jueves, 1 de febrero de 2018

Antonio Botín Polanco




Antonio Botín Polanco sentado en una playa de Cantabria, con las piernas extendidas.  Algunas personas, al oír sus apellidos, tuercen un poco el gesto y piensan, con prejuicios, que si aparecen los apellidos Botin y Polanco...  Efectívamente tiene relación con el Mundo de la Banca porque fue tío del pasado Presidente del Grupo Santander, Emilio Botín-Sanz de Sautuola y tíoabuelo de la que después ha sido Presidenta del Grupo, Ana Patricia Botín-Sanz.  Pero él no tiene culpa de lo que hicieran sus descendientes, bien o mal.
Antonio Botín Polanco nace en Santander el 11 de Agosto de 1898 y fallece en Madrid el 15 de Octubre de 1956.  Sobre su nacimiento él mismo decía
nací en Santander, porque nací en verano, he sido veraneante en Santander desde antes de nacer.  Es, quizá, el sino de los que nacemos en agosto, el ser veraneantes en la vida.



Se licenció en Derecho, en Madrid, donde entró en contacto con el ambiente cultural y desarrolla una actividad próspera y creativa.  Entre los años 1928 y 1934 se edita el grueso de su obra conocida: La Divina Comedia; Él, ella y ellos; Virazón; Logaritmo y Peces goviales.  En 1951 vería la luz Manifiesto del humorismo y cuando falleció se quedaron sin acabar una serie de ensayos y novelas que fueron proyectos incompletos.
Admiró a Ramón Gómez de la Serna, a cuyas tertulias literarias asistió y con quien mantuvo una larga amistad.  La influencia de don Ramón es clara y transparente, sobre todo en la novela que traemos hoy al blog.


Ramón Gómez de la Serna
 en su gabinete de trabajo

De él, de don Ramón, heredó, en la creatividad literaria, esa mirada poliédrica hacia todas las cosas.  Decía Gómez de la Serna que hay que mirar 
en derredor como en un delirio de esponja con cien ojos, apreciando relaciones insospechadas de las cosas.
La metáfora será una de las herramientas que utilice Botín Polanco para construir sus historias
La espuma, esa risa desganada con que la alta mar responde a las cosquillas del viento.
También
Y es que cubrirse la cabeza con una boina es vendarse la frente con la fe de la gente marinera, tener el viento de la mar por sombrero y ponerse por montera todos los "que te crees tu eso" de tierra adentro.
Las imágenes tratadas por él, el lenguaje, no se queda tan sólo en lo florido, lo llamativo, fuegos de artificio que se apagan al instante.  La trama de sus novelas oscila entre la fantasía metafórica o la metáfora imaginativa y la filosofía, el mundo de las ideas que crecieron a la sombra de otra figura admirada por él: José Ortega y Gasset, a quien también trató en persona, manteniendo una relación amistosa que le enriqueció.


José Ortega y Gasset

Logaritmo apareció, por primera vez, en el año 1933, editada por Espasa-Calpe.  La novela es una historia de amor que conocemos desde el comienzo:


Se encontraron en la terraza de un club náutico.  Fue la costumbre quien enlazó sus manos y les hizo enseñarse los dientes.  Ninguno de los dos era guapo.  Pero los dos tenían los dientes limpios y blancos.  Y estuvieron sonriéndose un rato, porque se tienen dientes, mitad para morder, mitad para enseñarlos.

Una historia de amor o sobre las alegrías del amor, sin olvidar los momentos obscuros, los tira y afloja que van implícitos en cualquier historia de sentimientos entre seres humanos.  Todo eso y mucho más narrado con una prosa repleta de chispa donde la presencia de Ramón Gómez de la Serna es continua, constante, siempre como influencia, jamás como copia.  El amor entre Carlos y Mechita no es un camino llano, sin altibajos: en esa historia hay unión-desunión-reunión.  Todo narrado, contado con una elocuencia colorida, amable, simpática.
Probablemente la novela se escribió entre 1931 y 1932.  Apareció, como ya se ha señalado, en 1933 en la editorial Espasa-Calpe, entre los meses de Agosto y Octubre. El manuscrito original se perdió y la edición de Febrero del año 2009 que hizo Quálea Editorial está basada en aquella.  Logaritmo es la única obra de Antonio Botín Polanco que se puede encontrar de primera mano porque las ediciones de Virazón y Manifiesto del humorismo, por ejemplo, están actualmente agotadas aunque son susceptibles de encontrarse en las librerías de segunda mano.
La edición de Quálea Editorial del año 2009 cuenta con una interesantísima introducción a cargo del poeta cántabro Alberto Santamaría.

Logaritmo, de Antonio Botín Polanco.  Si la lees, no te dejará indiferente.
 




    




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