Cíclope 3.0 del martes 11 de febrero de 2025. Estamos de cumpleaños porque el 11 de febrero de 2014 comenzaba a emitirse Cíclope 3.0 en la sintonía de Radio Tomares. Así que este martes 11 de febrero de 2025 cumplimos 11 años en antena con el programa número 493. En verdad la numeración no es correcta o al menos no se corresponde con la realidad porque ha habido más ediciones, lo que sucede es que, por circunstancias relacionadas con la Salud, ha habido que repetir espacios ya emitidos. Eso ocurrió, por ejemplo, durante el confinamiento provocado por la pandemia del COVID 19. O las veces que algún bache en la Salud personal de quien escribe le ha impedido estar ante el micrófono. Pero Cíclope 3.0 continúa, gracias a la labor técnica de Pablo Franco, Especialista de Sonido y Control, que hace posible que los sesenta minutos del programa se hagan realidad cada semana en Radio Tomares. Y con éste prólogo entramos en la narración sonora del programa de hoy que comienza con una canción contundente: Eleanor Rigby.
En la presentación afirmo que la edición de hoy tiene mucha cuerda. De hecho, Eleanor Rigby está resuelta con un cuarteto de cuerdas doble:
4 violines, 2 violas y 2 violonchelos. Aunque son 8 instrumentos no es un octeto. Un octeto es otra historia. Fue George Martin, el productor del grupo, el que le sugirió a McCartney doblar la formación de cuatro instrumentos, no utilizar una orquesta pequeña, ni un cuarteto solo, no: dos. Posteriormente, cuando Paul escribe Yesterday, en principio para guitarra y voz, sería Martin el que le sugirió el uso de un cuarteto para acentuar el carácter melancólico de la composición. El guitarra bajo se resistió pero al final reconoció que era imprescindible para lograr la cohesión que buscaba.
Eleanor Rigby, del LP Revolver de 1966 de los Beatles, un disco repleto de canciones encomiables. El tema está escogido precisamente por la cuerda, como este otro, aparecido años después y firmado por The Kinks.
Los hermanos Davies en los extremos de la foto: Ray, en la izquierda y Dave a la derecha. The Kinks en 1971, año de la publicación del álbum Muswell Hillbillies y también de la banda sonora de la película Percy.
Por cuestiones legales, por temas del contrato (al igual que Eleanor Rigby aparece atribuida al tándem Lennon-McCartney aunque está escrita por Paul McCartney) la banda sonora de Percy se da como original de The Kinks aunque en verdad quien la firma es Ray Davies.
La cinta Percy prácticamente no se vio en Estados Unidos, pero fue lo suficientemente popular como para dar lugar a una secuela, Percy's Progress, de 1974, también dirigida por Ralph Thomas pero sin el ingenio de Ray Davies en la banda sonora. Volvemos a él, a lo que son los diferentes fragmentos que conforman la música que suena en la película. Davies incluye una versión muy curiosa de la canción Lola, para esta ocasión instrumental. Resalta sobre todo esa capacidad que siempre mostró Ray para componer e interpretar baladas cargadas de emoción como es el caso del fragmento que recuperamos, el que se titula The Way Love Used To Be, resuelto por la voz y la guitarra acústica de Ray acompañado por una orquesta de cámara.
Podría parecer que, a medida que avanza el programa, vamos aumentando el número de cuerdas: arrancamos con dos cuartetos de cuerdas, seguimos con una orquesta de cámara...si eso fuese así, ahora tendríamos que escoger una composición en la que interviniera una orquesta filarmónica, o sinfónica, más o menos numerosa. Pero, no. En vez de ampliar vamos a simplificar: nos quedamos con un cuarteto de cuerdas porque el corazón de esta edición de Cíclope 3.0 está ocupado por la suite La vida de mi historia, para voz y cuarteto de cuerdas, la última creación de Martín León Soto, conocido artísticamente por el acrónimo formado por las primeras sílabas de su nombre y dos apellidos, MALESO.
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Diseño de la portada: Fernando Pinteño, sobre el lienzo El caminante sobre el mar de niebla del pintor alemán Caspar David Friedrich (1774-1840) |
La vida de mi historia es una suite de 12 partes o movimientos, 11 con voz y 1 instrumental. Está compuesta en letra y música por Martín León Soto, que se encarga también de los arreglos.
En esta ocasión, Martín no toca ningún instrumento, pone la voz y canta las letras que están a la misma altura que la música: forman un bucle indisociable que le dan a la obra la categoría de admirable. Los cuatro miembros del cuarteto, mirando la foto de izquierda a derecha, son: Rafael Muñoz-Torrero, violín 1, José Manuel García Belmonte, violín 2, MALESO, Blanca Arbea, viola, Alejandro Martínez, violonchello, y José Manuel González, director del cuarteto.
Las 12 partes de la suite La vida de mi historia se pueden escuchar de forma independiente pero he preferido que suenen en orden y completa, para captar la intencionalidad del autor, para escuchar cómo es la obra de principio a fin. Lo digo en la locución y lo repito: esta es una obra soberbia que tiene el ADN completo de Martín León Soto como creador: el contenido literario de las letras de cada uno de los movimientos así como todo el crisol de su capacidad como compositor. MALESO es un proceso de creatividad en constante progreso. Sus últimas obras han tenido voz y el acompañamiento espartano de una guitarra y un piano. Llegaba ahí después de haber hecho música y escribir letras acompañándose de varios instrumentos y ahora, lógicamente, tras desplegar las diferentes facetas del poliedro de esa creatividad colorista, se sitúa en el centro de la intimidad de la música y escribe una especie de compendio emocional formado por los relatos musicales Para entrar a vivir, Manzanilla, Geometría del amor, Conquistador, Canción capicúa, Hice daño, El once, Te quiero por la mañana, Dylan en We Are The World, Vieja provinciana, Eterno, Sobrevolaré Sevilla.
La vida de mi historia de MALESO es una espiral existencialista con la que logra una cota en su trayectoria creativa que es, sin lugar a dudas, digna de admiración, porque escribir una partitura musical que conjuga la realización con un cuarteto de cuerdas es algo muy serio no porque tenga que ver con el academicismo y se convierta en una manifestación cariacontecida y encorbatada, no por Dios, sino porque es una labor de funambulista, un trabajo en el que hay que tener mucho cuidado, mucho pulso, mucho conocimiento para armonizar voz, texto e instrumentación. Con esta obra, MALESO no rompe con su actividad anterior sino que la amplía, va hacia delante. Lo he dicho más arriba: es un proceso de creatividad en constante progreso.
Volveremos a escuchar las partes de la suite La vida de mi historia de MALESO pero ya lo haremos desordenando el orden, mezclando dos o tres, recuperándolas.
Y ahora llegamos al final del programa, lo cual implica, hoy en concreto, cierta dificultad porque, ¿qué ponemos para cerrar después de estar escuchando una obra de palabra plena? Pues no se me ocurre otra alternativa que no sea música instrumental y para cubrir esa opción me he acordado de un proyecto paisano de Martín León Soto. Él es natural de Jerez de la Frontera, Cádiz, y de Jerez es el cuarteto El Tubo Elástico.
Tienen, hasta el momento, dos álbumes en su haber: El Tubo Elástico, 2015, e Impala, 2018. Rock instrumental, catalogado como Rock Progresivo, elaborado con muy buenas intenciones y mejores resultados. Con esta banda interesante a la que volveremos, con un corte de cada uno de sus dos trabajos, nos despedimos.
Impala - 2018
El Tubo Elástico - 2015
Espero que te guste el programa.
Enlace:
https://www.radio.tomares.es/blog/ciclope-30-11-02-25
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