jueves, 12 de enero de 2023

Cíclope 3.0 - 10-01-23 - Especial Dead Can Dance # 16


Lisa Gerrard
 y Brendan Perry
Dead Can Dance

 

Primera entrada en el blog Lágrimas de Valium de este año nuevo, 2023, entrada correspondiente al programa Cíclope 3.0 que inicia el nuevo año con la entrega número 16 del Especial Dead Can Dance que se acerca a su punto y final.  Probablemente el próximo mes de febrero terminaremos la audición de su discografía completa hasta la fecha, tanto como colectivo como la de algunos de sus miembros en solitario.  En el espacio de hoy suena una vez más Lisa Gerrard, en sus trabajos en paralelo a la existencia de DCD y también la banda capitaneada por el combo Perry/Gerrard.  Van a ser tres discos publicados a lo largo del año 2018 y comenzamos con la colaboración entre Gerrard y el proyecto The Mystery Of The Bulgarian Voices.



 

The Mystery Of The Bulgarian Voices o Le Mystère des Voix Bulgares o El Misterio de las Voces Búlgaras, tres formas en las que te encuentras el nombre del colectivo que, en el pasado, se llamó El Coro Vocal Femenino del Misterio de las Voces Búlgaras, y que en realidad se llamaba Coro Vocal Femenino de la Televisión Estatal Búlgara, es un conjunto de talentos artísticos excepcionales.  La formación representa realmente una de las historias de éxito más sorprendentes de la música.  Creado a principios de la década de los años 50, la primera misión del coro fue grabar canciones folcloricas, corales, tradicionales y arregladas para múltiples voces para ser grabadas y transmitidas primero en la radio y luego en la televisión.  El productor musical suizo Marcel Cellier descubrió la belleza de las canciones populares búlgaras, a los y las cantantes populares, sus voces únicas y habilidades corales y en 1975 lanzó su primer disco con canciones interpretadas por el coro titulado Volumen I, Le Mystere Des Voix Bulgares.  El álbum pronto se convirtió en un éxito de ventas.  En 1987 lanzó Volumen II, y el proyecto, en 1990, fue galardonado con un premio Grammy a la Mejor Grabación de Folclore Tradicional.  A partir de ese momento fue cuando el coro adoptó el nombre de El Misterio de las Voces Búlgaras, en español, francés o inglés.  Desde entonces, el coro ha realizado miles de conciertos en las principales salas de todo el mundo bajo la dirección de la directora Profesora Dora Hristova.

En 1986, el prestigioso sello discográfico independiente 
escocés 4AD publicaba, en el mes de abril, el álbum Le Mystere Des Voix Bulgares, entrando de esa forma en un mercado internacional que le ponía en contacto no sólo con catálogos de música folclórica sino también con las formas más oscuras, oníricas, étnicas, del Rock.  De hecho influyeron poderosamente en la técnica de canto de Lisa Gerrard, que siempre ha reconocido lo importante que fue para ella conocer, saber de la existencia de este colectivo descrito como el matrimonio de la vanguardia y la Edad Media.  Parte de la magia del conjunto se deriva de su éxito al dominar las diversas y antiguas tradiciones vocales de Bulgaria mientras suena sorprendentemente moderno y original, gracias a la música coral única.  La estructura y los arreglos a cappella de varias secciones transforman su sonido colectivo en colores extraños, como si se escuchara algo más que la voz humana.  Publicaron el primer álbum de nuevas grabaciones en estudio en más de tres décadas el 25 de mayo de 2018 bajo el título Boocheemish, y para la ocasión contaron con la colaboración en dos temas de Lisa Gerrard.  Con esas dos composiciones se inicia este Especial Dead Can Dance Nº 16.




El álbum anterior aparecía el 25 de mayo del año 2018 y en él Gerrard es una invitada, de honor, pero invitada colaboradora.  El 6 de agosto de 2018 se publicaba un nuevo trabajo ahora sí firmado por Lisa acompañada por el percusionista alemán David Kuckhermann, un álbum titulado Hiraeth.





David Kuckhermann en la foto de la izquierda, es un percusionista alemán especializado en ese instrumento que está tocando: handpan, o handdrum, de sonido tan curioso.  No toca solamente ese elemento, también maneja la Vasija de Udu, la Darbouka, sonajeros, gongs...



  
Vasija de Udu










Darbouka







Con Lisa Gerrard, a la hora de hacer, música, te puedes imaginar el resultado porque son tal para cual.  Kuckhermann ha sido uno de los músicos que han colaborado con Dead Can Dance en las actuaciones en vivo de la banda y en esta ocasión colabora con Gerrard en el estudio.  Ella mira hacia la multiplicidad cultural, él acentúa sobre todo un tono místico persa en las aportaciones que realiza a los diferentes cortes en los que trabajan ambos en este álbum del que el Cíclope extrae 2 temas.  Reseñar también que los instrumentos de cuerda, sobre todo el arco del Medio Oriente, lo toca la intérprete húngara Hristina Beleva.

Hristina Beleva


Como queda indicado más arriba, este Especial Dead Can Dance # 16 está ocupado por tres discos aparecidos en el año 2018, dos de Lisa Gerrard y el otro el que se publica de Dead Can Dance el 2 de noviembre con el título Dionysus.



  
La portada del disco es tal y como se reproduce en la foto anterior.

Pero para poder clasificarlo entre los CDs o LPs en las tiendas y sección de discos de los grandes almacenes, mejor ponerle una etiqueta y así no hay perdida. 
En el año 2012 se producía el reencuentro de los dos motores de DCD y se publicaba Anastasis.  Pasados seis años se edita Dionysus, probablemente el trabajo de estudio más complejo firmado por Perry y Gerrard.
Dionysus prescinde del enfoque orientado a las canciones de su predecesor a favor de un oratorio bacanal impulsado por la atmósfera inspirada en el dios griego del vino y el éxtasis, Dionisio.  La obra está dividida en dos actos subdivididos en tres y cuatro capítulos cada uno con una suma de siete movimientos en total.  El primero lo forman las partes Sea Borne - Liberator Of Minds y Dance Of The Bacchantes; el segundo se desarrolla a través de The Mountain - The Invocation - The Forest y Psychopomp.  Escuchamos los dos actos completos, primero uno y después el otro, pero sin cortes a lo largo de la reproducción de cada uno.  Desde el comienzo, Dionysus presenta una construcción lenta de ritmos tribales que se van ampliando como la serpentina de una espiral formada por el espectro de sonido que produce Brendan Perry con los instrumentos que maneja.  El resultado es una amplia gama de sonidos que levantan un variado paisaje sónico con instrumentos de cuerda como el oud, de viento como la fujara y percusión, el davul, entre otros.  Cuando esa instrumentación se combina con la poderosa voz de Lisa Gerrard el efecto es embriagador.





     Oud


 






Músico soplando en una fujara







Modelo de davul







Dionysus se despliega como un viaje guiado de ayahuasca, un rizo de humo aromático que se convierte en una hoguera prebizantina rugiente repleta de cánticos primitivos y ritos antiguos.  Las grabaciones de campo de cabreros suizos, cantos de pájaros sudamericanos y colmenas de Nueva Zelanda agregan una atmósfera poderosa, brindando secuencias evocadoras que invocan a los dioses paganos de antaño y los bosques y océanos primordiales que gobernaban la tierra hace miles de años.  Un inciso: tal vez te estés preguntando ¿por qué cabreros suizos, cantos de pájaros sudamericanos y colmenas de Nueva Zelanda?  ¿Tienen algo en especial las cabras y los pastores suizos, el canto de los pájaros sudamericanos y las abejas de Nueva Zelanda?  Pues debe ser así, porque fue el mismísimo Perry el que realizó esas grabaciones de campo.  Estoy por escribirle y preguntárselo y no es broma.  Bueno, acotaciones aparte, seguimos.  Tanto Perry como Gerrard reconocen que durante mucho tiempo han buscado inspiración en la mitología, en esos cuentos fundacionales que son, en gran medida, inmunes a la disparidad cultural y en verdad este último trabajo, por el momento, de Dead Can Dance reúne raíces y orígenes multiculturales.  Dionysus es locura ritual, éxtasis religioso, sexo, la vinificación y el canto.  Un trabajo excepcional.
Por último, reseñar que el disco está dedicado a la memoria de Frank Lovece, un músico nacido en 1956 en Calabria, Italia, que emigró a Australia en 1958 y cuya actividad se centró con la banda de post punk australiana Primitive Calculators en 1978.  Él se encargaba de la caja de ritmos y de manejar una computadora.  Fue uno de los organizadores de lo que se conoció como The Little Bands Nights, una escena poco conocida formada por bandas australianas que cambiaban rápidamente de nombre o de miembros, o sencillamente tocaban y desaparecían.  Entre aquellos grupos estaban The Scavengers, un grupo que nunca pudo conseguir un contrato de grabación y que cambió su nombre por el de The Marching Girls, que tampoco pudieron conseguir un contrato por lo que su líder, un tal Brendan Perry, cambió la dirección de su historia buscando otra forma de hacer música.  Le presentó sus ideas a una mujer que cantaba en otra banda australiana de nombre Microfilm.  La vocalista era una tal Lisa Gerrard.  La historia que sigue, ya la conoces.

La amistad que les unía a Frank Lovece (foto de la izquierda) lloró su pérdida cuando fallecía a principios de enero del año 2018, año de publicación de DionysusLovece permaneció activo hasta morir.
Hasta aquí el Especial Dead Can Dance # 16.
Espero que te guste el programa.

Enlace:





No hay comentarios: