lunes, 20 de agosto de 2018

Eric Ambler



Eric Ambler
(1909-1998)

Desde hace años, la narrativa conocida como Novela Negra, goza de una popularidad que se refleja en las colecciones y editoriales que poseen amplios catálogos repletos de títulos con más o menos acierto en éste género de la literatura.  Digamos que la Novela Negra goza de buena salud a estas alturas del siglo XXI, viendo constantemente ampliada la oferta con autores y escritoras que amplían esas nóminas abundantes en nombres y apellidos de todos los rincones geográficos conocidos.  Sin embargo no está de más volver, de vez en cuando, a los orígenes de lo que se conoció popularmente como Novelas de Detectives y leer o releer a algunos autores que levantaron los cimientos de ese género.  Rastreando el pasado podemos recuperar aquella novela de detectives que fue La Piedra Lunar de Wilkie Collins de 1868.  Por supuesto está la conocida tríada formada por Dashiell Hammett, Raymond Chandler y Ross Macdonald, para seguir con Horace McCoy, James Hadley Chase, Jim Thompson y tantos más por citar algunos de una larguísima nómina de escritores.  Por recordar a uno especialmente, hoy traemos a ésta entrada del blog a un hombre que hizo mucho por ennoblecer el arte de la literatura de espías, de detectives, un hombre que responde al nombre y apellido de Eric Ambler.
Eric Clifford Ambler nació en Londres, en junio del año 1909 y fallecía en octubre de 1998, cerca del final del siglo XX.  Ingeniero, actor de vaudeville, publicista, perteneció al ejército británico durante los años de la Segunda Guerra Mundial.  Cuando el conflicto llegó a su final, Ambler deja el cuerpo militar con la graduación de teniente-coronel y recibe el nombramiento de Oficial de la Orden del Imperio Británico por sus méritos conseguidos en los batallones de propaganda cinematográfica, donde escribía guiones y realizaba filmaciones en el frente de batalla.
Su labor como escritor la desarrolla de forma paralela a los acontecimientos bélicos.  Escribe entre 1936 y 1940 lo mejor de su producción, sintiéndose cómodo y a gusto en el género de la novela negra.  Probablemente una de sus mejores obras sea esta que ocupa la entrada hoy en el blog: La máscara de Dimitrios (A coffin for Dimitrios), escrita y editada en 1939, reúne lo mejor de Ambler como narrador.  La solidez de la historia que cuenta, la forma que va adquiriendo a medida que avanzan los hechos, el cierre con el que resuelve todo...  Sin lugar a dudas es uno de los pilares sobre los que se asienta toda la narrativa detectivesca posterior.  Novelas de detectives, novelas de espías...Thriller, como se llega a denominar el género literario cuya esencia es la intriga, las atmósferas inquietantes.  En La máscara de Dimitrios nos encontramos con una historia protagonizada por Charles Latimer, un profesor universitario ya retirado y reconocido escritor de novelas policiales, que se encuentra de vacaciones en Turquía donde el coronel Haki, un miembro de la policía turca, no deja de mostrar un interés inusitado por él.  El coronel Haki, gran amante de las novelas de detectives, pretende regalarle la trama de su próximo libro.  No es la primera vez que Latimer se encuentra con este tipo de proposiciones pero, a pesar de que Latimer busca desesperadamente una manera de irse por la tangente, pasar del tema, no puede ignorar la pregunta del coronel de la policía: ¿se siente usted interesado o no por los verdaderos asesinos?.  Es ahí, en Estambul, donde escucha por primera vez el nombre de Dimitrios Makropoulos.  También es allí donde, por primera vez, ve un cadáver, recién sacado del Bósforo: acuchillado, abandonado, flotando entre porquería.  Y todo eso, mueve todas las imágenes del pasado de un europeo torturado por su mente como si de una pesadilla se tratase: asesinatos, insurrecciones y la extraordinaria vida doble de los espías.  Mezclarse con el cadáver de Dimitrios Makropoulos del que, aparentemente, se sabe todo, pero cuya vida, al ser reconstruida, pone al descubierto una historia inquietante y terrible, va a significar que la vida de Latimer se complique.  El escritor Charles Latimer lleva a cabo todo un proceso comparable al proceso creativo de una construcción literaria de ficción aunque en éste caso es una situación real que debe ser resuelta.  Los personajes de la novela huyen de lo utópico.  Son hombres y mujeres de carne y hueso, anti-héroes que se ven envueltos en entresijos y vericuetos de los que es mejor no saber nada.  Son seres vapuleados, golpeados por individuos de los que se debe mantener uno alejado.  Ambler utiliza, con sabiduría e ingenio, sus conocimientos comerciales y su experiencia como ingeniero para dotar así de mayor verosimilitud a su narración.  Nombres tan prestigiosos como los de John Le Carré, Graham Greene o Guillermo Cabrera Infante han reconocido el valor de Ambler y su aportación a la literatura policíaco/detectivesca/espionaje.
Es una obra editada y vuelta a editar por diferentes casas editoriales, es fácil de conseguir, no está agotada.  La primera edición en España la llevó a cabo la editorial Bruguera, en 1979.  Ésta portada pertenece a la primera edición realizada por la editorial Diagonal del Grup 62 en mayo del año 2002, con traducción de Ana Goldar.




Eric Ambler también estuvo relacionado con el Cine, donde colaboró principalmente como guionista y como productor.  Su obra literaria ha visto adaptaciones a la gran pantalla.  La primera vez que una de sus novelas se hizo película fue en 1943, cuando Raoul Wash rueda Background to Danger, basada en la novela de 1937 Uncommon Danger, traducida aquí como Insólito Peligro y en una traducción más reciente como Peligro Extremo.  El guión de la cinta corrió a cargo de W.R. Burnett.




Ese mismo año, 1943, Norman Foster junto a Orson Welles dirigen Estambul, nombre que recibió en español y cuyo original era Journey into Fear (Viaje al Miedo), novela homónima de 1940  traducida y editada en España.  El guión de la película lo escribieron entre Orson Welles, que también actuaba, y el actor principal, Joseph Cotten, adaptando la novela homónima de Ambler.




El año de 1944 fue la fecha de mayor producción hollywoodiense en adaptaciones de novelas amblerianas se refiere.  En ese año, el escritor realiza una de las primeras intervenciones como guionista precisamente coescribiendo con el actor Peter Ustinov la historia de Hacia delante (The Way Ahead).  La dirección fue de Carol Reed.




También del año 1944 es la película Hotel Reserve que aquí se tradujo como Contraespionaje y que era la adaptación de la novela Epitafio para un espía (Epitaph for a Spy) de 1938.  El guión lo escriben a medias entre Eric Ambler y John Davenport y la cinta la realizan tres directores: Lance Comfort, Max Greene Victor Hanbury.



Y así llegamos a la adaptación del libro que hoy ocupa ésta entrada del blog, La máscara de Dimitrios, realizada en 1944 por Jean Negulesco, con guión de Frank Gruber.


        

De nuevo Ambler ejercerá de guionista en una película que no adapta ninguna novela suya, sino que la historia es original de él.  Además, en éste caso que nos ocupa también hará de productor y fue en la cinta de 1947 The October Man, dirigida por Roy Ward Baker.




Escribió más guiones para el Cine.  La lista es considerable.  En 1964, su novela La luz del día (The Light of Day) escrita y editada en 1962, se convirtió en la gran pantalla en Topkapi, película dirigida por Jules Dassin y con guión de Monja Danischewsky adaptando la novela de Ambler.



   
En 1975 se hizo un remake de aquella Journey into Fear (Viaje al Miedo) de 1943.  Con el mismo título original pero con una traducción diferente (aquí se llamó Ruta hacia el pánico) la cinta adaptaba la novela con guión de Trevor Wallace y la dirección de Daniel Mann.



Seguro que, por lo menos, has visto algunas de estas películas y otras con guiones originales de Eric Ambler.  Las adaptaciones, por muy buenas que sean, son una forma de interpretación, de traducir en imágenes las palabras que levantan la arquitectura de una historia a través de las palabras.  Te recomiendo que leas a Ambler y sobre todo su obra La máscara de Dimitrios.  Es curioso, el original, A coffin for Dimitrios, no habla de máscaras sino de Un ataúd para Dimitrios.  Qué más da.  La novela es magnífica y aunque hayas visto la película merece la pena que la leas.  De verdad.




Eric Ambler







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