jueves, 23 de septiembre de 2021

Cíclope 3.0 - 21-09-21



Guardian
- Robert and Shana Parkeharrison


Fiel a su cita semanal, aquí está Cíclope 3.0 con fecha del martes 21 de septiembre de 2021, el día previo a la entrada del otoño que comenzó oficialmente ayer miércoles.  Ya se están cayendo las hojas y los días acortan las horas de luz.  Es un buen momento para escoger el cielo protector del Cíclope que, en el comienzo del programa de hoy, trae sonidos de bandas eminentemente nuevas formadas a finales de la década de los años 10 de este siglo y que se han puesto a desarrollar ideas, nuevos caminos en ésta década de los 20 en la que estamos.  Son proyectos, grupos, con miembros muy jóvenes como es el caso de la banda bautizada con el nombre de Black Country, New Road.




El hábito no hace al monje, reza el dicho popular, concedido, pero la primera vez que vi una foto del grupo pensé en una reunión de grupito de catecumenado, de esos que se plantean como tema a debatir: ¿Qué pide Jesús de mi?  O en la rama juvenil de algún partido político ultraconservador.  Vale, no los había escuchado aún y cuando lo hice se me cambiaron todos los esquemas y prejuicios porque Black Country, New Road son cualquier cosa menos conservadores y no se plantean los ideales de unos escaladores de listas de éxitos sino la elaboración de una música que no es fácil para ciertos núcleos de la audiencia general dado su eclecticismo donde se mezclan en una combinación sorprendentemente rica raíces de Post-Punk, Free Jazz, Klezmer y Math Rock.  Vamos por partes.



Banda de música klezmer

Klezmer es un género musical de raíz étnica originado por la tradición askenazi, los judíos asentados en la Europa Central y Oriental antes de las dos guerras mundiales.  Interpretada por grupos de músicos profesionales, la música klezmer consta de piezas instrumentales, melodías interpretadas en celebraciones festivas como una boda o un bautizo.  La barbarie nazi no consiguió exterminar esta vía de expresión de la cultura judía que perdura hasta nuestros días.

El Math Rock es otra forma de denominar lo que se conoce como Rock Progresivo donde se mezclan ritmos complejos y estructuras con continuos cambios de tiempo.  


Esto es algo básico en la forma de entender la música que tiene este septeto del distrito de Brixton, Londres, capitaneados por la guitarra y la voz de Isaac Wood (foto de la izquierda) completando la dotación de saxofón, teclados, batería, guitarra eléctrica, bajo y violín.

El grupo lanzó su álbum de debut, For the First Time, el 5 de febrero de este año 2021, un disco repleto de canciones de duración extensa que alternan entre momentos tranquilos y sonidos que delimitan un espectro de sierra de picos intensos.



Por si no los conocías, un par de temas sirven para que te hagas una idea de lo que son capaces de hacer.  Innegablemente originales.




 

Otra banda representativa de esos caminos nuevos que se van abriendo en este siglo XXI es el quinteto Squid (Calamar), originales de Brighton, en la Costa Sur de Inglaterra.  Con ellos me sucedió lo mismo que con la banda anterior, que vi una foto suya y no pude dejar de plantearme con prejuicios, lo reconozco, qué música podían hacer unos muchachos con esa pinta.



Squid


Y cuando los escuché se me cayeron todas las previsiones negativas.


Squid se formó en el año 2015 mientras sus cinco miembros estudiaban en la universidad.  Los unía la misma pasión, la música, y tenían una forma muy personal de entender las estructuras de una canción.  Ollie Judge (foto de la izquierda) canta y tocaba la batería.  La banda se completa con dos guitarras eléctricas tocadas por músicos que también cantan, un teclista encargado de los arreglos de cuerda donde sea necesario y algún instrumento de percusión y un guitarra bajo que maneja también los metales.  Escribían canciones con tranquilidad, con la calma que da hacer algo porque te lo pasas bien haciéndolo.  Pero un día, Ollie Judge se presentó con un periódico y un anuncio subrayado con bolígrafo: Se busca a músicos jóvenes para una noche de Jazz.  Montaron rápidamente una lista de canciones que tenían ensayadas y salieron a la carrera.  Algún miembro que quedó rezagado cogiendo su instrumento llegó a preguntarse qué tenían que ver sus canciones con el Jazz.  Porque lo que hace Squid es una mezcla de voces que cantan o gritan, guitarras de riffs angulares cargados de aristas, ángulos agudos, explosiones de metales y líneas de sintetizadores que, la verdad, poco tienen que ver con las formas del Jazz...pero tal vez sí con las maneras libres de este, aspecto en el que coinciden con sus medio paisanos Black Country, New Road.  El caso es que ese poliedro sonoro atrapó los oídos de la escena underground del Reino Unido, extendiendo el eco de su nombre por el sudeste y sembrando cosechas en viajes regulares a Londres.  


En el año 2020, tras firmar un contrato con el sello legendario de Sheffield Warp Records, Squid se meten en los estudios de grabación y dan a luz el álbum Bright Green Field (foto derecha) con la formación capitaneada por el batería y líder vocal Ollie Judge.  La producción corrió a cargo de Dan Carey, responsable del sonido, entre otros, de Fontaines D.C.  El disco se publica el 7 de mayo de 2021 pero no es lo primero que ve la luz porque el grupo lleva editando discos desde 2016 en formato de Single, en sellos independientes o en autoediciones, y siempre con una constante: composiciones de 8 ó 10 minutos llenas de tensión.  Tampoco les preocupa la comercialidad, hacen lo que les gusta: canciones que son un revoltijo salvaje de pensamientos cargados de vitalidad, derramando ira, confusión, humor, desapego e, incluso, alegría.  Si se venden los discos, bien, y si no...al menos que quede constancia de una búsqueda de verdadera libertad creativa con influencias directas y muy bien asimiladas de PIL, del Krautrock y otras raíces.  

A estas alturas a lo mejor te preguntarás: y toda esa trama de influencias catalogadas, Post-Punk, Free Jazz, Pre-Punk, PostPisPunk...y lo que quiera poner antes y después la industria fonográfica y todos sus adláteres, todos esos entramados de estructuras musicales...¿todo eso no está ya hecho, inventado?  Pero, ¡claro que sí! ¿quién lo duda?  Todo está hecho en cualquier rama del Arte, TODO, excepto lo que hay que hacer, lo que cada uno y cada una tenga que decir, algo que mezclar, recrear en su crisol personal, eso será Nuevo, porque esa metáfora, esa parte del devenir de las formas artísticas, de las formas que son extras, eso quedará como una aportación, como una nueva interpretación, una reinterpretación constante, contínua, de las maneras del inconsciente: maneras del que sueña, formas que olvida el que despierta y sin embargo las persigue, indesmayable, hasta dar con ellas...o eso cree, porque sigue, y sigue intentándolo... suscribiendo las palabras de Donovan: Catch the Wind, Atrapar el Viento.

Por eso suenan como nuevos Black Country, New Road, Squid y muchos más que pueden sonar o sonarán por aquí, por Cíclope 3.0 que ahora se para durante un par de temas en la música de uno de los músicos más influyentes de finales del siglo XX, el deslenguado de comentarios vitriólicos John Joseph Lydon, conocido como John Lydon, anteriormente Johnny Rotten.



 
Nació en Finsbury Park, Londres, el 31 de enero de 1956.  A los siete años, Lydon contrajo meningitis espinal y pasó medio año entrando y saliendo del coma.  Cuando finalmente se recuperó, la mayor parte de su memoria había sido borrada, y quedó con daños menores que eventualmente aparecieron en las características de su personaje escénico, por ejemplo: esa mirada penetrante, necesaria para que él pudiera enfocar correctamente los objetos, ahora se convertía en una impostura que ponía nervioso a quien se sintiera observado por él.  Demostró cualidades ingeniosas, creativas y sumamente individualistas que no eran necesariamente bienvenidas en el sistema escolar británico.  El cambio a una escuela estatal cuando era adolescente significó una mayor libertad de expresión y vestimenta, algo que el joven Lydon utilizó para cultivar el aspecto anti-moda que el punk popularizaría más tarde.  Nuestro hombre frecuentaba una tienda de ropa llamada Sex, que estaba dirigida por los aspirantes a gurús del rock & roll y provocadores Malcolm McLaren y Vivienne Westwood; McLaren arregló una cita para que Lydon hiciera una audición orientada a encontrar cantante para una banda que estaba formando llamada Sex Pistols.  La prueba de Lydon consistió en gritar, sin melodía, la canción Eighteen de Alice Cooper, y lo hizo con tanto garbo y señorío que fue contratado como cantante principal con el nombre artístico de Johnny Rotten.

Hay varias versiones del origen del nombre.  Él mismo afirma que fue otorgado por el guitarrista de los Pistols, Steve Jones, debido a sus dientes, que eran verdes en el momento en que se unió a la banda. Su interpretación era burlona, ​​arrogante y sarcástica, pero con una base inteligente de desilusión con el status quo político, social y musical. Si bien McLaren y los Pistols tenían ideas vagas sobre cómo provocar al público, fue la actitud y las letras de su vocalista las que proporcionaron la dirección, mientras cantaba Anarchy in the U.K. o se burlaba de la propia reina en God Save the Queen.  Disturbios callejeros con los defensores de la monarquía (a Rotten le apuñalaron en una mano por cometer tales herejías contra la Reina), los vericuetos tenebrosos por los que deambulaba Sid Vicious, la incompetencia musical y la flagrante mala gestión de McLaren, las tensiones cada vez más intensas entre el vocalista y el resto del grupo consiguieron que Rotten se sintiera más insatisfecho y frustrado.  Como guinda del pastel, el desastroso concierto en San Francisco de la gira estadounidense de 1978 tras el cual Sex Pistols desaparecieron.  Rotten vuelve a Inglaterra, deja el nombre artístico atrás y todo lo relacionado con el Punk.  Bandas como Wire o The Fall ya estaban experimentando con las nuevas posibilidades sonoras que había abierto el Punk que, para esas fechas, finales de los 70, ya se daba por concluido, acabado, y ahora lo que se estila es el Post-Punk.
Lydon recupera su apellido y su nombre y entre finales de 1978 y principios de 1979 funda PIL, Public Image Limited.
El gusto de Lydon por la música siempre se había inclinado hacia lo ecléctico y experimental: Can, Captain Beefheart, Reggae, Dub, además de sonidos exóticos de Asia y Oriente Medio.  Pero Public Image Ltd. le dio la oportunidad de combinar todo eso con el Rock.  Los primeros esfuerzos de PiL como Metal Box, también conocido como Second Edition, y Flowers of Romance fueron artísticos y altamente experimentales, y al mismo tiempo comercialmente solventes en Inglaterra, incluso a pesar de una reacción violenta de los puristas del Punk.  A medida que el personal de la banda cambiaba (Jah Wobble, John McGeoch entre otros) Lydon dirigió su sonido hacia un Dance-Rock más accesible, con protagonismo para las guitarras en discos como Album y Happy ?, lo que ayudó a que el grupo ganara seguidores entre los fanáticos del rock alternativo estadounidense durante mediados y finales de los 80, otra vez a pesar de las críticas de quienes preferían los primeros esfuerzos más desafiantes del grupo.  El último álbum de PiL, That What Is Not, fue lanzado en 1992 y recibido con críticas poco alagadoras.  Lydon se tomó un tiempo para escribir sus memorias, publicadas en 1994 con el título Rotten: No Irish, No Blacks, No Dogs.  Memorables sus opiniones sobre la Historia del Rock donde, con su lengua de saliva vitriólica, no dejaba títere con cabeza: afirmaciones rotundas como en la que aseguraba que David Bowie no había hecho otra cosa que copiar a otros músicos, entre ellos a Peter Hammill de quien había plagiado el tono dramático y operístico habitual en Hammill.  En cuestión de semanas disolvió Public Image Ltd., aparentemente para seguir una labor en solitario que tardó un tiempo en cristalizar en forma de grabación: 1997 vio el lanzamiento del primer álbum en solitario de Lydon, Psycho's Path.  Si bien la música se basaba en la guitarra y era bailable, en la tradición de los últimos PiL, también intentó incorporar algunas de las innovaciones de la ola electrónica que había tomado forma desde su último esfuerzo con su último proyecto.



El álbum vio la luz en Inglaterra el 30 de junio de 1997.  Presentaba unos créditos reducidos a lo mínimo: la portada era responsabilidad de Lydon, partiendo de una foto que se hizo él mismo, realizó un montaje incluyendo en el interior de la carpeta del disco los textos de las canciones escritos por él a mano.  Tocó casi todos los instrumentos exceptuando las guitarras y los teclados de los que se ocuparon Martin Lydon y Mark Saunders.  El disco estaba compuesto originalmente por 10 canciones pero el sello Virgin en el que apareció le propusieron incluir más pistas para alargar tanto la duración como para intentar llegar a un público más amplio, más electrónico, y precisamente para eso para atraer a una audiencia más moderna se incluyeron en el álbum una serie de mezclas y versiones realizadas y producidas por The Chemical Brothers y Moby, dos con producción del dúo británico Leftfield y una por el productor Danny Saber.
Psycho's Path suena más vivo y ambicioso que el último puñado de álbumes de Public Image Limited, y ciertamente más vital que la reunión en 1996 de Sex Pistols, por lo que es una especie de regreso respetable.  El Cíclope recupera 2 temas del disco en cuestión.
Y nos situamos ya en la recta final del programa que está ocupado por una banda sevillana: Casas y La Pistola.


Casas y la Pistola
 (de izquierda a derecha) Dani Losada, Paco Sequeiros,
Jose Casas, Julio Zabala y Álvaro Márquez



Jose Casas
 es un compositor, guitarrista y cantante que comenzó allá por los años 80 en la legendaria banda de Power Pop sevillana HELIO.  Es un músico a quien me une un profundo sentimiento de amistad porque fue uno de los primeros guitarristas-compositores que conocí cuando comencé a hacer programas de música en la Radio allá por 1982.  Creo que lo he comentado en alguna que otra ocasión: hablábamos mucho por teléfono sobre grupos, músicos...compartíamos la misma pasión por The Clash, entre otras admiraciones, y me quedé sorprendido el día que me enteré que él también se dedicaba a la noble creación de hacer canciones.  Casas ha pasado por diferentes formaciones: Arden Lágrimas, Relicarios, Sapristi Poing!...



En el año 2003 aparecería su primer trabajo en solitario firmado con su nombre y apellido, Plasticland,




para en el año 2007 dar paso al proyecto Jose Casas y la Pistola de Papá.




Entre los años 2010 y 2011 publican Scampa!! Vol. 1   y  Scampa?? Vol. 2  
Dos años después, en 2013, vería la luz Canciones de kilómetro cero con versiones en castellano de canciones originales de Bob Dylan o Psychedelic Furs, algunas de las figuras favoritas de Casas.  En 2016 se publicaría Memorias de una pistola invisible, recibido con muy buenas críticas por parte de los medios especializados.




















Este Memorias de una pistola invisible no se pudo presentar hasta el año 2017 debido a la baja del batería, Tony Gavilán, aquejado de problemas en la espalda.  Sería sustituido por Francisco J. Sequeiro, miembro actual de la banda.
En 2018 el grupo vuelve a la carga rebautizando el nombre del proyecto: de Jose Casas y la Pistola de Papá pasan a un formato más manejable, Casas y la Pistola, siguiendo con la estructura de cuarteto: Jose Casas guitarras y voz, Julio Zabala teclados y coros, Álvaro Marquez bajo y Paco Sequeiros en la batería y en los coros.  Antes de continuar quiero reseñar una cosa y es que Jose Casas no es un músico, un solista que se reúne de otros músicos para sacar adelante sus ideas.  No es una figura solitaria más unos contratados, unos mercenarios que se pueden cambiar dependiendo de las necesidades creativas del líder.  A pesar de ser el responsable principal de la autoría de las composiciones, Casas es un coordinador, un pararrayos que recoge la energía originada por la interrelación de la creatividad de los componentes del grupo y la proyecta hacia fuera hecha una mezcla, mezcla que tiene perfiles de la música que les gusta, de la pasión por diferentes estilos que comparten.  Cada componente tiene algo que aportar y su función no es simplemente la de ser músicos de estudio contratados para el caso.  Ya sea Jose Casas y la Pistola de Papá o Casas y la Pistola pueden sonar con matices sesentones, psicodélicos, o como sucede en el EP Padrino Buffalo 1, abrazar un Dance Punk que oscila entre la New Wave y el Post Punk.




Así que, con su nuevo nombre, publican un EP, Padrino Buffalo 1, primera entrega de una trilogía prometida.





En 2019, entre los meses de febrero y junio, se graba la segunda entrega de la trilogía Padrino Buffalo, Padrino Buffalo 2 donde, al formato cuarteto, se le ha sumado en el año 2018 un quinto miembro, el guitarrista Dani Losada, que también hará coros.  Este hecho, la entrada de otro guitarra, es muy importante porque va a liberar a Jose de la multiplicidad: cantar y tocar la guitarra principal.  Se va a poder concentrar más en la actividad vocal además del enriquecimiento que conlleva la participación de un guitarra como Losada, de alma eléctrica y rockera, lo que va a suponer que los colores de la paleta musical de la banda se amplíe considerablemente.

Lo primero que conocimos de este trabajo fue un single, La vida según Johnny Rotten.




Para promocionar el tema Casas trabaja en la realización de un videoclip a medias con sus amigos del colectivo Despeina Dos de las mejores fotografías de la banda y de otros muchos grupos.  El video, por si no lo conoces, te lo dejo aquí:

https://www.youtube.com/watch?v=mGHI8cDq7Ek 


Este EP de cinco canciones estaba previsto que apareciera el año pasado, 2020, pero la Pandemia dio al traste, como en tantos casos de otros músicos, con la idea de publicar y presentar el trabajo en vivo.  Casas y la Pistola han tenido que esperar hasta este año 2021, en concreto hasta el viernes 17 de este mes de septiembre, para poder defender las canciones del EP en vivo en Sevilla, en la Sala X.




Como en tantas otras ocasiones, no pude asistir al concierto por encontrarme fuera de Sevilla pero la próxima vez estaré allí con ellos.

Reseñar también que Casas está en un proyecto paralelo a la banda que nos ocupa la recta final de Cíclope 3.0 y es el colectivo llamado The Village Green Experience surgido en el año 2008 en honor de The Kinks y en celebración del 40 aniversario del álbum The Kinks Are The Village Green Preservation Society de 1968.




Versiones de temas originales de Ray Davies en formato larga duración y Singles

















 Siempre he admirado una cosa en Jose Casas: su constancia, su continuidad laboriosa en la creatividad.  Eso, es algo encomiable.  Y te digo más: te voy a descubrir parte del andamiaje y tornillería del programa de hoy.  Sabes que al Cíclope le entusiasman los juegos de las cestas de cerezas: tomas una y salen dos o más enganchadas.  Eso es lo que él hace con la música: va ensartando las canciones como cerezas, tiras de Johnny Rotten y sale La vida según Johnny Rotten.  Desde que conocí el EP Padrino Buffalo 2 quería ponerlo en el programa pero no encontraba bien el punto de encaje, así que me lo planteé desde el final hacia el principio, para poder montarlo, y así, de Casas y la Pistola a John Lydon por lo de Rotten, de Lydon al sonido de bandas actuales que heredan, en parte, la labor de Lydon en el seno de PiL, y aparecen Squid y Black Country, New Road.  Ahora los ordeno al contrario, para que Casas y la Pistola suenen con cuatro canciones y además como las estrellas principales de la edición.  Hecho.  Espero que te guste el programa.

Enlace:

https://www.radio.tomares.es/index.php/blog/ciclope-30-21-09-21




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