jueves, 20 de julio de 2023

Cíclope 3.0 - 18-07-23 - Especial Joe Jackson # 5

 


Joe Jackson

Cíclope 3.0 del martes 18 de julio de 2023, edición ocupada por la quinta entrega del Especial Joe Jackson.  Hoy suenan dos álbumes, uno de 1986 y el otro del año siguiente, 1987.  Siguiendo la línea cronológica empezamos por el trabajo del año 86 titulado Big World.



 


























Lo primero con lo que se encuentra alguien que tenga el disco entre las manos es la portada, la carpeta del LP, 

obra del dibujante e ilustrador francés Serge Clerc, en la foto de la izquierda.

La carpeta presenta la frase Big World (Mundo grande) en francés, persa, chino mandarín, griego, holandés, coreano, tailandés, ruso, gaélico irlandés, armenio, hindi, inglés, hebreo, indonesio, árabe y polaco.  En la contraportada aparece la misma frase en vietnamita, sueco, alemán suizo, turco, español, swahili, italiano, danés, finlandés, galés y húngaro, como se puede ver en las fotos anteriores del envoltorio del vinilo.

El álbum original incluía un folleto de ocho páginas con la letra de las quince canciones e información de grabación en inglés, alemán, japonés, francés, italiano y español.  El lanzamiento del LP en Sudáfrica sacó las 15 canciones en un solo disco.  Esta especificación viene al caso porque Big World es un LP doble, con tan sólo tres caras grabadas.  Pero vayamos por partes.

Joe Jackson había elaborado Body and Soul, su álbum más trabajado y serio, en 1984.  Dos años después, en 1986, apareció Big World, el octavo álbum en la discografía de nuestro protagonista.  En lugar de profundizar en el Jazz, Jackson redujo su formación a un combo de rock básico de guitarra eléctrica, bajo y batería




Vinnie Zumo

guitarra eléctrica







Rick Ford guitarra bajo y guitarra acústica





Gary Burke batería




y grabó todo el LP en vivo frente a una audiencia invitada que tenía una máxima fundamental: guardar un silencio sepulcral, como si no hubiera nadie.  ¿Manía, antojo? No. Se trataba de realizar la grabación en una sola toma, es decir, sin postproducción, sin arreglos posteriores, para así evitar la sobreproducción que atascó, hasta ese momento, los discos grabados.  Todo el proceso de grabación se realizó en el Roundabout Theatre, en la ciudad de Nueva York los días 23, 24 y 25 de enero de 1986, excepto el tema titulado Man in the Street, grabado durante los ensayos el 22 de enero.  La filosofía, la intención de Jackson para la grabación era capturar la intensidad y espontaneidad de una presentación en vivo, pero sin la distracción del ruido de la multitud.  A diferencia de la mayoría de trabajos de música pop, que utilizan técnicas de grabación multipistas, no se realizó ninguna mezcla posterior a la grabación del álbum.  La música se mezcló en vivo desde los micrófonos de cada instrumento musical y luego se envió directamente a una grabadora de cinta digital estéreo de dos pistas.

Las canciones están ligeramente unidas por letras que cubren, como sugiere el título del álbum, grandes temas como las diferencias culturales globales, la política de la era Reagan, los yuppies, las relaciones románticas y los viajes globales.

Hubo algún que otro mito con respecto al álbum que han llegado a perdurar con el paso del tiempo, por ejemplo la prohibición explícita al público asistente de aplaudir en cualquier momento.  Jackson se encargó de rogar, de suplicar más que de prohibir, para que los asistentes al evento no aplaudieran.  Lo explicó y el público lo entendió, pero la pasión de la audiencia les arrastraba y no pudieron evitar dar muestras de entusiasmo ante un material que no era conocido, se trataba de canciones nuevas, no interpretadas anteriormente en vivo, pero como sonaban tan bien, había tanta entrega por parte de los músicos que, en cuanto acababa un tema, los aplausos salían solos.  Y sí, hubo que parar, y repetir, y repetir...  En otros casos, no, en otras situaciones terminaba la canción, una breve pausa y el público, agradecido y entregado (recuerda, los asistentes estaban invitados, no tuvieron que pagar nada) se deshacían dando palmas.  

Otro mito urbano es que siendo un álbum doble le falta una cara, en vez de cuatro caras grabadas hay tan solo tres.  La etiqueta de la cara 4 ó cara D, dice: no hay música en este lado.




El argumento que se extendió fue que había ocurrido un fallo durante el prensaje del disco y que el resultado había sido ese: de las cuatro caras que tendrían que haber salido grabadas tan solo lo habían hecho tres.  Al contrario que en la actualidad, cuando algunos rumores tóxicos se difunden y pueden llegar a convertirse en una verdad falsa, ese fue el mito, la leyenda que desvaneció en cuestión de días.  El motivo real por el que el álbum doble Big World apareció con tres caras grabadas y no cuatro fue el primer álbum de Joe Jackson que se publicaba en CD, es decir, que no sería edición en vinilo en primera edición y después, en segundo lugar, reedición en Compact Disc.  El planteamiento, desde el principio, fue digital,  por lo que el tiempo total de los cortes de la grabación no fue un problema.  Pero a la hora de convertir la grabación en un Larga Duración, el cómputo total de los cortes presentaba un problema de tiempo y le estaba costando decidir qué dejar fuera del LP y qué incluir.  Jackson sugirió hacer un disco LP de 3 caras y venderlo por el precio de un álbum normal.  Para sorpresa de nuestro hombre, la compañía discográfica dijo que sí.

De los 15 cortes que forman el disco, el Cíclope ha hecho una selección de 7, seis en esta edición y uno en la del mes de junio, el tema (It's a) Big World, con el que cerrábamos el Especial Joe Jackson Número 4.  Creo que es una buena forma de recordar Big Worlduno de los mejores y más olvidados discos de la carrera de nuestro protagonista, trabajo que contó con la producción del mismísimo Jackson David Kershenbaum, el productor que estuvo desde el principio apoyando la obra de nuestro hombre. 

Ahora pasamos al segundo disco que suena en el programa de hoy, el álbum de 1987 titulado Will Power.



   

Will Power y un subtítulo: The Instrumental Album.  Este es el noveno trabajo de la discografía de Joe Jackson y es su primer experimento con la música académica, que continuará en álbumes posteriores como Night Music, Heaven and Hell y Symphony No. 1.

Will Power recibió comentarios divididos por parte de la crítica musical y casi unánimes por parte de la audiencia.  Los críticos, como por ejemplo Terry Staunton, escribió para New Musical Express, describiendo el disco como 

un proyecto logrado en el que destaca Joe Jackson como lo que es: un compositor y arreglista extremadamente talentoso

Jane Wilkes de Record Mirror notó la diversidad de Jackson y dijo sobre el álbum que 

Puedes llamarlo pretencioso, dramático, pero al final del día, cuando vuelves a casa y escuchas música es bastante relajante.

En los EE. UU., The New York Times calificó el álbum como un gran paso adelante de un compositor e intérprete inglés que nunca ha permanecido en un lugar por mucho tiempo.  El álbum posee impredecibles, a menudo brillantes arreglos que involucran impresionantes cascadas de sonido.  

En el lado opuesto se sitúan los comentarios negativos de Los Angeles Times que aseguraban que la larga y serpenteante "Symphony in One Movement'"es tan incolora y pretenciosa como sugiere el título.  Trouser Press describió el álbum como oloroso, con pomposidad desenfrenada... Trivial autocomplacencia.  Si bien Jackson puede quedar impresionado por su capacidad para convencer a una orquesta de que toque su música melodramáticamente panorámica, es poco probable que alguien más encuentre este ejercicio especialmente gratificante.

Chris Woodstra, de AllMusic, calificó Will Power como 

un buen ejercicio de autocomplacencia pero nada más

Este comentario resultó insultante para los fans de Jackson que aseveraron que, dado que el músico estudió composición y teoría musical en la Royal Academy of Music de Londres, no era de extrañar que su inquieto espíritu musical lo condujera a un álbum de música clásica moderna.  Y no sólo lo aplaudieron sino que además aseguraron que, Will Power, es un trabajo magnífico.  Que el disco apareciera después del aclamado álbum Big World fue una sorpresa para muchos por el cambio tan radical que supuso.  En ese disco Jackson recuperaba el formato de trío de rock para resolver sus composiciones, aquí, en el trabajo del año 1987, no sólo utiliza la batería, la guitarra eléctrica, el bajo, instrumentos que están presentes pero rodeados por una gran y rica masa orquestal.



Interior de la carpeta del LP Will PowerJackson en medio del espacio físico que ocupará la orquesta

No soy crítico de música, sí admirador de Joe Jackson, pero las cosas claras: Will Power me resulta un disco aburrido.  Si se tratara de un documento que recogiera el examen final de Jackson en la Royal Academy of Music de Londres, pensaría: ¡Hombre! Es graciosa la partitura que compuso dividida en varios esquemas.  Pero como álbum académico, no, no me parece algo a tener en cuenta en su obra global, máxime porque, después, hizo piezas de perfil académico que valdrían mucho más.

De los cinco cortes que forman Will Power nos quedamos con tres: el primero, el que abre el LP, el tema No pasarán (tal cual, en español), es un tema compuesto originalmente para dos pianos.  Después escuchamos Symphony in One Movementque me ha costado trabajo seleccionar porque es larga, 16 minutos y algo, a mi no me seduce, pero considero que eres tú quien tiene que decir si te gusta o no, no porque te diga yo o quien sea, una cosa u otra, buena, mala, aburrida, diversificada…juzga por tu criterio, por tu opinión, por eso suena.  Para cerrar escogemos una pieza para piano, interpretada por Jackson, y que lleva por título Nocturno.  No porque se llame así tiene que ver con el esquema de composición para piano que comenzó a cultivarse en el siglo XIX por el compositor y pianista irlandés John Field, y cuyo mayor representante sería Frederic Chopin.

Fíjate qué cosas: originalmente, Will Power lo  escribió Joe Jackson como Obertura para dos pianos, una obra para que fuese interpretada por las hermanas Katia y Marielle Labèque


especialistas en compositores del siglo XX como Claude Debussy

George Gershwin, etcétera.

Por último reseñar que este trabajo, Will Power, está escrito, orquestado, arreglado y producido por Joe Jackson.  

Así se cierra esta quinta entrega del Especial Joe Jackson.  Espèro que te guste.  La sexta entrega se corresponde con la edición del mes de septiembre.  Hoy nos vamos de vacaciones, volveremos el martes día 5 de septiembre, con la nueva temporada, hasta entonces, felices vacaciones a todos.

Enlace:

https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-18-07-23



viernes, 14 de julio de 2023

Cíclope 3.0 - 11-07-23


Gotas de agua en el aire (Foto del realizador del blog)

Cíclope 3.0, edición del martes 11 de julio de 2023.

En esta ocasión comenzamos el programa enredados en las circunvoluciones de la espiral del Tiempo, recuperando música de años atrás porque nos remontamos hasta 1957 con una de esas canciones que se mantienen con el paso de los años, Besos más dulces que el vino.


James Frederick Rodgers (1933-2021), a veces conocido como Jimmie F. Rodgers fue un vocalista versátil cuyo estilo cálido se prestaba al Rock & Roll ligero, al Folk, al Country y estilos fáciles de escuchar.  Disfrutó del éxito con el público más joven a finales de la década de 1950, con un enfoque lo suficientemente adaptable para llegar a un público más maduro en la década de 1960.  Canciones como Kisses Sweeter Than Wine marcaron una carrera artística que dividió sus años entre la música y la aparición en televisión como actor dentro de su propia serie.


Se le llegó a conocer popularmente como Jimmie F. Rodgers sobre todo para diferenciarlo de otro músico con el mismo nombre y apellido, Jimmie Rodgers, en la foto de la derecha, legendario cantante de Country nacido en 1897 y fallecido en 1933.



La F. en el nombre del cantante le chocó a la discográfica lo suficiente como para quitarlo del nombre y apellido de su artista.  El músico de nombre y apellido homónimo había fallecido en 1933.  Estaban en 1957 y por lo tanto había transcurrido el tiempo suficiente como para que no se produjera ningún malentendido.  Y así sería como apareciese el intérprete, firmando con su primer nombre y apellido, cigarrillo en mano, el primer álbum que contenía sus éxitos con los que entró en el mundo de la música popular.

Un año más tarde, en 1958, su voz moldeable y capaz de adaptarse a diferentes estilos, interpretó el tema principal del score original para la película El largo y cálido verano (The long, hot summer) dirigida por Martin Ritt e interpretada por Paul Newman y la que aún era su esposa, la actriz Joanne Woodward.


La banda sonora estuvo en manos del hombre en la foto izquierda, Alex North.

Su nombre original era  Isadore Soifer (1910-1991).  Fue un compositor estadounidense de música de Cine.

Estudió en la Juilliard School of Music de Nueva York, siguiendo sus estudios en Rusia.  A su regreso a Estados Unidos, compuso música teatral para diversos autores, entre los que se encontraba Elia Kazan, quien le daría la oportunidad de debutar en el cine.  Compuso una gran partitura para la película 2001: una odisea del espacio, pero Stanley Kubrick la descartó para luego incluir música clásica.  Antes había trabajado con el maestro Kubrick en el score original de la película Espartaco.

North es quien más veces ha sido nominado al premio Oscar como autor de bandas sonoras (hasta en 14 ocasiones), sin conseguir nunca el premio en esa categoría.  A cambio, en 1986 recibió el primer Oscar honorífico, otorgado a un compositor, en reconocimiento a su labor musical en el Cine.  Fue responsable de una inmensa lista de bandas sonoras entre las que se cuentan Un tranvía llamado deseo, El honor de los Prizzi... También fue el creador de la música de una de las series de televisión más famosas, Hombre rico, hombre pobre y de la canción Unchained melody, utilizada con el paso del tiempo en la película Ghost.

Ya que estamos con el verano, ahora...ahora alguien puede sospechar que nos vamos a centrar en canciones que hablen del verano, de chicas en bikini en la playa, de atardeceres, ¡oh, baby!, de acaloradas puestas de sol...  Pues lo siento, pero no.  El único punto en común entre esta banda sonora que acaba de sonar y la canción siguiente radica en el título, El largo y cálido verano.  Hasta tiene una variante, que consiste en quitar el artículo El y dejarlo todo en Largo y cálido (caliente) verano.  Quien firma el tema en cuestión son dos músicos que respondían al nombre de The Style Council.



Paul Weller
izquierda, a su lado Mick Talbot


El guitarrista y vocalista Paul Weller disolvió The Jam (la banda británica más popular de principios de los 80) en el apogeo de su éxito en 1982 porque no estaba satisfecho con su dirección musical.  Weller quería incorporar más elementos de Soul, R&B y Jazz en su composición, algo que sentía que sus compañeros de banda punk eran incapaces de hacer.  Hago un alto para reseñar algo que creo es de justicia: el resto de miembros de la banda no eran incapaces de seguir esa línea directriz que señalaba Weller y a las pruebas me remito, el álbum The Gift de The Jam firmado en 1982 fue un cambio pronunciado con respecto al resto de la producción del grupo, fue un disco realizado con esos elementos que buscaba Weller.  Si no siguió era porque ya el final estaba más que cantado.  En fin, que para seguir esta dirección musical en total libertad, Weller se asoció, en 1983, con el teclista Mick Talbot, un ex miembro de la banda de revival mod The Merton Parkas.  Juntos se convirtieron en The Style Council, proyecto al que se agregaron otros músicos según las necesidades tanto de las composiciones como de la circunstancias: tocar en vivo conllevaba distribuir funciones para diferentes instrumentos y aunque ambos fuesen multinstrumentistas sólo tenían un par de manos cada uno, así que hubo colaboraciones, como es lógico.  Con The Style Council, las pretensiones intelectuales subyacentes que atravesaban la música de Weller pasaron a primer plano.

Aunque la música tenía sus raíces en el R&B estadounidense, se interpretó hábilmente, con capas de sintetizadores y cajas de ritmo, y se filtró a través de estilos y actitudes europeos. Las letras de Weller eran típicamente serias, pero sus inclinaciones políticas de izquierda se  hicieron más pronunciadas.  Sus críticas mordaces al racismo, el desempleo, Margaret Thatcher y el sexismo incomodaron a más de unos cuantos bien pensantes, junto con su creciente obsesión por la alta cultura.


The Style Council publicó su primer trabajo en 1983, un Mini-LP de siete canciones con el título Introducing: The Style Council, un disco que incluye ese Long Hot Summer que escuchamos.  

Paul Weller y Mick Talbot disolvieron oficialmente The Style Council en 1990.  En 1991 Weller comenzó una labor en solitario que le devolvió el favor popular y crítico a mediados de los 90, mientras que Talbot siguió tocando con Weller y otros músicos como invitado.  Pero antes de entrar en las labores en solitario de Weller vamos a recuperar el sonido, las formas musicales de aquellos The Jam.


Weller, en el centro, formó 

The Jam junto al batería Rick Buckler, a la izquida, y el bajista Bruce Foxton, a la derecha.  




Originalmente hubo un cuarto miembro, el guitarrista Steve Brookes, que dejó la banda antes de que ofrecieran su primera actuación en directo.


The Jam fue la banda más popular que surgió de la ola inicial de punk rock británico en 1977, territorio donde el trío se convirtió en auténtica superestrella.  Nunca pudieron tener un éxito parecido en Estados Unidos porque eran completa y desafiantemente británicos.  Bajo la dirección del guitarrista, vocalista y compositor Paul Weller, el trío lideró un renacimiento de los grupos mod de mediados de los 60, al estilo de The Who y Small Faces.  Al igual que las bandas mod, el grupo vestía con estilo, adoraba el R&B estadounidense y lo tocaba de una forma fuerte y dura.  Las composiciones de Weller, tanto las canciones políticas como las canciones románticas, estaban impregnadas de cultura británica, llenas de referencias y argot en las letras, así como alusiones musicales.  Además, a medida que The Jam se hizo más popular y musicalmente accesible, Weller se volvió más insistente y obstinado con sus creencias, apoyando las causas de izquierda y adhiriéndose a la estética pop del rock británico de los años 60 sin sucumbir nunca a los valores hippies.  Paradójicamente eso significó que, incluso cuando su música se volvió más pop que punk, nunca abandonó los valores del Punk.  En todo caso, Weller se aferró a la estridente ética independiente de 1977 más que cualquier otra banda punk simplemente negándose a cambiar.

Tocaron en vivo y su sonido, sus canciones, su forma de estar sobre el escenario, llamó la atención de un cazatalentos del sello discográfico Polydor, cuyos directivos no dudaron ni un momento en contratar.  


Su álbum de debut aparecía en 1977 con el título In the City.  Se grabó en 11 días y el álbum presentaba una combinación de versiones de R&B y originales de Weller.  Entre las versiones está una de un tema original de Larry Williams (1935-1980), Slow Down, que cantaron los Beatles allá por 1964.  No fue la única vez que John Lennon se fijaba en este cantante de Rock & Roll, norteamericano de color.  Los Beatles hicieron versiones de temas como Dizzy, Miss Lizzy o Bad Boy.  Los Beatles vienen a colación porque Paul Weller es un gran admirador de las canciones de los 4 de Liverpool.  Pero volvemos al tema que nos ocupa, el trío The Jam.

En su debut, ofreció un buen equilibrio entre la agresión vanguardista y la destrucción del Punk con cierta reverencia al ritmo de los 60 y el Rhythm and Blues.  En una era que predicaba la actitud sobre la maestría musical, The Jam superó a la competencia con un buen sentido pop, melodías fuertes y muchos ganchos que no comprometían los ideales o la energía del punk, siendo abrasivo y feroz, sin dejar de lado temas de cultura juvenil.  A pesar de que la banda mejoraría exponencialmente en los próximos dos años, In the City es un debut notable y se erige como uno de los álbumes punk emblemáticos.  Nos quedamos con un corte de este álbum y con un tema de perfil acústico como That's Entertainment, incluido en su LP de 1980 Sound Affects.








Hay una película documental sobre The Jam que te recomiendo y es esa que anuncia el afiche de la foto derecha, escrita y dirigida para televisión por Bob Smeaton en el año 2015.









Así que Paul Weller disolvía a la banda The Jam en 1982.  Ese mismo año se unía a Mick Talbot para formar The Style Council, que desaparecía como proyecto en 1990.  A partir de 1991, Weller comienza una labor en solitario que le lleva hasta nuestros días.  Para alguien con un espíritu creativo inquieto como es el suyo, no tiene inconvenientes en revisar sus últimas composiciones.  An Orchestrated Songbook (Un cancionero orquestado) de 2021 presenta al compositor/vocalista seleccionando una serie de melodías entresacadas de su producción y luego entregándoselas a Jules Buckley (foto inmediatamente inferior),

director de orquesta, compositor y arreglista británico para que haga eso precisamente, los arreglos para la Orquesta Sinfónica de la BBC.  Weller realizó el concierto el 15 de mayo de 2021 con el programa de una serie de canciones ya grabadas y lo lanzó como An Orchestrated Songbook el 10 de diciembre de 2021, como pieza complementaria de Other Aspects: Live at Royal Festival Hall, el álbum orquestal en vivo que lanzó solo dos años antes.  Mientras que Other Aspects se diseñó para mostrar True Meanings del año 2018, An Orchestrated Songbook es lo que indica su título.


No es una presentación de material nuevo o un montón de grandes éxitos, sino una colección cohesiva de baladas y números introspectivos puntuados por un poco de pop ocasional.  La mayoría de los arreglos orquestales del material pop/rock se desvían hacia lo grandioso, por lo que vale la pena mencionar que este álbum se asienta con un perfil tan íntimo que la orquesta actúa como un apoyo empático para la guitarra y la voz de Weller.  Los arreglos de Buckley le dan a este álbum una resonancia emocional sutil y palpable que lo separa de otras reelaboraciones orquestales pop.

En líneas generales, esas reelaboraciones orquestales pop lo que persiguen es salvar la brecha entre música seria y música popular.  A ver, que aquí hay conceptos que matizar: música seria, música cultural europea, música clásica...  Son términos que, a mí personalmente, no me sirven porque no definen nada pero como etiquetas funcionan muy bien para no sé quién.  Clásica, clásico, clasicismo hace alusión al movimiento cultural que abarcó diferentes disciplinas artísticas y que se desarrolló en Europa aproximadamente entre 1750 y 1820.  En el aspecto musical son los años donde trabajan compositores como Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, este el compositor bisagra entre el período clásico y el romanticismo.  Tuvo sus grandes centros de difusión en Berlin, París, Mannheim y, sobre todo, Viena.  En la música se caracteriza por la claridad de las texturas, la simetría de las frases, la consolidación de la tonalidad plena y el establecimiento de las formas musicales clásicas (sinfonía, sonata, cuarteto, concierto...).  Compositores posteriores, y se me ocurren un montón como Ligeti, por ejemplo, sus obras, la estética, la recepción a través de los oídos de los oyentes, ¿lo que captan se puede catalogar de música clásica?  Hubo una época en la que se hablaba de música contemporánea o música concreta, así como la música de algunos compositores y de algunas bandas de rock se les denominaba música experimental porque hacían ruido.  Bueno, vamos a centrarnos que si no nos enredamos y no veas.  Entonces, el tema de cómo hablar de un estilo de música o de otra, sobre todo a la que tiene que ver con los Conservatorios de Música y las partituras, yo prefiero hablar de música académica o música academicista.

Cuando un músico, una compositora, vienen de una educación en Conservatorio no suelen tener esa dicotomía entre lo clásico, lo orquestal y las formas libres del Jazz, del Rock.  Es más, cuando un creador, una creadora, vienen de una formación académica se suelen encontrar con una diversidad de caminos que enriquece y de qué forma la construcción de su obra.  Un caso transparente, claro y diáfano es el de nuestro admirado y amado  John Cale.




Cale ha definido de diferentes formas ese cruce posible entre lo académico y las formas libres del Rock, del Pop.  Además de sus obras de principios de los años 70, Church of Anthrax, realizada junto a Terry Riley, incidiendo en las maneras de vanguardia con el minimalismo repetitivo, o The Academy in Peril, de 1972, jugando el papel solista con su viola frente a una masa orquestal, el galés dorado ha resuelto composiciones que no llegan a cinco minutos donde lo académico y lo moderno han quedado perfectamente engarzados como es el tema que el Cíclope rescata de la discografía de Cale.



En ese Helen of Troy, de 1975, está una de esas piezas caleianas de envergadura, I Keep A Close Watch



que cuenta con la intervención del arreglista inglés de secciones de cuerdas para rock y folk, Robert Kirby, 1948-2009, en la foto de la izquierda, un hombre que trabajó con Nick Drake, Elton John y su inolvidable Madman Across the Water, Elvis Costello y Paul Weller, entre otros nombres de una lista bastante amplia.

Y de un tema original de John Cale a una versión de ese corte I Keep A Close Watch, rebautizado como Close Watch e interpretado por una mujer, Agnes Obel.


Nacida como Agnes Caroline Thaarup Obel el 28 de octubre de 1980, comenzó a tocar el piano a una edad muy temprana, perfeccionando su oficio entre las notas de Béla Bartók y Frédéric Chopin.  Ese fue su comienzo, más tarde se inspiraría en el trabajo del pianista de jazz sueco Jan Johansson, y fue entre esos dos mundos, entre lo académico y lo libre, donde comenzó a surgir su propio sonido.  A la hora de componer cita influencias tan dispares como PJ HarveyClaude Debussy, y Joni Mitchell.


Se dio a conocer internacionalmente en el año 2010 cuando publica su álbum Philharmonics, una colección de canciones austeras y particularmente equilibradas, mezcla prístina de baladas instrumentales, melancólicas y atmosféricas que fueron un éxito comercial y de crítica, especialmente en su Dinamarca natal.  Sorprende aún más ese éxito dado lo discreto que es el disco, un álbum de piano y voz aparentemente sencillo, pero que no lo es.  Hay algún instrumento de percusión, un violonchelo e inclusive una guitarra, instrumentos interpretados por músicos que colaboran en un trabajo cuyo principal responsable es la compositora e intérprete, que no sólo canta, compone, escribe las letras, toca el piano, sino que además graba en el estudio personal del que dispone en Berlín, la ciudad donde reside, disco que produce al final de todo el proceso de creación.  En ese disco de presentación de 12 cortes, tan solo uno no está firmado por ella y es ese que escuchamos, la versión del tema original de John Cale I Keep A Close Watch.

En 2020 aparecía Myopia, (portada a la izquierda), el cuarto trabajo de larga duración de la cantante y compositora danesa y la segunda colección de canciones autoproducidas en su estudio casero de Berlín.  Construido sobre los temas de la confianza y la duda, como dos opuestos, las melodías resultan viajes nocturnos y espectrales, con visiones oníricas febriles y un abismo melancólico.  Un ejemplo de toda esta floritura de ideas es el corte Broken Sleep, una especie de grandeza incorpórea, elegante, majestuosa incluso, pero tan inmersa en su gélida soledad que te quedas buscando algo que, seguro, encuentras en los instrumentales que recuperaremos la próxima vez que escuchemos a Agnes Obel.

Con esta compositora e intérprete vamos a conectar con el mundo de la Publicidad porque su música se ha utilizado en alguna ocasión en spots publicitarios, como sucede con algunas composiciones de nuestros próximos invitados.


The Cinematic Orchestra, en la foto anterior, es un colectivo que igual salen fotografiados dos miembros o seis, como en este caso, o diez.  Siempre capitaneados por el compositor, programador y multiinstrumentista Jason Swinscoe, el que está en primer plano.

La música de The Cinematic Orchestra es un laboratorio donde se mezclan influencias y elementos de jazz, hardcore punk con ritmos experimentales.  Todo eso se fue añadiendo al interés por explorar más a fondo las posibilidades del sampleo y, a finales de la década de los 90, situándose ante las puertas del siglo XXI, Jason Swinscoe realiza una serie de grabaciones para el sello independiente Ninja Cuts contribuyendo en 1997 al trabajo Ninja Tune, un proyecto elaborado por diferentes músicos entre los que Swinscoe aportó sus remezclas de composiciones de Ryuichi Sakamoto.  De ahí, de ese punto de fuga, se crea The Cinematic Orchestra.  Debutan discográficamente en 1999 con formato de trío/cuarteto como base.  Ese mismo año actuarían en Londres en la ceremonia de entrega del premio Directors' Guild Lifetime Achievement Award para Stanley Kubrick.          En el cambio de siglo, The Cinematic Orchestra se presentaba como un colectivo capaz de interpretar bandas sonoras para películas mudas en proyecciones organizadas para tales eventos, componer scores originales para historias cinematográficas imaginarias o ilustrar exposiciones de artes plásticas donde se ensamblaba la música con la escultura, pintura.  A medida que fue avanzando el nuevo siglo el proyecto fue ampliando el número de miembros oscilando siempre entre un mínimo de dos y un máximo de diez...ó doce.

El 7 de mayo de 2007 aparecía el álbum Ma Fleur.  The Cinematic Orchestra  produjo otra banda sonora ésta virtualmente invisible.  Swinscoe había comenzado a escribir música para otro disco cinematográfico, pero en una dirección diferente a la que había tomado anteriormente.  Para la ocasión fue una serie de instrumentales tranquilos y contemplativos, con teclados y clarinetes aflautados, simplemente orquestaciones para  Cine.  

Pero no solo hay instrumentales, también se incluyen composiciones con voz como la del hombre de la foto, Patrick Watson, un músico que con su nombre y apellido bautiza un proyecto de rock independiente canadiense asentado en la ciudad de Montreal.  Precisamente el tema que recupera el Cíclope, To Build a Home, ha sido utilizado en un anuncio de televisión.
Con más música que ha ilustrado momentos de la publicidad televisiva continuamos, ahora con una banda islandesa llamada Kaleo.



Formado en 2012 en la ciudad de Mosfellsbær, en las afueras de Reykjavik, Kaleo, una palabra hawaiana que se traduce como el sonido,  originalmente fueron un trío, tres amigos de la infancia, Jökull Júlíusson (en primer plano) voz y guitarra, Davíð Antonsson batería y Daníel Ægir Kristjánsson bajo.  Después se agregó el guitarrista Rubin Pollock y definitivamente como cuarteto se dedican a componer canciones inspiradas en una mezcla de blues, folk, country y rock.

Su primer larga duración aparecía en el año 2013, en 2016 publicaban A/B, un disco que tiene una composición, Way Down We Go, que ha servido como banda sonora de un anuncio de colonia en televisión.




El punto y final al programa de hoy lo pone la voz de esta mujer, Lauren Armstrong, cantante de la banda Thermal.
El proyecto, con sede en Toronto, Canadá, fue en principio un dúo formado por el músico y productor Josh McIntyre  y la vocalista Lauren Armstrong.  Después de lanzar dos Singles como dúo, el proyecto se convirtió en una banda de 5 miembros con la incorporación de Fox Atticus Martindale, guitarra, Nate Burley, bajo y Adam LaFramboise, batería.  El Single Silver, editado el 22 de octubre de 2022, forma parte de la banda sonora de un anuncio de perfumes.  Después no se ha vuelto a saber nada de estos Thermal.

Así terminamos por hoy Cíclope 3.0  
Espero que te guste el programa.

Enlace:



miércoles, 5 de julio de 2023

Cíclope 3.0 - 04-07-23 - Especial Joni Mitchell # 4


Joni Mitchell
 fotografiada por Norman Seeff

El Especial Joni Mitchell número 4 ocupa la edición de hoy de Cíclope 3.0  Dos LPs forman el contenido, uno con más protagonismo que otro por una simple cuestión de tiempo: tenemos 60 minutos por delante y caben un número concreto de canciones.  Las que no entren hoy lo harán en la próxima edición del Especial que será ya en septiembre.  Hoy vamos a prestarle atención al octavo y noveno disco de nuestra protagonista, dos LPs grabados uno en 1976, el otro en 1977.  Empezamos por el de 1976, un álbum bautizado con el nombre de Hejira.




Para un sector amplio de la audiencia, Hejira es el mejor disco firmado por Joni Mitchell.  Personalmente me parece un trabajo excepcional, probablemente el que ocupa el primer puesto de la lista de sus mejores álbumes, pero quedarme con un solo disco o con un solo libro me resulta imposible porque otras muchas obras contienen pasajes, momentos extraordinarios, de ahí que quedarme con uno solo me resulta inviable.

Para empezar a hablar de este disco vamos a hacerlo por su carpeta, un trabajo francamente brillante.  

El retrato de Mitchell en la portada fue tomado por Norman Seeff, a la izquierda, fotógrafo responsable de una cantidad inmensa de instantáneas de figuras de la Música.



Las otras fotografías fueron hechas por Joel Bernstein, a la derecha, en el lago Mendota, en Madison, Wisconsin, después de una tormenta de hielo.


Mitchell
, patinando

 



El patinador artístico Toller Cranston aparece en la contraportada. Cranston, foto de la izquierda, es canadiense, pintor además de patinador.

Esto es la envoltura, cuando sacas el LP de la carpeta y de su funda de plástico protectora (actualmente se extrae el CD de su caja) y te pones a escucharlo, entonces comienza un proceso que, la primera vez, de entrada, no te deja indiferente, después dependerá de la persona que lo escucha.  Ya he dicho que para una parte de la audiencia este disco es el mejor de Joni Mitchell.  Personalmente, cuando lo escuché por primera vez, me puso de mal humor: ¿eso que sonaba, en unas cuantas canciones, era un bajo eléctrico?  Era Joni Mitchell, pero, las canciones tenían otras formas, eran diferentes a las que había hecho antes.  Bueno, se parecían a otras anteriores, pero no eran iguales.  Termina la cara A, cambio a la cara B.  Y vuelta a empezar.  Lo que me ponía de mal humor, o más bien dicho, lo que me producía un sentimiento pleno de contradicciones, era que esas canciones eran muy buenas.  Un amigo que estudiaba Filología Inglesa se encargó de traducir las letras y entonces el Mundo se compensó: ahora comprendía mucho mejor esa emoción abstracta que me produjo la audición del disco.  Con el paso del Tiempo lo he ido comprendiendo todo un poco mejor y siempre me quedo a milímetros de cruzar la línea que me alinearía con la audiencia que dice que Hejira no tiene comparación y que, con diferencia, es lo mejor que ha hecho Mitchell.  En parte, llevan razón.

Del álbum Hejira, de un total de 9 cortes, el Cíclope escoge 7, comenzando por Coyote, el tema que se publicó en formato de Single como tarjeta de presentación del trabajo.  Coyote es una canción que habla de la relación sentimental de una noche de Mitchell con el dramaturgo y actor Sam Shepard.  Porque las letras de las canciones hablan del mundo de nuestra protagonista, existencial, sentimentalmente...pero no solamente del mundo de emociones y relaciones  íntimas, también de encuentros con figuras como Furry Lewis al que está dedicada Furry Sings the Blues.

Walter E. "Furry" Lewis, 1893-1981, fue un guitarrista y compositor de country blues estadounidense de Memphis, Tennessee. Fue uno de los primeros músicos de blues activos en la década de 1920 que salió de su retiro y tuvo nuevas oportunidades para grabar durante el renacimiento del folk blues de la década de 1960.  Él supo de la existencia de la canción firmada por Mitchell y no le gustó nada, pero nada.  Cambió de opinión cuando ella le buscó para entrevistarse con él y entonces reconoció haber estado equivocado, que pensó una cosa cuando en realidad era otra.

El tema tiene la intervención del bajista y músico de sesión norteamericano Max Bennett, 1928-2018.  Guerin en la batería, Mitchell en la guitarra, y un invitado especial, un músico amigo, colega de profesión y paisano, canadiense de nacionalidad.  Se encarga de la harmónica y se trata de Neil Young.


El perfil de las composiciones del álbum Hejira es algo que Mitchell venía persiguiendo desde hacía ya cierto tiempo.  Estaba un poco cansada de las canciones con estructuras de Rock, Pop, que tienden a (en este caso la inclinación es hacia el Jazz) pero que no llegaban a cuajar, no se hacía real ese escoramiento del barco, no se jazzificaban las canciones lo suficientemente.  Hasta que llegó la conjunción de las circunstancias que favorecieron ese florecimiento y no fueron otras que la reunión de un plantel de músicos que colaboraron con su saber hacer.

He señalado más arriba la presencia de Jaco Pastorius (a la derecha), 1951-1987, el hombre que con su guitarra bajo sin trastes logra esa extraordinaria musicalidad que hace posible los matices más impensables en cualquier melodía.  Por eso intervino en proyectos como Blood, Sweat & Tears, Weather Report y muchos más.  Su forma de tocar, de sugerir, su sabiduría jazzística hacen que el álbum de Mitchell posea ese brillo especial.  Interviene en tres cortes, los tres están en la selección que realiza el Cíclope: Coyote, Hejira y Refuge of the Roads.

Otro de los músicos presentes en el disco Hejira de Joni Mitchell y que añade esa sabiduría musical necesaria es el hombre de la foto a la izquierda, el guitarrista Larry Carlton, con amplia formación entre lo académico y el Jazz.  Seformó tocando en la Orquesta de Henry Mancini, en la Orquesta de Lalo Schifrin, capitaneó su propio Trío, también su Cuarteto, y estuvo en las filas de proyectos como The Crusaders y The L.A. Express, sobre todo con estos últimos con quienes ya había tocado envolviendo la presencia de Mitchell en directo, en vivo, en el LP Miles of Aisles de 1974 .  En Hejira toca la guitarra en 4 cortes.

En tres de esos temas interviene la percusionista que aparece en la foto de la derecha, Bobbye Hall.

Hay cuatro  músicos que tocan en más de una canción del disco.  El que hace número 4 es el que aparece en la foto junto a nuestra protagonista, el batería John Guerin.  Con él Mitchell mantuvo una relación sentimental intermitente, llena de vacíos y sin sabores.  Estando con Guerin ella mantuvo la relación de una noche con Shepard, relación de la que surgió Coyote como ya ha quedado señalado.  Las canciones que forman Hejira se escribieron durante una serie de viajes que se dieron entre finales de 1975 y principios de 1976.  El periodo que corresponde a los meses finales del año 1975 coincide con su intervención en la gira Rolling Thunder Revue de Bob Dylan, que reunió a una caravana itinerante de músicos entre los que se encontraron Joan Baez, Roger McGuinn, T-Bone Burnett, Mick Ronson y muchos más.  El espíritu, el ambiente de la gira era tan cálido, tan cercano que, Mitchell, que tenía apalabrada una noche, se quedó tres más.

Después, a principios de 1976, estaba contratada la gira de promoción del álbum The Hissing Of Summer Lawns que le llevaría por diferentes estados de Norteamérica, pero fueron los días en los que, aquella noche que pasó en compañía íntima con Shepard, provocó tormentas entre ella y el batería Guerin, su novio.  Se pusieron las cosas tan mal, emotivamente hablando, que la gira se suspendió después de unas cuantas actuaciones y Mitchell volvió a California, conduciendo junto a dos amigos, uno de ellos un antiguo novio australiano, el otro un asistente de vuelo de apenas 30 años que vivía aún con sus padres.  Con este tuvo una relación íntima que más tarde inspiraría una de las canciones del disco que tenemos entre manos, en concreto A Strange Boy.  En este corte hay dos guitarras y percusión, la guitarra solista de Carlton y la guitarra rítmica de Mitchell, la percusión está en manos de Hall.

Nuestra protagonista condujo el coche con sus dos amigos desde Los Ángeles a Maine, y luego volvió sola a California a través de Florida y el Golfo de México.  Viajaba sin permiso de conducir, situándose detrás de los camiones para pasar desapercibida ante los controles de policía.  Sólo conducía durante el día.  A lo largo de sus viajes en solitario, Mitchell utilizó disfraces buscando pasar desapercibida y se ponía una peluca roja, gafas de sol y se presentaba con nombres diferentes: Charlene Latimer o Joan Black.  A pesar de sus juegos de identidad, en alguna ocasión fue reconocida.

Los temas de las canciones del álbum Hejira hablan de figuras de la música, de viajes, de historias de desamor...El corte que le da título al disco fue, para Mitchell, uno de los más difíciles que escribió para este trabajo.  Trata de nuevo el tema de la relación sentimental con el batería John Guerin, de las razones que tuvo para separarse de él.

El título del álbum, Hejira, es una transcripción de la palabra árabe Hégira frecuentemente traducida como Hegira o Hijra, que significa partida o éxodo, generalmente refiriéndose a la migración del profeta islámico Mahoma (y sus compañeros) de La Meca a Medina en 622.  Mitchell más tarde declaró que cuando eligió el título estaba buscando una palabra que significara huir con honor.  Encontró la palabra hejira mientras leía el diccionario.

El tema está interpretado por Abe Most, 1920-2002, música de Jazz norteamericano, clarinetista y saxo; Pastorius en la guitarra bajo, partiendo de el uso de múltiples pistas de Mitchell con su guitarra para mezclar cuatro pistas separadas de sus partes de bajo cuidadosamente arregladas, haciéndolas tocar juntas en ciertos puntos de la melodía; la percusionista Bobbye Hall y Mitchell en la guitarra y voz.

El tema Black Crow, que trata los viajes vistos desde una perspectiva melancólica, habla de los traslados de Mitchell desde Canadá a otros puntos de la geografía.  La instrumentación es espartana: Pastorius en la guitarra bajo, Carlton en la guitarra solista y Mitchell en la guitarra de ritmo y voz.

La relación sentimental entre John Guerin y Joni Mitchell ha sido una de las que más han dejado huella en nuestra admirada canadiense.  La figura de él aparece en varias ocasiones en los textos de las canciones de este disco, directa o indirectamente, y lo hace una vez más en esta Blue Motel Room, escrita en Savannah, Georgia, en el DeSoto Beach Motel y se inspiró en la primera vez que ambos rompieron el noviazgo.  El texto habla de la relación ya rota pero expresa las esperanzas de Mitchell de revivir el vínculo amoroso sugiriéndole a él que rechace cualquier atisbo de conquista fácil, como indica la letra de la canción: 

Dile a esas chicas que tienes sarampión alemán , cariño, diles que tienes gérmenes.

En esta ocasión el bajo está en manos de Chuck Domanico, 1944-2002, en la foto de la izquierda, contrabajista norteamericano.  En la guitarra acústica Carlton, en la guitarra eléctrica Mitchell y en la batería el protagonista de la historia de desamor de la que habla la canción, John Guerin.

Dejamos el disco Hejira con la canción Refuge of the Roads que escribió Mitchell después de una visita de tres días que realizó al controvertido maestro de meditación budista Chögyam Trungpa en Colorado en su camino de regreso a Los Ángeles a principios de 1976.

Chögyam Trungpa, 1939-1987, maestro tibetano de meditación budista, fue quien consiguió curar a Mitchell de su adicción a la cocaína, sustancia que había comenzado a consumir durante los días en los que estuvo enrolada en la gira de Bob Dylan Rolling Thunder Revue.

El corte Refuge of the Roads cuenta con Pastorius, Guerin, Mitchell y otros dos músicos relacionados con instrumentos de viento, trompeta, fliscorno, saxo...



Chuck Findley




Y



Tom Scott, líder de la banda The L.A. Express



Cierto tiempo más tarde Mitchell aseguraría que esta Refuge of the Roadsdiría era una de sus canciones favoritas, y volvería a grabar la melodía, junto con Amelia y Hejira, con una orquesta completa para su álbum Travelogue del año 2002.

Por último, reseñar que Hejira está coproducido por Mitchell y Henry Lewy que ya había trabajado con ella en los álbumes Clouds, Ladies of the Canyon, Blue, Court and Spark, The Hissing of Summer Lawns y trabajos posteriores a este que acabamos de escuchar.

Entramos en la recta final del programa de hoy.  Vamos a cerrar con el noveno LP de Joni Mitchell titulado Don Juan's Reckless Daughter, publicado el 13 de diciembre de 1977.




La hija temeraria de Don Juan, por cuestión de tiempo, va a sonar poco, tan solo dos cortes que sirven de introducción ya que el resto de canciones seleccionadas sonarán en el Especial Joni Mitchell número 5 que corresponde al mes de septiembre ya que, en agosto, nos vamos de vacaciones.  Comenzando por lo más inmediato, la carpeta del disco, nos encontramos con un nuevo trabajo fotográfico de Norman Seeff, que también firmaba la foto principal de la portada del álbum anterior.  En esta ocasión muestra tres figuras: un muchacho junto a Joni Mitchell y un hombre negro que en realidad es Joni Mitchell disfrazada y maquillada como un hipster de color llamado Art Nouveau.  Don Juan's Reckless Daughter es un álbum doble que incide en aspectos experimentales siguiendo la trayectoria del LP anterior, Hejira.  El plantel de colaboradores posee el perfil de músicos de Jazz buscados por Mitchell tal y como hizo en el trabajo de 1976.  Entraremos en más detalles del disco cuando volvamos a retomar el Especial dedicado a ella, por ahora reseñar algunas cosas relacionadas con los dos cortes que vamos a escuchar del LP empezando por el que abre la cara A del primer disco, Overture - Cotton Avenue, una interesante composición interpretada con seis guitarras simultáneas, algunas en afinaciones diferentes unas de otras.

El corte que nos sirve para cerrar esta cuarta entrega del Especial Joni Mitchell es el tema Talk to Me.

Ya en septiembre veremos el cuadro de colaboradores y las canciones que el Cíclope selecciona de este doble trabajo.

Espero que te guste el programa.

Enlace:

https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-04-07-23