martes, 8 de mayo de 2018

Angela Carter


Angela Carter
(1940-1992)

La primera vez que supe de la existencia de Angela Carter fue allá por 1980, cuando viajo a Inglaterra por segunda vez y un amigo me hace un encargo: me ruega, encarecídamente, que le traiga una serie de libros entre los que se encuentran un par de títulos de la autora.  Le importan, sobre todo, esas obras de Carter.  Ahora no recuerdo los títulos pero si era 1980 tenían que ser algunas de las que había escrito hasta la fecha.
Después vuelvo a escuchar su nombre en 1985, cuando veo la película dirigida por Neil Jordan En compañía de lobos, con guión escrito por el director y por ella.  De la película hablaré después, cuando lleguemos al origen literario.  Por ahora, decir que, sencillamente, después de haber visto la adaptación al Cine que se hizo de dos cuentos suyos, Angela Carter se convirtió en una de mis autoras favoritas y la lectura de sus libros, de sus artículos, de sus antologías, de sus prólogos y epílogos, cualquier escrito debido a su pluma se volvieron piezas indispensables en mi existencia.  Porque la literatura de ésta mujer rompe límites y barreras del género que trabajó con auténtica sabiduría: la imaginación.
Angela Olive Carter, de soltera Angela Olive Stalker, nacía el 7 de mayo en Eastbourne, en el condado de Sussex, al sur de Inglaterra.  Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Londres desde el condado de Yorkshire, donde vivió con su abuela materna, el tiempo que duró la Guerra.  Con 19 años, al finalizar sus estudios, comenzó a trabajar como periodista en el diario Croydon Advertiser.  En el año 1960 contrajo matrimonio con Paul Carter.  El matrimonio se instaló en Bristol, donde Angela estudia Literatura Inglesa en la Universidad y se convierte en una esponja de los principales autores clásicos de lengua inglesa.  Son constantes las referencias a escritores como Shakespeare, Wordsworth, Coleridge, Keats, Blake, Stoker...
Su primera novela, Shadow Dance, la escribe en 1966.  Pero no sería hasta 1967, cuando aparece La juguetería mágica (The Magic Toyshop), que el nombre de Angela Carter adquiera un eco en el mundo de las letras impresas.  Recibió el galardón del Premio John Llewellyn Rhys.
Voy a mantener la cronología original de edición de su obra, que no coincidirá en la mayoría de los casos con la fecha de traducción y edición en español, pero así es más fácil exponer su obra editada.
La primera obra pues de Angela Carter, amén de aquella Shadow Dance (no traducida en España, que yo sepa), es La juguetería mágica (The Magic Toyshop), de 1967, traducida en España por Carlos Peralta y editada en octubre de 1996 por la editorial Minotauro.  Actualmente existen otras editoriales que cuentan con ediciones y traducciones de la obra de Carter pero durante años con las únicas ediciones que contábamos eran las de Minotauro, que es la editorial que más obras tiene publicadas en España.


  

En ésta obra, Carter ya muestra su interés por los cuentos infantiles de tradición oral y por el psicoanálisis.  Cuenta la novela que, después de que sus padres son asesinados, una joven es enviada a Londres para vivir con su tío y su familia.  Su tío, que es un fabricante de juguetes, secretamente tiene el poder de hacer que sus juguetes cobren vida, pero también mantiene un control dictatorial sobre su familia y tiene la intención de ejercer el mismo control sobre la nueva recién llegada.
Con su siguiente obra, Varias percepciones (Several perceptions) de 1968 consigue el Premio Somerset Maugham, dotado con 500 libras.


A Carter le sirvió para pagarse el billete de ida a Japón, dejando todo detrás de ella: matrimonio, tareas literarias...  En Japón se asentó durante dos años, en Tokio concretamente, trabajando como camarera para poder subsistir.  Las experiencias vividas las volcaría en una serie de artículos aparecidos en New Society que se recogieron más tarde en un volumen de ensayos no editado en España: Nothing Sacred-Selecting Writings de 1982.  Pero antes de esa fecha se publicaron otros libros que recogían también esas vivencias que tuvo en el País del Sol Naciente.  Varias percepciones vio la luz en España en 1995, editada por Minotauro.




En 1970 se editaba Héroes y villanos (Heroes and villains), publicada aquí en 1989.





Le siguen Amar (Love) de 1971 que desconozco qué editorial la publicó y cuya portada, en español, no está disponible.  Después llegaría El doctor Hoffman y las infernales máquinas del deseo (The Infernal Desire Machines of Doctor Hoffman) de 1972, traducida por Carlos Peralta para la edición de junio del año 1990.


El juego entre la Realidad y la Razón, el Sueño y lo Imaginario, adquiere forma con el malévolo Doctor Hoffman, inventor de una serie de estructuras diabólicas que convierten todo lo que es Realidad en una posibilidad infinita de espejos que confunden a los habitantes de cualquier metrópolis.
La edición de la obra coincide con el retorno de Carter de su viaje a Japón.  Se divorcia de su marido de quien sin embargo mantiene el apellido de casada.  Se instala en Bath, en el sudoeste de Inglaterra y escribe la obra anteriormente citada.  Vuelca sus vivencias japonesas en un libro de relatos, Fuegos de Artificio (Fireworks: Nine Profane Pieces) de 1973, traducida por Matilde Horne para la edición de 1999.


   

En 1976 contrajo de nuevo matrimonio, ésta vez con Mark Pearce, con quien tuvo el único hijo que compone su descendencia.






En 1977 aparece La pasión de la Nueva Eva (The Passions of New Eve), editada en España en 1993.
Pasa largas temporadas entre Europa, Estados Unidos y Australia, impartiendo clases por diferentes universidades.






La mujer sadiana (The Sadeian Woman) de 1978 es un ensayo en el que Carter transforma las ideas del Marqués de Sade y sus más extremos inventos en símbolos vivos de nuestro tiempo: las diosas sexuales de Hollywood, la pornografía, la situación de la mujer.  El libro es una reevaluación feminista del trabajo del Marqués, que había sido criticado por teóricos feministas anteriores.  Es una reinterpretación en la que se contempla al autor como el primer escritor en ver a las mujeres como algo más que simples máquinas de crianza, como algo más que solo su biología y, como tal, Carter lo encuentra liberador.  Lo publicó en España la editorial Edhasa, con traducción de Graziella Baravalle.



Sería en el año 1979 cuando Angela Carter escribiría probablemente su obra más emblemática, la que mejor define la idea de Imaginación, de Fantasía en su obra literaria: La Cámara Sangrienta y otros cuentos (The Bloody Chamber and other stories).  La obra recoge una brillante reinterpretación de algunos cuentos que son clásicos de la literatura infantil pero que en realidad no están dirigidos a niños ni mucho menos.  Quizá sea la obra de Carter donde está más presente su interés por el psicoanálisis y, especialmente, el psicoanálisis de Jacques Lacan, por el uso que hay de los conceptos Significante y Significado utilizados de una forma tan lacaniana.  A lo largo de 10 cuentos asistimos a un cambio sustancial de la interpretación clásica tal y como las conocíamos de leyendas como la de Barba Azul, el cuento de hadas que recopiló y adaptó Charles Perrault y que narra cómo una mujer descubre que su marido oculta en una habitación prohibida los cadáveres de sus anteriores esposas.  Carter lo titula La cámara sangrienta.  El mito de la Bella y la Bestia se convierte en sus manos en El señor León, enamorado, una primera aproximación al clásico, porque también está La prometida del Tigre, otra vuelta de tuerca sobre el mismo significante con diferente significado.
El gato con botas, el cuento popular que floreció en Europa desde 1500, aquí se convierte en Micifuz con botas, el aspecto erótico, sensual, en los cuentos de hadas.  La tradición de los Espíritus de los Bosques aparecen en El rey ElfoLa niña de nieve, sabia mezcla entre el Marqués de Sade, Georges Bataille y algo de J. K. Huysmans, ocupando (y ésto es extraordinario) una sola página.  Ejercicio de brevedad, como lo es también La dama de la casa del amor, el tema del vampirismo tratado de forma excepcional, definitiva, porque no se puede contar más con mayor contenido e intensidad en menos páginas.



Las 10 narraciones que ocupan las páginas de La Cámara Sangrienta y otros cuentos se cierran con un tríptico, tres narraciones que tienen como punto central los Hombres Lobo y, concretamente, Caperucita Roja, el cuento de tradición oral que recopiló, primero, Charles Perrault, en el que destacaba los peligros de entrar en relación con extraños, transmitiendo así un mensaje de prevención a las niñas.  Esto fue allá a finales del siglo XVII; en 1812, los Hermanos Grimm reinterpretarían el cuento y sería el que llega popularmente hasta nuestros días.  Angela Carter toma tanto un sentido (el de Perrault) como otro (el de los Hermanos Grimm) para llegar a otras conclusiones.  Las tres narraciones que forman ese tríptico son Licantropía (sobre el Hombre Lobo), En compañía de lobos, el mito de Caperucita Roja propiamente dicho y Lobalicia, cuyo título dice muchas cosas que dejo que conozcas, sin adelantarte nada.





La Cámara Sangrienta se editó por primera vez en el mes de septiembre de 1991, publicada por Minotauro y con traducción de Matilde Horne.  Antes que el libro fuese editado conocimos parte de su contenido por la película En compañía de lobos (The Company of Wolves), de 1984, dirigida por Neil Jordan, con guión escrito a medias entre él y Angela Carter.  Del tríptico antes comentado, se utilizaron básicamente los dos relatos En compañía de lobos y Lobalicia.  La película es la típica cinta que enriquece visualmente una obra literaria.  Recibió tres premios en la edición de 1984 del Festival de Sitges.




Ese mismo año en el que se estrena la película En Compañía de Lobos, 1984, Carter publica otra de sus obras emblemáticas: Noches en el Circo (Nights at the Circus).  Su protagonista, Fevvers, una aerialista dotada de un par de alas, pintada en su día por Toulouse Lautrec, recorre ciudades con el Circo donde trabaja, seguida por un periodista, obsesionado con ella.
La riqueza de la literatura de Angela Carter, como los buenos vinos, fue adquiriendo más cuerpo a medida que el tiempo avanzaba por su pluma.
Noches en el Circo apareció traducida por Carlos Peralta y F.A. en la edición de abril de 1994 de Minotauro.



En 1985 aparece Venus negra (Black Venus), ocho narraciones donde se cruzan personas reales (Jeanne Duval, amante de Charles Baudelaire; Edgar Allan Poe...) con personajes imaginarios.  La edición española, del año 1991, contó con la traducción de Teresa Gottlieb.



Una de las labores literarias de Angela Carter era la de antóloga.  En 1986 realizó una selección de relatos escritos por mujeres que se editó con el título Niñas malas, mujeres perversas.  Una antología de relatos (Wayward girls & Wicked women. An anthology of stories).  El volumen, con Introducción de la autora, recoge historias de Elizabeth Jolley, Leonora Carrington, Rocky Gámez, Bessie Head, Jane Bowles, Katherine Mansfield, Suniti Namjoshi, Colette, George Egerton, Frances Towers, Ama Ata Aidoo, Grace Paley, Andrée Chedid, Angela Carter, Djuna Barnes, Vernon Lee, Jamaica Kincaid y Luo Shu.
La obra vio la luz en nuestro territorio en 1989 publicada por Edhasa.  La traducción se la repartieron entre varias personas: Benito Gómez Ibáñez, Enrique Hegewicz, Marita Osés, Francesc Parcerisas y Susana Rodríguez.




En 1987, veinte años después de que se editara La Juguetería Mágica, se lleva a la Gran Pantalla por el director David Wheatley.  El guión lo escribe ella misma adaptando su novela homónima.  No cambió nada sino el lenguaje: pasó de lo literario a lo cinematográfico, pero manteniendo el mismo espíritu de la narración.



Cartelera de la película The Macic Toyshop

La prosa de Angela Carter es un crisol donde se mezclan, con inteligencia y sabiduría, un vocabulario extraordinario que se va trenzando en frases trabajadas con escuadra y cartabón, a cincel y martillo.  Su riqueza viene de la interrelación entre lo que ha leído, lo que conoce, y su búsqueda insaciable del conocimiento de las estructuras del lenguaje.  A lo largo de esos años finales de la década de los años 80 escribió artículos para publicaciones tan prestigiosas como The Guardian, The Independent y New Statesman.  Contribuyó a la reedición de la obra de un autor profundamente admirado por ella: Walter de la Mare.  Escribió el Epílogo (no el Prólogo) a la reedición en Inglaterra de la obra Memorias de una Enana (Memoirs of a Midget) que en España publicó la editorial Siruela, en aquella exquisita colección El Ojo Sin Párpado.  Eso fue en 1988 cuando, además de los artículos para las publicaciones citadas, Carter se encontraba trabajando en una secuela de la obra Jane Eyre de Charlotte Brontë.  Pero no pudo continuar.  El 16 de febrero de 1992, con 51 años, fallecía víctima de un cáncer de pulmón.  El Mundo, ese día, se hizo un poco más obscuro.




De forma póstuma, en 1993, aparecería Niños Sabios (Wise Children), publicada en España al mismo tiempo que en Inglaterra.  Una historia sobre el mundo del espectáculo que, entre las manos de Carter, se transforma y brilla con una prosa centelleante.  Contó con la traducción de Matilde Horne.




También posterior a su fallecimiento fue la edición de una recopilación de cuentos titulado Fantasmas de América y Maravillas del Viejo Mundo (Ghosts of America and Wonders of the Old World), 1993, donde se mezclan los mitos del arte, el cine y el subconsciente, y cuenta y renueva viejas leyendas y cuentos de hadas: la obra de John Ford, el cineasta, se mezcla con el dramaturgo isabelino del mismo nombre; un joven pianista pacta con el diablo en un prostíbulo del Sur; un aficionado al Cine visita los ambiguos restos de la edad de oro de Hollywood; Alicia en el País de las Maravillas se transforma en las manos de un enloquecido agricultor checoslovaco.  La traducción corrió a cargo de Luis Horno Liria, y lo publicó, como era habitual, Minotauro en 1995.




Ahora una mala noticia: la obra de Angela Carter editada por Minotauro está actualmente agotada.  La editorial no reedita ninguno de los títulos que aparecían en su catálogo porque Minotauro forma parte del grupo Planeta y todas esas obras de su catálogo anteriores a la fusión han desaparecido.  Tan sólo se pueden conseguir en el mercado de segunda mano.  Pero no todo está perdido porque dos editoriales, Impedimenta y Sexto Piso, se han encargado de recoger el testigo de la obra de la autora.
Sexto Piso, en el año 2014, realizó una interesante edición de La Cámara Sangrienta, con traducción de Jesús Gómez Gutiérrez e ilustraciones de Alejandra Acosta.




La editorial Impedimenta (probablemente el trabajo más hermoso que existe en la industria bibliográfica con respecto a la presentación de un libro, encuadernación, cubierta...), en 2016 sacaba Cuentos de hadas, la selección de cuentos protagonizados por mujeres que realizó la autora para Virago Press.  La traducción es de Consuelo Rubio Alcover.




En 2017, de nuevo Sexto Piso hace una nueva edición de La Cámara Sangrienta, con un formato centímetros más pequeña que la del año 2014 pero con el mismo staff técnico: ilustraciones de Alejandra Acosta y traducción de Jesús Gómez Gutiérrez.




Por último, Sexto Piso contribuye a la divulgación de la obra de Angela Carter editando en el año 2017 Quemar las naves. Cuentos completos (Burning your Boats) editado en 1995, donde se recoge la integral de relatos.  Es un magnífico volumen, un banquete carteriano de 704 páginas, que cuenta con un espléndido prólogo a cargo de Salman Rushdie.  La traducción es de Rubén Martín Giráldez, excepto el grupo de relatos La Cámara Sangrienta que es traducción de Jesús Gómez Gutiérrez.




Algunos volúmenes de la editorial Minotauro aún los tengo en búsqueda.  Son precisamente esos que en ésta entrada aparecen reseñados pero que no incluyen el nombre del traductor o traductora.  Significa que faltan en mi biblioteca, como es el caso de Varias percepciones y Héroes y villanos.  No descansaré hasta conseguirlos.  Me apasiona la literatura de Angela Carter, la forma que tiene de escribir, cómo escribe y cómo lo cuenta.  Si no la has leído te la recomiendo encarecidamente.  Te aseguro que no te va a decepcionar.



Angela Carter









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