Comienzo con su, hasta el momento, último trabajo aunque podría haberlo hecho con la obra del año 2013, Nos vemos allá arriba (Au revoir là-haut) 2013, editada en España por Salamandra un año después, 2014, y realizando cinco reediciones el mismo año. La traducción corrió a cargo de José Antonio Soriano Marco. Con ésta novela conocí a Lemaitre. Me lo recomendó una amiga que trabaja en La Casa del Libro. Me habló de un libro que se había convertido en un fenómeno de lectura, un libro de un autor francés habitual de novela-negra que, en ésta ocasión, había cambiado de registro y había realizado un libro que se había convertido en un best-seller sin tener ni las pretensiones ni las intenciones de un libro escrito con tal meta. Reconozco que un poco a regañadientes me compré Nos vemos allá arriba porque eso de ser un libro muy vendido, de base, me crea recelo: excepto alguna excepción no suelo coincidir con el parecer de la Masa, por muy "culta" que pueda parecer por sus hábitos.
Pasé las Navidades 2014/2015 en Tenerife. El día que volvía a Sevilla, en el aeropuerto, comencé a leer Nos vemos allá arriba de Lemaitre. Seguí leyendo en el avión y cuando me bajé en el aeropuerto de destino iba por la página 121. La historia, el estilo, la forma, me habían atrapado desde el primer párrafo, desde la primera línea. Leí la novela con el entusiasmo del que pierde la conciencia de lector y se hace uno con la historia. Terminé con el entusiasmo que deja una buena lectura: la recomiendo, aún hoy, a cualquier persona que lea.
Del autor sabía que su carrera literaria había comenzado con novelas policíacas, novelas de género Negro. Busqué inmediatamente el resto de su producción traducida al español y encontré Alex. Era la primera edición en Debolsillo, edición del mes de Julio del año 2014. Traducida por Arturo Jordá había visto la luz en Círculo de Lectores en el año 2012 y en Grijalbo un año después, en 2013. La comencé a leer con la veneración y el placer que me sostenía el alma después de una lectura tan gozosa como fue la de la novela Nos vemos allá arriba, pero, ¡ay!, Pierre Lemaitre como autor de Novela Negra no es lo mismo, ni por asomo. Lemaitre admira, idolatra a autores como Bret Easton Ellis y novelas como American Psycho. De éste autor toma las descripciones más truculentas, las imágenes más repulsivas para construir todo un catálogo de formas del Horror. Bret Easton Ellis habla del estómago de una mujer destripada comparándolo a una lasaña de berenjena y queso, pero Lemaitre va ampliar la categoría de los horrores que comete un psicópata. Alex reaparece en una nueva edición con una faja de papel donde se indica que la novela está escrita por la misma mano que redactó Nos vemos allá arriba, aunque parezca mentira.
Lemaitre ya había escrito y editado Travail soigné en el año 2006, aparecida en España en el año 2015 en la editorial Alfaguara y traducida por Juan Carlos Durán con el título de Irène. Antes, también editada por Alfaguara en el año 2014, aparecía Robe de marié, traducida como Vestido de novia por María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego. No sé si hay algo más editado bajo el epígrafe Novela Negra o Serie policíaca Verhoeven (el apellido del inspector de policía protagonista de algunas de sus novelas de detectives), no lo sé, no me interesa en absoluto el horror pornográfico que se despliega en sus obras de carácter policíaco. Son extraordinariamente desagradables las descripciones que realiza Lemaitre y que, en mi opinión, va en detrimento del interés que pueda tener la historia que esté desarrollando. No creo que sean necesarios esos catálogos de horrores detallados. Exceptuando su obra narrativa al margen de esa otra vertiente de novelas de casquería, la labor de éste autor francés es encomiable. Parece ser que es Alfaguara quien se encarga de editar sus novelas de gesto torcido y desagradable y Salamandra la que hace ver la luz de esa otra ficción luminosa y brillante de Lemaitre. Que así sea. Personalmente me quedo con su narrativa abierta de obras como Nos vemos allá arriba y Tres días y una vida, la novela por la que comencé éste comentario y que insisto: léase, merece la pena.
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