viernes, 30 de septiembre de 2016

Nazario - La vida cotidiana del dibujante underground

La vida cotidiana del dibujante underground - Autor: Nazario - Editorial: Anagrama - 2016

Me ha sorprendido y de manera muy grata éste libro de memorias de Nazario.  Tal vez porque esperaba una biografía repleta de aventuras escandalosas y encontrarme todo lo contrario, la memoria sensible (que no sensiblera) y la ternura sin alharacas de una persona de carne y hueso, eso haya hecho que su lectura me resulte más afectuosa, que haya leído la obra con interés y sobre todo con una sonrisa al encontrarme nombres y apellidos de personas conocidas que han participado del día a día de la vida cotidiana del dibujante underground.  Creo que han sido tres o cuatro veces las que he visto a Nazario en persona.  Conocí sus dibujos y sus historias antes de saber de su existencia.  Fue a través de Paco Ramos cuando supe que, en Sevilla, estuvo viviendo en su casa, ese domicilio al que Nazario hace referencia como la casa de Manolo y Paco Ramos.  Por ellos supe que la silla amarilla que había en el piso de la Antilla la había pintado él.  Que mirase en una de las cuatro patas, me dijo Paco.  Era verdad.  En una aparecía la firma de Nazario.  Me enseñó una caja de recuerdos que dejó cuando se fue a Barcelona.  Una caja de recuerdos de Nazario, imagínatela: una colección muy personal de los objetos más extravagantes y extraños.  Lo primero que saltaba a la vista era una bola rosa, obscura, como las bolas de cera que construyen los niños en Semana Santa, solo que esa bola rosa no era de cera sino de chicles ya masticados.  Los guardaba no sé por qué.  La colección de anécdotas que contaban los hermanos Ramos sobre aquella “redacción improvisada de dibujantes” era peculiar. 
Una de las veces en las que vi a Nazario fue en Sevilla, en 1979, año en el que se reivindicó el Carnaval.  Se sabía que el pintor Ocaña, el gran Ocaña, iba a visitar la ciudad con tal motivo.  No recuerdo bien el mes, pero un grupo de amigos decidimos ir al aeropuerto de Sevilla a recibirle.  Cuando se abrieron las puertas del hall de Llegadas surgió un grupo de viajeros vestidos con ropas coloridas, hablando en voz alta y riendo.  En el grupo, entre otros, apareció Nazario, disfrazado con un atuendo brasileño, junto a un Ocaña muy maquillado, vestido con un traje largo color malva y tocado con una peineta y una mantilla negra, abanicándose enérgicamente y dando voces y vítores a la Virgen del Rocío.  Preguntó por los servicios y ahí montó uno de sus números: se dirigió a todo el mundo que estaba presente, preguntando dónde le correspondía entrar, si en el servicio de Hombres o en el de Mujeres.
Por la noche, Ocaña, Nazario y sus amigos recalaron en la calle Amor de Dios, en el bar que tenía Paco Lira y donde te ponían unos bocadillos de tortilla de patatas que no veas.    Pero todo esto no tiene que ver con el libro de Nazario.  O sí.  Son recuerdos que se me han despertado al leer “La vida cotidiana del dibujante underground” de Nazario.  Un magnífico comentario porque seduce y guía su lectura lo realizó hace apenas unos meses José María Rondón en las páginas de Diario de Sevilla.  Mira lo que él comenta sobre el libro y verás cómo te entran ganas de leerlo.
http://www.diariodesevilla.es/…/salvaje/mira/atraacutes.html



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