jueves, 1 de octubre de 2020

Cíclope 3.0 - 29-09-20

 



La preparación de cualquier edición de Cíclope 3.0 conlleva una serie de sonidos domésticos: el lap-lap-lap de los LPs pasando de adelante hacia atrás, de atrás hacia delante, el zip-zip-zip de los CDs, más manejables que los vinilos pero más inestables (se resbalan como peces entre las manos), el sonido mudo de la búsqueda de archivos MP3 en el disco duro externo del PC...y como leitmotiv la pregunta: ¿Qué pongo?  Cuando alguien viene de visita a casa suelo poner música de fondo para dejar que una pantalla de sonido nos envuelva de forma cómoda.  Y a la hora de escoger, habitualmente, uno se encuentra con algunas sugerencias interesantes y mientras se encuentra lo más idóneo para que suene sin que el volumen moleste deja que ese disco tan bueno, o aquella canción tan interesante ponga una especie de compás de espera, de introducción a una atmósfera que se irá desplegando trenzada con la conversación.  Eso es lo que ha motivado el comienzo de la edición de Cíclope 3.0 del martes 29 de septiembre: empieza recuperando un álbum de 1982 titulado Songs to Remember firmado por un grupo que responde al nombre de Scritti Politti.




Scritti Politti




  

Scritti Politti es el vehículo principal de expresión del cantante y compositor galés Green Gartside (foto de la izquierda).

Pocas figuras de la Música Pop pueden reclamar las credenciales distintivas de Gartside: un artista formado y educado en el Underground londinense de finales de los años 70 pero que finalmente llegó a la cima de las listas de éxitos Pop del Reino Unido.  Curioso: en vez de seguir el camino solitario de la independencia más rabiosa puso todo su afán en meter la cabeza en el Show-Business institucionalizado, todo para demostrar que en las luces y sombras de los senderos no trillados por lo comercial se podían hacer cosas muy buenas.

Gartside creció en el sur de Gales.  Intelectual de bajo rendimiento y, en su adolescencia, miembro de la Liga de Jóvenes Comunistas, conoció a un hombre, guitarra bajo, Nial Jinks, al que le iba mejor tocar el bajo que no construir largas peroratas de tesis-antítesis-síntesis.  Gartside obtuvo una beca para estudiar en el Leeds Art College y allí entabló amistad con Tom Morley, batería.  En el mes de junio de 1978, Gartside y Morley abandonan la escuela de arte y se instalan en un piso en Londres.  Nial Jinks recibió una invitación urgente para unirse a ellos y así nació la primera formación de Scritti Politti que, con apaenas tres meses de existencia, ya estaban grabando su primer disco, un EP titulado Skank Bloc Bologna.



 

Gartside venía del mundo independiente donde se aprendía, por ejemplo, cómo maquetar un disco, cómo grabarlo y cómo prensarlo.  En 1978 aparecía ese primer EP de forma artesanal: grabaron el vinilo, lo fabricaron (lo prensaron), imprimieron a mano las portadas y estamparon las etiquetas ellos mismos.  Con todos los contratiempos (prensaje regular, sonido a maqueta, a demo) se llegaron a vender unas 2.500 copias una de las cuales fue a parar a manos de uno de los directivos del prestigioso sello discográfico británico Rough Trade, que se encargó de envolver bien el producto y someterlo a su correspondiente distribución y promoción: las ventas ascendieron a 15.000 copias del título.

Entre 1978 y 1981 Scritti Politti publicaron 4 EPs.  En aquel tiempo el sonido del proyecto era áspero, tenso y con un estilo experimental, utilizando cambios abruptos, desplazamientos rítmicos y armonías discordantes, suavizado todo por la templada voz de Gartside y sus letras impenetrablemente oscuras, vagamente políticas en sentido pero abstractas en significado.

El grupo encontró un hueco para añadirse a una gira de conciertos  por el Reino Unido haciendo de teloneros de Gang of Four y de Joy Division.  La gira les sirvió para una cosa: descubrir que Gartside sufría de miedo escénico y que las actuaciones en vivo le producían un profundo estado de ansiedad, tanto que se tradujo en un ataque cardíaco, el primero que sufriría el galés con tan solo 23 años de edad.  Terminada la gira se imponía un retiro para templar los nervios y Gartside decidió tomarse un año sabático con respecto a la música.  Regresó a su Gales del sur, para despejarse.

Cuando volvió traía remodelado el sonido de Scritti Politti.  Conservaba los elementos líricos oscuros pero se centraba en una estética eminentemente Pop.  Bajo el brazo un montón de canciones entre las que se incluían The Sweetest Girl, un single que apareció en 1981, en formato cassette y de regalo con uno de los números de la publicación New Musical Express.  En vinilo no había señales del single que tardó meses en ser editado.  Al final vio la luz como parte del álbum Songs to Remember, una colección de temas que incluye, además del single citado, el que abre la edición de hoy de Cíclope 3.0, Jacques Derrida.  Que Gartside fuese un intelectual de bajo rendimiento se entiende como los resultados académicos de sus estudios, fuera de Escuelas y Universidades era un profundo conocedor y seguidor del estructuralismo lingüístico.  De tonto, ni un pelo.  Ese tema con el que comenzamos hoy, Jacques Derrida, está dedicado al famoso filósofo francés de origen argelino, conocido popularmente por desarrollar un análisis semiótico conocido como Deconstrucción.  Llegaron a entablar amistad y producto de su admiración por el filósofo y de aquellas fructíferas conversaciones surgió esa canción.



Jacques Derrida
(1930-2004)




 

Canciones para recordar aparecía en el año 1982 con los miembros de la banda dispersos tras la aparición del single La chica más dulce.  El último en marcharse fue el bateria Tom Morley, Nial Jinks, guitarra bajo, lo había hecho antes.  Tiempos de reforma.

Gartside, en esas escapadas que hacía para recuperar estados de ánimo equilibrados, había pasado una temporada en Nueva York mientras se montaba el primer álbum del grupo ahora en stand-by.  En Manhattan conoció a David Gamson, bajista, que estaba en el catálogo de Rough Trade.  Gamson le presentó a Fred Maher, un bateria curtido en las filas del proyecto Material fundado por el músico Bill Laswell.  No hubo cambios en el nombre de la banda, continuaron llamándose Scritti Politti y siguieron haciendo canciones que serían producidas por Nile Rodgers, pieza clave en la música Disco de finales de la década de los 70 formando parte de ChicRodgers, como productor, trabajaría con nombres como David Bowie, Diana Ross, Madonna, Duran Duran, Mick Jagger, INXS, Grace Jones o B52's.  Pues ni así llegaron a ponerse de acuerdo y las sesiones con Rodgers no vieron la luz.  Desacuerdos con Rough Trade los llevó a buscarse la vida con otros sellos discográficos y al final dieron con Virgin que se encargaría de publicar sus discos.  Por el momento, lo último que han grabado fue un álbum en el año 2006 titulado White Bread Black Beer.  Por lo demás, siguen vivos.

Desde Inglaterra saltamos al continente americano, al sur, en concreto a la localidad de Goiânia.



Goiânia



Goiânia es un municipio y capital del estado de Goiás, en Brasil, y de allí son nuestros próximos invitados, un sexteto que responden al nombre de Cambriana.




Cambriana se formó en el año 2010 bajo las ideas creativas de Luis Calil (el primero en la foto, por la izquierda) voz y multinstrumentista.  Se le unieron Pedro Falcao, guitarra bajo, Heloísa Cassimiro, batería, Rafael Morihisa, guitarra eléctrica, Wassily Brasil, teclados e Israel Santiago, guitarra eléctrica.

En enero del año 2012 aparecía su primer álbum, House of Tolerance, que se vería reeditado en noviembre de 2019, debidamente remasterizado porque el resultado de la producción final de su primer disco no fue muy brillante.  Esa reedición vería la luz cambiando un poco el título: House of Tolerance 2.0



Cambriana trabajan un rock alternativo muy interesante.  Escogen el inglés para cantar y sus melodías no se identifican con ningún perfil de la música brasileña.   

 
   



En el año 2013 aparecía un disco titulado Worker del que el Cíclope extrae el tema Choose You como muestra.







En el año 2018 veía la luz Manaus Vidaloka, un álbum repleto de temas interesantes del que extraemos uno titulado Center of the Universe.




En Brasil vamos a continuar durante unos minutos más.


El pasado 14 de julio le dedicábamos Cíclope 3.0 a la figura del guitarrista, compositor y cantante Thiago Nassif (foto de la izquierda) con motivo de la publicación de su nuevo álbum Mente, un disco imaginativo, experimental, poliédrico que no deja indiferente a quien lo escuche.  Desfilaron todas las canciones, realizadas con diferentes colaboradores entre los que se encuentran el guitarrista y compositor Arto Lindsay que produce el trabajo y compone algún tema a medias con su amigo Nassif.  De ese espléndido Mente  recuperamos el sonido de Piel de leopardo, con Thiago cantando y retorciendo la guitarra con ritmos de funk y groove que ganan el cuerpo rítmico de la composición.



Del mismo disco otro tema pero en esta ocasión con una cómplice de la pluralidad del álbum: Ana Frango Eléctrico, que pone la voz en Voz Única Foto Sem Calcinha.
Y tras ese tema, la labor en solitario de Ana Frango Eléctrico y alguna canción suya. 

 






Ana Faria Fainguelernt, en la foto inmediatamente anterior, nacida en Río de Janeiro en 1997, es más conocida por su nombre artístico Ana Frango Eléctrico, Ana Pollo Eléctrico, o Ana Electric Chicken, como la llaman los anglosajones.  Cantante, compositora, guitarrista, pintora y poeta carioca, hija de una artista visual y un psicólogo, Ana ingresó en una escuela de música a los seis años para tomar clases de experimentación sonora.  A los siete ya sabía leer música y tocaba piano clásico, dando recitales.

A los diez años pasó la prueba de admisión en la reconocida Escuela de Música de Villa Lobos, donde comenzó a estudiar más profundamente los conceptos de escalas, tiempo, afinación, teoría musical.  La idea de estudiar música no le gustó: hacer exámenes, como si fuera una obligación...  La música era otra historia.  Sin embargo reconoce que fue un aliciente.  

Supo, a través de su hermana, de una antigua historia familiar: su abuelo fue ingeniero, de origen ruso.  Sus amigos, ante la dificultad que tenían para pronunciar el apellido Fainguelernt, lo apodaron Pollo Eléctrico.  Quién iba a decir que el sobrenombre del abuelo estaba predestinado a bautizar artísticamente a su nieta.

En principio, Ana, que mostró reticencias ante el aprendizaje técnico de la música, quiso ser fotógrafa, pintora, artista plástica, pero sería la emoción de tocar en público, de recibir el feed-back de la audiencia lo que la impulsó a continuar.  Empezó a gustarle eso de las actuaciones y decidió que por ahí había mucho que explorar.  Ella misma dice al respecto:

Hice exámenes de ingreso para estudiar pintura.  No tenía ningún deseo de ser cantante o compositora, pero los shows empezaron a rodar, una cosa tira de la otra y me di cuenta de que la música me conmovía, que me brinda encuentros increíbles.  En ese momento, aunque tenía miedo, decidí que eso era lo que quería para mi y, desde entonces estoy en esta búsqueda de profesionalizar cada vez más el trabajo, difundirlo.



Se estrenó en el mundo discográfico en el año 2018 con el álbum Momarço Queima, una serie de composiciones que comenzó a trabajar cuando tenía 16 años y que retomó al cabo de un tiempo. 





En las diferentes entrevistas que ha realizado afirma odiar el término Nueva MPB (Nueva Música Popular Brasileña), prefiere decir que su obra es una Bossa Pop Rockdecadente con trazos Punk.




El 6 de noviembre de 2019 aparecía su segundo trabajo, Little Electric Chicken Heart (Pequeño corazón de pollo eléctrico), considerado disco revelación del año por APCA (Asociación de Críticos de Arte de Sao Paulo).  A la derecha y abjo, portada del álbum.  El primer plano de ella está intencionadamente desenfocado.
Capas de guitarras, metales y referencias que se superponen de forma buscada, torcida, indicando el camino tomado por la compositora e intérprete de Río de Janeiro.  Se mueve entre géneros como la Samba, el Jazz Caribeño y el Rock Clásico. 






Vamos a ir saliendo de Brasil dando un paseo por sus playas.  Aires de vacaciones, relajados, con el crisol musical de una banda inglesa, escocesa para más señales, peculiar y atípica: The Incredible String Band.




Uno de los proyectos más atractivos que surgieron de los esotéricos años 60 fue The Incredible String Band.  La columna vertebral estaba constituida por dos miembros: Robin Williamson (izquierda, en la foto superior) y Mike Heron (a la derecha).  Heron a principios de la década de los 60 estaba deambulando por diferentes formaciones de Rock; Williamson formaba un dúo con otro músico de origen escocés, Clive Palmer, tocando canciones folk de raíces escocesas y Bluegrass.  Los tres se conocieron una noche en un pub y el dúo le propuso a Heron que se uniera, como guitarra de ritmo, y así formar un trío que se llamaría Incredible String Band.  Y así fue.



De izquierda a derecha, 
Clive PalmerRobin Williamson y Mike Heron.  Los comienzos de la Increíble Banda de Cuerdas.


1966, The Incredible String Band lanzaban su primer LP bautizado con el nombre del grupo, un disco ocupado en su mayoría por números originales interpretados con entusiasmo y pasión en estilos populares celtas y americanos.  Una vez el disco vio la luz, Williamson se marcha a Marruecos a estudiar música, Palmer abandona el proyecto y se va a Afganistán, Heron se queda dándole patadas a una piedra y buscando sentido en una página perdida de su diario.  Un año más tarde, 1967, aparecía el segundo LP, The 5000 Spirits or the Layers of the Onion (Los 5000 espíritus o las capas de la cebolla) con el proyecto firmemente asentado en la doble columna Heron/Williamson.  El disco era un caleidoscopio de toques exóticos interpretados con instrumentos como el oud del Medio Oriente, los sitares y las tambouras de la India.



El álbum se publicó en nuestro país con años de diferencia a su edición original: finales de los años 70.



Reciben buena acogida, la prensa elogia el trabajo y en 1968, The Hangman's Beautiful Daughter (La hermosa hija del verdugo), les permite pisar la línea desde la que comienza la popularidad.  Fue un año fructífero con la aparición de otro álbum publicado el mismo año y, lo más importante, el aumento de miembros dentro del grupo.  Entraron las novias de Heron y de Williamson, Rose Simpson y Licorice McKechnie, conocida como Licorice Likky.  Comienzan a amplificar el sonido, incluyen instrumentación eléctrica, amplían el número de miembros para las actuaciones en vivo y así se presentan en el Festival de Woodstock en 1969.  Debido a las circunstancias no fue una de las actuaciones más memorables de la banda.  Estaba previsto que actuasen el viernes por la noche, después de Joan Baez, sin embargo, debido a la fuerte lluvia, la banda optó por no actuar.  La cantante de folk Melanie ocupó el lugar de The Incredible String Band que finalmente tocaron la tarde del sábado.  Tuvieron una recepción un tanto tibia, lo cual no es de extrañar porque subieron al escenario a tocar después de que lo hicieran Creedence Clearwater Revival y antes de Canned Heat.  Ser el jamón en ese  sandwich fue mortal para la popularidad de la Banda de Cuerdas.

Llegamos a principios de los años 70, y la Incredible comienza a adquirir el perfil de raros.  Para muchos lo que pasa es que han perdido impulso.  En realidad es que el eclecticismo del grupo se convirtió en una desventaja más que una ventaja para llegar a territorios de popularidad trenzada con comercialidad.  No lo habían sido, comerciales, jamás.  Tampoco era su meta.  Pero por lo menos que el público conociese que existían, que hacían música.  En el año 1970 se suma al proyecto un nuevo miembro: Malcolm LeMaistre.  Multinstrumentista, al igual que Williamson Heron, LeMaistre además era actor de pantomima.  Con él se grabó el álbum U, de 1970, un espectáculo teatral que fue bien recibido pero que no se traducía fácilmente para grabarlo en estudio.  



En 1971 aparecía Liquid Acrobat As Regards the Air, primer disco editado en España de la Incredible que, a pesar de reconocer que se habían pasado al Rock & Roll Eléctrico, en verdad no era sino un paso más en las rarezas del proyecto.  El disco pasó desapercibido.




1972, año de edición de Earthspan, un disco que mezcla de forma depurada todo lo que la Incredible String Band puede y sabe hacer: armonías claras en la voz de Licorice Likky, capaz de alcanzar unos agudos altísimos, historias que se asemejan a cuentos de sonidos desajustados, armonías cacofónicas, juegos sonoros...


Fue entonces cuando The Incredible String Band visita España.  Creo recordar que actuaron en Madrid ante una audiencia que no conseguía encajar lo que veían y lo que escuchaban.  Tanto Williamson como Heron siempre habían vestido de una forma colorista, con aquellas prendas que, si las utilizabas, te llamaban Hippy.  Salieron a escena.  LeMaistre iba tirando de un baúl lleno de sombreros, trajes, lentejuelas...además cantaba y tocaba el bajo.  Mientras sonaba una canción en la que él no tocaba ningún instrumento ni cantaba, se dedicaba a disfrazarse y a hacer ejercicios de mimo representando lo que la letra de la canción contaba.  La gente no sabía a ciencia cierta si se trataba de una familia de zíngaros a los que les faltaba un oso con una pandereta o qué.  Tan pronto sonaba una guitarra eléctrica como un laúd, o un sitar.  La prensa especializada de la época, Disco Express, se hizo eco del concierto y dio, creo recordar, una visión muy benévola del sentimiento de extrañeza que cundió entre el público asistente.

Earthspan vería la luz en nuestro país un año después de su edición original y lo hizo al mismo tiempo que aparecía No Ruinous Feud, un disco en el que ya no interviene la voz de Licorice Likky y en el que entra un nuevo miembro: Gerald Dott, que se encargaría de soplar en el clarinete y tocar los teclados.



De izquierda a derecha y de arriba a abajo, Gerald Dott, Mike Heron, Robin Williamson y Malcolm LeMaistre.

Es con este disco con el que tomamos la recta final del programa de hoy, con esa canción, Turquoise Blue, que suena a paseo marítimo de playa brasileña.



Para despedir a la Incredible String Band un tema del álbum anterior, Earthspan, una canción de Williamson, Restless Night, con su predilección por lo cacofónico mientras Heron le acompaña al piano eléctrico y las escobillas de la batería juguetean con el sonido del bajo.

Y ahora sí llegamos al final de la edición de Cíclope 3.0 del martes 29 de septiembre.  El cierre lo pone el que fue guitarra bajo y segunda voz de la banda Yes: Chris Squire.



Chris Squire
(1948-2015)



Christopher Russell Edward Squire, conocido por la abreviatura de su primer nombre y apellido y popularmente llamado Fish (Pez) por haber nacido bajo el signo zodiacal de Piscis, fue el bajista de Yes y voz de apoyo de Jon Anderson.  Siempre fiel a su guitarra bajo marca Rickenbacker, llegó a utilizar no un instrumento de doble mástil, sino triple.




Extraordinario bajista un día no pudo soportar las luchas de ego que había en el seno de la banda y se decidió a realizar un álbum en solitario, por una sóla vez, pero que quedase hecho.  El título era paradójicamente curioso porque hacía alusión a un cambio profundo, radical: Pez fuera del agua.


Fish Out of Water hacía alusión a encontrarse fuera del útero sofocante en que se había convertido la labor creativa en Yes.  No era un pez que necesitara el agua para vivir, era él, Fish, el que se salía de unas aguas excesivamente hieráticas, empantanadas en unas formas férreas que no le dejaban sacar de sí lo más fructífero.  Así que comenzó a gestar una serie de composiciones que, para interpretarlas, lo único que necesitaba era a una serie de colaboradores que estuvieran dispuestos a entusiasmarse con la idea.  Y los encontró.  Los primeros que se apuntaron a la aventura fueron dos compañeros de Yes, Bill Bruford, batería y percusionista y Patrick Moraz, teclista.



Bill Brudford







El músico de origen suizo Patrick Moraz, teclista y sustituto de Rick Wakeman en la grabación del álbum Relayer de Yes de 1974, responsable de los sintetizadores en aquel lírico Soon con el que se cerraba la suite The Gates of Delirium que ocupaba toda la cara A del LP.  Por cierto, por el peinado se podría decir que parecía una versión revisitada de George Friedrich Händel.



Händel
(1685-1759)


Entre los colaboradores estuvieron también Jimmy Hastings, un veterano músico relacionado con la escena Canterbury que había trabajado con grupos como Caravan o Hatfield and The North.



Jimmy Hastings


Mel Collins, en el saxo, un hombre que colaboró en el sonido de King Crimson en álbumes como In the Wake of Poseidon, Lizard y Islands.



Mel Collins



El programa lo cierra un tema del LP Fish Out of Water de Squire, Lucky Seven, que tiene un comienzo con piano eléctrico que, por cierto, me equivoco al decir que lo toca Patrick Moraz, porque quien lo hace sonar es el teclista Andrew Pryce Jackman (1946-2003).


Espero que te guste el programa.


Enlace:

https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-29-09-20






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