viernes, 14 de julio de 2023

Cíclope 3.0 - 11-07-23


Gotas de agua en el aire (Foto del realizador del blog)

Cíclope 3.0, edición del martes 11 de julio de 2023.

En esta ocasión comenzamos el programa enredados en las circunvoluciones de la espiral del Tiempo, recuperando música de años atrás porque nos remontamos hasta 1957 con una de esas canciones que se mantienen con el paso de los años, Besos más dulces que el vino.


James Frederick Rodgers (1933-2021), a veces conocido como Jimmie F. Rodgers fue un vocalista versátil cuyo estilo cálido se prestaba al Rock & Roll ligero, al Folk, al Country y estilos fáciles de escuchar.  Disfrutó del éxito con el público más joven a finales de la década de 1950, con un enfoque lo suficientemente adaptable para llegar a un público más maduro en la década de 1960.  Canciones como Kisses Sweeter Than Wine marcaron una carrera artística que dividió sus años entre la música y la aparición en televisión como actor dentro de su propia serie.


Se le llegó a conocer popularmente como Jimmie F. Rodgers sobre todo para diferenciarlo de otro músico con el mismo nombre y apellido, Jimmie Rodgers, en la foto de la derecha, legendario cantante de Country nacido en 1897 y fallecido en 1933.



La F. en el nombre del cantante le chocó a la discográfica lo suficiente como para quitarlo del nombre y apellido de su artista.  El músico de nombre y apellido homónimo había fallecido en 1933.  Estaban en 1957 y por lo tanto había transcurrido el tiempo suficiente como para que no se produjera ningún malentendido.  Y así sería como apareciese el intérprete, firmando con su primer nombre y apellido, cigarrillo en mano, el primer álbum que contenía sus éxitos con los que entró en el mundo de la música popular.

Un año más tarde, en 1958, su voz moldeable y capaz de adaptarse a diferentes estilos, interpretó el tema principal del score original para la película El largo y cálido verano (The long, hot summer) dirigida por Martin Ritt e interpretada por Paul Newman y la que aún era su esposa, la actriz Joanne Woodward.


La banda sonora estuvo en manos del hombre en la foto izquierda, Alex North.

Su nombre original era  Isadore Soifer (1910-1991).  Fue un compositor estadounidense de música de Cine.

Estudió en la Juilliard School of Music de Nueva York, siguiendo sus estudios en Rusia.  A su regreso a Estados Unidos, compuso música teatral para diversos autores, entre los que se encontraba Elia Kazan, quien le daría la oportunidad de debutar en el cine.  Compuso una gran partitura para la película 2001: una odisea del espacio, pero Stanley Kubrick la descartó para luego incluir música clásica.  Antes había trabajado con el maestro Kubrick en el score original de la película Espartaco.

North es quien más veces ha sido nominado al premio Oscar como autor de bandas sonoras (hasta en 14 ocasiones), sin conseguir nunca el premio en esa categoría.  A cambio, en 1986 recibió el primer Oscar honorífico, otorgado a un compositor, en reconocimiento a su labor musical en el Cine.  Fue responsable de una inmensa lista de bandas sonoras entre las que se cuentan Un tranvía llamado deseo, El honor de los Prizzi... También fue el creador de la música de una de las series de televisión más famosas, Hombre rico, hombre pobre y de la canción Unchained melody, utilizada con el paso del tiempo en la película Ghost.

Ya que estamos con el verano, ahora...ahora alguien puede sospechar que nos vamos a centrar en canciones que hablen del verano, de chicas en bikini en la playa, de atardeceres, ¡oh, baby!, de acaloradas puestas de sol...  Pues lo siento, pero no.  El único punto en común entre esta banda sonora que acaba de sonar y la canción siguiente radica en el título, El largo y cálido verano.  Hasta tiene una variante, que consiste en quitar el artículo El y dejarlo todo en Largo y cálido (caliente) verano.  Quien firma el tema en cuestión son dos músicos que respondían al nombre de The Style Council.



Paul Weller
izquierda, a su lado Mick Talbot


El guitarrista y vocalista Paul Weller disolvió The Jam (la banda británica más popular de principios de los 80) en el apogeo de su éxito en 1982 porque no estaba satisfecho con su dirección musical.  Weller quería incorporar más elementos de Soul, R&B y Jazz en su composición, algo que sentía que sus compañeros de banda punk eran incapaces de hacer.  Hago un alto para reseñar algo que creo es de justicia: el resto de miembros de la banda no eran incapaces de seguir esa línea directriz que señalaba Weller y a las pruebas me remito, el álbum The Gift de The Jam firmado en 1982 fue un cambio pronunciado con respecto al resto de la producción del grupo, fue un disco realizado con esos elementos que buscaba Weller.  Si no siguió era porque ya el final estaba más que cantado.  En fin, que para seguir esta dirección musical en total libertad, Weller se asoció, en 1983, con el teclista Mick Talbot, un ex miembro de la banda de revival mod The Merton Parkas.  Juntos se convirtieron en The Style Council, proyecto al que se agregaron otros músicos según las necesidades tanto de las composiciones como de la circunstancias: tocar en vivo conllevaba distribuir funciones para diferentes instrumentos y aunque ambos fuesen multinstrumentistas sólo tenían un par de manos cada uno, así que hubo colaboraciones, como es lógico.  Con The Style Council, las pretensiones intelectuales subyacentes que atravesaban la música de Weller pasaron a primer plano.

Aunque la música tenía sus raíces en el R&B estadounidense, se interpretó hábilmente, con capas de sintetizadores y cajas de ritmo, y se filtró a través de estilos y actitudes europeos. Las letras de Weller eran típicamente serias, pero sus inclinaciones políticas de izquierda se  hicieron más pronunciadas.  Sus críticas mordaces al racismo, el desempleo, Margaret Thatcher y el sexismo incomodaron a más de unos cuantos bien pensantes, junto con su creciente obsesión por la alta cultura.


The Style Council publicó su primer trabajo en 1983, un Mini-LP de siete canciones con el título Introducing: The Style Council, un disco que incluye ese Long Hot Summer que escuchamos.  

Paul Weller y Mick Talbot disolvieron oficialmente The Style Council en 1990.  En 1991 Weller comenzó una labor en solitario que le devolvió el favor popular y crítico a mediados de los 90, mientras que Talbot siguió tocando con Weller y otros músicos como invitado.  Pero antes de entrar en las labores en solitario de Weller vamos a recuperar el sonido, las formas musicales de aquellos The Jam.


Weller, en el centro, formó 

The Jam junto al batería Rick Buckler, a la izquida, y el bajista Bruce Foxton, a la derecha.  




Originalmente hubo un cuarto miembro, el guitarrista Steve Brookes, que dejó la banda antes de que ofrecieran su primera actuación en directo.


The Jam fue la banda más popular que surgió de la ola inicial de punk rock británico en 1977, territorio donde el trío se convirtió en auténtica superestrella.  Nunca pudieron tener un éxito parecido en Estados Unidos porque eran completa y desafiantemente británicos.  Bajo la dirección del guitarrista, vocalista y compositor Paul Weller, el trío lideró un renacimiento de los grupos mod de mediados de los 60, al estilo de The Who y Small Faces.  Al igual que las bandas mod, el grupo vestía con estilo, adoraba el R&B estadounidense y lo tocaba de una forma fuerte y dura.  Las composiciones de Weller, tanto las canciones políticas como las canciones románticas, estaban impregnadas de cultura británica, llenas de referencias y argot en las letras, así como alusiones musicales.  Además, a medida que The Jam se hizo más popular y musicalmente accesible, Weller se volvió más insistente y obstinado con sus creencias, apoyando las causas de izquierda y adhiriéndose a la estética pop del rock británico de los años 60 sin sucumbir nunca a los valores hippies.  Paradójicamente eso significó que, incluso cuando su música se volvió más pop que punk, nunca abandonó los valores del Punk.  En todo caso, Weller se aferró a la estridente ética independiente de 1977 más que cualquier otra banda punk simplemente negándose a cambiar.

Tocaron en vivo y su sonido, sus canciones, su forma de estar sobre el escenario, llamó la atención de un cazatalentos del sello discográfico Polydor, cuyos directivos no dudaron ni un momento en contratar.  


Su álbum de debut aparecía en 1977 con el título In the City.  Se grabó en 11 días y el álbum presentaba una combinación de versiones de R&B y originales de Weller.  Entre las versiones está una de un tema original de Larry Williams (1935-1980), Slow Down, que cantaron los Beatles allá por 1964.  No fue la única vez que John Lennon se fijaba en este cantante de Rock & Roll, norteamericano de color.  Los Beatles hicieron versiones de temas como Dizzy, Miss Lizzy o Bad Boy.  Los Beatles vienen a colación porque Paul Weller es un gran admirador de las canciones de los 4 de Liverpool.  Pero volvemos al tema que nos ocupa, el trío The Jam.

En su debut, ofreció un buen equilibrio entre la agresión vanguardista y la destrucción del Punk con cierta reverencia al ritmo de los 60 y el Rhythm and Blues.  En una era que predicaba la actitud sobre la maestría musical, The Jam superó a la competencia con un buen sentido pop, melodías fuertes y muchos ganchos que no comprometían los ideales o la energía del punk, siendo abrasivo y feroz, sin dejar de lado temas de cultura juvenil.  A pesar de que la banda mejoraría exponencialmente en los próximos dos años, In the City es un debut notable y se erige como uno de los álbumes punk emblemáticos.  Nos quedamos con un corte de este álbum y con un tema de perfil acústico como That's Entertainment, incluido en su LP de 1980 Sound Affects.








Hay una película documental sobre The Jam que te recomiendo y es esa que anuncia el afiche de la foto derecha, escrita y dirigida para televisión por Bob Smeaton en el año 2015.









Así que Paul Weller disolvía a la banda The Jam en 1982.  Ese mismo año se unía a Mick Talbot para formar The Style Council, que desaparecía como proyecto en 1990.  A partir de 1991, Weller comienza una labor en solitario que le lleva hasta nuestros días.  Para alguien con un espíritu creativo inquieto como es el suyo, no tiene inconvenientes en revisar sus últimas composiciones.  An Orchestrated Songbook (Un cancionero orquestado) de 2021 presenta al compositor/vocalista seleccionando una serie de melodías entresacadas de su producción y luego entregándoselas a Jules Buckley (foto inmediatamente inferior),

director de orquesta, compositor y arreglista británico para que haga eso precisamente, los arreglos para la Orquesta Sinfónica de la BBC.  Weller realizó el concierto el 15 de mayo de 2021 con el programa de una serie de canciones ya grabadas y lo lanzó como An Orchestrated Songbook el 10 de diciembre de 2021, como pieza complementaria de Other Aspects: Live at Royal Festival Hall, el álbum orquestal en vivo que lanzó solo dos años antes.  Mientras que Other Aspects se diseñó para mostrar True Meanings del año 2018, An Orchestrated Songbook es lo que indica su título.


No es una presentación de material nuevo o un montón de grandes éxitos, sino una colección cohesiva de baladas y números introspectivos puntuados por un poco de pop ocasional.  La mayoría de los arreglos orquestales del material pop/rock se desvían hacia lo grandioso, por lo que vale la pena mencionar que este álbum se asienta con un perfil tan íntimo que la orquesta actúa como un apoyo empático para la guitarra y la voz de Weller.  Los arreglos de Buckley le dan a este álbum una resonancia emocional sutil y palpable que lo separa de otras reelaboraciones orquestales pop.

En líneas generales, esas reelaboraciones orquestales pop lo que persiguen es salvar la brecha entre música seria y música popular.  A ver, que aquí hay conceptos que matizar: música seria, música cultural europea, música clásica...  Son términos que, a mí personalmente, no me sirven porque no definen nada pero como etiquetas funcionan muy bien para no sé quién.  Clásica, clásico, clasicismo hace alusión al movimiento cultural que abarcó diferentes disciplinas artísticas y que se desarrolló en Europa aproximadamente entre 1750 y 1820.  En el aspecto musical son los años donde trabajan compositores como Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, este el compositor bisagra entre el período clásico y el romanticismo.  Tuvo sus grandes centros de difusión en Berlin, París, Mannheim y, sobre todo, Viena.  En la música se caracteriza por la claridad de las texturas, la simetría de las frases, la consolidación de la tonalidad plena y el establecimiento de las formas musicales clásicas (sinfonía, sonata, cuarteto, concierto...).  Compositores posteriores, y se me ocurren un montón como Ligeti, por ejemplo, sus obras, la estética, la recepción a través de los oídos de los oyentes, ¿lo que captan se puede catalogar de música clásica?  Hubo una época en la que se hablaba de música contemporánea o música concreta, así como la música de algunos compositores y de algunas bandas de rock se les denominaba música experimental porque hacían ruido.  Bueno, vamos a centrarnos que si no nos enredamos y no veas.  Entonces, el tema de cómo hablar de un estilo de música o de otra, sobre todo a la que tiene que ver con los Conservatorios de Música y las partituras, yo prefiero hablar de música académica o música academicista.

Cuando un músico, una compositora, vienen de una educación en Conservatorio no suelen tener esa dicotomía entre lo clásico, lo orquestal y las formas libres del Jazz, del Rock.  Es más, cuando un creador, una creadora, vienen de una formación académica se suelen encontrar con una diversidad de caminos que enriquece y de qué forma la construcción de su obra.  Un caso transparente, claro y diáfano es el de nuestro admirado y amado  John Cale.




Cale ha definido de diferentes formas ese cruce posible entre lo académico y las formas libres del Rock, del Pop.  Además de sus obras de principios de los años 70, Church of Anthrax, realizada junto a Terry Riley, incidiendo en las maneras de vanguardia con el minimalismo repetitivo, o The Academy in Peril, de 1972, jugando el papel solista con su viola frente a una masa orquestal, el galés dorado ha resuelto composiciones que no llegan a cinco minutos donde lo académico y lo moderno han quedado perfectamente engarzados como es el tema que el Cíclope rescata de la discografía de Cale.



En ese Helen of Troy, de 1975, está una de esas piezas caleianas de envergadura, I Keep A Close Watch



que cuenta con la intervención del arreglista inglés de secciones de cuerdas para rock y folk, Robert Kirby, 1948-2009, en la foto de la izquierda, un hombre que trabajó con Nick Drake, Elton John y su inolvidable Madman Across the Water, Elvis Costello y Paul Weller, entre otros nombres de una lista bastante amplia.

Y de un tema original de John Cale a una versión de ese corte I Keep A Close Watch, rebautizado como Close Watch e interpretado por una mujer, Agnes Obel.


Nacida como Agnes Caroline Thaarup Obel el 28 de octubre de 1980, comenzó a tocar el piano a una edad muy temprana, perfeccionando su oficio entre las notas de Béla Bartók y Frédéric Chopin.  Ese fue su comienzo, más tarde se inspiraría en el trabajo del pianista de jazz sueco Jan Johansson, y fue entre esos dos mundos, entre lo académico y lo libre, donde comenzó a surgir su propio sonido.  A la hora de componer cita influencias tan dispares como PJ HarveyClaude Debussy, y Joni Mitchell.


Se dio a conocer internacionalmente en el año 2010 cuando publica su álbum Philharmonics, una colección de canciones austeras y particularmente equilibradas, mezcla prístina de baladas instrumentales, melancólicas y atmosféricas que fueron un éxito comercial y de crítica, especialmente en su Dinamarca natal.  Sorprende aún más ese éxito dado lo discreto que es el disco, un álbum de piano y voz aparentemente sencillo, pero que no lo es.  Hay algún instrumento de percusión, un violonchelo e inclusive una guitarra, instrumentos interpretados por músicos que colaboran en un trabajo cuyo principal responsable es la compositora e intérprete, que no sólo canta, compone, escribe las letras, toca el piano, sino que además graba en el estudio personal del que dispone en Berlín, la ciudad donde reside, disco que produce al final de todo el proceso de creación.  En ese disco de presentación de 12 cortes, tan solo uno no está firmado por ella y es ese que escuchamos, la versión del tema original de John Cale I Keep A Close Watch.

En 2020 aparecía Myopia, (portada a la izquierda), el cuarto trabajo de larga duración de la cantante y compositora danesa y la segunda colección de canciones autoproducidas en su estudio casero de Berlín.  Construido sobre los temas de la confianza y la duda, como dos opuestos, las melodías resultan viajes nocturnos y espectrales, con visiones oníricas febriles y un abismo melancólico.  Un ejemplo de toda esta floritura de ideas es el corte Broken Sleep, una especie de grandeza incorpórea, elegante, majestuosa incluso, pero tan inmersa en su gélida soledad que te quedas buscando algo que, seguro, encuentras en los instrumentales que recuperaremos la próxima vez que escuchemos a Agnes Obel.

Con esta compositora e intérprete vamos a conectar con el mundo de la Publicidad porque su música se ha utilizado en alguna ocasión en spots publicitarios, como sucede con algunas composiciones de nuestros próximos invitados.


The Cinematic Orchestra, en la foto anterior, es un colectivo que igual salen fotografiados dos miembros o seis, como en este caso, o diez.  Siempre capitaneados por el compositor, programador y multiinstrumentista Jason Swinscoe, el que está en primer plano.

La música de The Cinematic Orchestra es un laboratorio donde se mezclan influencias y elementos de jazz, hardcore punk con ritmos experimentales.  Todo eso se fue añadiendo al interés por explorar más a fondo las posibilidades del sampleo y, a finales de la década de los 90, situándose ante las puertas del siglo XXI, Jason Swinscoe realiza una serie de grabaciones para el sello independiente Ninja Cuts contribuyendo en 1997 al trabajo Ninja Tune, un proyecto elaborado por diferentes músicos entre los que Swinscoe aportó sus remezclas de composiciones de Ryuichi Sakamoto.  De ahí, de ese punto de fuga, se crea The Cinematic Orchestra.  Debutan discográficamente en 1999 con formato de trío/cuarteto como base.  Ese mismo año actuarían en Londres en la ceremonia de entrega del premio Directors' Guild Lifetime Achievement Award para Stanley Kubrick.          En el cambio de siglo, The Cinematic Orchestra se presentaba como un colectivo capaz de interpretar bandas sonoras para películas mudas en proyecciones organizadas para tales eventos, componer scores originales para historias cinematográficas imaginarias o ilustrar exposiciones de artes plásticas donde se ensamblaba la música con la escultura, pintura.  A medida que fue avanzando el nuevo siglo el proyecto fue ampliando el número de miembros oscilando siempre entre un mínimo de dos y un máximo de diez...ó doce.

El 7 de mayo de 2007 aparecía el álbum Ma Fleur.  The Cinematic Orchestra  produjo otra banda sonora ésta virtualmente invisible.  Swinscoe había comenzado a escribir música para otro disco cinematográfico, pero en una dirección diferente a la que había tomado anteriormente.  Para la ocasión fue una serie de instrumentales tranquilos y contemplativos, con teclados y clarinetes aflautados, simplemente orquestaciones para  Cine.  

Pero no solo hay instrumentales, también se incluyen composiciones con voz como la del hombre de la foto, Patrick Watson, un músico que con su nombre y apellido bautiza un proyecto de rock independiente canadiense asentado en la ciudad de Montreal.  Precisamente el tema que recupera el Cíclope, To Build a Home, ha sido utilizado en un anuncio de televisión.
Con más música que ha ilustrado momentos de la publicidad televisiva continuamos, ahora con una banda islandesa llamada Kaleo.



Formado en 2012 en la ciudad de Mosfellsbær, en las afueras de Reykjavik, Kaleo, una palabra hawaiana que se traduce como el sonido,  originalmente fueron un trío, tres amigos de la infancia, Jökull Júlíusson (en primer plano) voz y guitarra, Davíð Antonsson batería y Daníel Ægir Kristjánsson bajo.  Después se agregó el guitarrista Rubin Pollock y definitivamente como cuarteto se dedican a componer canciones inspiradas en una mezcla de blues, folk, country y rock.

Su primer larga duración aparecía en el año 2013, en 2016 publicaban A/B, un disco que tiene una composición, Way Down We Go, que ha servido como banda sonora de un anuncio de colonia en televisión.




El punto y final al programa de hoy lo pone la voz de esta mujer, Lauren Armstrong, cantante de la banda Thermal.
El proyecto, con sede en Toronto, Canadá, fue en principio un dúo formado por el músico y productor Josh McIntyre  y la vocalista Lauren Armstrong.  Después de lanzar dos Singles como dúo, el proyecto se convirtió en una banda de 5 miembros con la incorporación de Fox Atticus Martindale, guitarra, Nate Burley, bajo y Adam LaFramboise, batería.  El Single Silver, editado el 22 de octubre de 2022, forma parte de la banda sonora de un anuncio de perfumes.  Después no se ha vuelto a saber nada de estos Thermal.

Así terminamos por hoy Cíclope 3.0  
Espero que te guste el programa.

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