Bob Dylan con una máquina de escribir |
Cíclope 3.0 del martes 24 de noviembre de este año 2020 que se termina dentro de poco.
Hoy arrancamos con un objeto de la vida cotidiana que estuvo interactuando con nosotros no hace mucho y que desde hace unos años fue desbancado por el PC, el Ordenador Personal, especialmente por los programas de tratamiento de texto. Me refiero a la máquina de escribir, pieza de museo para muchos y objeto insustituible para otros. Hay una película documental muy interesante sobre el tema, historias de personas cuyas vidas están conectadas por el uso de las máquinas de escribir, personas que se resisten a dejar de escuchar el sonido del teclado, el golpeteo de las teclas sobre el rodillo.
California Typewriter, del año 2016 con dirección y fotografía de Doug Nichol, versa sobre el uso, costumbre y necesidad de seguir utilizando dicho objeto de escritura como pieza fundamental. La cinta cuenta con opiniones de, entre otros, Tom Hanks, coleccionista que no sólo las guarda en su museo personal sino que además las sigue utilizando; Sam Shepard, para quien la máquina de escribir, el sonido del timbre indicando final de línea, el rodillo donde va el papel, todo forma una liturgia especial que colabora al proceso creativo de la escritura... De hecho, allá por los años de la década de los 40, se comercializó una máquina de escribir silenciosa que fue un auténtico fracaso, lo que llevó a la conclusión de que el cliqueteo de la máquina al escribir era uno de los atractivos para los consumidores.
Joseph J. Lilley |
En 1963 se encargó del score original de la película Who's Minding the Store?, dirigida por Frank Tashlin y protagonizada por el cómico Jerry Lewis. En España el título de la cinta se tradujo como Lío en los Grandes Almacenes y tiene uno de los gags cómicos más celebrados en el mundo de la Comedia: el uso imaginario de una máquina de escribir por parte de Lewis. El personaje espera ante el despacho de un jefe a ser recibido. Mientras tanto, de fondo, suena el teclear de la máquina de escribir de una secretaria, hecho que provoca que Lewis monte todo un ejercicio de mimo utilizando imaginariamente una máquina de escribir, todo envuelto por la melodía de la Orquesta que trabaja ensamblada con el cliqueteo del objeto. Ese fragmento de dicha banda sonora sirve para abrir hoy Cíclope 3.0, el corte titulado La máquina de escribir.
La mirada del ojo ciclópeo traza un camino con un tiralíneas imaginario y nos reconduce desde la década de los 60 hasta nuestros días.
Pat Fish, izquierda, junto al guitarrista bajo David J, ex de bandas como Bauhaus o Love and Rockets |
Frontal de la funda del disco |
La otra cara de la carpeta del disco |
Dejamos el objeto fetiche con el que hemos comenzado a enredar hoy el programa pero no abandonamos a ciertos músicos.
In Bath of Bacon fue el álbum con el que se presentaron The Jazz Butcher en el mundo discográfico. El disco incluye un tema titulado Gloop Jiving en el que Pat Fish va nombrando a los miembros de la banda así como a una serie de músicos amigos, invitados para la ocasión como es el caso de un tal Rolo. Ese Rolo no es otro sino Rolo McGinty, alma y motor de la banda británica The Woodentops.
The Woodentops (Rolo en el centro, con guitarra) |
Temporada larga de silencio para Woodentops: en 1988 desaparecen del panorama musical para volver en el año 2013 con un nuevo trabajo, Granular Tales.
Granular Tales recoge el sonido característico del grupo con esa percusión de madera hueca que caracterizó el perfil de su música cuando comenzaron. Pero ha pasado mucho tiempo desde 1988 hasta el 2013 y, ¡ay!, The Woodentops no supieron reinventarse. Poco interés despertaron en las nuevas generaciones de oyentes y la banda, desde entonces, guarda silencio.
De percusión con elementos de madera y otros materiales para recrear ritmos nos vamos a quedar ahora, con un colectivo que también han llegado a sonar alguna vez por aquí, me refiero a los australianos Hunters and Collectors.
Macro branda de siete miembros capitaneados por el vocalista Mark Seymour, Hunters and Collectors se forjaron un camino y un lugar único en la cultura rock australiana.
Originalmente la banda se formó en el ambiente Post-Punk de 1981 en Melbourne, cruzando el Funk-Rock y el Krautrock Industrial de la Alemania de los 70. De hecho el nombre del grupo sale del título de una canción de la banda Can de su álbum de 1975 titulado Landed que incluía el tema Hunters and Collectors.
Del año 1982 el Cíclope rescata una larga composición, Run Run Run, incluida en el álbum Hunters and Collectors.
Tenía su gracia el término Música Tribal: mucha percusión, oscuridad conducida por sintetizadores, cierto perfil ritualista... Killing Joke, cuando comenzaron, estuvieron enclavados en dicho género o estilo.
El EP de debut se lo gestionan ellos, con el dinero prestado de la entonces novia de Jaz Coleman. John Peel, en su prestigioso programa de la BBC, quedó impresionado con ese primer disco y le ofreció una sesión en su espacio, convirtiéndose en uno de los momentos de mayor audiencia de la cadena. El prestigio ya estaba sembrado, ahora tocaba recoger la cosecha: Island Records les ofrece un contrato que firman inmediatamente, lo que les posibilita crear su propio sello discográfico. Después de cambios interiores con la discográfica Killing Joke comienza a desarrollar una serie de actuaciones en Inglaterra ganándose la reputación de ser controvertido: las creaciones proyectadas en el fondo del escenario donde toca el grupo, los collages de fotos, son obras de arte que, a menudo, presentan imágenes repulsivas. En una ocasión, uno de los carteles de sus conciertos mostraba a una figura del Estado Vaticano bendiciendo a legiones de nazis. Resultado: prohibición de actuar en Glasgow.
La foto fue parte de la campaña de promoción de los álbumes y cassettes de Killing Joke pasados a CD |
Killing Joke de 1980 fue el álbum que confirmó al proyecto como unos fieles representantes del sonido tribal. Temas como Requiem, que recupera el Cíclope, son fundamentales para entender a un grupo que proyectó una larga sombra de influencias detrás de su existencia.
De esta foto parte la idea para diseñar la portada del primer álbum de Killing Joke |
Portada de Killing Joke, 1980, diseño de Mike Coles |
La carpeta desplegada |
Interior de la carpeta: los mismos niños que saltan el muro le tiran piedras a una aparición de Jesucristo. |
Durante su estancia en Islandia se producen cambios en los miembros de la banda: Youth, guitarra bajo, viaja de vuelta a Inglaterra, de nuevo recala en Islandia para despedirse del proyecto dejando como sustituto al bajista Paul Raven. Coleman está más calmado, no ha llegado el Fin del Mundo según el Apocalipsis de San Juan, todo o casi todo sigue igual, así que vuelven al Imperio Británico con energías renovadas: cualquier cosa que hubiesen hecho Killing Joke hasta el momento no tenía nada que ver con el cambio que presentaron a partir de 1985 y su LP Nightime: se han vuelto más...melódicos, ya no son los fieles representantes de la Música Tribal, ahora se decantan (se decanta Coleman) por historias de desequilibrios urbanos, trastornos inducidos y otras crisis. Hay quienes abandonan la escucha de sus nuevos discos y hay una nueva ola de oyentes. Son cambios comunes a otras bandas, otros solistas, otros músicos. En 1986 daban un paso más allá e inyectan emociones melancólicas en las composiciones que forman el álbum Brighter Than A Thousand Suns. Llega 1988 y en la misma línea aparece Outside The Gate, un álbum que dejó fuera de órbita a los antiguos seguidores del grupo que, hasta el momento, a trancas y barrancas, habían aceptado los cambios estilísticos, Ahora, ya, no.
Tampoco era tan malo. Después de recuperar el tema Requiem de su primer LP, el Cíclope reseña de este disco de 1988 el tema My Love of This Land, una canción que refleja los principios medio ambientales que defiende Coleman, partidario del concepto de sostenibilidad ambiental y que ha invertido en la creación de dos eco-aldeas en el Pacífico Sur y en Chile.
Black Lab |
Black Lab se formó originalmente en la área de la Bahía de San Francisco. No hay que equivocarlos con Blacklab, un dúo de Dark Doom original de Osaka, Japón. Los norteamericanos empezaron como cuarteto, pasaron a trío y al final quedaron como dúo, siempre con el cantante, multinstrumentista y fundador Paul Durham (en la foto anterior en el centro). Como dúo la formación cuenta con él y con el guitarrista y programador Andy Ellis. Esa última metamorfosis del proyecto ha contribuido con sus canciones en bandas sonoras de películas como Spiderman, Varsity Blues, Blade Trinity y Buffy, la cazavampiros.
Espero que te guste el programa.
Enlace:
https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-24-11-20
No hay comentarios:
Publicar un comentario