David Sylvian en 1999 |
Cíclope 3.0 del martes 3 de diciembre de 2024, edición dedicada a la séptima entrega del Especial David Sylvian.
El programa de hoy está ilustrado por un sólo disco, el que se publicaba el 30 de marzo de 1999 firmado por nuestro protagonista, con su nombre y apellido, y que responde al título de Dead Bees On A Cake.
Sylvian no publicaba un disco firmado con su nombre y apellido desde 1987, cuando veía la luz el disco cuya portada se reproduce a la izquierda, Secrets of the Beehive. No estuvo solo para la realización del álbum. Contó, como es habitual en sus grabaciones, con un elenco de colaboradores extraordinarios por la calidad de cada uno entre los que destacaba Ryuichi Sakamoto, por trabajar estrechamente con Sylvian para perfilar y hacer posible un trabajo tan hermoso. Desde entonces y hasta 1999, a lo largo de 12 años, Sylvian continuó creando pero lo hizo participando, contribuyendo a proyectos de otros, sin pertenecer a ningún grupo o banda, como mucho uniendo fuerzas con otra persona en formato de dúo o tándem, y no con perspectivas a quedar sujeto a un futuro más o menos inmediato. Es el caso de la unión con Robert Fripp, asociación pensada para existir sobre un escenario durante un espacio de tiempo no largo con resultados en los estudios de grabación tampoco muy prolongados.
Sylvian, a lo largo de esa docena de años, pasó por una espiral depresiva: perdida absoluta del sentido de su vida, no saber qué buscaba ni qué es lo que le satisfacía, si es que había algo que de verdad dotaba de significado algún rincón de su existencia.
A lo largo de esos años, una amiga, Yuka Fujii (en la foto de la derecha), fotógrafa, va a ser quien recoja los estados de ánimo de Sylvian a lo largo de los días. Sus trabajos fotográficos con él como tema central se pueden ver en la web oficial de nuestro protagonista. Será quien se encargue de ilustrar parte del diseño del disco de reencuentro con nuestro hombre, diseño que está realizado por un músico, Russell Mills, que fue una de las últimas participaciones de Sylvian en el proyecto de otro llevadas a cabo antes de este álbum de 1999.
Dead Bees On A Cake lo vamos a escuchar casi al completo (unos 10 cortes), temas que están marcados por un profundo sentimiento oriental, especialmente hindú, como demuestra el sonido de las tablas y las alusiones a figuras hindúes de mujeres relacionadas con la espiritualidad de la India. Sylvian, desde principios de la década de los años 90, abrazó la filosofía budista, sobre todo el budismo zen.
En el camino de la búsqueda interior conoce a Ingrid Chavez, (a la izquierda), poeta y vocalista mexicano-estadounidense, protegida de Prince entre los años 1987 y 1991. Su álbum debut como cantante en principio iba a consistir en su poesía hablada con fondo de música atmosférica proporcionada por Prince. El sello que iba a acoger su presentación, Warner Brothers, cuando supo de la intención de la poeta presionó para que el álbum tuviera también voces cantadas, cosa que a Prince no le gustó en absoluto y abandonó el proyecto. El resultado final fue que la mitad del álbum se hizo como estaba previsto, y el resto consistió en canciones pop coproducidas por Ingrid y los productores e ingenieros de sonido que habían trabajado con Prince, Michael Koppelman y Levi Seacer Jr. Chavez también escribió la mayor parte del éxito de Madonna, Justify My Love, y recibió un gran acuerdo extrajudicial por no ser acreditada en el lanzamiento inicial de ese sencillo. En 1992, Ingrid contrajo matrimonio con David Sylvian y colaboró activamente en la producción de su marido,
añadiendo voces, textos en las cubiertas de los discos y apareciendo fotografiada con él tal y como muestra parte del encarte interior del disco Dead Bees On A Cake.
La unión se afianzó más por el hecho de coincidir en esa búsqueda interior que los llevó a ambos, sin conocerse previamente, a entrar en contacto a través de los talleres de meditación organizados por diferentes figuras hindúes relacionadas con el budismo.
Un aspecto fundamental en este álbum de reencuentro de Sylvian con la actividad creativa donde su responsabilidad es completa, es la nómina de músicos que colaboran en el trabajo. Hay nombres conocidos y otros que no lo son tanto. En esto influye el hecho de que, muchos, son músicos de estudio, músicos de sesión habituales en círculos del mundo del Jazz y de las formas más vanguardistas. Entre conocidos y menos conocidos están
Ryuichi Sakamoto
(1952-2023), un colaborador fundamental en la labor creativa de Sylvian. Se encarga de los arreglos de cuerda y de metal, del piano (eléctrico y acústico), de tocar el bansuri, una flauta que se utiliza en el norte de la India. También hace uso de sonidos pregrabados (insectos) y cintas de efectos.
También habitual en las grabaciones de Sylvian, el fliscorno de Kenny Wheeler (1930-2014).
El flautista y saxofonista Lawrence Feldman
Un copartícipe de los proyectos de David Sylvian es su hermano Steve Jansen. Fue el batería/percusionista de Japan donde Sylvian era el vocalista y principal motor de la idea. Después de aquella banda, donde estuviera Sylvian estaría Jansen. Y proyecto que ideara Jansen proyecto en el que Sylvian recibiría la llamada del hermano para que participara. Llegaremos a esos grupos que ha ido formando el batería, por ahora continuamos con los créditos, con el staff de colaboradores que intervienen en el álbum Dead Bees On A Cake que ocupa hoy la séptima entrega del Especial David Sylvian.
John Giblin (1952-2023) bajista de origen escocés, habitual en las grabaciones de Peter Gabriel, John Lennon, Kate Bush, Phil Collins, Annie Lennox...entre otros.
Ged Lynch, batería, típica figura del músico de sesión.
La figura de las madres sabias, las gurús de la India, están presentes en las canciones y en la filosofía de Vida que palpita en este álbum de David Sylvian. Shree Maa es una de estas mujeres fuente de energía luminosa para emprender el camino interior. Praise, en inglés, subtitulado Pratah Smarami, en hindi, Recuerdo de la mañana en español, es un corte interpretado en la voz por esta mujer, que canta un texto tradicional, acompañada por las guitarras de David Sylvian.
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