sábado, 12 de noviembre de 2016

Ha muerto Leonard Cohen

Ésta mañana del día 11 de Noviembre del año 2016, después de desayunar, me enteraba de la noticia: ha muerto Leonard Cohen.  Ha sido como un zarpazo, un palo en la cabeza.  Tenía cierta edad, ya era adulto, 82 años, pero esperas que ese momento tan natural como el nacimiento se retrase lo más posible.  Llevo todo el día escuchando su Música, escuchando su voz.  Y no me hago a la idea.  Siempre que fallece una figura del panorama musical me duele de una forma más o menos cercana, dependiendo siempre de la vinculación personal, de lo que me gustara o admirara.  En el caso de Leonard Cohen me resulta alguien muy cercano sin que haya existido alguna ocasión en la que me hubiera acercado a su figura, ni siquiera para pedirle un autógrafo.  Lo vi y escuché en directo una vez aquí en Sevilla, en uno de los ciclos de Cita en Sevilla, en 1988.  Sin embargo, el duelo por su muerte es uno de los que más me han tocado profundamente.  No soy periodista y me cuesta mucho improvisar líneas con contenido.  Soy un hombre lento en el escribir.  Pero siento la necesidad de contar, de sacar de mi éstas palabras sobre éste músico canadiense que escuché por primera vez allá por 1971 ó 1972.
Tenía 15 ó 16 años cuando comencé a oir hablar de un tal Leonard Cohen.  Él tenía ya en el mercado tres discos que, si no hubiera vuelto a hacer ningún otro, tenía bastante por el contenido de ese tríptico:


  • Songs of Leonard Cohen - 1967 





  • Songs from a Room - 1969

  • Songs of Love and Hate - 1971

Así que con esa edad, 15 a 16 años, hablaba con un amigo de él, de éste hombre del que sabía que hacía una música muy personal.  Que lo englobaban dentro del Folk pero que no era como los cantautores al uso de ese género, era...otra cosa.  Mi amigo me insistía en que lo escuchara y cuando al fin lo hice literalmente me caí de culo.  Me compré su primer disco, lo puse en el tocadiscos, me giré con la carpeta del disco en las manos, buscando una silla, empezaron a sonar los primeros compases de Suzanne.  Como si me estuviera moviendo a cámara hiperlenta me fui agachando, pretendiendo sentarme, pero me resbalé y caí al suelo, de culo, y así me quedé, atónito, mientras sonaba la canción.  Nunca había escuchado nada igual, nunca nadie había cantado con esa intimidad, con esa serenidad.  Los dos LPs siguientes de su discografía me los compré con semanas de diferencia.  Eran como un sólo disco, triple, porque cada uno tenía algo: un montón de canciones, un montón de emociones como nunca antes había escuchado.  Mi nivel de inglés, en aquel entonces, sencillamente no existía.  Amigos y compañeros de clase acudíamos a hermanos mayores de amigos para que nos tradujeran un poco la letra de ésta o de aquella canción. Así nos enteramos de qué hablaban canciones como The Partisan, de su segundo album.  Su tercer disco, aquellas Canciones de Amor y Odio, abarcaban una de las composiciones más tristes y dolorosas que ha dejado Cohen: Famous Blue Raincoat.  Cuando terminaba de escuchar la cara B de ese disco era como desear empezar de nuevo y volvía a Suzanne y a todas las canciones de su primer album.  Fíjate que cosas: los discos de vinilo de Leonard Cohen re re-editaron en formato CD como es natural.  El primero, Songs of Leonard Cohen, lo hizo en su momento pero tal como apareció se vendieron todas las copias y punto y final.  Durante años estuvo agotado, sin que hubiera noticias de una reimpresión.  Lo busqué desesperadamente.  Cierto es que entonces no existía aún Internet y su gran mapa de negocios y ventas por Correo a cualquier punto del Mundo.  Pero sí existía la FNAC de París, o la de Bruselas, o Saturn en Berlín...nadie tenía ni una copia en stock, nadie sabía ni tenía conocimiento de una posible re-edición.  Y en éstas, a principios de los años 90 del siglo pasado, en Tailandia, en concreto en Bangkok, encontré en una tienda de discos el primero de Cohen, en CD.
Pero no sólo grabó estos tres albumes más arriba reseñados.  Continuó reinventándose como hizo en 1988 con su álbum I'm your man.  Siguió en 1992 con The Future y coronó el nuevo Siglo con un puñado de  composiciones hermosísimas como fueron las que reunió en el disco Ten New Songs del año 2001.  Y siguió.  Pero ahora se ha ido.  Falleció el día 7 de éste mes de Noviembre aunque la familia no ha dado a conocer la noticia hasta pasados un par de días.  Me cuesta aceptarlo, es un duelo largo, pero es así.
Hasta siempre, maestro.  Descansa en Paz.



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