jueves, 28 de febrero de 2019

Cíclope 3.0 - 26-02-19




Dionisio
 de Caravaggio


Cíclope 3.0 del martes 26 de febrero de 2019.  En ésta edición, el Cíclope se centra en un disco del que hace poco podíamos escuchar tan solo unos minutos porque no nos dio tiempo para más.  Hoy, no.  Hoy suena al completo Dyonisus, el nuevo trabajo firmado por Lisa Gerrard y Brendan Perry, o lo que es lo mismo: Dead Can Dance.


Portada del nuevo álbum de Dead Can Dance,
Dyonisus - 2018

Hacía seis años que Dead Can Dance no se reunían en un estudio de grabación.  El álbum anterior, Anastasis, se publicaba en el año 2012.  Cierto es que entre éste y el nuevo trabajo hay otro disco aparecido en el año 2013 titulado In Concert, grabado en directo y que no es otra cosa que la gira de promoción de Anastasis, si bien incluyen temas que no aparecen en su discografía como es el caso de la versión que realiza Brendan Perry de la canción original de Tim Buckley Song to the Siren.  Suena en el programa de hoy, al final.  Pero acabamos de empezar y entramos recuperando aquel Anastasis de 2012.




Después de 16 años sin entrar en los estudios para grabar material nuevo (lo último antes de Anastasis fue Spiritchaser de 1996), Dead Can Dance volvía dejando atrás una relación comercial con el sello discográfico escocés 4AD, con quien habían publicado desde 1984 hasta 1996.  Cambio de casa discográfica pero  sin perder y manteniendo el mismo espíritu de búsqueda y mezcla que les caracteriza desde sus comienzos, en pleno siglo XXI, vuelven con éste álbum con título de reminiscencia griega: la palabra anastasis es la traducción del término griego resurrección.  En ciertos aspectos más reducidos, ésta resurrección se refiere al episodio narrado en el Evangelio Apócrifo de Nicodemo donde Jesucristo desciende a los Infiernos o Limbo de los Patriarcas, con el fin de purificarse y acceder al reino de los Cielos.  Lo que conecta con el mundo Dead Can Dance es la representación de dicha resurrección en las iglesias del periodo bizantino, época que le es muy querida a Lisa Gerrard.  El disco Anastasis nos presenta, como es habitual en el proyecto DCD, composiciones cantadas por Gerrard o por Perry.  La instrumentación sigue ampliando matices y la paleta colorista de sonidos se hace cada vez más rica y caleidoscópica.  Y cuando parecía que DCD habían vuelto para quedarse, se abre otra temporada de silencio colectivo.  Siguen por separado dedicados a la música: Lisa Gerrard componiendo bandas sonoras de películas a medias con otros compositores y realizando intervenciones en proyectos de otros músicos.  La lista es inmensa.



Lisa Gerrard
Por su lado, Brendan Perry, sigue impartiendo talleres de música en su casa, en Quivvy Church, una antigua iglesia de 1885, situada en Bertulbet, County Cavan, Irlanda, que adquirió en 1992 convirtiéndola en, además de su hogar, en estudio de grabación, donde da esas interesantes clases sobre percusión.  Corta discografia formada por 2 álbumes pero interesante.


Brendan Perry

Es lo habitual en DCD, que una composición la cante uno y otra composición la cante la otra voz.  Esto, en Dyonisus, el trabajo aparecido a finales del año pasado 2018, es menos frecuente.  Se recurre más al canto a dúo que por separado.  El trabajo está estructurado en dos actos o partes, a su vez subdivididos en secciones que no están separadas sino resueltas sin solución de continuidad.  El Acto I (16'42") se compone de tres movimientos: Sea borne - Liberator of Minds - Dance of the Bacchantes.  El Acto II (19'28") se resuelve a través de sus cuatro subdivisiones: The Mountain - The Invocation - The Forest - Psychopomp.
Es probablemente, uno de los discos más complejos de DCD por ser un trabajo conceptual que gira alrededor de una imagen plural, la del dios griego del vino y el éxtasis, Dionisio.  La estructura musical de la obra prescinde de ese enfoque individual de canciones que habitualmente es la forma en la que trabajan Gerrard Perry para ahondar en la parte más plural, en las voces cantando a coro.  No es de extrañar ya que, al ser un álbum conceptual, referido al mundo griego, en las Tragedias griegas, la figura del Coro era fundamental, tanto que a veces lleva más peso que la intervención individual de los personajes.  De ahí ésta pluralidad en las voces, esta multiplicidad que se traduce en la utilización de instrumentos interesantes y curiosos como los que toca Brendan Perry, a saber: el laúd árabe conocido como oud. 



Oud














La flauta de origen eslovaco conocida como fujara, de grandes dimensiones (2 metros) y utilizada por los pastores.


La flauta fujara


















Instrumentos de percusión, como el bombo original de Oriente Medio conocido con el nombre de davul.


Davul

Estos instrumentos y algunos más representan el arsenal sonoro de Brendan Perry que, cuando se combinan con la excepcional voz de Lisa Gerrard, tejen un tapiz sonoro embriagador, una hoguera que eleva una espiral de humo aromático con ecos pre-bizantinos, cantos primitivos y ritos antiguos.  El disco es una compilación de ritmos tribales y una melodía que se va desenrollando como una serpentina festiva enmarañada de perfiles mediterráneos y norteafricanos.


Dead Can Dance
en concierto

Hay grabaciones de campo verdaderamente curiosas porque se han realizado en lugares tan dispares como Suiza, donde se han recogido sonidos de rebaños de cabra con los silbidos de los pastores, en Sudamérica llamadas de aves, y en Nueva Zelanda en zumbido de las abejas obreras en sus colmenas.  Lisa llega a imitar el balar de una cabra.  ¿Por qué esta disparidad, estos lugares?  No lo sé.  Perry y Gerrard que llevan años buscando inspiración en la Mitología general, reconocen que todos esos relatos sobre orígenes son, en gran medida, inmunes a la disparidad cultural.  Sonoramente se asemejan a una banda sonora para el éxtasis religioso, el sexo, la vinificación de la locura.
Dyonisus de Dead Can Dance es un trabajo ambiguo, porque ambigua llega a ser la figura del dios griego: a menudo representado en jarrones mirando al espectador, pero cubierto con una máscara.  En la antigüedad, cada dios estaba representado con forma humana, excepto Dionisio: mitad hombre mitad mujer, mitad humano mitad animal, como los descendientes de Pan, los sátiros, que acompañaban al cortejo del dios del Vino, con medio cuerpo humano y de cintura para abajo cuerpo animal.
Dionisio, plural, ambiguo, indefinible.  Dyonisus de Dead Can Dance, rico en matices, ejecución e ideas.  Para cerrar el programa de hoy recurrimos al álbum In Concert, del año 2013, grabado en vivo y que recoge parte de la promoción de aquel Anastasis de un año anterior.  Como curiosidad, este In Concert incluye una versión interesante por ser distinta a la original Song to the Siren de Tim Buckley y especialmente diferente a la que grabó Elizabeth Fraser en el primer álbum del colectivo This Mortal Coil.

Espero que te guste el programa.


Enlace para escucharlo/descargarlo:

http://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-26-02-19







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