jueves, 26 de marzo de 2020

Cíclope 3.0 - 24-03-20








Segunda semana del estado de alarma por el coronavirus, segunda semana de confinamiento en casa y nueva edición de Cíclope 3.0, la del martes 24 de marzo, grabada con la intención de tejer una trenza de música a través del prisma del tiempo y, por las circunstancias actuales, con la esperanza de que te acompañe en algún momento en este aislamiento necesario en el que nos encontramos inmersos.
Hoy comenzamos rescatando el sonido de una banda cuya existencia se entronca con lo que se dio en llamar New Wave, a finales de los años 70 y principios de los 80.  Hoy empezamos con el Pop de la banda Squeeze.



Squeeze


Este quinteto, original de Londres, se forma en 1974 y publican por primera vez en 1978, dando salida a un Pop elástico de teclados que se mantuvo en las listas de canciones más escuchadas entre los años finales de la década de los 70 y principios de los años 80.  Debutaron con un álbum bautizado con el nombre de la banda.



Squeeze
- 1978


Desde los orígenes de la formación del grupo y hasta el año 1981, estuvo encargado de los teclados este hombre, Jools Holland.



Jools Holland

Dependiendo de con quién hables, el irrefrenable Jools Holland es mejor conocido como un intérprete de Boogie-Woogie, de Jazz, de Rhythm & Blues o como el teclista de Squeeze; o como uno de los presentadores de televisión más populares del Reino Unido.  Y si bien cualquiera de estos logros sería suficiente para la mayoría de las personas, Jools Holland ha logrado ser todo eso en su notable carrera de show biz, una carrera que lo ha visto trabajar con casi todos los que están en la escena musical del Reino Unido o los Estados Unidos desde finales de los 70 en adelante.
Julian Miles Holland nació el 24 de enero de 1958 en Londres.  Desde pequeño mostró un don especial hacia el piano y con 8 años ya estaba tecleando ritmos de Boogie-Woogie bajo la atenta mirada de un tío materno que lo instruyó en los rudimentos pianísticos.  El joven Jools nunca poseyó una voz de canto clásica, pero aprendió rápidamente a adaptar su tono nasal un tanto atrevido a un estilo de canto entusiasta y melodioso que complementaba perfectamente su piano alegre.  En su adolescencia tocó en clubes y pubs en el sur y en el East End de Londres.  Luego, en 1974, cuando todavía tenía solo 16 años, se convirtió en el teclista de la formación original de Squeeze, reclutado por los dos líderes de la banda, Chris Difford y Glenn Tilbrook.
Después, en solitario, Jools Holland tiene una extensa discografía, sobre todo con su banda Rhythm & Blues Orchestra.  El Cíclope entresaca una muestra del catálogo de la música de este insigne inglés. 




Ha trabajado, y sigue haciéndolo, con músicos de todas las estéticas imaginables.  Tiene una larga nómina de colaboraciones entre las que se encuentran esta que vamos a recuperar ahora, un disco reciente, del año 2018, firmado a medias entre él y Marc Almond.




El combo de la Rhythm & Blues Orchestra con Holland al piano sumados al arrebato encendido de Almond dan como resultado un disco como A lovely life to live, un trabajo de intercambio creativo que sin lugar a dudas tiene un montón de composiciones buenas, desde la que le da título a la obra como la segunda que escoge el Cíclope, I lost my city, en una línea almondiana habitual en su hacer musical.



Marc Almond


Por cierto, hablando o escuchando a Marc Almond, en este año 2020 ha lanzado un nuevo trabajo, Chaos and Dancing Star.




En su léxico personal, el camaleónico Marc Almond parece dar un significado especial a la palabra star (estrella).  En su último álbum, Chaos and a Dancing Star, utiliza por cuarta vez en su discografía el concepto Estrella.  Antes fue The Stars We Are de 1988, Fantastic Star de 1996 y Stardom Road de 2007.  El hilo conductor que une estos discos es la música expansiva, ese Pop musculoso en constante evolución que busca asentarse entre las melodías más escuchadas y populares.  Almond vuelve a trabajar  en esta ocasión con el productor, compositor y multiinstrumentista Chris Braide con quien firmó The Velvet Trail en el año 2015.  Entre los dos comenzaron a escribir canciones en el año 2017 destinadas a este disco aparecido este 2020.  Se empezó a gestar en la ciudad de Los Ángeles con la meta puesta en facturar un álbum progresivo, pero como cualquier idea que esté viva se fue transformando y el resultado final es uno de esos discos firmados por Marc Almond con la firma de su creatividad y buen gusto, con colaboraciones especiales como la de Neal X, ex-Sigue Sigue Sputnik, y la de Ian Anderson, alma de Jethro Tull, que toca la flauta en el tema Lord of Misrule, devolviéndole la colaboración a Almond, que intervino en el año 2013 sobre el escenario del Royal Albert Hall cuando Anderson y compañía interpretaron en vivo Thick as a Brick.



Ian Anderson
allá por los 70



Anderson
en la actualidad


Aqualung, del año 1971, el álbum prohibido en España por la carpeta y por los textos de la canción que le da título al disco, vería la luz en nuestra piel de toro años después de su publicación original, allá por 1975.  La carpeta, diseñada con pinturas del autor Burton Silverman, se reprodujo tal cual era el original, con la ilustración interior de la profanación de una iglesia.  Durante mucho tiempo, Silverman ha sido recordado por ese hecho, como si no hubiera realizado más trabajos importantes como pintor e ilustrador.









Burton Silverman


Aqualung vería la luz en nuestro territorio, con la carpeta original y todo, pero no al completo en lo que a las canciones respecta porque el tema Locomotive Breath fue sustituido por otro, ¿motivo?, las alusiones explícitas de carácter sexual a las que se refería el texto de la canción.  ¡Ah!  ¿Sí?  Pues, qué cosa tan curiosa, el tema en cuestión se había publicado en nuestro país un tiempo antes, formaba parte de la selección incluida en el doble LP Living in the Past, 1972, que se editó aquí en España antes que Aqualung.  Luego no vale dicho argumento sobre las implicaciones sexuales ni nada por el estilo.  Después, donde dije digo digo diego, y no, la canción se había sustituido por otra porque al haberse publicado ya ese Locomotive Breath en el doble álbum pues para no repetir...  Qué sarta de sandeces, por Dios.  No se incluyó no sé por qué gazmoñería, y vamos a dejarnos de tonterías.  Por cierto, Living in the Past, la primera edición, venía envuelta en una carpeta de cartón grueso con una serie de páginas interiores con fotos de la banda y créditos que se llegó a agotar, es decir, se agotó la carpeta, no los vinilos, y durante meses hubo que esperar a que imprimiesen la tan coloreada y floreada cubierta.  Después ya se editaría en una funda doble de cartón fino, sin las páginas ilustradas que componían la publicación original.



1972


Por supuesto la canción que recupera el Cíclope es la ínclita Locomotive Breath.

En la recta final del programa de hoy una novedad: lo último de Julian Cope.




Julian Cope, que actuó en Madrid la noche del 9 de noviembre de 1988, en la sala Jacara, es el único músico por el que he tomado un avión, he asistido al concierto, y a la mañana siguiente me he vuelto.  Madrid estaba entre los puntos de promoción del disco que acababa de publicar ese año, My Nation Underground.  Espléndida actuación la de Cope, rodeado de músicos muy jóvenes entre los que estaban el guitarrista Donald Ross Skinner, inseparable durante mucho tiempo hasta que se le acabó la paciencia, como a tantos otros músicos que han trabajado con el alma mater de aquellos The Teardrope Explodes.  Y es que nuestro querido y admirado Julian Cope llevaba años sin publicar una grabación mínimamente interesante.  Desde 1995, desde la aparición del disco 20 Mothers, lo único que han aparecido son recopilaciones, alguna que otra rareza grabada en vivo y con una calidad de sonido deplorable y, sobre todo, discos ruidosos, abstractos, que en verdad no sé qué perseguía el músico con la publicación de plásticos así.
Durante los últimos 25 años, Cope se ha dedicado a escribir e ilustrar cuentos para niños, escribir un ensayo-historia exhaustivo, magnífico, sobre el Rock Alemán, y poco más, con respecto a su zona brillante, luminosa...


 



En el lado oscuro ha impartido talleres para aprender a sembrar y recolectar marihuana y charlas orientativas sobre el uso y abuso del ácido lisérgico.  Cope lleva años colgado con, por y el ácido.  De hecho la disolución de The Teardrope Explodes sobrevino porque, según Troy Tate, guitarra del grupo, era imposible trabajar con él: un día llegaba con el ánimo alterado y grababan de una forma, al día siguiente con las alteraciones dislocadas trataban de seguir por donde lo habían dejado el día antes, pero era imposible: Cope sobrevolaba Moscú sentado en un anillo de Saturno.


 

The Teardrope Explodes
(Troy Tate segundo por la izquierda)


Es un caso parecido al que le ocurrió a The Rolling Stones con la grabación del disco Exile On Main St. de 1972.  Era imposible realizar las mezclas finales porque Keith Richards, enganchado por aquel entonces a la heroína, tocaba cada día de una forma diferente, hasta que Mick Jagger decidió tomar las riendas y se encargó de hacer las cosas hasta llegar a la meta final.  También, paralelo a esta situación, el caso de otro alucinado, Syd Barrett, del que dijo David Gilmour que era imposible dejar una canción terminada.  Obviamente fue con el paso del tiempo cuando se produjo esa imposibilidad.  También con el paso del tiempo Julian Cope se ha ido quedando sin colaboradores lo cual implica que la creatividad del músico se ve mermada ya que muchas ideas surgen del intercambio con otros músicos, del diálogo sin palabras, de la elocuencia de los instrumentos y de quienes los tocan y lo que se suscita en esos momentos.  El binomio músico experimentado-músico joven es importantísimo porque al saber del músico veterano se une la sabia, la fuerza creativa del músico joven, desprejuiciado, vivo, y de tandems así han surgido muy buenas cosas con mejores resultados como por ejemplo ha demostrado Cope a lo largo de los años, sobre todo desde 1984 hasta 1995.  Tras ese período de creatividad, Cope comenzó a hacer cosas raras, y no precisamente porque fuesen obras difíciles de escuchar, sino porque el ruido es ruido, aquí y en Pekín, y lo ruidoso tiene sentido siempre y cuando esté formando parte de una estructura que tiende hacia, no porque se realice por la cara.  Cope lleva años actuando solo, con su guitarra eléctrica, soltando auténticos manifiestos en defensa del planeta Tierra y de los puntos de Energía Mágica que se encuentran dispersos por la superficie del planeta.  No sé cómo será asistir ahora a una actuación suya pero el disco que ha publicado este año 2020 suena en algunos temas como hacía años que no lo hacía, valga la redundancia del verbo.  Se ha rodeado de unos cuantos músicos veteranos, músicos ingleses de sesión que colaboran para hacer de este Self Civil War un feliz reencuentro del que escuchamos un par de temas de esa nueva y gozosa entrega que ha realizado este galés paisano de John Cale.

Como punto y final otra novedad, Thin Mind, el álbum aparecido hace unos meses del trío canadiense original de la ciudad de Montreal Wolf Parade.





Wolf Parade

Spencer Krug (primero por la derecha en la foto anterior) es uno de esos creadores de los que uno se pregunta si descansaran alguna vez porque la actividad que tienen es amplia.  Krug lleva por delante cinco proyectos donde se incluye Wolf Parade.  Aquí trabajan, creativamente hablando, los tres miembros del grupo, pero en los otros cuatro (Fifths of Seven, Frog Eyes, Sunset Rubdown y Swan Lake) es él quien maneja los hilos.  Y además, Krug encarna, él sólo, Moonface, nombre artístico que recoge una producción más intimista donde el músico canta y toca el piano en un registro diferente a todo lo demás que realiza.
De Wolf Parade no nos da tiempo nada más que a escuchar un tema de su último trabajo, pero ya volveremos con ellos en otra ocasión.
Salud, cuídate y sal de casa estrictamente lo imprescindible y necesario.

Espero que te guste el programa.


Enlace:








No hay comentarios: