miércoles, 31 de diciembre de 2025

Libros Oscuros


Fotograma de la película Fausto, de 1926,
dirigida por F.W. Murnau


La última entrada en el blog Lágrimas de Valium de este año 2025 lleva la etiqueta de Literatura, Libros, aunque no se trate de libros de lectura sugerida como es habitual cuando se utiliza la clasificación de Literatura, Libros recomendados...  No te tomo del brazo como a un amigo y te digo: Oye, lee esto que es magnífico.  Sí te aconsejo: ¡Cuidado!  Lectura tóxica.  Todo comienza en estos días festivos de Navidad, ordenando libros en las baldas de la biblioteca de casa, haciendo sitio para los próximos inquilinos que se supone vendrán la mañana del Día de Reyes, si sus majestades de Oriente tienen a bien cumplir con los deseos de la carta escrita como todos los años.  Y empujando  unos ejemplares, subiendo y bajando otros, me he encontrado con dos obras que me parecen curiosas por su rareza y, especialmente, por su alta toxicidad.  
Para quienes vivimos la España franquista sabemos cómo funcionaba la educación en los colegios y el ambiente doméstico y casero, caracterizado por un catolicismo rancio y profundo.  Por supuesto en casas donde imperaba el nacionalcatolicismo.  Pero, ya fuese por convicción, o porque había que disimular, las buenas formas estuvieron más que presentes porque, ser ateo en aquel entonces, era sinónimo de revolucionario comunista y eso ya sabemos qué consecuencias tenía.  Todo estaba impregnado de Dios y la sociedad era como si estuviera formada por sacerdotes y monjas pero sin vestir hábito alguno.  Las recomendaciones para disfrutar del ocio de la infancia y la juventud eran claras y precisas.  En el campo de las lecturas había una literatura de formación muy común en las bibliotecas familiares de España que llegaban también a Hispanoamérica.  Y en estos días, limpiando el polvo de los estantes superiores de la biblioteca de casa, reubicando libros, me he encontrado con dos perlas oscuras de aquellos tiempos, cuando era un adolescente de 14 años recién cumplidos y ante tantas preguntas, dudas y otros procesos lógicos relacionados con la existencia, los adultos de casa me aconsejaron que leyese El libro del joven, original del médico francés, Dr. Carnot.


                     


También estaba El libro de la joven, pero este estaba dirigido al mundo femenino así como El libro del joven estaba indicado para el mundo masculino.  Ya se sabe: los niños con los niños, las niñas con las niñas.



















Te preguntarás quién era este tal Doctor Carnot.  Su nombre real era Paul-Anselme Chanson (1885-1967).  Fue un escritor, conferenciante y ensayista francés especializado en temas de pedagogía, moral y orientación para la juventud.  No hay ninguna foto suya, tan solo una reseña de Edith Carnot, hija del médico y albacea de una obra literaria que comenzó allá por los años 40 y 50 del siglo pasado.  Ella habla poco de su padre y lo hace citándolo en tercera persona: él fue un afamado médico francés especializado en Ginecología y Urología que dejó escritos una serie de libros de carácter divulgativo-científico sobre el sexo y el amor.  El primero de los dos volúmenes fue el dedicado al mundo masculino, El libro del joven, publicado por primera vez en Francia en 1959 con el título Au service de l'amour.  Edition masculine.  En 1972 iba por la decimotercera edición y sería la decimocuarta, de 1974, la que se tradujera en España por Abel Ausus y se editara en Studium Ediciones.  ¿Y de qué trata?  El autor presenta una recomendación preliminar de la siguiente manera:
Redactado este libro para jóvenes en edad de ir al Servicio Militar, contiene explicaciones lo más precisas posible, sobre todo lo que concierne al amor en el orden fisiológico e incluso en el orden afectivo.  Era preferible ser completo, ya que, entre muchachos, se aborda cualquier tema.  Además, he pensado que el libro compuesto así podría prestar también auténticos servicios durante los primeros años de la vida conyugal.  A los muchachos más jóvenes que quisieran leer estas páginas, les aconsejo no hacerlo sin haber pedido consejo a sus padres.  El padre leerá el libro y juzgará si, por razón de las circunstancias, puede leerse con provecho.  O bien, encontrará, sin duda, preferible servirse de él como de guía para charlar con su hijo.
Para acabar la introducción, 
El autor recomienda no dejar este libro al alcance de los adolescentes que no tengan edad para leerlo con provecho.
A través de una serie de capítulos con títulos como Descripción y funcionamiento del aparato genital masculino (incluyendo esquemas, ilustraciones como se pueden encontrar en cualquier Enciclopedia o libro de Ciencias), El aparato genital femenino, etcétera, la obra tiene una meta y un sentido concreto: la vida matrimonial y la procreación.  Se reseñan los peligros de la libertad sexual, las posibles enfermedades venéreas, un insultante capítulo dedicado a la frigidez femenina y a sus posibles causas: rudeza del marido que abandona la ternura de los abrazos y besos cariñosos para actuar directamente según unos instintos egoístas; la infidelidad del marido que puede crear cierto recelo en la esposa predisponiéndola negativamente ante el acto sexual...
El libro de la joven, cuyo título original es Au service de l'amour.  Edition féminine, vio la luz en Francia en octubre de 1961.  Escrito con el aliento de Edith Carnot, la hija del doctor, supervisando la obra por encima del hombro de su padre, es la otra cara de la moneda de este díptico.  El libro del joven surge como sugerencia del hijo del autor: se encontraba haciendo el Servicio Militar y en uno de los permisos en el que vuelve al hogar, durante la comida, le sugiere al padre que escriba un libro hablando de las verdades absolutas sobre la sexualidad tal y como él, el doctor Carnot, había educado a sus hijos.  Que la ignorancia y el desconocimiento que ostentaban sus compañeros de milicias hacía necesario una obra de carácter científico pero pedagógico, que explicara los beneficios y maravillas de la vida matrimonial.  El padre le hizo caso pero despertó los celos de la hija que, al cabo de pocos años después y tras vivir obsesionada con la idea, consiguió que el progenitor hablase también de las jóvenes.  Se editó Au service de l'amour. Edition féminine en París, publicada por Editions Beaulieu en octubre de 1961 como está indicado más arriba.  En el mes de abril de 1968,  llegó a España, publicándose también en Studium Ediciones y también con traducción de Abel Ausus.  Como sucedió que tanto una obra como otra, la edición masculina y la edición femenina, tenían constantes correcciones que ampliaban conceptos, la edición española de El libro de la joven siguió las últimas revisiones realizadas en la última, por aquel entonces, reedición francesa del libro: la número 130.
Si El libro del joven comenzaba con el análisis pormenorizado del aparato genital masculino, tarjeta de presentación un tanto priápica, en el caso del Libro de la joven la introducción es más hollywoodiense: Para mejor comprender el amor.  ¡Oh, Roger!  L'amour, toujours l'amour...  Sí, sí, el Amor, porque la esencia del tratado científico sobre La Joven es contundente: la maternidad.  El capítulo titulado El desarrollo de la mujer lo deja claro:
La constitución física de la mujer -lo mismo que los dones morales y espirituales que emanan de su corazón, de su espíritu y de su alma-, la predisponen a la Maternidad.  Por tanto, está hecha FISICA y MORALMENTE para ser esposa y madre.  La Maternidad es el desarrollo normal de la mujer; al fundar una familia, la mujer realiza su destino, obedece a la llamada de la Naturaleza, se introduce en el camino de la felicidad.
Las mayúsculas no las pongo yo, vienen así tal cual las he transcrito del texto original.  El libro de la joven incluye también una guía, un panegírico sobre cómo escoger al novio apropiado que llegará a ser el marido justo y cabal.
Son obras profundamente influenciadas por la moral católica de la época, que buscaban equilibrar la formación del carácter con la educación biológica y espiritual.  Trataban temas que en aquel entonces eran tabú o difíciles de abordar en familia: la pubertad, el control de las emociones, la elección de carrera, el noviazgo y el sentido de la responsabilidad.  Fíjate que, en su momento, estos libros fueron innovadores porque intentaban hablar de tú a tú al adolescente, aunque hoy en día su lenguaje y sus consejos resultan excesivamente tradicionales y conservadores.  En la España de aquellos años sesenta los dos libros se vendieron como auténticos best-sellers aunque no quedara reflejado en ninguna estadística en prensa alguna.  Eran obras promocionadas en colegios de dirección religiosa y en algunos círculos tipo Grupos de Catecumenado y asociaciones de perfil católico dirigidas por un adulto que solían (y aún hoy en día siguen) haciendo propuestas de reflexión y meditación como: ¿Qué pide Jesús de mí?
De aquellos tiempos oscuros datan también otras dos obras literarias de recuerdo atroz: Amor. Diario de Daniel y Amar. Diario de Ana María, ambas del autor francés Michel Quoist.


Michel Quoist nació en Le Havre en 1921 y fallecía en 1997.  A los 18 años entró en el Seminario para ordenarse sacerdote en 1947.  Fue Doctor en Ciencias Sociales y Políticas por el Instituto Católico de París.  Creo que fue el único aspecto laico en su vida profesional, el nombre de la carrera universitaria con la que se doctoró, porque por lo demás su relación con el Estado Vaticano fue de entrega absoluta: coadjutor, consiliario de múltiples movimientos de Acción Católica, párroco, secretario general del comité episcopal francés para América Latina, responsable del servicio de vocaciones de la diócesis de Le Havre...  Fue también escritor, autor de dos libros de repercusión internacional, esos dos diarios (uno masculino, otro femenino) citados más arriba.  Fueron lecturas sugeridas y promocionadas como la lectura de los dos libros del Doctor Carnot, y al igual que aquellas, lecturas recomendadas tanto para ellos como para ellas, es decir, que una chica podía leer el libro dirigido a los jóvenes y un joven podía leer el que estaba dirigido a las chicas.  Más que podían: debían hacerlo.
Quoist publicó en 1956 Amor. Diario de Daniel, que sorprendió a la sociedad y cuyas ventas consiguieron que el libro se tradujera a diferentes idiomas.  En España recaló unos años después, allá por 1960, y se convirtió en uno de esos libros que, por su contenido, fueron divulgados en círculos familiares, amistades allegadas de la familia y núcleos de Acción Católica, como no podía ser menos, ya que la obra se prestaba al encomio de cualquier persona católica y bien intencionada.  El contenido es la historia de un muchacho cualquiera bajo unas circunstancias concretas: la falta de un padre o de un hermano mayor que actúe como referente para que ayude eficazmente en su formación.  Así la obra explica o muestra los diferentes problemas de los jóvenes en general y de los jóvenes de hoy en particular (de aquel final de los años 50 y principios de los 60) pero con una proyección en el futuro porque, los temas tratados, son comunes a cualquier época: relaciones con los padres, problemas sexuales, educación sentimental, educación del altruismo, descubrimiento del prójimo, del mundo y de sus problemas, amistades, estudios, porvenir, vida religiosa... 


Dentro de la unidad de vida es donde el hombre entero se desarrolla.  La doble acción de los compañeros y del sacerdote (figura del pedagogo) por una parte y la dualidad acción y entrega en favor de los demás son factores sobre los que se va a desarrollar la evolución de Daniel.  Sobre todo esa entrega a los demás, al prójimo, porque a través de ella el joven se libera de sí mismo y permite que Dios se introduzca en su vida y se le revele.

Dar. Diario de Ana María, lo publicó Quoist en 1962 y en España tardó tan sólo un año en ser editado por Herder.  No poseo los ejemplares de uno y otro libro pero sí las anotaciones (editorial, edición...) que hice cuando los leí y según dichas notas la traducción corría a cargo de Ramón María Sans Vila.

El Diario de Ana María cuenta la vida de una adolescente en camino hacia la juventud: de carácter altamente emocional, Ana María entregará a su Diario reflexiones sobre la amistad con otras chicas, los trastornos físicos y psicológicos derivados del proceso de la menstruación, el cansancio y aburrimiento de su propia sensibilidad, la estructuración de un camino que conduce al esfuerzo por alcanzar el verdadero Amor. 
Entre aquellas lecturas que hice con 14 años se encontraban estas dos obras más las dos anteriores, las del Doctor Carnot.  Quedaba un obstáculo más que saltar y fue el libro La vida sale al encuentro de José Luis Martín Vigil (1919-2011.

José Luis Martín Vigil fue sacerdote y escritor español.  Perteneció a la Compañía de Jesús desde 1948 a 1958 y continuó ejerciendo el sacerdocio hasta finales de los años 1960.  
Martín Vigil fue afín al régimen franquista tanto que, en la Guerra Civil, luchó en las filas del bando sublevado.  Su producción literaria fue pródiga en narrativa, y cultivó, aunque menos, el ensayo.  Escribió novelas desde 1955 hasta 1994 de las cuales la primera, La vida sale al encuentro, escrita y publicada en 1955, tuvo una repercusión considerable en el cono Sur de América, sobre todo en México.

La novela cuenta 
la historia de un adolescente, su vida, sus amigos, su lucha desesperada por mantenerse puro y virgen... Recuerdo con horror la descripción de cinco o seis páginas donde, el protagonista, tiene que luchar con sus instintos más bajos porque le ha prestado un libro de Geografía a un compañero y este se lo devuelve envenenado: entre sus páginas encuentra un calendario de bolsillo ilustrado con una foto pornográfica.  El protagonista se queda hechizado por lo que muestra la foto, no puede dejar de pensar en lo que ha visto, vuelve una y otra vez a mirar, con lujuria galopante, lo que ha descubierto: en la foto (recuerda, pornográfica), se ve a una modelo vestida tan solo con un bikini mínimo, extraordinariamente sensual, provocativo y erótico.  Lo mira una vez, una, y ya no puede dormir, ni pensar, ni nada de nada, porque la tumefacción de su miembro, de su apéndice masculino, amenaza con explotar, tal es la erección que tiene.  Irremediablemente, sudoroso y con temblores, abre las páginas del libro donde se esconde la ínclita ocasión de pecar.  Y sí, cae en la tentación, y sí, comete el terrible Pecado de Onán: se masturba.  ¡Horror de horrores!  ¡Lo que ha hecho!  No descansa hasta desahogarse a través de la confesión con un sacerdote.
Martín Vigil, después de esta obra de presentación, escribió novelas ambientadas en la Guerra Civil como Muerte a los curas, Los curas comunistas, por citar algunas obras con esa temática.
En 1976 fue denunciado por pederastia pero la denuncia no prosperó.  La Compañía de Jesús, en el marco de una investigación interna, reveló en 2023 que tuvo dos denuncias de abuso de menores contra Martín Vigil entre 1957 y 1958 mientras estaba en Salamanca, obligándole a dejar la orden, aunque no fue denunciado a las autoridades.  Se trasladó entonces a la diócesis de Oviedo donde siguió ejerciendo el sacerdocio durante una década.  Allí fue denunciado por otros dos casos que llevaron a que el entonces obispo, Vicente Enrique y Tarancón, le echara de la diócesis a mediados de la década de 1960.  
Volviendo al principio, se podría pensar que, tanto El Libro del Joven como El Libro de la Joven, son perlas oscuras que ya no se encuentran si no es en el mercado de libros de segunda mano.  Pues no, son dos obras que se siguen reeditando, que van ya por un número de reedición desorbitado (edición número 300 y pico) y se siguen vendiendo.  Si consultas los catálogos de librerías on line de Internet, las secciones de libros de algunas macro tiendas, plataformas de la Red, te encontrarás con ellas.  Porque aún hay público para eso y máxime en estos tiempos que nos han tocado vivir donde el pensamiento extremo, las doctrinas ultra-conservadoras y otros espectros siniestros, reciben, promueven y exaltan, contenidos así, iluminados por la intransigencia más absoluta.  A veces, cuando leo los periódicos, veo los informativos de televisión o escucho los boletines de la radio, me da la sensación de que el Mundo se ha vuelto una película de Bud Spencer de bajo presupuesto, con malos perversos que únicamente se pueden vencer a sopapo limpio, como pasaba en las películas del titánico héroe.  Se podría decir aquello que cantaba el grupo AsfaltoVen Capitán Trueno, haz que gane el bueno.
Ven Capitán Trueno que el mundo está al revés.  
Termina esta entrada sobre libros oscuros con una obra de Antonio Garmendia de Otaola titulada Lecturas buenas y malas a la luz del dogma y de la moral


     
Antonio Garmendia de Otaola, sacerdote jesuíta, nacía en Beasain, Guipúzcoa, en 1905, y fallecía en Bilbao en 1971.  Este colérico autor la emprendió con dos manifestaciones del Arte: la literatura y el cine.  Fue una especie de brazo alargado de aquel siniestro Índice de Libros Prohibidos creado por el Estado Vaticano en 1559 con el Papa Paulo IV sentado en el trono papal.  Esa fue la fecha oficial del nacimiento del Índice aunque había tenido un precedente entre 1551 y 1554, cuando la Inquisición española, bajo el mando de Fernando de Valdés y Salas y la Universidad de Lovaina, redactaron sus propios catálogos de libros prohibidos antes de que el Vaticano publicara la lista universal.  Sin embargo, debido a que el criterio de Paulo IV fue considerado demasiado severo, tras la fecha de clausura del Concilio de Trento en diciembre de 1563, el Papa Pío IV publicó una versión revisada en la que aparecen las 10 Reglas que regirían la censura de libros durante los siglos siguientes.  
El Índice de Libros Prohibidos fue oficialmente suprimido por el Papa Pablo VI el 14 de junio de 1966, tras la clausura del Concilio Vaticano II.  Con esta decisión, se eliminaron las censuras y sanciones (como la excomunión) que recaían sobre quienes leyeran los libros incluidos en la lista.  Pero eso fue en 1966 y la obra Lecturas buenas y malas a la luz del dogma y de la moral, de Antonio Garmendia de Otaola, data de 1955.  Aún quedaba tiempo si no para quemar a alguien, sí para inducir a las tinieblas del alma con argumentos elocuentes a quien se atreviera a adentrarse en las páginas de los libros escritos, por ejemplo, de André Gide, del que recordaba que toda su obra aparece condenada en el Índice.  Garmendia de Otaola, sobre todo, confirma el Índice de Libros Prohibidos y mete los dedos en la literatura de carácter popular (persigue las novelas policíacas por su mal ambiente, capaz de mal criar a los lectores más jóvenes).  Su legado quedó recogido, sobre todo, en el tono de censor que mantuvo con respecto al Cine, guiones y filosofía de realizadores habitualmente extranjeros.  Es fácil de encontrar en el mercado de segunda mano copias, y a buen precio, de este Lecturas buenas y malas a la luz del dogma y de la moral, un libro para ojear buscando algún autor conocido, para saber cómo fue catalogado por este artífice de la censura.
En otra ocasión hablaremos del ínclito Índice de Libros Prohibidos, desmenuzaremos con más detalle todo el proceso de su creación y desarrollo.  Por hoy lo dejamos aquí.
Feliz Salida del año 2025 y más Feliz Entrada del nuevo 2026.  Para el nuevo año deseo a todos los que estáis ahí a ese otro lado, Salud y poder seguir ejerciendo la Libertad.
Hasta el año que viene.


No hay comentarios:

Publicar un comentario