 |
David Sylvian |
Cíclope 3.0 del martes 3 de junio de 2025. El espacio está dedicado a la última entrega del Especial David Sylvian, la número 13.
Comenzamos donde terminábamos la edición anterior, la del mes de mayo. Entonces escuchábamos un par de cortes del álbum Wandermüde, firmado entre Stephan Mathieu y David Sylvian, un disco instrumental publicado el 18 de diciembre de 2012. Ese mismo año, el 30 de julio, veía la luz Night Within, un disco de 7 cortes firmado a medios entre los músicos norteamericanos Daniel Lea y Matthew Waters bajo el nombre de LAND.
Daniel Lea, compositor e intérprete residente en Los Angeles
Matthew Waters, saxofonista norteamericano relacionado con la vanguardia californiana
En este trabajo colaboraron una serie de músicos entre los que se encuentra David Sylvian, improvisando el texto del tema Nothing Is Happening Everywhere, que es el corte con el que iniciamos esta edición.
Un año después de esta colaboración de nuestro protagonista, Sylvian entrega un adelanto, un Single de un futuro álbum que se quedó en proyecto, porque no se llegó a terminar, y todo quedó en un sencillo de dos canciones.
¿Hasta qué punto puede un artista experimentar plenamente con el sonido de su música sin perder el significado en el proceso? La posibilidad de experimentar con el sonido es ilimitada, aunque el resultado final a veces puede hacer que el concepto original se pierda en la propia obra: el significante se traga al significado. Y viceversa.
David Sylvian comenzó en la música mediada la década de los años 70 capitaneando la banda Japan. Siguió en una constante búsqueda de formas musicales que le ha llevado a cultivar un sonido caleidoscópico, poliédrico, desarrollado a través de diferentes caminos: maneras del Jazz, de la música Pop más sofisticada, vanguardia experimental asequible, elementos con los que ha ido levantando un escenario de horizontes crepusculares, ambiente otoñal, redención de una melancolía que llegaba a un resolución luminosa. Pero llegó un cruce de caminos, una opción en la que tuvo que dotar al vector de su música de una dirección. Fue al principio del nuevo siglo, año 2003. Su notable firmeza en crear música cada vez más vanguardista, aún a riesgo constante de distanciarse de su base de fans, Sylvian abandonó prácticamente el formato Pop convencional de una vez por todas con su obra seminal Blemish, publicada ese año, 2003. Continuó profundizando y aparecerían trabajos como When Loud Weather Buffeted Naoshima en 2007, una composición de Sylvian de larga duración (1 hora, 10 minutos y 21 segundos) pieza para una instalación encargada por la Fundación del Museo de Arte Naoshima Fukutake en la isla de Naoshima, Japón, como parte de la exposición NAOSHIMA STANDARD 2 que se realizó desde octubre de 2006 hasta abril de 2007. El resultado es un paisaje sonoro ambiental atmosférico, un collage de sonidos concretos y encontrados. Nuestro protagonista volvería a elaborar canciones pero no tuvieron nada que ver con lo que había hecho antes. A Blemish, álbum seminal, le seguirían trabajos aún más difíciles de escuchar como Manafon, 2009, Died In The Wool-Manafon Variations, 2011. En el terreno de las colaboraciones en el año 2012 se publicaba el álbum Uncommon Deities, firmado entre Jan Bang y Erik Honoré donde nuestro protagonista interviene como colaborador. Ese mismo año aparecía el álbum que aparece citado al principio de la entrada de hoy, Wandermüde, de Stephan Mathieu y Sylvian. Pocos meses antes colaboró con el proyecto LAND en su Mini-LP Night Within, y tras este looping en el Tiempo, recalamos en aquel Single adelanto de un álbum que no fue, el que se iba a titular Do You Know Me Now?.
Sylvian había llegado a un punto de no retorno. No quedaba rastro de aquel compositor de paisajes sonoros que mostraban la música por dentro. El escalofrío de su voz no prometía el confort de sueños cálidos sino que pedía, exigía una escucha, una audición atenta. Sus oyentes, largamente asentados en sus diseños interiores, se encontraron con que la música de su ídolo se había vuelto inexplicable, rara, fea, ruidosa. Pero Sylvian seguía su camino, inflexible. Le había dado la espalda a la Música Pop y a las grandes discográficas. Junto a su hermano, Steve Jansen, había fundado el sello discográfico Samadhisound. No había que pelear con ninguna productora, no había que buscar a alguien interesado en publicar lo que hacía. Pero parte de la audiencia no aceptó esta línea evolutiva porque lo que querían, lo que quieren es seguir escuchando lo que Sylvian comenzó a hacer después de la existencia de Japan, esa forma de hacer música que mostró a partir de 1984 con la publicación del álbum Brilliant Trees y que siguió desarrollando. Es decir: más de lo mismo. Que todo siga igual. Esto es algo común a otros grupos de admiradores no sólo de la Música, también se da en la Literatura: el perfil de oyentes, de lectores, que siempre buscan lo mismo, compuesto, cantado, escrito, estructurado, con el mismo contenido, las mismas formas, mil y una vez más. Pienso que, para eso en el caso de la música, lo que pueden hacer es tirar de catálogo: tomar los discos anteriores y volverlos a escuchar una y las veces que haga falta. En el caso de la literatura, con volver a leer lo ya leído, tienen bastante. Así que, nuestro protagonista, con la nómina de fans particularmente mermada, ha continuado su camino y así nos encontramos este Single formado por dos composiciones que no tienen nada que ver con la producción que ha venido realizando desde principios del siglo XXI. Do You Know Me Now?/Where Is Your Gravity? poseen una naturaleza más asequible al oído sin comprometer las ideas de su creador en aras de la accesibilidad porque, son composiciones de un perfil armónico frente a otras de los últimos trabajos donde abunda la abstracción y la experimentación, pero no son sencillas y, menos aún, simples. Ambas canciones aquí tienen una identidad distintiva y un fuerte énfasis en el minimalismo, la atmósfera y el lirismo. Para la ejecución de las dos piezas, Sylvian se reúne de músicos con los que ha trabajado en varias ocasiones: Jan Bang, Erik Honoré, Arve Henriksen, Steve Jansen.
Llegamos al año 2014 y Sylvian compone una obra de largo título y también larga duración: There's A Light That Enters Houses With No Other House In Sight (Hay una luz que entra en las casas sin otra casa a la vista), 1 hora 4 minutos y 20 segundos.
Sylvian, además de componer, se encarga de grabar y de tocar una serie de instrumentos. En la labor musical de interpretar instrumentos le acompañan dos amigos y colaboradores
El músico austríaco Christian Fennesz, guitarra eléctrica y ordenador
John Tilbury, pianista inglés
También intervienen dos músicos japoneses que volverán a aparecer como colaboradores poco después
Otomo Yoshide
Toshimaru Nakamura
Sylvian formó junto a Christian Fennesz y Stephan Mathieu el proyecto The Kilowatt Hour.
En el año 2013, el trío actuó en vivo junto al poeta estadounidense Franz Wright (en la foto anterior). Wright, nacido en 1953 y fallecido en 2015 de cáncer de pulmón, fue Premio Pulitzer. Su extensa obra poética incluye el libro Kindertotenwald, cuya traducción podría ser Bosque de niños pequeños, aunque, dado el bien documentado trabajo voluntario de Wright con niños afligidos por el dolor, Niños del Bosque Muerto podría ser una traducción más apropiada. Sobre la relación con el poeta, Sylvian contaba en septiembre del año 2013:
A principios de este año tuve la fortuna de conocer y trabajar con el poeta estadounidense Franz Wright, ganador del premio Pulitzer. Había sido un admirador entusiasta de la obra de Franz durante muchos años, pero con la publicación del volumen Kindertotenwald descubrí que había establecido una conexión muy personal con una colección de poemas en prosa singularmente íntimos. Al leerlo, no tenía ni idea de los giros inesperados que daría mi vida al año siguiente, cuyas ramificaciones encajaban tan profundamente con la obra de Franz (ya había escrito y grabado la canción principal de Died in the Wool y mis interpretaciones de la poesía de Emily Dickinson), ni tenía ni idea de que aproximadamente un año después estaría sentado en un estudio en su ciudad natal, Massachusetts, grabando sus lecturas de ese mismo volumen (Kindertotenwald). A principios de este año 2013, le escribí a Franz con la esperanza de despertar su interés en un posible proyecto, que solo podía describir de forma vaga. Por fortuna, conocía mi obra lo suficiente como para aceptar la idea desde el principio. Desafortunadamente, su salud era muy delicada, pues le habían diagnosticado un cáncer terminal. El cáncer no es un desconocido para Franz, ya lo había enfrentado una vez, una batalla que había ganado contra todo pronóstico, pero aquí estaba de vuelta, acechando, esperando el momento oportuno, un tiempo que Franz no puede permitirse desperdiciar mientras continúa escribiendo con formidable determinación, honestidad, coraje y devoción a su oficio, su musa, documentando sus fluctuantes estados de ánimo, sus percepciones, su intelecto, sus penas, sus amores y su furia sangrienta en estos, sus últimos volúmenes, el último de los cuales es F. Al mismo tiempo que hablaba con Franz, también estaba hablando de una serie de conciertos con Stephan Mathieu y Christian Fennesz. Ahora parece inevitable que estos dos proyectos se hayan unido en lo que actualmente es una breve serie de interpretaciones basada en el esbozo de una composición que preparé en agosto de 2013. La pieza está construida para permitir la libre improvisación de Christian y Stephan, basada en las lecturas de Franz y mis propias construcciones compositivas. Mientras escribo esto, seguimos explorando las posibilidades de la pieza tras nuestra primera actuación en el Festival Punkt de Kristiansand, Noruega, en septiembre de 2013, y Franz sigue al otro lado de la línea hablándome de Jacob, del ángel y de mil cosas más que, la verdad, me han ayudado a sostenerme, al igual que su magnífica voz, que resuena en salas y teatros de Europa.
No podemos escuchar la obra There's A Light That Enters Houses With No Other House In Sight al completo porque dura más que el programa, pero sí al menos un fragmento. De los textos que lee el mismo Wright entresaco dos. Uno dice:
Me costaba dormir. No sé cuánto tiempo estuve allí tumbado, escuchando la ventisca. Tuve la impresión más vívida de que era una ventisca en Minneapolis en 1959. Y esto me pareció perturbador. Sabía que ahora tendría que encender la lámpara, levantarme de la cama e intentar escribir sobre mí. Y, por supuesto, escribiera lo que escribiera, sonaría como algo que se había inventado. Pero al final, decidí quedarme quieto, darme la vuelta y guardarme para mí. Creo que hice lo correcto. Después de todo, solo fue una ventisca en Minneapolis en 1959. ¿Cómo se supone que vas a describir algo como yo? Y, pensándolo bien, ¿por qué deberías intentarlo? ¿Por qué debería importarte?
El fragmento que suena de la obra en el programa incluye éste párrafo:
Lluvia de glicinia. ¿Dónde está tu hija madre? Esta debe ser la última abeja de la Tierra. ¿Así que ya no encuentras grandeza ni misterio aquí? Quizás olvidaste traer algo. Gorriones ambulantes. Vasta nube electrónica de mosquitos en aguas sin viento. Volumen azul noche en un idioma que nadie lee. ¿Ya estamos cansados? ¿Has terminado de debatir con los ciegos que insisten en que la luz no existe y tienes pruebas de ello? Nadie está solo. Dios está solo. Si te gustó nacer, amarás morir.
Del año 2014 pasamos al año siguiente, 2015. Desde los años 90 y principios del siglo XXI, Sylvian está relacionado con la escuela londinense reduccionista de música improvisada, punto de formación de músicos con tendencia a la improvisación libre. Ese año, 2015, en el mes de marzo, nuestro protagonista se reúne con un grupo de músicos amigos:
Jan Bang, compositor y productor noruego
 |
Otomo Yoshihide, un guitarrista experimental de Yokohama que venía de colaborar con nuestro hombre en el trabajo del año anterior |
otro músico que repetía también del álbum anterior, el guitarrista japonés, Toshimaru Nakamura
 |
Por último otro músico japonés, este original de Osaka, Dai Fujikura |
Se reunieron en la antigua escuela de Ny-Hellesund, puerto del municipio de Kristiansand, en el condado de Agder, Noruega. Era el mes de marzo del año 2015 y partiendo de una improvisación grabaron Playing The Schoolhouse, una composición de 15 minutos que se publicaría en octubre de ese año en una tirada limitada a 300 ejemplares.
Por ahora es el último disco que aparece firmado por David Sylvian. Dos años después, en 2017, aparece como invitado en un disco firmado por Rhodri Davies y Mark Wastell. Su nombre y apellido está en medio de los otros dos músicos, indicando una importancia fundamental en el trío que realiza y graba There Is No Love.
Rhodri Davies es un músico y compositor galés. Es arpista y trabaja en el campo de la improvisación libre. Fue uno de los miembros más destacados de la escuela londinense reduccionista de música improvisada, citada hace un momento.
Mark Wastell es un músico inglés de improvisación libre que toca el violonchelo, el contrabajo, instrumentos electrónicos, el tam tam e instrumentos de percusión.Estos dos músicos han colaborado juntos en diferentes proyectos de libre improvisación y, obviamente, desarrollando esa actividad entraron en contacto con David Sylvian quien aceptó inmediatamente cunado le propusieron un proyecto como There Is No Love, una pieza de música de 30 minutos compuesta por Davies y Wastell con Davies en el arpa, vibráfono y efectos de radio, Wastell en una diversidad de instrumentos de percusión y David Sylvian en la instrumentación electrónica, tratamiento de la voz y voz, leyendo fragmentos de la obra In The Solitude Of Cotton Fields, texto original de Bernard-Marie Koltès, (1948 — 1989) dramaturgo, escritor y director teatral francés que aparece en la foto a continuación.
There Is No Love aparecía en 2017 con la portada que aparece unas líneas más arriba. Esa es la versión CD, con carpeta diseñada por Mark Wastell y la creadora Aleksandra Grünholz. Sylvian realizó un diseño distinto para la aparición en vinilo de la obra, y la carpeta del LP quedó así
Nos vamos acercando al final del programa de hoy y nos centramos en los años que llevamos de la década de los 20 del siglo XXI. David Sylvian, estos últimos años, ha trabajado en colaboración con otros músicos como ocurría en 2022 cuando colabora con el trío Twinkle³, es decir, Centelleo elevado al cubo.
Twinkle³ es un proyecto capitaneado por el hombre de la izquierda, Clive Bell, que toca la flauta japonesa shakuhachi (la que toca en la instantánea), la sierra pi y la armónica khene o khaen, original de Laos; a su lado, Dave Ross, manejando sintetizadores modulares, varios instrumentos de viento y cuerda. Por último, Richard Scott, manejando samplers, sintetizadores modulares y electrónica analógica.
En el año 2022, el trío publicaba Upon This Fleeting Dream, un trabajo que abarca poemas y haikus japoneses medievales y del siglo XVI sobre la muerte y la despedida.

Para realizar este curioso viaje interior buscaron dos voces, la de la vocalista japonesa Kazuko Hohki, que ha estado en proyectos japoneses como Frank Chickens o Kahondo Style, donde también ha estado Clive Bell. La otra voz que aparece en este álbum de Twinkle³ es la de David Sylvian, que recita en inglés algunos de los poemas japoneses y haikus medievales. Y sin remedio, llegamos al final de esta edición que también es el final del Especial David Sylvian, hoy con la entrega número 13. Para cerrar vamos a hacer un looping hacia atrás, hacia 1999. Sylvian en 1987 publicaba Secrets Of The Beehive, un trabajo hermoso, muy hermoso, que supuso un punto y aparte en su producción porque tras este disco se dedicó a colaborar con otros músicos pero sin publicar nada bajo su nombre y apellido. Será la época fructífera en la que trabajó junto a Robert Fripp, dando como resultado composiciones de un brillo especial. Trabajó con músicos de estética variada y volvió a grabar y a publicar discos firmados con su nombre y apellido, 12 años después, en 1999, cuando veía la luz Dead Bees On A Cake.

El Tiempo no había pasado en balde y nos reencontrábamos con un Sylvian que había aprendido y mucho a manejar diferentes instrumentos, entre ellos la guitarra, tanto acústica como eléctrica. Esa que ves en las líneas anteriores es la portada del disco de 1999, la misma que se utilizó en 2018, cuando se reedita el álbum pero doble, tanto en formato CD como en LP. El contenido era más amplio que el de la edición de 1999, no porque incluyese las ínclitas Demos o Versiones Alternativas, sino porque recogía canciones que quedaron fuera por falta de erspacio en la primera edición, como sucede con el corte que hemos escogido para cerrar, un tema titulado Cover Me With Flowers, Cúbreme con flores. En los dos últimos años, de Sylvian ha aparecido una reedición en CD de su obra, una Box Set de 10 CDs titulada Do You Know Me Now?, como se tituló aquel Single de 2013 que quiso ser un anticipo de un álbum de nombre idéntico pero que se quedó en la intención. Así que en 2023 vio la luz esta caja con esta portada:
Se vende en la web oficial de Sylvian, donde aparece también la caja The Perfume of Wealth, una edición limitada de 20 fotografías de David Sylvian y Yuka Fujii, fotógrafa, diseñadora, directora de arte y artista, más conocida por el público a través del trabajo en las carpetas de los discos de David Sylvian. La publicación de este trabajo fotográfico se realizó el 23 de febrero de 2024.
Lo más inmediato, musicalmente hablando, que verá la luz de Sylvian será la publicación del álbum Vermilion Hours del pianista y compositor francés Melaine Dalibert, donde nuestro hombre colabora. El disco verá la luz el próximo 27 de este mes de junio.
Cuando nos sea posible, nos haremos con este disco para que puedas escucharlo aquí, en Cíclope 3.0
Espero que te guste el programa.
Enlace:
https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-03-06-25