miércoles, 3 de enero de 2018

Pájaros y Brumas




La primera entrada de éste blog en el recién estrenado año 2018 es una recomendación de lectura: Pájaros y Brumas de José María García González.  La noche del día 31, después de cenar, leí un rato antes de tomar las uvas de la suerte como cada año.  En ese par de horas antes de la medianoche terminé éste libro, el último leído en el año 2017.
Pájaros y brumas es una hermosa obra vertebrada por los recuerdos de otros tiempos en otro lugar, un alegato contra el olvido, un ensayo por intentar que el color sepia no se desvanezca en la pinacoteca de los recuerdos, que por lo menos mantenga su tonalidad.  En la obra, el gran crisol de esos recuerdos se encuentra centrado en el burgalés Valle de Caderechas, con los pueblos que delimitan su topografía: Quintanaopio (de donde es originario el autor), Rucandio, Herrera de Caderechas...  Todos los personajes que van trufando esos recuerdos, esas vivenciaciones, tienen que ver con el Valle, referente de todo.
No recuerdo qué poeta dijo una vez: Las cosas vienen, nos hacen daño y después se van.  He estado buscando en libros de varios autores pero no he encontrado la frase.  Para mí que es de Pedro Garfias (1901-1967) y que se podía encontrar en la antología De soledad y otros pesares, pero no es así.  De todas formas ese "las cosas vienen, nos hacen daño y después se van", sea de quien sea, me sirve como punto de fuga porque Pájaros y brumas de José María García González es todo lo contrario a ese pensamiento triste y doloroso.  Los recuerdos vienen, descargan su contenido mezcla de poíesis e imaginación, se van y vuelven.  Porque la estructura de ésta narración no es metonímica sino que salta de atrás hacia delante, del ahora al entonces.  Y los personajes vienen y se van, y vuelven otra vez.
Es curioso el pulso con el que narra José María García González: se aferra afectívamente a los personajes y a las situaciones, las circunstancias se vuelven un reflejo especular de la atmósfera circundante ya sea por el tiempo meteorológico o los olores de la naturaleza.  Los reflejos se dispersan por aquí y por allá y el autor recupera uno de los oficios posibles que dejó en los días del pasado: se vuelve pastor de esos reflejos que es como decir que se convierte en pastor de espejos.  Pastorea sus soledades y comunica con emoción recuerdos que son trenzas de hechos vividos, acontecimientos escuchados contados por otras voces, anhelos e influencias de autores leídos y admirados.
La vida laboral de José María García González hasta llegar al Periodismo es un crisol de profesiones.  Sus lecturas, apasionadas y varias, hacen posible un texto con un tejido narrativo como el que posee Pájaros y Brumas.  Su lectura se ve agilizada por la brevedad de las páginas de los capítulos lo que contribuye extraordinariamente a leer con interés ésta espiral que termina con un arrebato, un esfuerzo sobrehumano por no olvidar el sonido de la voz que le une a todo aquello que es el pasado de cada uno.
La obra se presentó el Jueves 9 de Noviembre del año 2017 en la sede de la Asociación de la Prensa de Sevilla.  En el acto el autor estuvo apadrinado por Rafael Rodríguez, presidente de la APS y acompañado por Miguel García, escritor y responsable de la editorial El Último Dódo que ha hecho posible que el libro haya visto la luz.



(De izquierda a derecha) Rafael Rodriguez, José María García González y Miguel García



































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