viernes, 14 de septiembre de 2018

Cíclope 3.0 - 11-09-18





Skye Edwards


En la sintonia de Radio Tomares, Cíclope 3.0 del martes 11 de septiembre de 2018.  Ésta edición es uno de esos casos particularmente eclécticos en la selección que nos trae el Cíclope.  Si de eclecticismo se trata, comenzamos con un trío que mezcla estructuras electrónicas, reggae, rock, blues... todo, trufado por el factor humano de la voz.  Lo electrónico lo ponen los hermanos Godfrey, Paul y Ross; el elemento humano, la excepcional voz de una mujer, Skye Edwards.  A los tres juntos se les conoce como Morcheeba y han vuelto tras cinco años de silencio con un nuevo trabajo, Blaze Away, que es precisamente el disco con el que comienza el programa de hoy.



Morcheeba
  



Si no llevo mal la cuenta, éste es el décimo trabajo de la banda aunque con algunos cambios porque, de los hermanos Godfrey se ha marchado Paul, el DJ, quedando sólo su hermano Ross, multinstrumentista, como parte del factor relacionado con máquinas e instrumentos.  Ya se dieron otros cambios en el trío, concretamente cuando Skye Edwards, la vocalista, se tomó un tiempo para volar en solitario.  Grabó entre los años 1996 y 2002, después se alejó.  Pero volvió en 2010 y ha continuado hasta hoy.  Blaze Away tiene su voz como columna vertebral pero hay otras colaboraciones en la parte vocal como por ejemplo la del rapero y productor británico Rodney Hilton Smith, más conocido como Roots Manuva.



Roots Manuva
   
No es la primera vez que una voz masculina participa de la música de Morcheeba.  El álbum del año 2008, Dive Deep, tuvo como vocalista al músico de origen noruego Thomas Dybdahl que sustituyó a Skye temporalmente.



Thomas Dybdahl

Otra voz masculina que participa de ésta nueva entrega de Morcheeba es la del cantautor, compositor, músico y productor discográfico francés Benjamin Biolay.



Benjamin Biolay


La voz de la cantante de Jazz, Amanda Zamolo, es la última colaboración que hay en éste último álbum de Morcheeba.



Amanda Zamolo


Es curioso que, una gran mayoría de seguidores de Morcheeba, se decanten por el álbum del año 2005 titulado The Antidote, como el disco favorito del trío.  Digo que es curioso porque en ese álbum no estaba Skye como vocalista, quien cantaba es Daisy Martey, cantante, compositora, autora de dramas y guionista de cine británica.  Forma parte del proyecto Noonday Underground junto al DJ Simon Dine y sustituyó temporalmente a la vocalista oficial que es un elemento fundamental en el espectro musical de Morcheeba.  Que Daisy Martey no lo hace nada mal es una obviedad, pero no es Skye.



Daisy Martey























Noonday Underground
 (En el centro Daisy Martey, a la derecha Simon Dine 



















Y trufando algunas composiciones del último álbum de Morcheeba, algún tema de Skye Edwards en solitario.



Skye

Shirley Klaris Yonavieve Edwards, apodada con la inicial de su triple nombre y apellido (S K Y E), es cantante y compositora de origen británico.  Comenzó su andadura musical con Morcheeba y estará desde el comienzo en 1996 y durante los años 1998, 2000 y 2002.  No sería hasta el año 2006 cuando desarrolle una actividad en solitario reflejada a lo largo de cuatro álbumes.



2006

























2009



2012
























2015


Volvería al seno del trío en el año 2010 por lo que sus dos últimos discos en solitario los graba de forma paralela a su trabajo con los últimos de Morcheeba.  El Cíclope se centra en su disco en solitario del año 2009, Keeping Secrets.
Como el último corte que escuchamos del álbum Blaze Away es el interpretado por Benjamin Biolay, en francés, damos un salto al país vecino para recuperar las buenas vibraciones de un músico llamado Dominique A.




Dominique A.

En Francia a principios de los 90, Dominique A., cuyo nombre real es Dominique Ané, nacido en Provins, Île-de-France, en 1968, mostró el camino para aquellos artistas que deseaban seguir cantando en su lengua natal sin dejar de lado las influencias Pop del extranjero.  Con frecuencia solía presentarse sólo en el escenario, con sintetizadores, guitarras y micrófonos en un estilo minimalista que lo hizo famoso.  Fue al descubrir el álbum L'Imprudence del músico también francés Alain Bashung cuando decidió agregar más sofisticación a su música, cerrando así el primer capítulo de su carrera y entrando en nuevas etapas de creación musical y lírica.  Aunque algunos críticos sorprendidos no siguieron a Dominique A. en su nueva fórmula cada vez más desafiante, él siguió insistiendo en ello, añadiendo más y más influencias literarias y sutileza musical a su material.  La edición en 2006 de L'Horizon fue muy bien recibida como el momento culminante de esta nueva era, tanto por parte de los críticos musicales como por su base de admiradores.  Aunque tiene nuevo trabajo firmado en este 2018, el Cíclope recupera un tema del citado L'Horizon del año 2006 y otro del año 2015.
Por continuar con la lengua francófona nos quedamos en Bélgica para recuperar el dramatismo de una figura tan importante como fue, y sigue siendo, la de Jacques Brel.



Jacques Brel
(1929-1978)


De Brel podemos escoger un montón de canciones pero el Cíclope se queda con el álbum de 1962, Les Bourgeois, y en concreto la que le dedicó a los Países Bajos, Le Plat Pays.
Girando alrededor de la figura de éste músico hay una serie de compositores e intérpretes que siempre han mostrado su admiración por lo que hizo, como por ejemplo el británico Marc Almond.
Almond, en 1989, editó un álbum integramente dedicado a la figura de Brel, un disco titulado Jacques donde transcribía al inglés composiciones cantadas en francés.  El resultado, como es habitual en cualquier proyecto que se embarque el antiguo miembro de Soft Cell, fue brillante.  El dramatismo del tema original L'Eclusier que Brel incluyó en su álbum de 1968, J'Arrive, transformado en The Lockman por Almond es extraordinario: un teclado que marca la atmósfera, un acordeón, breve, al comienzo y al final, y el sonido ambiente de unos niños jugando y el murmullo del agua sobre la que sobrevuelan gaviotas, es todo lo que necesitó Almond para realizar un homenaje sentido hacia su admirado compositor e intérprete belga.  No se quedó solo en esa composición, el álbum Jacques es un disco formado integramente por versiones de temas de Brel.



Marc Almond








































Si hablamos de admiración por Brel, no puede faltar un músico que, a lo largo de su discografía, ha ido mostrando su amor y pasión por el compositor e intérprete de canciones inmortales como Ne Me Quitte Pas.  Ese músico en cuestión no es otro que Scott Walker.



Scott Walker


Nacido Noel Scott Engel en Hamilton, Ohio, en 1943, adoptó el apellido artístico Walker desde los años 60, cuando formó parte del trío de música Pop The Walker Brothers junto a John Maus y Gary Leeds, que a su vez tomaron el apellido artístico Walker.  Entre los tres no existía ningún parentesco, a pesar del apellido.  La música de The Walker Brothers estuvo caracterizada por el arrebato romántico de composiciones con arreglos orquestales grandiosos.  El gran éxito del grupo fue en 1966 cuando dieron a conocer The Sun Ain't Gonna Shine Anymore, que se convirtió rápidamente en un himno romántico de los 60 y que influyó años después en bandas como The Icicle Works en canciones como Love is a Wonderful Colour.



The Walker Brothers
 (De izquierda a derecha: 
John Maus, Scott Walker y Gary Leeds)

Los Hermanos Caminantes, que como ya hemos dicho ni eran hermanos y sabe Dios si caminarían mucho o poco, se disolvieron tras ese éxito de 1966.  Se volvieron a reunir, ocasionalmente, en 1975 y dejaron unos pocos discos para desaparecer completamente.  Scott había comenzado una carrera en solitario que se inició en 1967 y cuya discografía es particularmente interesante.
En aquellos años, mediada la década de los 60, se convirtió en un músico de sesión reputado como guitarra bajo.  Así es como conseguía vivir día a día, como músico de estudio y como actor.  Eddie Fisher, que fue cantante y marido de Elizabeth Taylor, tenía desde la década de los 50, una serie de televisión donde Scott interpretaba un papel.  Ya tenía experiencia como actor por haber participado, siendo muy joven, en el programa de otro cantante famoso de aquella década de los 50, Frankie Avalon.  Así que, entre papeles en series populares de televisión y las sesiones de músico de estudio, Scott Walker sacaba tiempo para ir construyendo las canciones que escribía, sin olvidar en aquellos discos de mediados de los 60 y parte de los 70, sin olvidar como digo a su gran admirado Jacques Brel.  En sus tres primeros trabajos abundan las versiones de alguna canción de Brel.  En Scott, de 1967, hay tres canciones; en Scott 2, de 1968, otras tres; Scott 3, de 1969, de nuevo tres canciones entre las que se encuentra la que recoge el Cíclope para conectar con Brel, la versión en inglés del tema original Ne me quitte pas, traducido al inglés como If You Go Away.




Sería en 1969 cuando daría a conocer un disco integramente compuesto por él, Scott 4, y con alguna que otra peculiaridad como es el caso del tema titulado Old Man's Back Again (Dedicated to the Neo Stalinist Regime).



Scott Walker
 mediada la década de los 60


Recorrerá un amplio abanico de composiciones queridas y admiradas así como una larga nómina de músicos a los que versionea con un buen gusto extraordinario: Henry Mancini, Burt Bacharach, Caetano Veloso, David Gates (del grupo Bread), Paul Anka, Joan Baez...  En 1969, después de ese espléndido Scott 4, grabaría un disco especie de compás de espera reuniendo canciones de series de televisión en las que había trabajado como actor, composiciones propias que aparecían en las bandas sonoras de dichos programas.  Continúa a lo largo de los años 70 grabando y editando en 1970, 1972, 1973 y 1974 y después...nada...el más absoluto silencio...no se tienen noticias suyas, no se sabe nada de él, excepto que vive en Inglaterra, cosa que era sabida desde mediados de la década de los 60 cuando, estando en el seno del trío The Walker Brothers, se trasladó al Reino Unido.  Por lo demás era como si se lo hubiera tragado la tierra.  Y en 1984, diez años después de su última grabación, Scott Walker reaparece, muy cambiado, físicamente, y con un álbum muy interesante, Climate of Hunter, con colaboraciones como la de Mark Isham en la trompeta o Mark Knopfler en la guitarra.  Tiene temas muy buenos y el Cíclope se decanta por La mujer del sonámbulo.




Si entre el disco de 1974 y el siguiente transcurrieron diez años, parece que esa periodicidad es lo que ha escogido Scott para dar a conocer la música que hace actualmente.  En 1984 rompía el silencio férreo en el que se había posicionado, pero es que se tomó 10 años para editar su siguiente trabajo, Tilt, en 1995.  Éste es un disco con el que hay que tener cuidado porque Scott Walker, desde entonces, compone y elabora una música particularmente difícil, atonal, a la que hay que dedicarle tiempo.  Por su estética, por su contenido, sus formas, entra en el campo de lo que se conoce como Vanguardia, por lo incalificable de sus estructuras.



Scott Walker
 - Tilt - 1995


No 10 sino 11 años transcurren entre Tilt y The Drift.  La experimentación se ha hecho la clave de la música de Scott Walker y esto es algo que no pasa desapercibido para el prestigioso sello discográfico escocés 4AD que se encargará, a partir del año 2006, de publicar los discos del músico.  The Drift sigue los vericuetos del anterior trabajo y en el año 2006 ve la luz una interesantísima película-documental sobre la figura de Scott, Scott Walker: 30 Century Man.  Escrita y dirigida por Stephen Kijak, la cinta es una semblanza de la labor artística de nuestro hombre.  Entrevistas y opiniones de figuras como Brian Eno, David Bowie o Marc Almond, entre otros, hace de este documental una pieza importante para acercarse o recrearse en la figura del compositor.  La música es de él, de Scott, pero interpretada por otros músicos.  El director, al plantearse utilizar las canciones originales, se encontró con un problema: derechos de autor que están implicados en sellos discográficos tal vez desaparecidos o reconvertidos en otras empresas, algo que puede ser una auténtica pesadilla que haga que el trabajo se demore excesivamente.  Encontró la solución haciendo que fueran otros los que interpretaran las canciones originales de Scott, y así, entre Saint Etienne, Laurie Anderson, Ulrich Schnauss y otros, resolvieron la banda sonora, inspirada en canciones originales de Scott Walker.  La película-documental es altamente recomendable.




Seis años para cerrar la trilogía comenzada con Tilt, seguida de The Drift y cerrando con Bish Bosch,  año 2012, editada por 4AD y de tan difícil audición como las otras dos obras.  Acorta la entrega de un nuevo trabajo ya que Soused aparece en 2014, compartiendo labores creativas con la banda Sun O)))), también devotos seguidores de la vanguardia más abigarrada.




Para cerrar ésta edición de Cíclope 3.0 nos quedamos con Scott como compositor de banda sonora de película, la correspondiente a La Infancia de un Líder (The Childhood of a Leader), dirigida en el año 2015 por el realizador británico Brady Corbet con guión propio.  La cinta narra la historia de una familia norteamericana que vive en Francia durante el período de posguerra de la Primera Guerra Mundial.  La situación del país es el germen del fascismo que surgirá en varios lugares, y el benjamín de la familia será uno de sus líderes.
El cierre lo pone la pieza de apertura de dicha banda sonora.




Espero que te guste el programa.


Enlace para descargar y/o escuchar el programa:


http://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-11-09-18







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