jueves, 14 de mayo de 2020

Cíclope 3.0 - 12-05-20 - Especial Luces y Sombras del Amor




El beso protegido, manifestación de amor en tiempo de pandemia




Cíclope 3.0 del martes 12 de mayo de 2020.  En ésta edición recuperamos un programa ya emitido el 20 de enero del año 2015.  Entonces y ahora volvemos a hacernos eco de uno de los sentimientos universales por antonomasia: el Amor.  Como todo el mundo sabe, Amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres.  Sin embargo, las emociones asociadas a él pueden ser extremadamente poderosas y diferentes, según las personas, llegando con frecuencia a ser irresistibles.  El amor en sus diversas formas actúa como importante facilitador de las relaciones interpersonales y, debido a su importancia psicológica central, es uno de los temas más frecuentes en las artes creativas, en nuestro caso, en la Música, sea cual sea el campo estético dentro de ella.  Este programa, cuando se emitió, llevó un subtítulo: Luces y Sombras del Amor.  Al recuperarlo ni se nos ha ocurrido cambiar dicha etiqueta, en todo caso le añadimos el término Especial.  Así que hoy, en Cíclope 3.0, Especial Luces y Sombras del Amor.  Comenzamos y lo hacemos con una declaración de principios: Una canción para los amantes.



Richard Ashcroft estuvo al frente de una de las bandas con mejores vibraciones que aparecieron en la década final del siglo XX, The Verve.  A lo largo de los años 90 fueron sembrado un terreno que posteriormente Ashcroft, en solitario, se encargaría de recolectar para volver a poner la semilla de sus arrebatadas canciones y ampliar las hectáreas musicales donde el Amor sería protagonista indiscutible.  Su aparición al margen de The Verve roza los últimos trabajos de la banda, aparecidos entre 1997 y 2008.  Con su nombre y apellido firmando los trabajos, comenzó en el año 2000, inaugurando el nuevo siglo, con un álbum espléndido que incluye esta A Song for the Lovers con la que hemos comenzado: entramado orquestal para una composición sublime.




Primer disco de Ashcroft en solitario, año 2000


En la década de los 80, la sombra de los arrebatos de amor y la grandilocuencia del sentimiento era larga, amplia.  Nombres como The Righteous Brothers y su carismática versión de Melodía desencadenada en 1965, The Walker Brothers con la presencia de Scott Walker y aquella grandísima canción The Sun Ain't Gonna Shine Anymore, flotaron durante años e inspirarían momentos brillantes como los que dieron The Icicle Works, profundamente influidos por aquellos casi himnos de la grandeza del amor.  Love is a Wonderful Colour, una afirmación feliz y grandilocuente, fue su éxito por antonomasia.  Incluyeron la canción en su primer trabajo, el que bautizaron con el nombre del grupo, y el tema dio la vuelta al mundo, auspiciado por esos triunfos del amor que lo redime todo.




The Icicle Works



The Icicle Works
 - 1984




























El amor exaltado desde la cumbre de un montaña orquestal, el amor a golpe de guitarrazos y baterías endemoniadas, el amor al piano y un flautín...como se quiera, y la visión del amor desde un punto oblicuo, diferente y sin embargo no tan distinto de como ha sido tratado por grandes artistas, músicos, poetas...  Un poeta músico, un músico poeta, existencialista, esquivo y sin embargo tan cercano, tan cierto.  Tenía una belleza especial y un talento vibrante: Ian Curtis.




Ian Curtis
(1956-1980)


Joy Division fue un camino distinto, diferente a todo lo que había y hubo después.  Su alma mater, su motor, Ian Curtis, conocido por el apodo Warsaw, le cantó al amor y lo hizo sin concesiones, agazapado en el lado oscuro, de pie soportando estoicamente las heridas que produce más tarde o más temprano.  Tras el enamoramiento el amor volverá a mostrarse como ha sido siempre en realidad: una utopía a alcanzar.  Y el amor nos desgarrará, otra vez.



Love Will Tear Us Apart fue y es un Maxi-Single tremendo.  Con el paso de los años y tras distintas remasterizaciones, se incluyó en los CDs de los álbumes de Joy Division.  Mientras el grupo existió no formó parte de ninguno de sus LPs.  La canción lo tiene todo: un entramado instrumental soberbio sobre el que se desliza la voz dolida de Curtis.  La portada, como en tantas ocasiones, se ilustraba con imaginería de grupos escultóricos que decoran tumbas y panteones.  Sería excesivamente gratuito tildarlo de siniestro, macabro.  A quien levante esos esquemas que tienen que ver con la interpretación de símbolos de la maquinaria hermenéutica, lo mejor que se puede hacer es invitarle a una cerveza y una vez que se la has pagado no seguir en su compañía sino utilizar un argumento como: ¡Huy!  Perdona, me he dejado la lavadora puesta.  ¡Nos vemos!; o también: ¡Ay!  Disculpa, se me ha descompuesto el vientre.  Y salir corriendo.  No hay más.
Sí había otras portadas para el Maxi-Single que contenía esta canción, como por ejemplo esta:




Soberbia ilustración 


Sobre Joy Division y su líder hay un par de películas que merecen la pena y que te recomiendo si no las has visto.  Una es un Documental, Joy Division, realizada por Grant Gee en el año 2007, con guión de John Savage.  La otra es una película dirigida por Anton Corbijn, también del año 2007, con guión de Matt Greenhalgh, basado en el libro Touching from a Distance.  El libro es el único relato biográfico en profundidad del legendario cantante principal de Joy Division, escrito por su viuda Deborah Curtis.  Incluye un prólogo de Jon Savage, escritor y periodista musical, más conocido por haber escrito la historia de The Sex Pistols y de la Música Punk.  La obra de Deborah Curtis además incluye una introducción de Steven Morris, batería de Joy Division.



   





































Saltamos en el Tiempo, hacia atrás.  De una figura carismática como es Ian Curtis a otra que no lo es menos: Jim Morrison.






Otra forma de belleza física y psíquica, Morrison en 1967 firmaba con los tres miembros restantes de The Doors el segundo álbum de la banda: Strange Days.  Parecía que después de aquel primer LP aparecido el 4 de enero del mismo año, no podrían alcanzar las cotas que habían alcanzado con temas como The End y las demás canciones.  Sin embargo el segundo disco presentó una nómina de canciones a cuál mejor.  Todas hablan de amor, es cierto, pero hay una cuyo contenido es particularmente atractivo: no ensayemos el amor nunca, como dijo el gran Luis Cernuda, o hagámoslo pero sin buscar la perpetuidad.  Ámame dos veces y después marchate es lo que canta Morrison en Love Me Two Times, incluido en ese excelente Strange Days.  Otra forma de entender el Amor.




Strange Days
- 1967





























The Doors






























Avanzamos unos cuantos años, hasta 1970, cuando Led Zeppelin publican su tercer LP bautizado sencillamente como Led Zeppelin III, un álbum que ha sonado no hace mucho aquí en Cíclope 3.0 precisamente con el mismo tema que recuperamos hoy con ocasión de las Luces y Sombras del Amor.  El tema en cuestión, con estructura de Blues, es el famoso Blues del Grito como lo conocíamos popularmente, por los agudos que caracterizan la voz de Robert Plant en el tema en cuestión: Since I've Been Loving You.




Led Zeppelin




Si no recuerdo mal ya he comentado que la carpeta original de este LP era doble: la parte frontal, donde se aprecian unos círculos, estaban troquelados.  Si te fijas en la imagen, a la derecha en el centro, hay una media luna que permitía hacer girar una lámina interior que cambiaba las ilustraciones que se veían a través de los círculos.  Estos juegos fue algo que el Zeppelin repitieron años después con aquella magnífica cubierta del álbum Physical Graffiti, donde las ventanas del edificio se podían cambiar utilizando las subcarpetas interiores.  Brillante portada aquella del extraordinario álbum doble de 1975.Volviendo al III, el interior de la portada original también estaba profusamente ilustrado como se puede apreciar en la foto siguiente.






Cambiamos de registro, de estilo y formas recuperando a un veterano guitarrista de Jazz, de origen francés, que un día cambió momentáneamente su guitarra eléctrica por un violonchelo y su jazz de fusión por estructuras más academicistas y erigió un auténtico monumento al amor, sin palabras, y lo tituló Mon amour, mon amour...  Él es Jean-Pierre Alarcen.






En 1978 publicaba un álbum bautizado con su nombre y apellido donde incluía esa hermosa composición Mon amour, mon amour... donde tocaba el violonchelo en un tema cuyos arreglos de cuerdas y dirección de orquesta recaían en las manos de su paisano Claude Arini, teclista y compositor.  Posteriormente Alarcen trabajaría la estructura clásica de Sonata en tres movimientos para componer Tableay Nº 1, en 1978, que a pesar de sus formas academicistas resultaba ser música de Jazz de Fusión, resultando al final lo que hoy en día se denomina Rock Progresivo.  Ha pertenecido a diferentes bandas (Eden Rose, Le Système Crapoutchik, Tartempion, Les Guitares du Dimanche...) y lo importante, sigue activo.




Jean-Pierre Alarcen
sobre el año 1978
































Jean-Pierre Alarcen
 en los años actuales




















Del Amor celebrado sin palabras al Amor cantado con una voz quebrada, vencida por las historias sentimentales rotas que dejan el interior como una playa a la que llegan los restos del naufragio emocional.  Ese es el perfil que tiene la canción Take Me in Your Arms compuesta y cantada por Annabel Lamb.




Annabel Lamb
Cantante y compositora británica, nacida en Surrey en 1955, Lamb se dio a conocer en el año 1983 con una versión del tema Riders on the Storm de The Doors.  La canción se publicó en formato de Single y se remezcló en Maxi-Single con no sé cuántas ediciones distintas (RadioMix, DanceMix, SlowMix, HotMix...).  El tema de The Doors aparecía abriendo el LP Once Bitten que vio la luz en el año 1983, en el que colaboró, en esta versión en concreto, Ray Manzarek, el organista/pianista de Doors.



De los diez cortes del álbum ocho son originales de ella, otro está compuesto a medias con Mark Damron miembro de la banda The Resistance, y el que hace número diez es la versión de Jinetes en la Tormenta.
El plantel de colaboradores no fue muy amplio pero los que estaban tenían luz propia: en el piano, en el tema compuesto a medias con DamronSteve Hogarth, teclista de, entre otros grupos, Marillion.  La canción Heartland cuenta con la guitarra de su novio, nada más y nada menos que el malogrado Adrian Borland (1957-1999),





motor de la banda The Sound y quien, cosa curiosa, también compuso un tema titulado así, Heartland, incluido en el primer álbum que grabó con su grupo, el LP titulado Jeopardy, en 1980, pero que no tiene nada que ver con el de su novia.    










Take Me in Your Arms tiene un sonido de teclados envolvente, atmosférico.  La voz de Lamb corona una actitud de brazos caídos, de luchadora que busca el reposo.  En la canción desempeña un papel importantísimo el sonido de la trompeta de este hombre de la fotografía a la izquierda, el veterano trompetista de Jazz Jim Dvorák, original de Brooklyn, New York.








Voces de mujer cantando a las Luces y Sombras del Amor.  Desde la búsqueda de la otra persona a la carrera desbocada por separarse.  Desde anhelar su presencia a querer olvidar el nombre, como dice nuestra próxima invitada, Carmen Linares.



Recuerdo, hace algunos años, una actuación de Carmen Linares en el Auditorio de la localidad sevillana de Dos Hermanas.  Fue en un Festival Flamenco en el que la cantaora interpretó una seguiriya que, cuando acabó, me dejó la duda de seguir escuchando o levantarme y dejarlo hasta otra ocasión.  Y no fue porque no me hubiera gustado, sino por todo lo contrario: fue tan intensa, tan perfecta la interpretación que hizo del palo de la seguiriya que me dejó ensimismado con el cante que había escuchado.  Seguí sentado, pero Carmen Linares me había dejado una huella tan sensitiva que no hice otra cosa que vagabundear con el oído por aquí y por allá.
Esta mujer, cuyo nombre real es Carmen Pacheco Rodríguez, nació en Linares, Jaén, y se puso el nombre de su localidad de cuna como apellido artístico.  Hija de un buen guitarrista aficionado de flamenco, Antonio Pacheco, está entroncada con una generación del Cante Jondo en la que están nombres de grandes como Enrique Morente, Camarón, Paco de Lucía, Pepe Habichuela, José Mercé y Tomatito.
Carmen, en el año 2002, publicaba un disco con la colaboración del trío del guitarrista gaditano Gerardo Núñez, caleidoscopio de la música que ha trabajado con varias estéticas de la música y con diversos músicos, compositores e intérpretes.  De esa colaboración surgió Un ramito de locura, un disco espléndido por todas las cosas buenas y nuevas que la sabiduría de Núñez aporta cuando trabaja con otros artistas y estos se dejan fluir, como es el caso de Linares.



Este disco es un jardín donde florecen las especies más variadas y diferentes, conviviendo y creciendo en perfecta conjunción: hay un texto de Jorge Luis Borges alrededor del que se levanta una milonga.  Están los palos que Carmen domina como la Soleá, la Seguiriya...pero en conjunción con las ideas musicales de Gerardo Núñez que dan un resultado final amplio, de caminos que se abren y enriquecen.




Gerardo Núñez

Hay un corte que llama particularmente la atención y es el tema Quiero tu nombre olvidar, una composición original de Carmen Santonja (1934-2000) y Gloria Van Aerssen (1932-2015), más conocidas como Vainica Doble.  El año de la muerte de Carmen Santonja, se publicaba el disco En Familia donde el dúo firmaba esa canción que Linares reinterpreta con estructura de Bulerías y dedica además a Santonja.




Vainica Doble
(Carmen y Gloria)
   
This Mortal Coil, esa especie de laboratorio musical escocés del sello discográfico independiente 4AD creado por Ivo Watts-Russell, ha pasado en muchas ocasiones por aquí por Cíclope 3.0 y hoy vuelve para ilustrar el tema del Amor con una de sus versiones tan particulares, la que realizaron en 1986 en el álbum Filigree & Shadow del tema Come Here My Love, original de Van Morrison.  En la versión que hicieron la voz es de Jeanette Dwyer y los teclados de un ex-Cocteau Twins, Simon Raymonde.



   



Década de los años 80 del siglo pasado.  Años de revolución cultural, de nuevos movimientos en la música...  Es habitual que en esos caudales de nombres surgidos en una época más o menos larga, muchos se queden olvidados porque los vericuetos del camino son abundantes y, a veces, intrincados.  Frente a la ruidosa postura Punk, a principios de los 80, surgieron una serie de grupos y solistas que preferían hacer música de una forma más callada, sin alharacas, con un perfil melódico introspectivo.  El mundo del Pop y el Rock compartieron con el mundo academicista el término minimalismo, que no es otra cosa que la tendencia a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes una pieza, ya sea pintura, escultura, música...  En el panorama de la música independiente de los 80 muchos y muchas fueron los que recurrieron a ese formato de ascetismo, sobre todo y principalmente, en el plano de los instrumentos utilizados.  Un ejemplo es el caso del trío galés Young Marble Giants, formado por la vocalista Alison Statton y los hermanos Moxham, Philip y Stuart.  Instrumentación reducída al mínimo: guitarra eléctrica y guitarra bajo, arropando la voz de Statton.  Los hermanos Moxham, ingenios seminales, formarían posteriormente otro proyecto, The Gist, que a pesar de seguir en una línea de minimalismo ampliaban la paleta de colores con otros instrumentos (caja de ritmo, una segunda guitarra...pero poco más).  En 1982 la banda formada por los dos hermanos Moxham lanzaban un LP, Embrace the Herd que incluía un tema que encaja perfectamente con la temática que trae hoy el Cíclope.  El tema en cuestión tiene mucho que ver con las Luces y Sombras del Amor porque se titula Amor a primera vista, la estructura que se desmonta y que se vuelve a levantar de forma exuberante y apasionada: lo que se conoce como enamoramiento.  Los Moxham supieron retratarlo muy bien.






     






Philip Moxham




Stuart Moxham





























Estamos tomando la recta final del programa y entre lo que nos queda por escuchar se encuentra una banda británica, en realidad un dúo que comenzó siendo trío, o cuarteto, que en vivo se amplía a quinteto, o sexteto si hace falta.  Me refiero al proyecto conocido como Placebo.



El alma de Placebo es el hombre de la foto a la derecha, Brian Molko, responsable de la música, de los textos de las canciones alimentadas por letras que se retroalimentan de estados angustiosos.  
A Molko siempre le ha interesado lo ambiguo, lo andrógino.  Habitualmente aparece transformado físicamente pero no de manera completa, no es un travestismo al cien por cien, deja puntos abiertos.
De Placebo suena un corte de su segundo disco, el que le da título al trabajo: Without You I'm Nothing.  Una queja, un duelo, un sentimiento arrebolado de pasión porque sin esa persona, no soy nada.
El álbum, aparecido en 1998, no llegó a contar con la versión del tema en cuestión que traemos al programa, una versión cantada a dúo entre Molko y David Bowie.  Era idéntica a la original, sólo que cantada a medias con el Duque Blanco, interpretando cada uno párrafos del tema y el estribillo interpretado a medias.  A principios de este siglo circuló por la Red esta interesantísima versión, no sé si actualmente aún se puede conseguir, imagino que sí.
























David Bowie
y Brian Molko


Es curioso que siendo el Amor el motor de tantas doctrinas y manifestaciones del Arte, en Música, algo que sea amoroso es sinónimo de romántico y lo romántico se suele identificar con tranquilidad, calma, jamás con un punteo de guitarra eléctrica, o con alguna canción de ritmo sincopado.  En el campo del Romanticismo estuvo el siguiente invitado, Roy Orbison, que supo cantarle con esmero y entrega a la mujer en general y a ninguna en concreto.  Su éxito por antonomasia sería Oh, Pretty Woman allá por 1965.  Del LP titulado así extraemos su sentido It's Over, Se acabó, punto y final en una relación amorosa que se ha ido a pique.




Roy Orbison
(1936-1988)



























Después con el paso de los años se mantendría activo actuando en vivo y colaborando con viejos amigos en proyectos como The Traveling Wilburys.    





The Traveling Wilburys


El broche y final a este Especial Luces y Sombras del Amor lo ponen The Beatles, cuyas canciones giraron siempre alrededor del Amor, punto de fuga y centro de gravedad del universo Beatle.  Sí, es difícil escoger sólo un tema pero me he decidido por una canción incluida en el LP Help!, el disco que recogía en la Cara A la banda sonora de la película del mismo título dirigida por Richard Lester en 1965.  En la Cara B está It's Only Love, una de esas canciones de John Lennon que no necesitaba mucha duración de tiempo (apenas 1 minuto y 56 segundos) para que se quedara en la memoria del corazón.



  



































Con el cuarteto de Liverpool terminamos.  Habrá una segunda entrega dedicada a los avatares del Amor en un futuro no muy lejano.
Cuídate, que ya queda menos para que nos podamos abrazar.

Espero que te guste el programa.


Enlace:

https://radiotomares.wordpress.com/2015/01/28/ciclope-3-0-20-01-15/







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