miércoles, 12 de marzo de 2025

Cíclope 3.0 - 11-03-25




Cíclope 3.0 del martes 11 de marzo de 2025.  Cuando escuches esta edición te darás cuenta que hoy no suenan muchas novedades en el programa y que la música se refiere a un tiempo pasado no lejano.  Y todo porque el Cíclope se centra en la figura de un músico fallecido hace muy poco, Jamie Muir (1942-2025), que fue percusionista en la formación de King Crimson de 1972/1973 y que participó en la grabación del álbum Larks Tongues In Aspic de 1973.  Llevamos tres meses de este año 2025 particularmente tristes por las noticias necrológicas referidas al mundo de la música: se nos han ido, entre otras figuras, Roberta Flack, Marianne Faithfull, Paquita la del Barrio, Rick Buckler, que fue batería de The JamGarth Hudson, de The Band, Sam Moore, del dúo Sam and Dave...  En definitiva, cierre del proceso de la Vida, con la que nos quedamos.  Llegaremos a Jamie Muir, que está en los minutos centrales de los 60 que dura Cíclope 3.0, por ahora vamos a empezar y lo hacemos con un superviviente del exceso, un hombre nacido en 1947 en Muskegon, Michigan, bautizado con el nombre y apellido de James Newell Osterberg y que llega a ser reconocido en el mundo por su alias artístico: Iggy Pop.


La génesis de su interés por la música tiene dos focos: el Rock & Roll y los ruidos no musicales, monótonos y mecánicos.  Del Rock and Roll le llama la atención el Blues, que descubre a través de los Rolling Stones; de los ruidos mecánicos, machacones, que lo dejaban hipnotizado, le llamaban la atención el sonido de la máquina de afeitar de su padre y las plantas de ensamblaje de automóviles en los alrededores y en el área metropolitana de Detroit.  Como instrumento escogió la batería.  Todo comenzó cuando forma su primera banda, The Iguanas.  Era el principio de los años 60.  Con la misma rapidez que forma a las Iguanas desmonta el proyecto y forma otro, Prime Movers, bajo la influencia directa de los Rolling Stones.  Había terminado los estudios en la Escuela Secundaria, era 1964/65, ensaya un futuro incierto en la Universidad de Michigan pero le absorbe el interés figuras como Lou Reed y The Velvet Underground y Jim Morrison y The Doors.  Lo suyo es la música y le da carpetazo a su expediente universitario para buscar músicos que compartieran su visión musical, un crisol primigenio de sexualidad, agresivo, machacón, con aquellos ruidos caseros e industriales como referencias ocultas.  Busca y encuentra: era 1967 y coincide con un viejo conocido de sus días de escuela secundaria, el guitarrista Ron Asheton, que le presenta a su hermano, el batería Scott.  Bebiendo cervezas y chupitos de whisky conocen al guitarra bajo Dave Alexander y entre risas y exageraciones se forma el proyecto The Psychedelic Stooges.  Experimentando con instrumentos no tradicionales como bidones de aceite vacíos, aspiradoras y otros objetos, mezclados con sus respectivos instrumentos, tras cierto tiempo consiguieron cuajar el sonido de la banda que encajó perfectamente con otras bandas de Detroit de alta energía como MC5.  El nombre del nuevo grupo se va convirtiendo en una atracción local, sobre todo por la imagen de la banda, focalizada en la figura de su cantante, un hombre que se transformaba en el escenario, que se retorcía poseído ante el público al que se enfrentaba en cada actuación cada noche, y que se ponía tan frenético que al final de la actuación sangraba por varios rasguños y cortes.  Esa fue la época en la que el grupo acortó su nombre: de The Psychedelic Stooges pasó a The Stooges y Osterberg cambió su nombre artístico a Iggy Pop.  

Stooges sería otra historia, en Cíclope 3.0 nos quedamos ahora con Iggy, recuperando un LP suyo aparecido en 1988 y que responde al título de Instinct y con el cual iniciamos esta edición.


No fue excesivamente bien recibido este disco de la Iguana.  Mejor dicho: no fue nada bien recibido.

En 1986 había lanzado un álbum eminentemente Pop titulado Blah-Blah-Blah.  La audiencia y la crítica dijeron: Bueno, vale.  Pero con este Instinct no dejaron pasar ni una.  Aunque en la guitarra estuviera Steve Jones, cofundador de Sex Pistols; aunque de la producción se encargara un todo-terreno como Bill Laswell.  Dio igual.  El aire rockero del trabajo, esas formas que no llegaban a ser puramente Hard Rock, ni siquiera un irreverente Punk...ná, que no.  Pues al Cíclope no es que le parezca una obra singular pero encuentra cierto atractivo correoso en cortes como el que escoge para empezar el programa, el tema Lowdown con una guitarra sugerente por parte de Jones.


De 1988 saltamos al pasado de Iggy, a 1977 cuando, con 30 años, graba The Idiot.

Con The Stooges firmó el LP homónimo de 1969, Fun House en 1970 y Raw Power en 1973.  Este último aparecía firmado por Iggy Pop and The Stooges.  Esta trilogía asentó las tierras que delimitaron el horizonte que se abrió en diferentes campos del Rock Duro y del Punk.  En los paisajes del valle entre 1974 y 1976, se levanta la estructura del futuro de Iggy: pasó una temporada en un hospital psiquiátrico escogida por él mismo, y cuando salió lo hizo más sereno, más calmado.  


Un fan acérrimo de sus formas, sus maneras, su música, fue nada más y nada menos que David Bowie.  En 1977 Iggy lanzó dos álbumes.  El primero lo hizo el 18 de marzo de 1977 con el título The Idiot, estaba grabado y producido por el Duque Blanco, que se encargó también de escribir la música de todos los cortes y de tocar el saxo.  De las letras se encargó Pop.  El segundo álbum de ese año 1977 fue Lust For Life, aparecido el 29 de agosto, de nuevo con Bowie como principal colaborador: graba el disco, toca el piano, escribe la música de las canciones, organiza la banda de músicos que tocan capitaneados por la guitarra de Carlos Alomar, igual que en el disco anterior.  Pero en esta ocasión el productor será Bewlay Bros.  De los dos trabajos nos quedamos con un corte del LP The Idiot, Tiny Girls, que cuenta con David Bowie soplando en el saxo.

No nos movemos del año 1977 ni abandonamos a David Bowie.  Ese año es el comienzo de un período vital para el Duque Blanco ya que se asienta durante un tiempo en Alemania, en concreto en Berlín, para asistir a una clínica de desintoxicación de su adicción a la cocaína.  Ese período alemán ocupa una amplia actividad creativa ya que le graba los dos discos a Iggy Pop en los estudios Château d'Hérouville Musicland, de Múnich.  Y por supuesto él publica la conocida como Trilogía de Berlín, tres LPs firmados en 1977 (los dos primeros, Low  y Heroes) y el tercero en 1979, Lodger.


Los dos primeros álbumes de la trilogía son los que cuentan con un trabajo más directo de Brian Eno, que se encarga de realizar los arreglos y sobre todo las mezclas finales.  Estará también en los teclados, pondrá la voz de coro donde se le solicite, compondrá algunos cortes a medias con Bowie y será el copartícipe al que pedir opinión.  Los LPs Low  y Heroes presentan la misma estructura: Cara A, canciones con letra, música y voz; Cara B, canciones instrumentales.  Del primero de los tres nos vamos a quedar con un tema instrumental, el corte dedicado a Varsovia, la capital de Polonia, con un Brian Eno pletórico en los teclados y la voz de Bowie enredando una ecolalia.

Como he indicado antes, Eno no solo maneja los sintetizadores y teclados en general sino que también hace voces de coro en temas como Sound and Vision, donde participa también la esposa del productor Tony Visconti, Mary Visconti.  Cuando buscaba información sobre esta mujer para saber si era esposa o hermana del famoso productor, me encontré con una grata sorpresa: Mary Visconti, de soltera, se llamaba Mary Hopkin, que no es otra que la cantante galesa que, en 1968, gozó de un éxito clamoroso gracias a aquella canción titulada Those Were The Days, traducida aquí como Qué tiempo tan feliz.


Con una voz con registro de soprano, esta mujer de la foto a la derecha es Mary Hopkin.  Cantante folk, saltó a la fama por la adaptación de un tema popular ruso, Camino Largo, que adaptó al inglés el cantautor estadounidense Gene RaskinRaskin formó un dúo con su mujer a principios de los años 60 que se llamó Gene and Francesca, interpretando la canción que data de principios del siglo XX.





Grabada por la estrella rusa de cabaret Alexander Vertinsky (a la izquierda)


 

y los cantantes gitanos Rada y Nikolai Volshaninov (a la derecha) 



la canción alcanzó reconocimiento internacional cuando fue interpretada por Maria Schell en la adaptación cinematográfica que realizó Richard Brooks en 1958 de la novela Los Hermanos Karamazov de Fiódor Dostoyevski.  


Fue la modelo británica Twiggy (foto de la izquierda), la que le habló a Paul McCartney de una mujer joven que se llamaba Mary Hopkin que tenía una voz espléndida.  El sello propiedad de los Beatles, Apple Music, estaba recién nacido y McCartney buscaba talentos musicales para apoyarlos y para que formaran parte del ínclito sello.  Fue en 1966 cuando el Beatle asistió a un Festival de Música Folk en Londres.  Entre los que formaban el cartel estaban Gene and Francesca, interpretando la famosa canción tradicional rusa a la que Gene le había cambiado la letra al inglés.  Cuando McCartney conoce a Hopkin en 1967, Those Were The Days encontró la vía de salida para convertirse en un éxito comercial internacional.  Y por recuperar música que el Cíclope encuentra en el Prisma del Tiempo, vamos a escuchar ese tema que aparecía en el álbum Post Card, el disco que McCartney le produjo a Mary Hopkin en el que incluye un segundo single escrito por él para ella, el titulado Goodbye.


Lanzamos un boomerang hacia atrás en el Tiempo.  Nos vamos siguiéndole la pista a esa modelo apodada Twiggy cuyo nombre real es Leslie Lawson.  Le seguimos el rastro porque queremos recuperar la figura de David Bowie y una manera posible es buscando las fotos de las carpetas de sus discos.  Hay una foto en la que aparecen la modelo y el músico, la foto que ilustra la portada del disco de versiones Pinups de 1973.



  

Foto original de 

Justin De Villeneuve 

 








Las fotos traseras de la carpeta son originales del fotógrafo británico Michael David Rock, conocido popularmente como 

Mick Rock 



Sí, volvemos al Duque Blanco porque vamos siguiendo la pista para conectar con Jamie Muir y tenemos un hilo perfecto del que jalar para encontrar el ovillo.  Ese hilo es una guitarra en manos de Robert Fripp.



Enero de 1977, aparece el primer LP de la Trilogía de Berlín, Low; octubre de 1977, el segundo disco, Heroes.  Coinciden con Bowie dos músicos de talla: Robert Fripp (en la foto, el primero por la izquierda) y Brian Eno (a la derecha, en la foto).  En el centro, Bowie.  Casi todos los cortes están compuestos por el Duque Blanco, en letra y en música, excepto dos cortes instrumentales de la cara B del LP, cofirmados entre Bowie y Eno.  Otro, el que cierra dicha cara B, que no es instrumental sino con letra, escrita por Bowie y la música, creada por Eno, Carlos Alomar Bowie.  Si el Cíclope recupera este disco es por la canción que le da título al trabajo, Heroes, con letra del Duque y música de Eno.  La guitarra es la de Robert Fripp, sonando con una circularidad que recuerda un mantra tipo a los que hacía John Cale con su viola en los principios de la Velvet Underground.

Y así llegamos donde nos habíamos propuesto, al hecho, triste, del fallecimiento de Jamie Muir, algo que es ley de Vida, pero que no por ello deja de resultar triste.

Con la guitarra de Fripp nos metemos en la Corte del Rey Carmesí para hablar de este percusionista, Jamie Muir.


Nacía el 30 de noviembre de 1942 fallecía el pasado 17 de febrero de este año 2025 en Cornualles, Reino Unido.  Tenía 82 años.  

Su labor como músico comenzó tras su expulsión de la Escuela de Arte de Edimburgo en 1966.  Había estado tocando en bandas de jazz locales, donde empezó tocando el trombón, instrumento que dejó a un lado para empezar a tocar la batería.  Por aquel tiempo, 1966/67, formó parte de un grupo con base en Edimburgo llamado The Assassination Weapon, en el que no solo tocaba la percusión, sino que también supervisaba el espectáculo de luces psicodélicas.  Después de mudarse a Londres alrededor de 1968, comenzó a tocar con la exploratoria Music Improvisation Company junto a John Stevens (1940-1994), batería inglés de Jazz, Evan Parker, saxofonista británico, especialista en improvisación libre, Derek Bailey (1930-2005), uno de los guitarristas ingleses más experimentales e influyentes del mundo del Jazz, Gavin Bryars, compositor y contrabajista inglés que ha participado activamente y producido obras en diversos estilos musicales, como el Jazz, la improvisación libre, el minimalismo, la música experimental, Hugh Davies (1943-2005), el primer compositor del Reino Unido en interpretar música electrónica en vivo, reconocido por crear instrumentos electroacústicos únicos hechos por él mismo, y John Tilbury, pianista británico, todos figuras muy respetadas de la escena de vanguardia musical.  Muir aparece en el álbum de ECM Records, The Music Improvisation Company, publicado en 1970.  Además hizo una breve colaboración en Battered Ornaments del poeta, letrista y productor inglés Pete Brown (1940-2023), colaborador de Jack Bruce.  Ayudó a formar el grupo Boris, también colaboró en el ambiente más convencional de Jazz-Rock en Sunship junto al exsaxofonista de Soft Machine, Lyn Dobson.  Trabajó con el futuro teclista de National Health, Alan Gowen, con quien había tocado en el grupo de Afro-Rock Assegai en 1971.  También había trabajado con el guitarrista del Sonido Canterbury, Allan Holdsworth.  Lamentablemente, no se conocen grabaciones de Boris ni de los proyectos citados después.  Existen grupos actuales con nombres que coinciden pero no son aquellos en los que estuvo Muir.  Hay un grupo japonés llamado Boris, pero no tiene nada que ver.

Nos situamos al principio de los años 70.  King Crimson, en 1972, tenía un legado formado por cinco LPs: In the Court of the Crimson King - 1969, In the Wake of Poseidon - 1970, Lizard - 1970, Islands - 1971 y Earthbound - 1972.  Todo parecía indicar que ese LP de 1972 era el testamento sonoro de una banda singular.  Por cierto, vaya pestiño de testamento sonoro.  Algunos bootlegs llegan a sonar mejor que este vinilo.  Es una de las grabaciones de sonido en vivo más paupérrimas que se pueden escuchar.  Schizoid Man y Groon se grabaron en Wilmington, Delaware, el 11 de febrero de 1972; Peoria en Peoria, el 10 de marzo de 1972; The Sailors Tale en Jacksonville, Florida, el 26 de febrero de 1972; por último Earthbound en Orlando, Florida, el 27 de febrero de 1972.  Las grabaciones se realizaron en directo con un cassette estéreo Ampex alimentado desde una mesa de mezclas Kelsey Morris, construida a medida y operada por John Robson y Hunter Macdonald en Schizoid Man y Groon.  Hunter Macdonald en los otros temas: en Jacksonville, bajo la lluvia, desde la parte trasera de una camioneta Volkswagen.  Pues esto parecía el final del Rey Carmesí.  Por fortuna, no fue así.  Earthbound veía la luz en junio de 1972.  Un mes más tarde, en julio, Robert Fripp comunicaba la nueva formación de King Crimson que reunía al exbatería de Yes, Bill Bruford, el exmiembro de Family, John Wetton, en la guitarra bajo y voz, David Cross en el violín y el mellotrón y Jamie Muir en la percusión.  

El sucesor de Pete Sinfield como letrista fue Richard Palmer-James, que de otro modo habría sido invisible en la formación.  Este grupo grabó su álbum debut, Larks' Tongues in Aspic, y dio su primer concierto en Frankfurt en octubre de 1972.  Jamie Muir ya no estaba en la formación a principios de 1973.  Pero, ¿cómo entró Muir en el proyecto reformado de King Crimson?  Fue el periodista de Melody Maker, Richard Williams, quien sugirió a Fripp que llamara a Muir para la nueva encarnación de King Crimson.  Lo había visto tocar en vivo en el grupo Boris.  Tras una cita previa por teléfono, Fripp se presentó en el estudio donde ensayaba Muir: una habitación con las ventanas y paredes tapadas con colchones para amortiguar el sonido.  La conexión entre ambos músicos fue de una vitalidad extraordinaria.  En aquel entonces, Muir ya le daba un toque teatral a su actuación al usar objetos encontrados en los contenedores de basura, instrumentos fabricados por él mismo,  utilizando todo el espacio del escenario (incluidos los altavoces, amplificadores) como zona por donde trepar.  Usaba cápsulas de sangre artificial que guardaba en la boca y en los momentos más frenéticos de la música interpretaba papeles teatrales de la transformación de un hombre lobo, o acompañaba sus gestos de palabras ininteligibles.  Eso lo repitió con Fripp y compañía entre los meses de noviembre y diciembre de 1972, en la gira de King Crimson por el Reino Unido, engrasando la maquinaria de la nueva formación en escena, interpretando material anterior.

Antes de unirse al nuevo proyecto de la Corte del Rey Escarlata, Muir había leído el libro Autobiografía de un yogui de Paramhansa Yogananda, una obra que le descubrió y desarrolló su vocación espiritual.  Fue en aquellos días del nuevo reinado de la Corte cuando supo que debía dejarlo todo, especialmente el grupo, pero fue consciente de que su marcha se debía de producir una vez hubiera cumplido con su compromiso, es decir, una vez se hubiera grabado el disco.  Comunicó a EG Management Ltd. su deseo de marcharse al final de las próximas fechas de marzo y abril de 1973, y fueron los directivos del sello discográfico los que le aconsejaron que se marchara de inmediato.  Muir lamentaría más tarde no haber explicado su decisión al resto del proyecto.  Su marcha la justificaron los del sello discográfico argumentando que su ausencia se debía a una lesión sufrida en el escenario durante el primero de dos conciertos en el Marquee Club en febrero.  Nadie le sustituyó en King Crimson.

Dejando atrás Londres y la escena musical, se mudó al Monasterio budista de Samye Ling, cerca de Eskdalemuir, en el sur de Escocia, para seguir una vida ascética, dedicando su tiempo a la pintura.  Por una extraña coincidencia, este era el mismo monasterio al que asistía Fergus Hall, quien años después crearía la portada de The Young Persons’ Guide to King Crimson y The Compact King Crimson.

Muir regresó a Londres y a la escena musical improvisada a principios de los años 80, lanzando Dart Drug con el guitarrista Derek Bailey y retomando también la pintura. Aunque volvería esporádicamente a la música, colaborando con Michael Giles y David Cunningham para grabar la banda sonora de la película Ghost Dance, estrenada en 1996, Muir se concentró cada vez más el arte de la pintura y en los últimos años comenzó a explorar el arte digital como otra forma de expresión.

La noticia de su muerte la dio Bill Bruford en su página de Facebook.  Transcribo la nota al completo:

"Tuvo un efecto volcánico en mí, tanto profesional como personalmente, durante el breve tiempo que estuvimos juntos hace muchos años, un efecto que aún recuerdo medio siglo después.  Lamento que perdiéramos el contacto, pero su partida de nuestra relación laboral fue tan repentina e inesperada que casi asumí que no quería saber nada más de mí y de mis colegas de King Crimson.  Era un hombre encantador y artístico, con una dulzura infantil. Probablemente tenía un lado oscuro. Se vislumbraba cuando subía a los altavoces con una chaqueta de piel de lobo, con sangre (de una cápsula de sangre artificial) manándole de la boca.  Una noche lluviosa de jueves en Preston, Lancs, se subió a una torre de amplificadores para lanzar cadenas al aire por el escenario.  Una estuvo a punto de darle a Robert Fripp.  Pregúntele cuando lo vea (risas).  Sus conversaciones con Jon Anderson en la fiesta de mi boda en 1973, en palabras de Jon, «le cambiaron la vida».  Jamie también cambió la mía.  Considero un privilegio haber conocido y disfrutado de la compañía de un hombre de una energía tan discreta, aunque fuera brevemente.  Me pareció una de esas personas de las que se podría decir con sinceridad que era una persona maravillosa.  Lo echaremos mucho de menos. Adiós, Jamie".

Una vez se hizo oficial la nueva formación de King Crimson y se escuchó el álbum Larks' Tongues In Aspic, un periodista le preguntó a Jamie Muir cómo se sentía al pertenecer a un proyecto como ese.  La respuesta, dada con una sonrisa amplia y sincera, fue: Genial.  Al preguntarle cómo definiría qué era King Crimson, Muir respondió: Larks' Tongues In Aspic, eso es King Crimson.



De izquierda a derecha, Jamie Muir, Robert Fripp, David Cross y Bill Bruford.  Únicamente falta John Wetton, que estaría en el servicio orinando.
(Foto de Barrie Wentzell)






En la foto anterior Jamie Muir, poco antes de fallecer, con 82 años, sin perder la sonrisa.
Y para recordarle, lo mejor es escuchar un corte de aquel Larks' Tongues In Aspic, un tema que comienza con sonidos, ruidos, manejados por él: Exiles.



Y para escucharle más activo, el Cíclope recupera el disco The Many Faces Of King Crimson

un trabajo triple editado en 2016 que reúne alguna que otra rareza relacionada con la familia King Crimson, por ejemplo esta que recupera el Cíclope, una pieza, Cascade, interpretada por Jamie Muir, Michael Giles y David Cunnigham, los tres manejando instrumentos de percusión.  Este corte nos sirve para reconectar con 
Larks' Tongues In Aspic y en concreto el tema que se titula de forma homónima, en su parte # 1.  La entrada del corte en cuestión, resuelta fundamentalmente por Muir, suena muy cercana, paralela a ese tema Cascade que ha sonado.  La entrada de Larks' ... dura 3 minutos y 3 segundos.
Rozando el final de esta edición de Cíclope 3.0 continuamos con la familia King Crimson.  Antes de que apareciera el primer LP del Rey Carmesí, Robert Fripp formó un trío con los hermanos Giles, Michael batería y Peter guitarra bajo y voz.  Se llamaron sencillamente Giles, Giles and Fripp y grabaron dos LPs en 1968: The Cheerful Insanity Of Giles, Giles And Fripp y The Brondesbury Tapes.  El primero vio la luz en el 68, el segundo se quedó en un cajón y se editó en 2001.


  
   
Algo psicodélicos, sobre todo dispuestos a pasárselo bien, hemos entresacado un corte de este segundo trabajo y es en concreto el tema Why Don't You Just Drop In? que por cierto está dividido en dos partes.  Escuchamos la primera porque no nos da tiempo a escuchar la segunda.
Aprovechando que estamos alrededor de la figura de Fripp vamos a cerrar el programa con un grupo protegido por él, un trío que responde al nombre de The Roches.



Famosas por sus exuberantes armonías, canciones extravagantes e impresionante rango estilístico, las tres hermanas Roche, Maggie, Terre y Suzzy, se encuentran entre las artistas más entrañables de la música folk contemporánea.  The Roches comenzaron a cantar juntas mientras crecían en Nueva York a finales de los años 50 y principios de los 60, tomando las calles de la ciudad cada temporada navideña para deleitar a los transeúntes con villancicos.  Sobre 1970 conocieron a Paul Simon que las reclutó para hacer coros en su álbum de 1973, 
There Goes Rhymin' Simon.  Por aquel tiempo no funcionaban como un grupo, tan solo Maggie y Terre eran las que intervenían como voces de coro o como voces invitadas.  Suzzy se sumaba en las sesiones navideñas de villancicos.  Simon ayudó a las hermanas para que se metieran en el mundo de la música y les consiguió un contrato con el sello Columbia para grabar un LP, Seductive Reasoning, que aparecía en 1975, firmado tan solo por Maggie Terre.  Este álbum se toma como el debut de The Roches pero no es cierto.  Fue una especie de compas de espera.  El auténtico debut se llevó a cabo en 1979 cuando Warner Bros. decide grabarles un disco y aparece Robert Fripp, que se deshace en elogios hacia el trío, elogiando sus exquisitas armonías y las voces, el registro agudo etéreo de Terre, las notas graves casi barítonas de Maggie y las acrobacias de rango medio de Suzzy.  Un segundo LP, editado en 1982, reunió a miembros de King Crimson como el guitarra Tony Levin, Bill Bruford en la percusión y Robert Fripp en la guitarra y producción.

El primer LP de The Roches como trío, el que se llama como el grupo, aparecía en 1979, con la producción de Fripp y la colaboración de su guitarra con el característico sonido de su guitarra Gibson.  Con Hammond Song, original de Maggie Roche, terminamos por hoy.
Espero que te guste el programa.





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