viernes, 20 de diciembre de 2019

Cíclope 3.0 - 17-12-19


El actor Alberto Gadea en el documental Goodbye Ringo del año 2018


Cíclope 3.0 edición del martes 17 de diciembre, último Cíclope del año ya que, los dos próximos martes caen en días señalados: 24 y 31.  El día 25 fiesta, al igual que el día 1, el equipo de informática encargado de colgar los enlaces a los programas en la web de Radio Tomares de descanso navideño...en fin, que este es el último programa del año 2019.  El próximo será el martes 7 de enero, inaugurando el año nuevo con el Especial John Cale.  Pero eso será en enero, por ahora tenemos por delante la edición de este martes, con aires y aromas del Lejano Oeste.



El sonido de la composición que abre el programa de hoy es reconocible: un fragmento de la banda sonora de la película Por un puñado de dolares dirigida en 1964 por Sergio Leone con música de unos de los compositores más prolíficos en cuestiones de bandas sonoras cinematográficas: Ennio Morricone.







Ennio Morricone


Nacido en Roma el 10 de noviembre de 1928, Morricone, compositor y director de orquesta, ha compuesto el score de más de quinientas películas para el Cine y Series de Televisión.  Su sello personal en películas del Lejano Oeste, en lo que se conoce como Spaghetti Western, es reconocible en los primeros acordes de sus composiciones.  Ya pertenecen al conocimiento común los sonidos de películas como Por un puñado de dolares, La muerte tenía un precio, El bueno-El feo y el malo...; recibió un Óscar honorífico en el año 2006 y en el año 2016 ganó el Óscar a la Mejor Banda Sonora por la cinta Los odiosos ocho.  Este año que se nos acaba ha sido el año de su despedida de las salas de conciertos.  A sus espaldas quedan no sólo ese sonido característico de las películas de Oeste, también bandas sonoras como las pertenecientes a títulos como Días del cielo, La misión o Cinema Paradiso.  Comenzamos con él porque los siguientes invitados tienen mucho que ver con el sonido del Spaguetti Western.  Es un septeto original de Portland, Oregon, y responden al nombre italiano de Federale.



Federale

La primera banda sonora que compuso Ennio Morricone data de 1961 y corresponde a la película Il Federale, una comedia de ambiente bélico dirigida por Luciano Salce.




Del título de la película y en concreto de su banda sonora tomarán Federale su nombre.  Es curioso porque lo adoptan por un tributo, por su profunda admiración hacia la figura de Morricone, pero en su dimensión musical más relacionada con el tema del Oeste.  De alguna forma la intención es no olvidar los orígenes del maestro, su primera banda sonora, más que el contenido de la cinta.  



Federale publican por primera vez en el año 2008.  Capitaneados por el bajista del grupo The Brian Jonestown Massacre, Collin Hegna,



Collin Hegna
, voz y guitarra en Federale
su álbum de debut está empapado de la estética musical morriconiana de las producciones de Spaguetti Western.  Escuchar la música de Federale es escuchar la banda sonora de una película imaginaria, una película que no existe.  Comenzaron grabando canciones instrumentales donde una voz en español guía al oyente narrando una historia que va uniendo los diferentes cortes, ayudando así a comprender lo que se está escuchando, llenando los vacíos que deja la ausencia de imágenes no menos imaginarias, inexistentes.  El ambiente de sus primeros discos, marcado por silbidos, recuerda ineludiblemente a las películas famosas de Sergio Leone a través de los Scores compuestos por Ennio Morricone.




Music from "La Rayar"
 - 2008
























Devil in a Boot
 - 2009



The Blood Flowed Like Wine
 - 2012
























Tras sus primeros trabajos esa influencia de la música del Lejano Oeste, aunque se mantiene, se depura, no es tan omnisciente, y así aparece en el año 2016




que anuncia el cambio claro, transparente y diáfano, sin olvidar sus intereses, sus pasiones y sus raíces, como demuestran en su, por el momento, último trabajo




Federale
 - No Justice - 2019




Federale

Sin dejar el Oeste, sin perder el rastro de las bandas sonoras de Morricone para las películas de su amigo Leone en los años 60, nos quedamos ahora con Stan Ridgway.



Stan Ridgway

Nacido en Barstow, California, en 1954, este multinstrumentista, cantante y compositor, fue el fundador del proyecto Wall of Voodoo, activos entre 1981 y 1988, 



Wall of Voodoo

un grupo donde se mezclaban los cactus de paisajes desérticos con tequila, cajas de ritmo, sintetizadores y aires lejanos de películas de spaguetti western. 







La producción en solitario de Stan Ridgway, numéricamente, supera con creces a lo que dejaron El Muro de VoodooRidgway publicó con su nombre y apellido por primera vez en 1986, entregando un álbum titulado The Big Heat


donde deja fluir influencias literarias en los textos de las composiciones, repletos de referencias al Cine Negro, de novela policíaca, y en este campo, una de sus grandes pasiones: las historias que cuenta el autor Jim Thompson.  Con su estilo vocal característico (un tanto nasal), dotando a sus composiciones de unas texturas ricas y experimentales al cruzar los sonidos de las cajas de ritmo con una variedad de instrumentos de percusión no convencionales (utensilios de cocina tipo ollas, sartenes y otros aparejos), teclados y guitarras, Ridgway trenza historias desde la perspectiva de gente común, con personajes que luchan con ironía por sobrevivir en el sueño americano.  Probablemente, el tema Camouflage, un cuento que se desarrolla en Vietnam, es de lo mejor que guarda este álbum de debut en solitario.
Después han llegado muchas más obras.  En el año 2010 aparecía su disco número 17, Neon Mirage





donde se produce un cambio más hacia lo acústico, hacia las formas country y folk, sin dejar de ser él mismo.




Saltamos hacia atrás en el Tiempo y nos trasladamos a San Francisco, a finales de la década de los años 70 cuando por aquellas tierras y ciudades eclosionaba lo que se conoció como New Wave, la Nueva Ola.  Uno de sus representantes fue el colectivo Romeo Void, grupo liderado por la voz y el ingenio femenino de una india de la tribu de los Navajos, Debora Iyall.




Romeo Void


Romeo Void se formó y vio la luz como banda el Día de San Valentín del año 1979 en el Instituto de Arte de San Francisco.  El nombre hace alusión a la falta de romance, de posibilidad de entablar relación afectiva con otra persona.    Admiradora apasionada de Patti Smith, recibió de ella el reconocimiento más orgásmico que puede alcanzar un/una artista: ser reconocida precisamente por la figura que adora.  Smith dijo de Iyall que era una figura fundamental en la reactivación del Rock como arma de expresión, de comunicación.  Precisamente para la vocalista de Romeo Void, su figura, la traía por la calle de la amargura: el sobrepeso no la dejaba estar tranquila sobre el escenario.  Era regordeta, hermosa, pero no tanto.  En el Instituto, cuando adolescente, era la diana de los dardos emponzoñados de sus compañeros y compañeras, típicas figuritas recortables, rubios y rubias, delgados, atléticos y ágiles, encantadores...super güais...  Ella no: era india y gorda.
Pero esto fue como la historia del Patito Feo: al final resultó ser un cisne.  Ahora, sobre los escenarios de Venice, San Francisco, Los Ángeles, en la Costa Este, en la Costa Oeste, esos mismos adolescentes ya cigüeños y garzas desgarbadas desmelenaban sus rubios cabellos mientras sobre el escenario Debora Iyall y compañía desgranaban sus arengas feministas más allá de una serie de slogans más o menos llamativos por parte de colectivos adheridos a la causa.  Los textos de las canciones, escritos por Iyall, mostraban una actitud dura, irónica, cínica, popularmente callejera y buscaban redefinir el papel de la mujer en la música rock.  Habló de deseos frustrados, de rabia sexual desde una perspectiva fundamentalmente femenina.  Una de sus canciones más conocidas, Never Say Never, ha tenido una versión interesante, años después, por la banda Queens of the Stone Age en su álbum R, del año 2000.  En un párrafo de la letra de esa canción Iyall afirma: Me gustarías más si dormimos juntos.



Debora Iyall




Tres LPs a sus espaldas: It's a Condition, 1981, Benefactor, 1982, e Instincts, 1984.  El primero el menos comercial de los 3 para progresivamente ir cambiando hacia un sonido más asequible, que se traducía como material más fácil de programar en las emisoras de radio norteamericanas.








La banda se separó definitivamente en 1985 y aunque hubo algunos intentos por volver a reunirse de nuevo se quedaron en un proyecto que no llegó a cuajar.




Romeo Void




It's a Condition
- 1981






















Instincts
 - 1984





















Iyall, en años más actuales, ejerciendo como profesora de Arte en San Francisco.  Un día, a finales de los años 70 y antes de formar Romeo Void, comiéndose una galleta de la Fortuna, leyó un mensaje incluido en el envoltorio que decía: El Arte es tu Destino.  No lo dudes.


































Continuamos en la recta final de esta edición de Cíclope 3.0 con una banda que realizan una especie de huida hacia delante.  No tienen nada que ver con el Far West con el que hemos comenzado el programa de hoy.  Tampoco con ningunos de los invitados posteriores aunque sí realizan una metáfora con un perfil que se acerca un tanto a historias de caminos polvorientos y desérticos de aquel Lejano Oeste: I Have the Gun, Yo tengo el arma es el título firmado por los australianos Crime and The City Solution.




Crime and The City Solution


También conocidos como Crime + The City Solution, surgidos en Australia, Sydney, y asentados en Europa, en Berlin.  Formados con las cenizas de la banda de Nick Cave, The Birthday Party, capitaneados por Simon Bonney, el único miembro estable en el proyecto Crime and The City Solution.




Simon Bonney


Ese tema, I Have the Gun, lo incluía la banda en su álbum de 1990 titulado Paradise Discotheque.





Y para cerrar, ya que hemos citado a Nick Cave, nos quedamos con su música, con su último trabajo editado el pasado mes de noviembre del año 2019, Ghosteen.





En el año 2015, Arthur Cave, hijo de Nick Cave y Susie Bick, fallecía con 15 años de edad tras arrojarse desde un acantilado de 20 metros de altura en Ovingdean, Brighton, al sur de Inglaterra, después de haber consumido LSD.
Un año después de tan trágico suceso, su padre grababa el disco Skeleton Tree donde realizaba un ejercicio de sublimación: catarsis a través de la música.  Pero el duelo no había entrado aún en los vericuetos de la resiliencia, y no sería hasta el pasado año 2019 cuando ese proceso catártico culminara con la composición de una serie de temas que reflejan el dolor por la ausencia del hijo accidentado.  Ghosteen es un disco extraordinariamente triste, no con esa tristeza melancólica del otoño de la locura sino con el sesgo funerario de un In Memoriam.  Los textos son de Cave, la música está escrita por él y por su colega de trabajo y amigo el músico Warren Ellis, inseparable de la energía creativa de Cave desde hace mucho tiempo.  Los arreglos orquestales recaen sobre dos músicos: Sam Thompson, director de orquesta y arreglista que ya ha colaborado con el tándem Cave-Ellis en trabajos anteriores y el también director de orquesta y compositor Ben Foster.
Cave, además, se encarga del diseño de la portada del disco que, sospecho, debe estar relacionada la imagen con el hijo, con un dibujo o ilustración que le gustara al muchacho porque, si no, no me explico una cubierta de disco más fea y menos atractiva.  El contenido, por supuesto, es otra historia.



Nick Cave

Hasta aquí el último Cíclope 3.0 del año 2019.  Como dije al principio, el Cíclope se va de vacaciones navideñas y volverá el primer martes del mes de enero del nuevo año 2020.  Abrirá el año con la primera entrega del Especial John Cale.  Hasta entonces, el Cíclope te desea Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.  El blog Lágrimas de Valium continúa, por supuesto, no descansa.

Espero que te guste el programa.

Enlace:

https://www.radio.tomares.es/index.php/blog/ciclope-30-17-12-19








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