Gotas de agua en un estanque del Parque de María Luisa, Sevilla (foto del autor del blog) |
Cíclope 3.0 del martes 11 de octubre de 2022. Comienzo complicado el que se le plantea hoy al Cíclope: escoger un par de canciones de la discografía de Joe Jackson.
David Ian Jackson, más conocido como Joe Jackson |
Lo digo en la locución del programa y lo repito ahora: un día le dedicaremos uno de los dos espacios Especial Discografía (el primer o el último martes de cada mes) a la figura de este compositor, cantante, multinstrumentista que responde al nombre y apellido de Joe Jackson.
En sus memorias de 1999 A Cure for Gravity: A Musical Pilgrimage, Jackson escribe con admiración y encomio sobre la figura de George Gershwin, lo dibuja como un músico que mantuvo un pie en el ámbito popular y otro en el terreno de la música clásica. Al igual que Gershwin, Jackson posee una imaginación musical inquieta que lo ha encontrado a caballo entre géneros musicales sin pedir disculpas, poco inclinado a elegir un estilo y ceñirse a él. Comenzó una extensa y rica discografía en 1979 y en 1986 ya poseía una nómina de unos 6 LPs. Ese año, 1986, es el año de publicación de Big World, un doble álbum resuelto con formato de trío de Rock (guitarra eléctrica, guitarra bajo y batería) y que a pesar de ser doble tan solo aparecen grabadas 3 caras, la que hace número 4 está en blanco como queda claro en la cara B del segundo disco
Acompañamiento vocal más amplio que esa formación espartana de trío y el piano eléctrico de Jackson. Y una peculiaridad: el disco se grabó en el Roundabout Theatre, East 17th Street, de Nueva York, a principios del año 1986 y se publicaba en marzo de ese año, y se llevó a cabo la grabación en vivo, frente a una audiencia a la que el músico rogó, suplicó, insistió en que no hicieran ningún ruido, nada de aplausos, en todo caso las toses inevitables que se suelen producir sería lo máximo que se admitiría para una limpieza posterior, por lo demás el disco no tendría ningún tipo de posproducción, no se limaría nada, tenía que sonar tal cual pero no como un álbum en vivo. Había que evitar, como fuera, cualquier corrección. El resultado final fue una colección de canciones vivas como la que le da título al disco y con la que empezamos esta edición de Cíclope 3.0
El segundo tema que escogemos para continuar con Jackson es uno perteneciente a su LP de 1994, Night Music.
Jackson, con un pie en la música popular y otro en el academicismo, realizó un primer acercamiento a las formas serias en 1982 con la publicación del álbum Night and Day, recibido con los brazos y los oídos abiertos por parte de audiencia y crítica. El segundo intento para aproximarse a composiciones serias fue en 1994 con la publicación de Night Music, un trabajo que encontró cerrados los brazos y los oídos de los que le aplaudieron doce años antes. Night Music es un ciclo de canciones con un denominador temático común: el bloqueo creativo de los escritores. La crítica puso verde al disco y sus seguidores torcieron el gesto: no cuajó. Y sin embargo tiene momentos francamente brillantes como el tema que suena, Ever After, con un piano eléctrico y sobre todo una batería potente. Ya que se ha nombrado al piano eléctrico vamos a continuar con él, piano eléctrico o acústico, ahora en manos de un músico que se nos fue a principios de año, Gary Brooker.
Gary Brooker (foto de la izquierda) nacía el 29 de mayo de 1945 en Londres y fallecía el 19 de febrero de 2022 en Surrey, Inglaterra.
Los primeros meses de este 2022 tuvieron saturación de noticias necrológicas relacionadas con el mundo de la música. Entre enero y febrero nos dejaron músicos más o menos conocidos como Mark Lanegan, Ian McDonald, Willie Leacox (que fue batería del grupo América y que tocó en canciones como A Horse with No Name), Meat Loaf, Jordi Sabatés...
Brooker era conocido fundamentalmente por ser la voz de la banda inglesa Procol Harum que, en la década de los años 60, se hicieron famosos por aquella Con su blanca palidez. El grupo fue una de las mejores escuelas de R & B británica que se caracterizó por tener dos teclistas (en la foto anterior, Gary Brooker piano, primero por la izquierda en la primera fila; Matthew Fischer órgano, en el centro de la primera fila), un batería, B.J. Wilson, (en el centro de la fila superior) que utilizaba dos timbales de base en la batería, un magnífico guitarrista que desarrollaría una rica labor en solitario, Robin Trower (de pie, al fondo) y un sexto miembro, Keith Reid (con gafas), letrista de la banda.
Su referente siempre fue el grupo con el que creció, pero siempre estuvo dispuesto a colaborar con otros músicos y en proyectos donde pudiera aportar algo. En la década de los 70 era habitual encontrar su nombre y apellido y su piano en discos de muchísimos músicos como por ejemplo en All Thing Must Pass de George Harrison. En 1979, sin abandonar el seno de Procol Harum, Gary Brooker se decidió a recorrer un camino en solitario que duraría cuatro años (1979, 1982, 1985 y 1998) con sus correspondientes LPs que corroboraban su actividad como músico compositor e intérprete. El debut lo hacía en el 79 con No More Fear of Flying, un disco que contó con la labor de George Martin, el quinto Beatle, como productor. Recuperamos el tema que le da título al trabajo y también rescatamos del recuerdo el LP A Salty Dog de Procol Harum del año 1969 con el tema All This and More.
En Cíclope 3.0 escuchamos música a través del prisma del Tiempo. Aprovechamos una abertura en el tejido del espacio y nos dejamos llevar por el sendero por el que transitan los elefantes.
La Senda de los Elefantes es el primer trabajo del nuevo proyecto de José María Sagrista (foto a la derecha) bautizado con su apellido, Sagrista.
El disco sonó por aquí por primera vez en junio, cuando escuchamos un buen número de las composiciones que conforman el trabajo. Hoy nos volvemos a ocupar de él y de algunas canciones que no sonaron entonces como por ejemplo esta Alta Tensión, un tema compuesto en música por José María con letra de Kiko Veneno, una brillante trama transida de guitarras, poderosas guitarras. Hoy le dedicamos tiempo de nuevo a un álbum que es una colección de canciones bien hechas, bien tocadas y bien cantadas, con el buen gusto que queda al realizar una actividad con pasión. Nos quedamos con un par de cortes más, el que le da título al trabajo, La Senda de los Elefantes y otro más, Un día cualquiera, cantado este en inglés.
Volveremos a pisar esta senda de los elefantes de Sagrista. Cuando estas líneas vean la luz, él y los músicos que le dan forma al nuevo proyecto estarán actuando en vivo en Madrid, Toledo... dejando la impronta de su buen hacer en la Música. Ahora, aprovechando las turbulencias novedosas del Pop y del Rock, una entrega de Rock Independiente por parte de una banda original de la ciudad de Bellingham, ubicada en el condado de Whatcom, en el estado norteamericano de Washington. Una banda que es muy querida por el Cíclope, Death Cab for Cutie, y que tienen nuevo trabajo titulado Asphalt Meadows.
Asphalt Meadows - 2022 |
Praderas de asfalto, es lo primero que suena, el tema que le da título al nuevo trabajo de Death Cab For Cutie, la banda de rock alternativa independiente capitaneada por la guitarra y la voz de Ben Gibbard (en la foto anterior en el centro). Continúan ofreciendo lo mejor de sí mismos, inmersos en su tercera década de existencia, con algunas bajas como la de Chris Walla, teclista que abandonó la banda en el año 2015 tras la grabación del álbum Kintsugi. Actualmente son cinco miembros los que hacen canciones como Praderas de Asfalto, Aquí para siempre o Pepper, un tema que hace alusión a The Beatles en la letra, dice algo así como
Y todo lo que queda es una versión de la verdad. Un recuerdo que a menudo se malinterpreta. Sargento Pepper con cara de amigos en la portada. Pero todos los nombres te eluden al final.
El disco se publicaba el 16 de septiembre y hoy lo traemos por primera vez al programa. Seguro que lo retomamos en ediciones posteriores de este Cíclope 3.0 que termina hoy con una reedición, la del disco Fool's Mate de Peter Hammill.
Robert Fripp en la guitarra eléctrica y acústica, compartiéndolas con Hammill, amo y señor del disco que escribe tanto en música como en letra. Un disco diferente a los que produciría después, un trabajo donde predominan los sonidos del piano y de las guitarras y donde las letras de las canciones resultan menos trascendentales y existencialistas como las que había ido desgranando desde que comenzó. Recuperamos dos cortes de este primer disco de Hammill en solitario, disco que se ha reeditado con las ínclitas remasterizaciones que hacen que sí, que suene muy bien en los equipos de alta fidelidad dotados de excelsos reproductores de CD, pero que yo sigo quedándome con la edición original y, fíjate, hasta en CD, porque cuando aparece en formato digital hacen una transcripción tal cual, sin remasterizaciones ni leches, el disco tal cual. En fin, el día 7 de este mes de octubre se ha puesto de nuevo a la venta y lo que importa es que su audición capte a nuevos y nuevas oyentes porque él lo merece.
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