miércoles, 24 de enero de 2018

Bruno Schulz - El Mundo hecho palabras


Bruno Schulz

Polonia, en cualquier disciplina del Arte a principios del Siglo XX, fue una cantera de minerales dorados, un crisol de ideas y formas que adoptaban diferentes vías de expresión.  De esos primeros años del XX data una trilogía de escritores cuyas obras siguen siendo piedra angular no sólo para la Historia de la Literatura, sino para la Historia del Mundo.  Esos tres autores son Stanislaw Ignacy Witkiewicz, Bruno Schulz y Witold Gombrowicz.  Los tres llegaron a conocerse y mantuvieron una estrecha relación (a ciencia cierta no sé si Witkiewicz y Gombrowicz, llegaron a coincidir en alguna ocasión).  Cada uno de estos tres escritores son un universo en sí mismos.  De Witkiewicz hay una entrada reciente en éste blog.  Hoy, el punto de atención recae sobre la figura y obra de Bruno Schulz.

Bruno Schulz nació Drohobycz, en territorio austríaco, hasta que en 1918 pasó a formar parte de Polonia.  A Jakub Schulz, propietario de una tienda textil, le nace el último vástago de su descendencia en 1892 bautizándolo con el nombre de Bruno.  Su inclinación por las Bellas Artes se ve mediatizada por el consejo de sus padres que le animan a matricularse en la facultad de Arquitectura.  Aunque cumple con el deseo del Otro, como diría Lacan, también desarrolla sus virtudes como artista plástico: fue artista gráfico, pintor y dibujante, participando en diferentes exposiciones.  La literatura ocupó un espacio interior del que no dio muestras ni tampoco se preocupó de airear.  Ejerció la crítica literaria, escribió ensayos consagrados, entre otros, a Franz Kafka, del que escribió un Epílogo a su obra El ProcesoWitold Gombrowicz, Louis Aragon, Aldous Huxley, Georges Bernanos, François Mauriac, Jean Giono o Zofia Nalkowska.




Zofia Nalkowska (1884-1954)

Aunque ejercía de comentarista literario, sus manuscritos originales, su narrativa, la mantenía en silencio, no la mostraba sino en casos muy concretos.  La primera obra que se conoció de Bruno Schulz lleva por título Las tiendas de color canela.  Su edición surge por azar entre grabados, pinturas al óleo y exposiciones conjuntas que se llevan a cabo entre los años 1926 y 1931 en diferentes ciudades.  Fueron sus amigos pintores los que le presentaron a la escritora polaca Zofia Nalkowska.  Alguien le hizo llegar una copia de Las tiendas de color canela y a partir de ese momento Nalkowska se convertiría en mentora del autor, promoviendo la edición de su obra.  Esa primera relación de narraciones es la manifestación clara, transparente y diáfana de lo que es el universo schulziano: el Mundo hecho palabras, la Literatura por dentro.
¿De qué tratan los escritos de Schulz?  ¿Son relatos, cuentos?  Son exégesis de la Vida.  Cuando lees su obra la Vida ya no es lo mismo, nada es igual.  Hay autores que parece que estén sometidos a un estado de Gracia mientras escriben y cuando lees lo que han hecho el Mundo se estructura con una brillantez hasta el momento desconocida.  ¿Qué hace que su obra sea tan especial?  La capacidad que encierra para liberar una elocuencia que, a simple vista, parece un ejercicio imposible.  La voz que narra habla habla habla habla...y las palabras, las frases, las imágenes levantan una arquitectura interior por donde pasea la figura del Padre.  La presencia y el recurso de ésta figura, el Padre, ha sido el punto por el que se emparenta, literariamente hablando, a Bruno Schulz con Franz Kafka, aunque cada uno se mueve de forma distinta bajo el peso gravitatorio de la influencia del progenitor.  Eso y el hecho de que ambos fueron judíos.
Las tiendas de color canela están formadas con maderas de autobiografía donde los elementos cotidianos, domésticos, adquieren unos significados abiertos a la simbología de la Noche, del Sueño, del ensimismamiento que produce el diálogo interior que surge de la contemplación de objetos y sucesos que son parte integrante del día a día.
La obra es muy bien recibida por paisanos suyos entre los que se cuentan Witkacy, seudónimo de S.I. Witkiewicz.  Entabla contacto con Witold Gombrowicz que dará pie a una extensa y rica relación epistolar.
En Europa la obra de éste escritor polaco se comienza a difundir a finales de la década de los años 60 del Siglo XX con traducciones al italiano, al francés, al inglés.  En España aparecen esas Tiendas de color canela en 1972, editada por Barral Editores y traducida por Salvador Puig.





La segunda obra de Schulz, Sanatorio bajo la clepsidra, aparecía en 1937.  Es un paso más dentro de su producción, añadiendo nuevas narraciones en la misma línea que las que conforman su libro anterior.  No abandona su labor como pintor pero las circunstancias del Mundo están cambiando profundamente: el Tercer Reich comienza a invadir la Tierra con su sombra siniestra y el escritor no va a permanecer ajeno a las acciones del Mal.  Era judío y como tal estuvo confinado en el gueto.
Entre 1939 y 1942 guarda sus manuscritos en cajas y consigue hacerlos llegar a amistades que están fuera del Encierro Judío.  Sólo consigue pintar.  Un oficial de la SS, Feliks Landau, aprovecha las cualidades de Schulz como pintor y lo toma bajo su protección, proporcionándole trabajo: pintar murales en la habitación de su hijo pequeño y otros tantos en las paredes del casino de la Gestapo.
Se sabe que intentó escapar, que preparó concienzudamente la fuga con su familia haciéndose con papeles de identificación falsos.  Pero la mañana del día 19 de Noviembre del año 1942, a las 11, mientras se dirigía a recoger su ración de alimentos, coincide con una acción salvaje de la Gestapo contra los judíos.  Logra huir zigzagueando por callejuelas pero al volver una esquina se dio de cara con Karl Günter, miembro de la Gestapo y rabioso antagonista de Feliks Landau.  Se cruzan y al sobrepasar a SchulzKarl Günter desenfundó su arma y le disparó un tiro en la nuca.  Así acababa, indirectamente, con Feliks Landau, a quien detestaba.  Le quitó la vida a un genio.





De Bruno Schulz nos queda su obra, breve (dos libros de narraciones) pero extraordinariamente intensa.  Su segundo volumen de historias, Sanatorio bajo la clepsidra, vio la luz por primera vez en España en 1986, editado por Montesinos con traducción de Elzbieta Bartkiewicz y Juan Carlos Vidal.  La edición tiene un Prólogo con una firma excepcional: John Updike.
Hay una cosa que llama la atención: cinco de las narraciones incluidas en el volumen Sanatorio bajo la clepsidra (1986) aparecen en Las tiendas de color canela (1972).  Las narraciones que están duplicadas, tomando como referencia el volumen Las tiendas... son: Mi padre entra en el Cuerpo de Bomberos, El segundo otoño, La estación muerta (La temporada muerta en la edición de Sanatorio bajo...), El sanatorio del enterrador (Sanatorio bajo la Clepsidra) y El jubilado.  Esa repetición no sé si en ediciones posteriores se ha cambiado, lo desconozco.  Por suerte la obra de Schulz ha sido ampliamente editada, incluso existe un volumen con su obra completa editada en 1993 y reeditada en 1998 por Siruela.
Maldoror Ediciones, en el año 2004, con traducción de Jorge Segovia y Violetta Beck, editó Ensayos críticos, donde se recogen algunas de los ensayos realizados por Bruno Schulz.





Por último no quiero olvidarme de que la figura y la obra de éste escritor, como sucede habitualmente con los genios del lenguaje, atraen proyectos de cineastas y directores teatrales.  Son muchas las películas y obras de teatro donde la figura del escritor o su obra, se ha pretendido adaptarla fuera de la palabra escrita con resultados bastante dudosos por un motivo muy sencillo: la narrativa es la base de los textos de Schulz, la palabra.  Pero la palabra no es sinónimo de "diálogo".  Los diálogos en Schulz son elementos suplementarios que, a veces, ni existen.  Adaptarlo a la pantalla o al escenerio del teatro conlleva una injerencia que no forma parte sustancial del original.  
Algunos ejemplos de adaptaciones al Cine:


  • El sanatorio de la clepsidra
Año: 1973

Nacionalidad: Polonia

Director: Wojciech Has

Guión: Wojciech Has, basado en la obra homónima de Bruno Schulz.

Género: Terror - Fantástico








  • Street of Crocodiles (Corto)

Año: 1986


Nacionalidad: Reino Unido

Director: Timothy y Stephen Quay

Guión: Timothy y Stephen Quay, basado en Historias escritas por Bruno Schulz

Género: Animación





Según Terry Gilliam, "uno de los mejores 10 cortometrajes de la Historia del Cine"Tim Burton se confiesa profundo admirador del corto.  Pero personalmente me sigo quedando con el origen: los libros de Bruno Schulz.  Si puedes, léelos.  Es una de las experiencias más enriquecedoras que da el hecho de ejercer la lectura como hábito.

       

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