miércoles, 6 de octubre de 2021

Cíclope 3.0 - 05-10-21 - Especial Dead Can Dance # 2

 


Tumba de Robert Didsbury en el Cementerio de Montmartre, Paris


Cíclope 3.0 del martes 5 de octubre de 2021.  La edición de hoy la ocupa el Especial Dead Can Dance Número 2 que iniciamos el pasado 7 de septiembre.  En esa primera entrega terminábamos con el segundo álbum de la banda, Spleen and Ideal, del que escuchamos tan sólo tres temas.  En esta ocasión ampliamos la audición con tres composiciones más.


Ya quedó dicho todo sobre este disco en la entrada del blog en el primer Especial del grupo.  Se grabó entre los meses de septiembre y noviembre de 1985 y que se publicaba el 25 de noviembre de ese año en el sello 4AD.  El título del LP se extrae del grupo de poemas del mismo nombre de la obra Las flores del mal de Charles Baudelaire y con este trabajo, DCD se sumerge por completo en la mezcla de tradiciones musicales que sería su principal seña de identidad, definiendo el estilo y el sonido de la banda para todos sus obras posteriores tanto grabaciones de estudio como conciertos en directo.  Al final del primer Especial Dead Can Dance terminábamos escuchando tres temas de Spleen and Ideal, dos cantados por Lisa y un instrumental; hoy, los tres que selecciona el Cíclope, dos están cantados de nuevo por ella y uno por Brendan.

De este álbum publicado en 1985 producido por John A. Rivers y Dead Can Dance pasamos a lo que es el tercer trabajo de la banda, Within the Realm of a Dying Sun.




Con un título así (Dentro del reino de un sol moribundo) y una portada como la que ves en la foto, difícilmente se podían separar de la idea de que se trata de una banda gótica, de la Dark Wave.  El diseño lo escogió Brendan Perry y quiero pensar que hay cierta intencionalidad en la que se asienta la idea primigenia del nombre de la banda: lo antiguo, lo que se puede dar como muerto, se puede revitalizar.  Esto referido no sólo a los instrumentos sino también a géneros y estilos musicales en desuso, de ahí que lo muerto, puede tener una nueva vida, puede bailar.  Pienso que hay esa intencionalidad por parte de Perry porque, la foto que ilustra la portada del disco, es un detalle del panteón familiar de la familia Raspail donde yace François-Vincent Raspail (1798-1878),


químico, fisiólogo, médico, naturalista y político de ideología socialista francés que fue uno de los fundadores de la
teoría celular en Biología.  Él fue el que acuñó el principio que dice: 

Toda célula deriva de una célula preexistente

Este principio, aplicado a la Música, nos enseña que todo es un devenir, la música, como cualquiera de las Artes, no está exenta de esa metonimia evolutiva, y lo que hacen Dead Can Dance es recuperar del olvido esa música antigua revitalizándola con técnicas de grabación y reproducción de finales del siglo XX.  De ahí que vea un nexo de unión entre esa estética funeraria y el sentido de la música de la banda.



Panteón de la familia Raspail en el Cementerio de Montmartre, en París.  Un detalle de la figura es el que ilustra la portada del disco. 


Within the Realm of a Dying Sun es el tercer álbum de unos Dead Can Dance que definitivamente se concentran alrededor de binomio Lisa Gerrard/Brendan Perry, el resto del grupo será una nómina de músicos que irán cambiando dependiendo del disco que graben en estudio.  Cierto es que algunos repetirán, como es el caso del batería y percusionista Peter Ulrich, pero los demás irán dejando su sitio a otros colaboradores.


Peter Ulrich, en la foto de la derecha, estuvo en la primera formación de DCD, en el primer LP.  Después desaparecería durante el segundo trabajo y volvería con el tercer disco.  Siempre entrando y saliendo en los estudios de grabación, y siempre miembro fijo en las actuaciones en vivo.  Es un músico que ha grabado unos cuantos discos en solitario y al que escucharemos en ediciones posteriores de este Especial Dead Can Dance, por ahora comentar que se encarga de los timbales y de la percusión en el disco que nos ocupa junto a dos violines, una viola, dos violonchelos, una trompeta, dos trombones, un trombón bajo y un oboe.  Once músicos más Gerard y Perry que se encargan del resto de instrumentos además de cantar y componer todo el material, son los responsables de uno de los discos más elaborados y hermosos que ha grabado la banda.  Abandonaron el esquema guitarra, bajo y batería como base de las composiciones porque ni la música que escuchaban ni la que hacían poseía esa instrumentación como estructura de origen.  La habían transformado de alguna manera en el álbum de presentación en 1984 pero eso quedaba atrás.  Within the Realm of a Dying Sun sigue la línea de su antecedente Spleen and Ideal solo que más asentado, más seguro.  Haciendo una selección de las composiciones que lo conforman empezamos con un instrumental, Windfall, para seguir con Cantara cantada por Lisa, uno de esos remolinos característicos de instrumentos y voz llenos de cromatismo.  Un homenaje a un amigo de origen catalán es Xavier, con Brendan cantando y dirigiendo la instrumentación con el piano.  De nuevo Lisa en un ritual ascendente, Dawn of the Iconoclast, para seguir ella en un auténtico rompimiento de gloria, Summoning of The Muse (Invocación de la Musa).  Para cerrar el resumen de este Within the Realm of a Dying Sun otro tema esplendoroso: Persephone (The Gathering of Flowers).

Perséfone, hija de Zeus, dios de dioses y de Deméter, hija de Cronos y Rea, diosa de la agricultura, de las cosechas y de la fertilidad, siendo una niña de seis años de edad y teniendo por nombre Core, estaba jugando recogiendo flores (narcisos) cuando fue descubierta por Hades, hermano de Zeus y dios del Reino Subterráneo.  La contempló desde las profundidades y se quedó prendado de la criatura.  Sin pensarlo dos veces, irrumpió ascendiendo desde el interior de la Tierra montado en un carro de fuego.  Raptó a la criatura y se la llevó a sus dominios, a la espera de que cumpliese la mayoría de edad para poder desposarse con ella.  Deméter, angustiada por no encontrar a su hija, pidió audiencia con el dios de los dioses que estaba al tanto de lo ocurrido.  Sin embargo, Zeus negó tener noticia alguna y por lo tanto desconocer el paradero del fruto del amor con Deméter.  Indesmayable, Deméter anduvo errabunda buscando a su hija y como no la encontraba decidió castigar al Mundo arruinando el fruto de las cosechas, sembrando la perdición en la agricultura y quitándole al suelo el don de la fertilidad.  El Invierno más crudo se extendió como un manto de esterilidad y caos.  Las quejas de los humanos apenas conmovieron al gran dios pero la calamidad que afectaba las vidas de aquellos que le adoraban comenzó a interferir en el día a día, y el dios de dioses, conocedor de la verdad de los hechos, decidió intervenir.  Llamó a su presencia al hermano y a Deméter, para que depusiera su actitud.  Ella aseguró que tan solo cambiaría cuando le fuese devuelta su hija, si es que alguien la tenía secuestrada.  Hades reconoció con corazón enamorado que la niña estaba a salvo en el Reino Subterráneo y que su deseo era desposarse con ella cuando cumpliese la mayoría de edad.  Zeus consiguió llegar a un punto de acuerdo entre Hades y Deméter: la niña sería devuelta a su madre y cuando tuviese la edad adulta se casaría con HadesDeméter hizo el ademán de extender su velo para castigar aún más a la tierra bastante deteriorada a esas alturas.  Un último movimiento en las conversaciones entre los dos contendientes se resolvió con cierta ecuanimidad: Core viviría seis meses en el reino de Hades, el reino interior de la Tierra, donde borbotean los volcanes, y otros seis meses sobre la superficie de la Tierra.  Deméter puso la condición de marcar ese doble estado de vida a través del símbolo del cambio de estación: cuando Core estuviese con Hades el Invierno cubriría con su manto la Tierra y sus cosechas y plantaciones dormirían bajo la cubierta del frío, y las flores y los árboles se marchitarían.  Cuando Core ascendiese al reino de los vivos, la Primavera florecería en su plenitud.
Y Core cumplió la mayoría de edad, y se desposó con Hades.  Se ubicó en las tinieblas rotas por el resplandor candente de la lava volcánica y se sentó a las Puertas del Reino Interior, de ahí su nombre de casada, Perséfone, la que guarda el acceso al inframundo.
La composición de Dead Can Dance Persephone (The Gathering of Flowers) hace mención en el subtítulo, The Gathering of Flowers (Las recolección de flores) al momento en el que Core, recogiendo narcisos, es secuestrada por Hades.
Una representación del personaje de Perséfone la realizó el pintor y poeta inglés Dante Gabriel Rossetti (1828-1882) utilizando el nombre de Proserpina, nombre romano de Perséfone.  Tituló la obra Proserpina en los Infiernos, y la representa con uno de sus atributos, el fruto de la granada cuyos granos va deshaciendo, símbolo del paso del Tiempo que debe transcurrir para volver al reino de los vivos.


En el vértice superior derecho del lienzo está el poema que Rossetti escribió acerca del mito griego.


La producción de Within the Realm of a Dying Sun la compartieron de nuevo, como en su trabajo anterior, con John A. RiversIvo Watts-Russell, el propietario del sello discográfico 4AD que publica los discos de DCD, dijo de este álbum que la relación entre el grupo y el productor estuvo en su apogeo.  Probablemente sea mi disco favorito de Dead Can Dance.
No nos va a dar tiempo sino para escuchar un tema más y va a ser con el que abrimos la audición del cuarto álbum de DCD, The Serpent's Egg.  No me extiendo en comentarios de este disco porque será con el que abriremos la próxima entrega del Especial Dead Can Dance en el mes de noviembre.  Tan sólo decir que el trabajo se publicó el 24 de octubre de 1988 y que contiene temas como este con el que cerramos la edición de hoy: The Writing On My Father's Hand.

Espero que te guste el programa.

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