miércoles, 11 de junio de 2025

Cíclope 3.0 - 10-06-25

 


Escena de la vida doméstica: Bernardo Acebal irrumpe en el gabinete de su esposa, Isabel De Luján, con la intención de llevarse el aparato de radio para escuchar las noticias de Deportes.  Ella, puñal en mano, le asegura que por nada del mundo va a dejar que se lleve su transistor porque va a comenzar, en Radio Tomares, Cíclope 3.0 

Cíclope 3.0 del martes 10 de junio de 2025.  Como tantas otras veces, comenzamos con música de ayer, del pasado más inmediato.  Cuando el Cíclope se pone a buscar material deja que suene música de fondo.  Mientras enredaba buscando datos e iban apareciendo las asociaciones libres de nombres y títulos, de fondo, sonaba esta canción, Yesterday's Men, con la que empezamos hoy, un tema original de la banda inglesa Madness.



  

Inicialmente, fueron conocidos por combinar ritmos de ska con melodías Pop pegadizas y un humor disparatado.  Eso es lo que mostraron al mundo en su álbum debut de 1979.  Desde entonces y hasta hace dos años, Madness se han tomado periodos de descanso, han cambiado de algunos miembros en la banda, y siempre han seguido en activo.  En la locución del programa me equivoco y les doy de existencia hasta mediados de la década de los años 80.  Rectifico:


a mediados de los 80 se produce una pausa en la dinámica del proyecto, que coincide con la aparición del álbum Mad Not Mad, en 1985.  En ese disco se incluye la canción con la que hemos entrado a esta edición de Cíclope 3.0, el corte titulado Yesterday's Men, una composición serena ante el habitual corte festoso de sus canciones.

Ese Hombres de ayer nos sirve para adentrarnos en las páginas de los diarios de algunos hombres y mujeres del pasado con proyección hacia el presente, como por ejemplo, Tom Waits.



    

Waits es un fiel ejemplo de lo que se conoce como espíritu, alma (significantes sin ningún tipo de reminiscencia religiosa) caleidoscópica, por la cantidad inclasificable de influencias.  Porque se pueden enumerar estilos musicales que, semejante a una esponja, fue absorbiendo mientras crecía en San Diego durante los años 50 y principios de los 60.  También estuvo bajo la influencia de la época dorada de la radio fronteriza y estuvo expuesto a todo, desde mariachis y bandas hasta swing, jump blues, R&B, honky tonk, folk y el rock & roll temprano.  Envuelto en la música y en On the Road de Jack Kerouac, aprendió a tocar el piano y la guitarra de forma autodidacta en su adolescencia y comenzó a cantar en la floreciente escena folk de San Diego. También comenzó a escribir sus propias canciones basándose en fragmentos de conversaciones que oía por casualidad. Tras dejar su hogar siendo adolescente aún, Waits emprendió viaje a Los Ángeles, donde vivió en su coche mientras trabajaba como portero en un club nocturno.  Músico, multiinstrumentista, compositor, cantante, actor de Cine...poliédrico, como su cabeza y su ingenio, Tom Waits comenzó a publicar su música en formato de disco en 1973 y desde entonces el arco de su producción llega hasta este siglo XXI.


En el año 2002 veía la luz el álbum Alice, cuyo tema suena inmediatamente después del corte de Madness, para conectar mujeres de ayer con mujeres y hombres de hoy.  



Esa Alice no es otra sino Alice Liddell (1852-1934), la niña de la foto a la izquierda, la que inspiró las obras Alicia en el País de las Maravillas y Alicia a través del espejo de Lewis Carroll.  El álbum que se publicaba el 7 de mayo de 2002 tiene su historia.




Waits
escribió las canciones del disco a medias con Kathleen Brennan, compositora y compañera de vida, su esposa, en la foto de la derecha.









Este ciclo de canciones de amor tuvo el origen en una producción teatral escrita a medios entre Waits y Brennan, que buscaron el apoyo creativo en el autor británico Robert Wilson (foto de la izquierda).


El espectáculo se representó en Europa durante un tiempo y las 15 canciones de la producción permanecieron sin grabar hasta que vieron la luz el 7 de mayo de 2002.  La instrumentación es diferente a la utilizada en discos anteriores porque aquí hace uso de una pequeña orquesta de cámara, marimbas, piano, órgano, instrumentos de viento y la ausencia completa de guitarras, algo particularmente llamativo porque, la guitarra, es el instrumento que, en la obra de Tom Waits, ha desempeñado un papel muy importante.  Sobre todo si te fijas en la fecha de 1985, cuando se editó su álbum Rain Dogs, un disco en el que participó por primera vez Marc Ribot, guitarrista estadounidense, que abrió puertas y ventanas en el campo creativo de Waits.  


Vamos a entrar
en la música del guitarrista de Newark, New Jersey, Estados Unidos, Marc Ribot, y para ello lo hacemos a través de la primera intervención que llevó a cabo con Waits, en el álbum Rain Dogs y en el tema que le da título al disco.



Hoy tenemos un programa con afluencia de novedades, discos nuevos de nombres conocidos como es el caso de Ribot.  El 23 de mayo pasado veía la luz su último trabajo, un álbum de corte intimista que se llama Map of a Blue City.



   
Siendo Ribot un padre joven, su hija, obviamente una niña entonces, dibujó un mapa de una ciudad en un azul intenso.  El padre elogió el mapa azul que había pintado la hija, pero ella le corrigió: no es un mapa azul, sino el mapa de una ciudad azul.  Esa distinción se le quedó grabada y con el tiempo inspiró una curiosa canción titulada así, Mapa de una Ciudad Azul, que es precisamente la que acaba de sonar, la que le da título a este último álbum de nuestro protagonista, una obra en la que reflexiona sobre lo que significa estar perdido, la confusión y el miedo. Instrumentación variada: violonchelo, viola, violín, guitarra bajo, batería, órgano, acordeón, flauta, saxofón…instrumentos que suenan pero no a la vez en las composiciones, no al menos como norma porque tan solo en una ocasión hay un tema en el que sí lo hacen.  En los demás casos impera la austeridad para ilustrar historias con nombre de mujer, historias de callejones sin salida y de búsqueda como esta otra que suena: Say My NameDi mi nombre, una especie de amuleto para defenderse del aislamiento en un mundo que no ha dejado de tener las mismas carencias por muy antiguas que sean.
Ahora, de la intimidad electro-acústica de Marc Ribot, a otra intimidad, la que da el laboratorio musical.  Sonidos electrónicos en las manos de dos creadores, Mark Pritchard y Thom Yorke.




Probablemente el más conocido de los dos es Thom Yorke, esencia de Radiohead y motor de proyectos como The Smile, entre otras actividades.
Delante de él, en la foto, Mark Pritchard.  
Pritchard, original de Yeovil, Somerset, Inglaterra, es uno de esos músicos que desde su infancia han estado rodeados, bañados y alimentados por un arco iris de música: colores variados, estilos diferentes y multiformes.  Ha estado y sigue perteneciendo a proyectos tan distintos como variados.  Y siempre, siempre, rodeado de instrumentos de electrónica a los que les ha dado un uso de investigación.  Curioso por naturaleza, se ha puesto al frente de instrumentos de teclado y ha buscado ser él quien defina en formato de música lo que se le ocurría, lo que compone.  Su labor como productor llega a ser tan fructífera como su trabajo como compositor e intérprete.  Está afincado en Australia, en la capital, Sydney.  Siendo un investigador del mundo de la electrónica en su variedad más amplia, lógicamente coincidió con Thom Yorke en alguna ocasión.  Su primera colaboración juntos data del año 2016, cuando Pritchard decide no utilizar ningún seudónimo y firmar sus trabajos con su nombre y apellido.  Es cuando aparece el álbum Under The Sun.  El mismo año, un poco después, vería la luz Under The Sun Expanded Vol. 1, donde Thom Yorke interviene en un corte manejando sintetizadores.  El disco lo grababa, escribía y producía el mismo Pritchard.
Bajo el arco de la pandemia del COVID-19, se fue gestando una colaboración más estrecha entre los dos músicos, una colaboración más allá de la aparición de uno de ellos en una composición del otro.  Así comenzó a adoptar una forma concreta lo que se conocería como Tall Tales, un álbum que se publicaría el pasado mes de mayo, en concreto el día 9.
  


  
  
Tall Tales está compuesto por ambos, Pritchard y Yorke.  Lo hacen muy bien y saben desenvolverse entre los sonidos experimentales de sus composiciones abstractas.  Lo que escuchamos de esta doble colaboración es un tema de este álbum, una composición extensa titulada A Fake in a Faker's World.
Ya que el binomio Pritchard/Yorke nos han dejado paisajes electrónicos, vamos a continuar con ese decorado en un ambiente novedoso.  Comenzaron en 1996 y a fecha de hoy han grabado y publicado 11 álbumes.  El último veía la luz el 23 del pasado mes de mayo con el título Escape The Chaos.  Lo firma, Morcheeba.







El proyecto se formó en 1995, cuando los hermanos Godfrey, Ross (izquierda) y Paul (obviamente, a la derecha), se reúnen en una fiesta con Skye Edwards.  Así comenzaría la historia del trío que pasaría por diferentes metamorfosis: Edwards abandonaría el seno del grupo, cambio de vocalista durante un tiempo, Edwards que volvería para alejarse poco después...y los hermanos también emigrarían para volver más tarde, como las golondrinas del Capistrano a las que le cantó Pat Boone allá por 1957.  Bueno, sin salirnos de lo que estábamos hablando: que Morcheeba han vuelto pero de trío se ha quedado en dúo.



  
Ahora son Skye Edwards y Ross Godfrey.  De ese último disco extraemos dos temas: Las cabezas más frías y Llamada al amor.  La voz es de Edwards, las guitarras, los teclados y algunos instrumentos más, corren a cargo de Ross Godfrey, que se encarga también de la producción.  La primera edición prensada en vinilo tiene un efecto mariposa.  Ha sido de venta exclusiva de la tienda web del grupo y de la tienda Fnac en Francia.
Estamos en la recta final de esta edición de Cíclope 3.0 y no dejamos la música electrónica aunque al sonido de teclados y otros elementos se les van a sumar otras líneas como algunas formas, esquemas del Post-Punk.  Vamos a escuchar un par de cortes de una banda que maneja el anonimato como tarjeta de presentación.  Son ingleses y responden al nombre de Snapped Ankles.




El nombre es bastante peculiar: Tobillos rotos.  Lo de permanecer en el anonimato, bueno, no es una gran originalidad, es algo que se ha hecho en la Historia del Rock en alguna que otra ocasión, por ejemplo, fue algo que se sumó a la popularidad de The Residents.  Lo fundamental de estos Snapped Ankles es la música que hacen.  
El proyecto se formó en el año 2011, cuando los cuatro miembros originales comienzan a tocar una música sin líneas ni estilo definido.  Empezaran a tocar entre las actuaciones de otros artistas y durante las fiestas que organizaban amigos comunes de los miembros de la banda.  Con el tiempo, el estilo comenzó a surgir de forma natural, incorporando sintetizadores y producción experimental a sus canciones.  Entre los años 2011 y 2016, graban una serie de sencillos que van apareciendo en ediciones propias hasta que, en 2017, una independiente británica como The Leaf Label (conocida como Leaf) se fija en ellos y le publican su primer larga duración.

La casa discográfica Leaf era propiedad de Tony Morley, que la dirigía desde 1995.  Tenía conocimiento de la industria fonográfica porque antes de todo eso, Morley había sido jefe de prensa de la 4AD.





Con su primer disco, Snapped Ankles ponen en marcha todo un arsenal estético y musical.  Siguieron siendo cuatro miembros, tal y como fueron antes de ser fichados por el sello Leaf.  Aseguran que siguen siendo los miembros originales que se unieron allá por el año 2011.  La estética fue y es la de aparecer en el escenario o en entrevistas vestidos con lo que se conoce como trajes ghillie, la indumentaria que utilizan en el ejército para que los soldados aparezcan mimetizados con el medio: trajes de camuflaje, con hierbajos, para poder pasar desapercibidos, es decir, esto


 
  
Una instantánea de una actuación del grupo se los ve vestido de esa guisa.




En esta ocasión la foto recoge a tres miembros solo, el cuarto no entró en el encuadre.  Lo primero que volcaron Snapped Ankles en su álbum de debut fue todo el crisol de influencias que manejaban: Krautrock, Post-Punk, el ruido de Lightning Bolt, Fela Kuti, la Morris Dancing tradicional inglesa y textos nórdicos antiguos.  Así prensaron su álbum de debut titulado Come Play The Trees donde unen, en una composición, las figuras de Johnny Guitar y Gösta Berling,

dos personajes debidos él a la pluma del escritor norteamericano Roy Chanslor (1899-1964) en la foto de la derecha, y su novela Johnny Guitar, de 1954, que ese mismo año fue adaptada al Cine por Nicholas Ray.

El personaje de Gösta Berling sacado de la novela La saga de Gösta Berling, de 1891, de la escritora sueca Selma Lagerlöf, la primera mujer que recibió el Premio Nobel en la categoría de Literatura, en 1909.
Estas dos figuras de ficción son las que intervienen en la composición Jonny Guitar Calling Gosta Berlin, uno de los cortes del primer álbum del grupo Tobillos rotos.
Cerramos esta edición de Cíclope 3.0 con ellos y su nuevo trabajo, Hard Times Furious Dancing.



 
   
El disco aparecía el 28 de marzo pasado y es el cuarto larga duración en la discografía de este grupo británico que continúan siendo fieles a su puesta en escena como a su forma de entender la música.  Con Personal Responsibilities, un tema de este trabajo, nos despedimos hasta la semana que viene.
Espero que te guste el programa.

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