos últimos álbumes que contaron con su labor, Big Planet Scary Planet y Cult of the Basement, suenan de forma cohesionada, sin fisuras.  Su guitarra, poderosa, potente, suave, le proporcionaba una identidad segura y firme a las composiciones de Fish.  Nadie se podía esperar que este músico de origen irlandés, nacido en 1958, fallecería en 1990 por un tumor cerebral.  



Kizzy O'Callaghan
 (1958-1990) a la derecha de la foto


Cuando todo indicaba que Jazz Butcher había encontrado unas estructuras sobre y desde las que trabajar para seguir avanzando en su música, el Destino le arrebata a Pat Fish a su hombre de confianza.  Max Eider se fue para vivir aventuras en solitario, pero podía volver, la puerta no se cerró definitivamente.  La diferencia con Kizzy O'Callaghan es que se había ido y no podía volver, porque estaba muerto.  Pat Fish encajó el revés lo mejor que pudo pero cayó en el agujero negro de la depresión que explotó en una serie de crisis nerviosas a finales de aquel fatídico 1990.  Con terapia oral y sublimando emociones a través de la música, El Carnicero del Jazz resurge y compone una serie de canciones influidas por ese estado de desequilibrio y búsqueda de estabilidad, canciones que se reunieron en un nuevo disco que aparecía en 1991 bajo el título Condition Blue.


Convoca a músicos que ya habían pasado por la formación como es el caso de el batería Paul Mulreany, el saxofonista Alex Green y la guitarra de Alex Lee.  Dos guitarristas más de apoyo que serán miembros nuevos: Peter Crouch y Richard Formby.  También es miembro nuevo el guitarra bajo Joe Allen (el músico de origen británico, no confundir con el también guitarra bajo de nombre y apellido homónimo de origen norteamericano).  Por último, la diseñadora gráfica, ilustradora y fotógrafa freelance Sumishta Brahm estaría en las voces de coro.  La producción final estuvo en manos de The Jazz Butcher.

El diseño de la carpeta, de origen francés, tiene dos tonalidades: azul o negro, dependiendo del país donde se publique.  El contenido cambia también según los países y ese cambio influirá en el orden de las canciones, no en el contenido.  En Canadá, por ejemplo, se encargó de su distribución el sello discográfico Mercury y el listado de temas es diferente al utilizado en Europa, pero las canciones son las mismas.

Solo escuchamos dos cortes de este Condition Blue en este Especial, volveremos con más material del álbum de 1991 en la próxima edición del Especial The Jazz Butcher en Cíclope 3.0 el último martes del mes de mayo.

Espero que te guste el programa.

Enlace: https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-26-04-22




miércoles, 20 de abril de 2022

Cíclope 3.0 - 19-04-22

 


Pedro Soler
y Gaspar Claus, guitarra española y violonchelo, los dos instrumentos protagonistas del espacio de hoy


Cíclope 3.0 del martes 19 de abril de 2022.

De vuelta de las vacaciones de Semana Santa, vacaciones que nos hemos tomado sin previo aviso, de nuevo Cíclope 3.0 con la música que llega atravesando el prisma del tiempo.

Tal y como indica el pie de foto de cabecera, hoy el programa va a estar básicamente construido sobre el sonido y la conjunción de dos instrumentos: el violonchelo y la guitarra española.  Para comenzar tomamos un ala delta y nos trasladamos hasta el hogar de un matrimonio japonés en Norteamérica donde nació Nick Ogawa, más conocido por el apodo Takénobu y por ser un brillante intérprete del violonchelo.

Ya es coincidencia que, en Japón, existan dos músicos con el mismo nombre: Takénobu.  Uno es Takénobu Mitsuyoshi compositor japonés de música de videojuegos, cantante y actor de doblaje de videojuegos; el otro (el de la foto de la izquierda) es Nick Takénobu Ogawa, violonchelista, compositor y cantante de origen norteamericano, de padres japoneses.  El segundo nombre, Takénobu, le sirve como apodo artístico para trabajar en diferentes proyectos musicales tanto en solitario como acompañado por banda.

Takénobu es una combinación de los caracteres Kanji japoneses de los nombres de su padre y su abuelo.  Traducido vagamente, significa Voluntad de Hierro.

Entre los años 2007 y 2019, nuestro hombre ha publicado cinco discos comercializados en su propio sello.

El álbum de 2016, Reversal, está escrito, producido e interpretado por él, encargado del violonchelo y de cantar.  El violín que suena lo toca un músico de sesión, Brian Harper.


En 2019 vuelve a repetir el mismo esquema espartano de colaboraciones: le acompaña un violín y para colmo es de la familia, Kathryn Koch, su esposa.




Takénobu
y Kathryn Koch, que le acompaña tanto en las grabaciones de estudio como en las actuaciones en vivo.


El ala delta que nos ha servido para trasladarnos hasta el continente americano nos lleva ahora de vuelta al viejo continente, a Europa, en concreto a Francia de donde es original nuestro próximo invitado: Gaspar Claus.



Gaspar Claus es un compositor e intérprete de violonchelo de origen francés.  Hijo de un guitarrista de flamenco, Pedro Soler, compone y toca con el violonchelo con maneras delicadas y también de una forma a veces física: arañando las cuerdas, golpeando el cuerpo del instrumento como si fuese un instrumento de percusión.  Su curriculum vitae es tan amplio como variado, interviniendo en proyectos que van desde el academicismo vanguardista (Bryce Dessner) al flamenco heterodoxo, pasando por el Jazz experimental o las bandas sonoras para documentales y películas.  Reside en París y dirige el sello discográfico "Les disques du festival Permanent".  El año pasado, en 2021, con 38 años, editó Tancade, su primer álbum firmado con su nombre y apellido.

Tras cuatro años de trabajo distribuidos en viajes a Banyuls (en la Costa Colorada, al otro lado de la Costa Brava), las costas vascas y normandas y su ciudad de residencia, París, Claus lanza este álbum donde recoge todo lo vivenciado, esponjándolo y haciéndolo pasar a través de su crisol personal.  Para situar el disco el Cíclope extrae dos composiciones representativas: Une foule y E.T. (Extra Terre Version).


Gaspar Claus es hijo de Pedro Soler, guitarrista flamenco nacido en 1938 en el sur de Francia, en concreto en Narbona.  Ha tocado la guitarra para cantaores de la talla de Pericón de Cádiz, Rafael Romero, Bernardo de los Lobitos, Enrique Morente o Inés Bacán, por citar algunas figuras del Cante que han tenido el acompañamiento de Soler al toque.  Sus grabaciones comienzan en 1965, pero la que nos interesa de una forma particular para el programa de hoy es la que apareció en el año 2011 con el título de Barlande, firmada por él a la guitarra y por su hijo al violonchelo, la primera grabación en la que aparece con su instrumento.  Riqueza de la variedad del significante Flamenco que se abre y amplía dando como resultado significados como los que escuchamos, por seguiriya y por alegría.








  



Primero uno, después dos y ahora tres: guitarra, violonchelo y voz.  Los dos músicos anteriores y una cantaora, Inés Bacán.


Inés Bacán Peña, nacida en Lebrija en 1952, es una cantaora hija de Ana Peña Vargas, la del Pelao y Sebastián Peña Peña, Bastián Bacán, de la familia de los Pinini.

Sus comienzos profesionales públicos fueron en la grabación de los discos Noches gitanas en Lebrija, 4 volúmenes producidos y dirigidos por su mentor, su hermano, el guitarrista Pedro Bacán, en 1990.  Pedro fallecía en un accidente de tráfico el 26 de enero de 1997, con 46 años de edad.  Inés cautiva cantando por cantiñas de Pinini, Soleás y Seguiriyas, siendo éste el palo con el que más se identifica.

En el año 2017, Pedro Soler al toque, Gaspar Claus en el violonchelo e Inés Bacán al cante, firmaron el disco Serrana del que reseñamos la Bambera titulada Ojitos negros.




El cierre de esta edición de Cíclope 3.0 lo vamos a hacer desde la perspectiva flamenca con un músico, compositor y cantante que responde al alias artístico de Antónimo.


Su nombre y apellidos es Antonio Manuel Ríos Sánchez, criado en la sevillana barriada de Santa Aurelia.  Se sitúa en la música sobre el año 2005, cuando conoce a Rafael Ruda Santiago y a Alejandro Astola Soto, con los que formaría el trío Fondo Flamenco.  Tras la disolución del grupo a finales del año 2016, Antonio comenzó una búsqueda de nuevos caminos musicales divagando él solo.

Antónimo tiene una forma curiosa, muy interesante de hacer música flamenca porque se mantiene multiforme en las fronteras del Blues, de la experimentación de las maneras flamencas, libres, sin partituras, como el Jazz.  Toma prestado de todas partes, como buen creador.  Tomar prestado es esponjar el mundo que le rodea y reflejarlo en la libertad onírica, surrealista, de unos textos ricos en colores y matices.   


A finales del año pasado, 2021, aparecía un single, La psicodelia de la Virgen del Patrocinio, adelanto del álbum homónimo que vio la luz a principios de este año 2022, sobre el mes de enero, y cuya portada es la foto que aparece a la derecha.  Para que te hagas una idea del universo de este músico, si es que no lo conocías ya, extraemos tres cortes de ese disco de Antónimo que sirven para cerrar el programa de hoy: Labios de Flú, Indio salvaje y La psicodelia de la Virgen del Patrocinio.  Para los que no seáis de Sevilla comentar que la Virgen del Patrocinio pertenece a la Hermandad del Cristo del Cachorro, que procesiona la tarde del Viernes Santo.

Espero que te guste el programa.


Enlace:

https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-19-04-22




jueves, 7 de abril de 2022

Cíclope 3.0 - 05-04-22 - Especial Dead Can Dance # 8


Lisa Gerrard



Cíclope 3.0 del martes 5 de abril de 2022.  Inauguramos el nuevo mes con la octava entrega del Especial Dead Can Dance.  Con el proyecto bajo el arco gravitatorio de la disolución, estamos centrados en la obra en solitario de tres de sus miembros: la doble columna vertebral motor del grupo, Brendan Perry y Lisa Gerrard, y la labor en solitario de uno de sus colaboradores más estable, el batería y percusionista Peter Ulrich.  De los tres, la más productiva es Gerrard, al menos en lo que a grabaciones se refiere porque Perry publicó por primera vez un disco en solitario en 1999 y volvería con otro trabajo en solitario en el año 2010, trabajo al que le seguirían otros siempre con tiempo de separación entre uno y otro.  Ulrich hizo su debut con discografía en solitario en 1999, después publicó otro trabajo, en 2005.  Tanto en el caso de uno y otro músico llegaremos a sus álbumes cuando corresponda, cronológicamente.  Dead Can Dance se reunirían de nuevo avanzado el siglo XXI y hasta llegar a esas fechas seguimos el vuelo del cometa Lisa Gerrard, su trayectoria y su cola.  En el espacio de hoy escucharemos obras pertenecientes al periodo que va entre los año 2000 y 2004, obras con un mismo denominador común: es música para el Cine, bandas sonoras originales.

Gerrard firmó en 1999 junto a Pieter Bourke el score de la película The Insider (El dilema), dirigida por Michael Mann.  Un año después, en el 2000, Hans Zimmer, prolífico compositor de música para la gran y pequeña pantalla, le propone a nuestra protagonista trabajar juntos en la arquitectura musical de la película Gladiator dirigida por Ridley Scott, y el resultado es suficientemente conocido.


La música dramática del dúo incorpora elementos orquestales tradicionales, instrumentos antiguos e indígenas y la inquietante voz de Gerrard para crear un telón de fondo atemporal y evocador para la historia de Scott sobre un gladiador vengador en la antigua Roma.  


El compositor alemán Hans Zimmer (foto de la derecha) ganador de varios premios entre otros el Oscar a la mejor banda sonora por la película de animación El Rey León, de 1994, no tiene ni un pelo de tonto (no sólo porque esté ligero y despejado de cabellera) y buscó a alguien que conociera en profundidad el perfil de la música antigua y los instrumentos utilizados en épocas muy lejanas en el Tiempo.  Le hace la oferta a Gerrard y esta no se lo piensa mucho: accede y se ponen a trabajar codo con codo.  El resultado final significó para ella ser ganadora de un Globo de Oro por su labor como compositora e intérprete de esta espléndida banda sonora que se publicó el 25 de abril del año 2000.

Pero no todo iba a ser miel sobre hojuelas.  Los fans de Gerrard se tomaron mal, muy mal, el éxito de su admirada vocalista, no tanto por el hecho de haber escrito o coescrito el score de una película porque ya lo había hecho un año antes junto a Pieter Bourke, pero eso fue distinto: habían trabajado juntos en los dos primeros trabajos en solitario de ella, luego la banda sonora de Ali...bueno, vale, venga...pero, intervenir, venderse a la comercialidad de la Industria Musical Cinematográfica, eso no.  Y dejaron constancia en la web oficial de Lisa, que ella misma gestionaba, contestando e-mails amistosa y generosamente.  Los mensajes que se encontró a raíz de la publicación del score de Gladiator fueron una sarta de insultos, descalificaciones.  Contestó con un correo genérico en el que expresó, con dolor y tristeza, la mala acogida que había tenido no sólo la obra sino el hecho de haber recibido un premio.  Razonó por qué se encontraba elaborando música para largometrajes, serie de televisión y documentales, porque tenía que vivir, que comer.  El proyecto Dead Can Dance estaba en pausa, no daban conciertos porque como tal grupo no existía y las actuaciones en vivo son las que le dejan un margen económico a cualquier músico.  Vivir de los royalties de las grabaciones no da para mucho.  Y acto seguido se cerró la web que llevaba su nombre y apellido.  Abrió una nueva en la que, para acceder, te tenías que registrar y donde ya no se admitieron comentarios anónimos ni tampoco los que utilizaran un tono poco apropiado.


Casi un año después de la aparición del score original de Gladiator llegó a las tiendas Más música de la película Gladiator.  Se publicó el 27 de febrero de 2001 e implica una colección de extractos de la banda sonora original de la película que quedó fuera del primer álbum.  No es una acumulación de fragmentos de música que sobraron, sino la suma de pistas, temas del score original que por falta de espacio en el CD no se incluyeron.  Digamos que...bueno, vale...pero ¿no se podía haber sacado un disco doble?  No sé si hay respuesta, en ese momento, porque después sí la encontramos.


En el año 2005, con motivo del aniversario de la cinta, se edita Gladiator Special Anniversary Edition, CD doble que incluye el disco original de la banda sonora, Gladiator y el segundo, More Music from The Motion Picture Gladiator.  No hay que ser un lince para ver la maniobra de la Industria Fonográfica.  Primero te dicen que no, que no es posible sacar un disco doble, después sí.  Algo raro pasó con el máster, la cinta grabada original porque en la segunda entrega del score hay fragmentos que no sólo incluyen música sino también diálogos de la película, voces innecesarias porque ni aclaran ni ilustran nada de nada, pero para recuperar la música que tienen esos cortes hay que hacerlo incluyendo las tomas realizadas, ¿por qué?, pues porque algo sucedió con la grabación original, el máster donde iban incluidos todos los cortes correspondientes que, o se extravió, o sufrió algún tipo de accidente.  Sea como sea, ese segundo disco incluye fragmentos muy interesantes como el titulado Maximus, interpretado por el guitarrista brasileño Heitor Pereiracolaborador habitual de Hans Zimmer y guitarra principal entre los años 1984 y 1995 de la banda británica Simply RedPereira utiliza una guitarra española para interpretar parte de la melodía del tema Now We Are Free cantado por Gerrard, fragmento utilizado al final de la película para ilustrar la lista de créditos.  Esta misma melodía breve la ejecuta Lisa Gerrard con el título Figurines utilizando el instrumento Yan Ching, instrumento de cuerda y percusión chino que tuvo su origen en Asia Central.  Tanto ella como Brendan Perry lo han utilizado en las composiciones e interpretaciones en vivo con Dead Can Dance.



Gerrard
y Perry tocando, cada uno, el instrumento Yan Ching 


Con su web blindada a los malos rollos y con el prestigio de poseer un Globo de Oro por la banda sonora de la película Gladiator, Lisa  vuelve al trabajo de imaginería musical para el Cine.  Año 2002, de nuevo una colaboración con su paisano el compositor, percusionista e ingeniero de sonido Pieter Bourke.  Ya habían trabajado juntos en los dos primeros trabajos de la discografía en solitario de Gerrard, después compusieron el score de la película The Insider dirigida por Michael Mann y en el año 2002 Mann se encarga de la dirección de la película Ali, biografía del boxeador Cassius Clay, papel interpretado por el actualmente problemático Will Smith, tras su participación en la ceremonia de los Oscars.  


La edición de este disco suena a chiste, o a proceso detectivesco porque, si escuchas algún fragmento que te gusta, ponte a investigar en qué disco o, mejor dicho, en cuál de las tres ediciones que se han hecho de la banda sonora, va incluido dicho tema.

Tal y como indica la portada del disco, el score original está compuesto e interpretado por Gerrard y Bourke.  A los pocos meses apareció un nuevo disco con la banda sonora de la cinta pero, ojo, que indicaba que era Ali 2, no la segunda parte de la película sino un segundo disco que reúne canciones ya existentes, ya grabadas, y que se habían utilizado como parte de la música de fondo de algunas escenas.  Así te encuentras con nombres conocidos como Salif Keita, Aretha Franklin, etcétera.  También contiene algunos fragmentos del score original.  Si ibas al Cine y veías el trailer de la cinta podías escuchar una canción con la voz inconfundible de Lisa, canción titulada See the Sun que NO está incluida ni en el primer disco editado ni en el segundo.  Porque de ese Ali 2 hay una segunda edición donde se repiten las mismas canciones de Franklin, Keita...y un añadido especial, un bonus track que es la canción que ilustraba el avance del film, la canción del trailer.  Qué original la operación de marketing, pero qué mal para los oyentes interesados.  El Cíclope ha conseguido una copia de ese tema y con él abre la escucha de la banda sonora de Ali, extrayendo dos composiciones curiosas: una, Time Flies Away, por su semejanza con las atmósferas noctámbulas de la música de Angelo Badalamenti; la otra porque nunca ha sonado Lisa Gerrard con un aire más soulero como el que tiene el tema That's What You Always Do.



Ese mismo año. 2002, Lisa interviene también en la banda sonora original de la cinta titulada Samsara, creada por los cineastas Ron Fricke y Mark Magidson, responsables del también documental Baraka, de 1992.  En ambos casos películas no narrativas.  En Samsara comparte la creación con dos músicos relacionados con la música del mundo cinematográfico: el compositor, intérprete y escultor sonoro norteamericano Michael Stearns 





Michael Stearns





y el compositor de ascendencia ítalo/argentina Marcello De Francisci,

que proporciona obras a la industria de largometrajes, tráilers de películas, anuncios y videojuegos.  La banda sonora de Samsara está firmada por los tres. Como trío son responsables de un fragmento; como dúo, Gerrard y De Francisci componen buena parte del score y la responsabilidad del resto recae sobre Stearns.  El término samsara es una palabra en sánscrito que significa mundo o existencia cíclica, pero se usa a menudo para describir actividades mundiales.  La película documental hace hincapié en un aspecto: la relación de la humanidad con la eternidad.


Después de colaborar con otros músicos para escribir e interpretar música de cine, Gerrard hace su debut como responsable de un score original para la gran pantalla.  Fue en el año 2003 cuando firmó e interpretó la banda sonora de Whale Rider (Jinete de ballena), película dirigida por la realizadora neozelandesa Niki Caro con guión del escritor, también neozelandés, Witi Ihimaera.

La película cuenta la historia de un pequeño poblado de la costa de Nueva Zelanda, los aborígenes de la tribu Whangara, que creen que proceden de un único ancestro cuya existencia se remonta mil años atrás.   Su nombre es Paikea, y escapó de la muerte tras volcar su canoa, montando a lomos de una ballena.   Según la tradición, el jefe de los Whangara, el Whale Rider (Jinete de ballenas), el Paikea, tiene que ser un primogénito varón.  Pero Pai, una niña de once años, cree que está destinada a ser la máxima autoridad de la tribu, por ello, aunque adora a su abuelo Koro, se enfrentará con él y con mil años de tradición.  Con Lisa encargándose de los teclados, de los arreglos, de la composición y de cantar, contando con la participación de músicos aborígenes de Nueva Zelanda y Australia, la banda sonora de esta película se publicó el 3 de junio del año 2003.


Ese mismo año, 2003, Gerrard aparece en los créditos de  la banda sonora Tears of the Sun (Lágrimas del sol), compuesta por Hans Zimmer para la película homónima dirigida por Antoine Fuqua.  La participación de nuestra protagonista es mínima: no canta, no toca ningún instrumento, colabora a medias con Steve Jablonsky en la composición de un fragmento (Mia's Lullabye), y para ella será importante para cobrar derechos de autoría, pero no lo consideramos parte integral de su obra en solitario.  Lo reseñamos, pero preferimos optar por otros cortes de su discografía como por ejemplo la colaboración que realiza en el año 2004 para la serie de televisión norteamericana Salem's Lot.


Christopher Gordon, compositor, director de orquesta y político australiano, es el responsable de la banda sonora que se enriquece de la aportación que realiza Lisa Gerrard.  Ella es el contrapunto perfecto para estabilizar un score oscuro y sincopado, lleno de sobresaltos que se ven contrarrestados por la espiritualidad de las formas de Gerrard.  En la carpeta del disco se especifica que su intervención consiste en añadir, que sus composiciones son adicionales a un todo que controla Gordon.  Con dos cortes de dicha banda sonora terminamos hoy este Especial Dead Can Dance Número 8.

Espero que te guste el programa.


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